Calzoncillos
Por Shigure
Naruto era un pobre mequetrefe; alguien que, de no ser por su abuela Tsunade, aún andaría liderando palizas a nombre del grupo Kyuubi. Bueno, de eso ya habían pasado muchos años, y en esos años habían pasado muchísimas cosas.
Una de ellas era Uchiha Sasuke.
Quien apostó que ellos terminarían juntos, seguramente ganó una fortuna, pues ni ellos mismos pensaron que en algunos años se volvería uña y carne. Ustedes comprenden.
Hablando de apuestas, ellos ahora jugaban un juego de azar, algo que se le había ocurrido a Sasuke para salir de la rutina. Porque el amor vivido en rutina, está condenado a perecer. Y ellos no querían eso, ¿verdad?
Conociendo de antemano la mala suerte que tenían los Uzumaki para las apuestas y todo lo que tuviera que ver con esos juegos azarosos, el Uchiha no pensó dos veces en proponer jugar poker, y cómo no, poker de prendas.
—Escalera —El pelinegro sonrió prepotente mientras mostraba sus cartas a un Naruto que sólo tenía un par de cuatros. La sonrisa se le ensanchó más cuando, lentamente, el otro se bajó los pantalones, quedando en calzoncillos tan justos, que no dejaban nada a la imaginación. Su rostro sonrojado lo hizo ver incluso más sexy de lo que ya era.
—¿Satisfecho, idiota? —Dijo en un tono agudo.
—Mucho —Respondió complacido.
—Pues esto será todo lo que verás —Naruto le devolvió un gesto zorruno.
Y a Sasuke no le gustó aquello.
—Recuerda, quien desnude primero al otro, se lo come de pies a cabeza…
Fue lo último que dijo.
Tras ese comentario y el inicio de una nueva partida, una tras otra, las prendas de Sasuke cayeron al suelo. Primero fue la sudadera, después los zapatos, le siguieron los calcetines y así sucesivamente. En un punto dado perdió la playera y la camiseta. Por último volaron sus pantalones. Mientras tanto, Naruto sobrevivía con la única prenda que le quedaba.
Todo aquello le resultaba irreal, si él sacaba Full, el rubio obtenía Poker. Siempre una jugada de mayor valor; lo cual resultaba ilógico, ya que, hasta hace unas partidas, Uzumaki era un completo desastre. Ahora, en un cambio impredecible, su rostro ya no vislumbraba expresión alguna, y que estuviera haciendo trampa resultaba impensable. A menos que escondiera las cartas dentro de los calzoncillos.
Entonces lo supo todo.
—¡Tú, te dejaste desvestir a propósito! —Le replicó amargamente, pues, con tan poca ropa, no había forma de que pudiera hacer artimaña alguna.
En aquellos instantes, todo se reducía a una última jugada y Sasuke no sabía si su escalera de color sería suficiente para dar por terminado el juego que había iniciado.
Dudoso, puso las cinco cartas en la mesa.
Y Naruto rió, porque quien ríe al último, ríe mejor.
—¿Sabes, Sasuke? En el Poker, lo que menos cuenta es la suerte. ¿Y sabes otra cosa? Esta noche le haremos homenaje a tu nombre.
Una a una, fue descubriendo las cartas.
—Escalera real.
Sin otro remedio, Sasuke se quitó de una vez por todas los calzoncillos.
FIN
