Los personajes no me pertenecen, son creación de Hoshino Katsura –Mangaka a la que amo pero también quiero matar xD-
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1. Pasado y Presente.
06 de Junio del 2002
Mansión de la Familia Kanda. Inglaterra.
-¡Queremos que parta la torta! ¡Queremos que parta la torta!- Cantaban juntos todos los invitados.
El chiquillo de recién cumplidos 9 años de vida, tenía el ceño fruncido, como detestaba ese tipo de cosas. Canciones tontas y gente tan.. Feliz y gritona a su lado. Pero sobre todo detestaba que a pesar de que dijo que no, su familia le había organizado una fiesta ¨ sorpresa ¨ de cumpleaños. El pequeño Yu Kanda solo rogaba para que este tormento terminara. Tomo el cuchillo en la mesa y partió la torta. Vio el flash de una cámara.
-¡Eeehhh! ¡Felicidades!- Canturrearon los invitados.
Los meseros empezaron a repartir las porciones de pastel y demás bocaditos. Por su lado Kanda, camino lo más rápido y silencioso que pudo entre los mayores, para no ser notado y llegar al jardín de la mansión.
-¡Yuu-chaaaan!- Muy tarde, ya tenía a su autoproclamado mejor amigo encima.
-¡Sueltame! ¡Baka usagi!- Intentaba liberarse de Lavi.
-¡Waa no seas enojon!-
-¡Kanda! Feliz cumpleaños- Dijo mientras se acercaba Lenalee Lee, quien iba con un vestidito de fiesta en tono rosa.
-Ch- Kanda no quería nada esto, solo quería que lo dejaran en paz. Por amor a Dios, acaso era demasiado pedir…
-Hola Lavi, Lenalee. Yuu-kun tienes que celebrar más- Dijo el abuelo de Kanda, el señor Tiedoll.
Si, era demasiado pedir.
-Ch. No me llames así viejo- Contestó malhumorado.
-Oh, no seas así Yuu-kun, es tu fiesta de cumpleaños, ven, sonríe, además tus padres quieren presentarte a alguien importante- Dijo sonriendo.
El anciano llevó al niño hasta la mesa principal donde estaban los padres de Kanda, Kouji y Yuki Kanda.
Al llegar todos se sentaron. Entonces el Sr. Kouji le habló a su hijo.
-Yuu, recuerdas que tu mamá y yo te habíamos comentado acerca de bueno, una cierta conveniencia de acá a futuro entre una niñita muy linda y tú- Le sonrió.
-Grrr… Eh, si- Respondió gruñón recordando aquello.
-Bueno ella llegó aquí, esta junto con su madre y padre- Dijo la Sr. Yuki
Kanda bajo la mirada un poco pensativo, hoyo unos fuertes pasos acercándose.
-¡Eh! ¿Qué tal Kouji? ¡Hombre, esto parece velorio, no veo el licor! ¡Muaajajajaja!-
Kanda se quedó con al boca abierta viendo al hombre que había hablando, era un pelirrojo, grande, con lentes, vestido de negro y una sonrisa socarrona. Para el pequeño Yuu, ese hombre estaba loco, cómo rayos podría haber licor en al fiesta de un niño, menos en su fiesta, estuvo a punto de soltar lo que se le vino a la mente, pero su mamá le tapo la boca a tiempo al darse cuenta de las caras que ponía su hijo.
-Jejeje Marian, siempre tan ocurrente, pero no sufras, más de noche podremos celebrar los adultos- Dijo el Sr. Kanda
-¿Y cómo les ha ido todo este tiempo, Marian?- Pregunto amable la Sra.
-Muy bien Yuki, no me quejo. Ahora déjame decirte que sigues tan bella como el día en el que te…-
Cross Marian cerró la boca al notar que algo se le había pegado a la pierna. Bajó la mirada y encontró un pequeño bultito blanco abrazado a su pierna. El pelirrojo sonrío con ternura y se puso en cuclillas.
-¿Qué pasó? ¿Y mamá?- Le preguntó al niña en su delante.
-Está hablando con un señor, yo le dije que iría buscarte- Habló bajito.
-Bueno, ya me encontraste- Le acarició la cabeza, y la atrajo hasta cuerpo para poder cargarla.
Los Kanda pudieron verla mejor, en los brazos del pelirrojo, estaba una niña de piel y cabellos blancos, rasgos finos y ojos grises, llevaba un vestidito blanco con unos encajes muy monos, haciéndola parecer una muñequita de porcelana antigua.
-Eh, hombre, mira a mi hija. A que es la cosita más linda del mundo- Dijo sonriendo.
La familia japonesa la miró detenidamente.
-¡Ah, valla! Que linda que es- Dijo Yuki
-Es cierto, se parece mucho a Anita- Agregó Kouji
-Cierto, cierto, pero también la guapa lo sacó de su padre muajajaja- Reía malévolamente con su hija en brazos.
A los mayores les corrió una gota de sudor.
-Eh.. ¿Y cómo te llamas nena?- Le dijo el Sr. a la niña.
La pequeña lo miró un momento, sus mejillas enrojecieron y se escudó en el pecho de su padre.
-Oiga- La llamó Marian –Señorita, preséntese ahora, si no, no le dejaré comer sus dangos- Dijo en broma.
La niña lo miró como horrorizada.
-M-me llamo… Allen Antonella Cross Walker- Soltó con una voz finita.
-¡Kawaii!- Habló la señora Kanda –Bueno Yuu, ella de la niña que te hablamos- Miró a su hijo.
-¡Ah! Pero si es buen moso el cumpleañero-
Kanda levantó el rostro y vio a una mujer de cabello negro muy bella. Las mejillas del chiquillo enrojecieron un poco.
-Anita- Dijo feliz la señora Kanda.
-Buenas noches, hace mucho que no nos reuníamos-
-Es cierto. Bueno, que les parece si dejamos que los niños se conozcan- Dijo el Kouji
-Magnifica idea- Apoyó Anita.
La pelinegra quiso tomar a su hija pero Marian no la quería soltar.
-Querido, suelta a Allen- Dijo con una sonrisa.
-Eh… no, más tarde, tiene sueñito- La abrazó más.
-Querido, suelta la niña, tiene que interactuar-
-Que interactúe más tarde- Dijo volteándose
-Querido o sueltas a la niña o no hay cariñito en la noche- Dijo con sonrisa macabra.
…
-Ehh… Anita.. Eres mala- Dijo con pequeñas lágrimas en sus ojos. Bajo a su hija con pena.
Anita se le acerco.
-Bebé, dale eso a él , es su cumpleaños, recuerda que jeje.. En fin, ve a conocerlo- Le acario le rostro a su hija y le dio un paquete envuelto en papel de regalo.
La pequeña Allen de 8 años, estaba algo nerviosa, por lo general no le gustaba separarse de sus padres sobretodo de su papá, en general no le gustaba estar con gente nueva. Extraños.
Se sentó en la silla cerca de Yuu Kanda y vio que los mayores se alejaron a unos cuantos metros.
Observó luego al niño a su lado y se asustó cuando se dio cuenta de que este la miraba atentamente. Ella bajó la mirada e intentó tomar valor para hablar.
-Ah.. eh.. t-toma- Temblaron su bracitos al estirarse y alcanzarle la cajita del regalo.
Kanda lo recibió y no lo abrió, lo dejó en la mesa para seguir observando a la niña.
-M-mi nombre es Allen Ant…-
-Cállate, ya sé tu nombre-
Contuvo el aire la albina.
-¿T-tú te llamas Y-yuu, verdad?- Subió el rostro para intentar sonreírle.
-¡No me llames así!-
-¡L-lo siento!- Se estremeció ante la expresión del otro.
Allen estaba muy nerviosa y no sabía que hacer o qué decir, sentía ganas de querer llorar y salir corriendo con dirección a su papá Marian. Pero, ellos le habían dicho que tenía que comportarse como una niña grande y no un bebé.
Volvió a abrir la boca para querer hablar pero entonces unos gritos la hicieron callar.
-¡Yuuuuuuuuuuuuu! ¡Llegaron Alma y Emilia!-
Allen vio a un niño de cabello rojo tirársele encima a Kanda. Y seguidamente llagaron otras tres niñas, una de cabello negros verdosos en dos coletas, una de cabello negro azulado hasta los hombros y otra rubia.
Kanda vió a las niñas y se sonrojo un poquito al ver a Alma.
-Feliz cumpleaños Yuu – Dijo la niña de cabello corto
-¡Felicidadeeees!- Grito la rubia
Kanda, Lavi y las niñas empezaron a hablar entre ellos, ignorando por completo ala peliblanca. Hasta que Lenalee se dio cuenta de su presencia.
-Hola, mi nombre es Lanalee, tengo 8 años ¿Y tú?-
-A-Allen, también 8 años- Dijo bajito.
-¡Uwaaa! Que lindos vestido tienes- Intervino Alma.
-El mío me gusta más- Dijo Emilia, siendo ignorada por todos.
-¡Hey! Hola, soy Lavi y ¿tú?- Le sonrió abiertamente le pelirrojo
-Allen, eh yo…-
-¡Allen-chan!.. Eh, Yuu, es tu amiguita especial jeje- Dijo en tono juguetón.
-Vaya ¿Eres su novia?- Preguntaron Lenalee y Alma sonriendo.
-Eh... su... prometida- Agregó Allen
-¡Genial! Yuu, yo quiero ser la madrina- Dijo Alma.
-¡Y yo la niña flor!- Festejó Lenalee
-¡No, Alma! Ella es…- Dijo Kanda angustiado por lo que pensaría Alma.
-¡No, yo me quiero casar con él! ¡Waaa!- chillaba Emilia, sin ser tomada en cuenta otra vez.
-¡Yuu se va casaaaaaar!- Gritó Lavi.
-¡NO!- El grito de Kanda hizo que todos callaran de golpe.
Hubo un silencio extraño entre los niños antes de que Kanda explotara.
-¡Baka usagi no digas estupideces! Ella no es mi novia, no es nada mío, dejen de decir y gritar cosas que no son, ni siquiera la conozcan o la conocen, es solo una extraña, y hablando de extraños, tú niña- Miró a Allen de frente- Eres RARA, toda blanca, puag, me das cosa, yo no me quiero casar contigo, prefiero hacerlo con un mono y ahora mismo le diré a mis padres que no quiero nada contigo, yo en la vida voy a querer estar con una horrible como tú porque eres asqueros… - Kanda corto sus palabras al darse cuenta de la burrada que estaba haciendo.
La albina se quedo perpleja escuchando cada una de las cosas que decía Kanda, sintiendo tan solo humillación y hecha menos antes los demás niños. Las lágrimas empezaron a correr a lo largo de sus mejillas. Se bajo de la silla y corrió lo mas rápido que pudo hacia sus padres, los únicos que la querían por como era.
Los chiquillos vieron que Allen se alejo corriendo y por no fijarse tropezó y callo al piso. Lavi y Lenalee se acercaron donde ella para ayudarla pero esta tan solo respondió con un grito.
-¡PAPAA!- Grito con todas su fuerzas.
….
-A mi me parece que la edad apropiada para que ellos puedan casarse sería cuando terminen las universidades- Acoto Kouji.
-Eso ni que decir- Aseguro Anita
-No puedo esperar a que llegue le día de la boda de nuestros niños- Dijo emocionada Yuki.
-Jeje, mi niña será la mas linda mujer de ese día – Cross tomo vino su copa.
-¡PAPAA!-
El pelirrojo escupió el vino y tiro la copa al piso, volteo y vio a su hija en el piso rodeada de otros niños, desesperado corrió hacia donde ella, seguidos de los demás adultos.
-¡Allen!-
Marian recogió a su niña del suelo y la cargo, la observo preocupado, ella lloraba incesantemente en su pecho e hipaba incluso.
-¿Niños que fue lo que paso?- Pregunto Yuki.
Todos los chiquillos se dirigieron miradas cómplices y dijeron en unísono:
-¡Fue Yuu!- Lo señalaron con el dedo y salieron corrieron del lugar, dejando solo al culpable.
Kanda apenas podía dar cuenta de que tan bastardas y sopletes eran sus supuesto amigos, ya se vengaría de ellos con su Mugen. El llanto de Allen lo saco de sus pensamientos, alzo el rostro y vio a la albina seguir llorando. Se sintió mal por haberle dicho todas esas cosas, no era su culpa es que le sacaron de sus casillas que todos dijeran que eran novios y sobretodo que Alma pensara que él tenía novia.
-¡Yuu Kanda!- Le grito su padre –Me vas a explicar ahora mismo jovencito qué pasó con Allen- Dijo serio. Por supuesto que el hombre ya conocía el temperamento de su hijo, así que el ya tenia imaginando mas o menos lo que el pequeño japonés le pudo haber hecho a Allen.
-¡No le hice nada!-
-¿Entonces porque esta llorando?- Le dijo su madre seria.
-Eh.. yo… Es que ella.. y Lavi dijo que.. Yo no quería que Alma.. Pero..-
-Esta bien, Kouji , Yuki, no se preocupen, seguramente fue solo una pequeña pelea entre niños, ya se les pasara – Dijo Anita para calmar las cosas entre los Kanda.
-No Anita, esto no puede ser así, ella es una niña y Yuu debe aprender a controlar su carácter- Dijo la madre del chico.
-Es cierto. Ahora mismo Yuu, pídele perdón a Allen- Exigió el mayor de los Kanda.
-¡Pero otou-san! Yo no.. -
-Tú nada, ahorita misma jovencito.-
Kanda estaba que echaba humos por las orejas, sabia que había hecho mal en decirle todas esas cosas, claro el creía que eran ciertas, pero aun así, en fin, el caso es que no quería disculparse ni bajar la cabeza ante nadie. Se mordió los labios para aguantar la ira y se tuvo que tragar el orgullo.
-Lo siento- Dijo con la cabeza gacha.
-¿Qué es lo que sientes Yuu?- Dijo su madre.
-Siento haberte gritado- Suspiró.
Allen con sus ojos enrojecidos observo a Kanda, ella sabia que en el fondo el japonés no lo sentía, pero daba igual, tan solo quería irse de ese lugar con sus papas. Aun no podía detener sus lágrimas, escondió en rostro en el pecho de su papa.
Cuando Kanda vio el ademán de la chica de esconder la cara, este lo tomo como si ella lo estuviera ignorando, y eso no se lo permito a nadie.
-¡Ay, mírame cuando te estoy hablando! ¡Moyashi fea!- Grito.
Allen no entendió lo de moyashi pero si lo de fea, lloró aún más fuerte.
Los padres de Kanda miraban sorprendidos a su hijo. Anita quedo muda y Cross estaba punto de lanzarse encima del mini Kanda por haberle dicho groserías a su hija.
….
28 de Septiembre del 2011.
Mansión de la Familia Kanda. Inglaterra.
El joven Yuu Kanda con ya 18 años encima, de buen porte físico, y excelente rendimiento académico. Se hallaba en su habitación, en ese momento eran exactamente las 3:35 de la tarde, se preparaba para salir. En media hora debería encontrarse con el mugre conejo para luego llegar al centro comercial donde se encontrarían con los demás.
Tomo un peine, y se armo su acostumbrada cola de caballo, se observo por último vez en el espejo. Como era ya primavera, iba vestido con un pantalón negro pegado, una camisa azul manga corta y unas zapatillas del mismo tono de la camisa. Abrió el cajón derecho de su cómoda y saco una pulsera de bolitas hechas de un extraño diamante negro, un regalo hecho por su querida Alma, su enamorada, ahora que se ponía a pensar en ella, últimamente las cosas no iban bien entre ellos. Alma tenía otros intereses distintos a los suyos.
TOC TOC TOC
Se le corto el hilo de los pensamientos con el ruido. Abrió la perta de su cuarto y vio a una de las sirvientas de la casa en la puerta.
-Joven Kanda, sus padres lo esperan en el salón principal-
Kanda camino con dirección al salón. Al entrar vio a sus padres conversando, al menos su madre parecía algo seria mientras que su padre más bien angustiado.
-Otou-san, Oka-san-
-Yuu, ven siéntate por favor- Dijo su padre.
El joven Yuu, tomo asiento en el sofá que se haya en frente de sus padres. Un cierto silencio incomodo se asomo.
-¿Y… de que querían hablarme?- Dijo rompiendo el hielo.
Su padre aire.
-Hijo, recuerdas hace 9 años, cuando te hicimos una fiesta, con el payaso ese al que pateaste y la torta azul grandota- El hombre hizo mímicas.
Kanda levanto la ceja.
-Bueno es que, recuerdas también que…-
-¿Recuerdas a Allen Cross Walker? – Soltó su madre.
-No, no sé quién es- Dijo despreocupado.
-La niña albina a la que hiciste llorar y luego de eso le dio un vértigo y se desmayo ¿La recuerdas?-
-Ehhh.. Si la recuerdo- Yuu miro hacia otro lado, evadiendo la mirada acusadora sus padres.
-Bien- Continuo su madre –Entonces recordaras que es tu prometida, también-
Ok, de eso si no se acordaba nada, nadita. Miro a su madre asombrado, pero luego entonces todos los recuerdos de su infancia se le hicieron mas claros y, por Micky Mouse, era cierto el tenia una mendiga prometida... albina.
-El caso es que ella llegara al aeropuerto hoy mismo a las 6 pm, deberás ir a recogerla. Sus padres llegaran dentro de unos días así que es nuestra obligación, y tu obligación sobre todo el atenderla como se merece- Dijo Yuki Kanda.
-Oka-san... Yo... Hoy tengo planes para salir y además, ustedes ya saben que yo tengo una relación con Alma… ella no…-
-Lo sabemos hijo, y lo respetamos, son tus sentimientos, pero tu compromiso esta hecho, seria bueno que hablaras con ella, créeme que nosotros también el tenemos un aprecio a ella, pero las cosas ya se han dado de cierta manera- Intervino el padre.
Kanda no podía creer esto. Maldijo su vida y sobretodo al maldito compromiso. Se levantó del sofá y se fue sin decir nada en su auto.
….
-Entonces se lo dirás a Alma de una vez- Dijo Lavi.
-Si, pero yo no voy a romper con ella por esa fulana. A mi me vale el compromiso. ¡Ch!-
-Bueno Yuu, calma, quizá la chica no tenga problemas en romper el compromiso. Adema son creo que quiera casarse contigo luego de que le dijiste fea jajaja-
-Quizá le vuelva decir lo mismo para que se aleje de mi- Sonrío con maldad. –Vamos de una vez con los demás, luego si no Lenalee empezará a llamarnos a los celulares como histérica- Se puso de pie.
-Ok- Lavi se subió en su propio auto.
….
Se encontraban reunidos en un cafetín del centro comercial.
-¿La chica del vestido blanco?- Pregunto Lenalee
Alma y Lenalee oían expectantes. Kanda, bueno mas que nada Lavi, se había tomado la molestia de contarles y hacerles recordar lo de la fiesta de hace 9 años y del compromiso, que definitivamente no quería cumpliría.
-Si ella…- Kanda miró fijamente a Alma, quien llevaba un vestido amarillo de tiras, hasta las rodillas.
-Alma, quiero hablar un momento contigo, en privado- Lavi tomó de la mano a Lenalee sacándola de ahí corriendo.
-Escúchame, esa chica va a venir y se que estoy comprometido con ella, pero hablare con mis padres para que…-
-Yuu…Déjalo- Dijo calmada, tomo de la taza de té.
-¿Qué?-
-Es que… ya te habrás dado cuenta, lo nuestro se ha enfriado mucho sabes, quizá esto sea una señal de que solo deberíamos ser amigos. No lo tomes a mal, yo te quiero mucho pero, no creo que lo nuestro siga funcionando, es mas, yo…-
-Si, si como sea. Bueno vamos por los demás, debo irme al aeropuerto- No la dejo continuar.
Alma se quedo sorprendida, pero lo tomo para bien.
….
Kanda iba conduciendo en su auto, iba solo, no con Alma, a pesar de que sus amigos exigieron acompañarlo, Alma estaba en el auto de Lavi junto con Lenalee.
En su interior el solo pensaba que Alma lo había dejado por culpa de su compromiso, que se sintió mal por eso, pero él le demostraría que esa no le importaba y si era preciso repetir lo de hace 9 años, lo haría.
A los pocos minutos estaciono su auto, ya había llegado al aeropuerto, debía esperar a la chica cerca de la puerta 14.
Los cuatro buscaban con la mirada a una persona de rasgos blancos, pero no veían a nadie parecido. Luego demedia hora el celular de Kanda sonó.
-Moshi moshi-
-¿Con Yuu Kanda, por favor?- Preguntaron.
-Si, con quién hablo-
-Ah.. Bueno yo soy Allen, es que, estoy en la cafetería.. Llegue un poco así que me fui para..-
-¡Ch! Maldita sea- Cortó la llamada.
Kanda miro el aparato que tenia en su mano y casi lo destroza.
-¿Quién era?- Pregunto Lenalee
-Esta en la maldita cafetería- A paso largos se dirigió hasta haya.
….
Caminaron rápido y al llegar observaron las mesillas y entonces en una de ellas vieron a una chica de cabello blanco de espaldas.
Lenalee tomo la iniciativa y se le acerco.
-¿D-disculpa, tu eres Allen?-
La nombrada levanto la cabeza, se paro y quedo viendo de frente a los cuatro chicos. Ellos pudieron observar que iba vestida con un abrigo negro pegado al cuerpo que le llegaba a la mitad de los muslos, unas medias de rayas rojas y negras que iban hasta un poquito mas abajo del abrigo, dejando ver un poco de la piel de sus piernas, unos zapatos negros con plataforma tipo Lolita (Como los de Road :3), su cabello largo y ondeado iba en dos coletas bajas hacia delante y algo que llamo mucho la atención fue la marca roja de su rostro y la cosa peluda que estaba en su cabeza, era grande y amarilla.
-Eh, si, soy yo. Mucho gusto- Saludó a todos.
Kanda la miro de mala manera, hasta que ella lo miro detenidamente. Se le acerco y tomo la mano del mayor entre la suyas.
-Kanda-kun, que gusto volver a verte, hace años que no nos vemos- Le sonrío de manera tierna.
Kanda se sonrojo ante la cercanía y la sonrisa de la chica. Pero entonces, el ver la sonrisa media burlona de Lavi, y las miradas sorprendidas de Lenalee y Alma, lo hicieron sacar su ogro interno.
-¡Ch! Suéltame- Quito su mano de las mas pequeñas de forma grosera.
Allen por inercia retrocedió unos pasos.
-¿Para empezar se puede saber por que rayos estas en al cafetería y no en la puerta 14? Hemos estado como idiotas esperándote- Le reclamo molesto.
Allen sus suspiro.
-Lo siento mucho, no era mi intención. El vuelo se adelanto por lo que llegue antes y…-
-¡A mi me importa muy poco eso! Te voy dejando algo bien en claro NO tengo paciencia para con nadie ¿Me oíste bien, Moyashi?- Frunció el seño.
La albina se encogió en si misma, incomoda por las palabras del otro, bajo la mirada.
-L-lo siento- Susurro.
-Con un lo siento lo arregla nada-
-Woo woo Yuu, clama, la pobre chica no tiene la culpa, además la pobre debe estar muy cansada por el viaje, seguro por eso se vino hasta la cafetería ¿verdad?- Lavi le sonrío a Allen intentado animarla.
-Eh... Si. Gracias joven.- No funciono, Allen seguía con los ojos hacia abajo.
Hubo un silencio incomodo entre los chicos. Hasta que Lenalee quiso suavizar las cosas.
-Eh… Que tal si por la llegada de Allen-chan le organizamos una fiesta- Propuso Lenalee.
-Es una buena idea- Apoyo Alma.
-Si, si. ¡Fiesta!- Lavi saltaba
A pesar de que estas personas eran extrañas, a Allen les agradaba su forma amable de ser. Miro a los tres chicos sonriéndoles.
-¡Ch! A mi no me importan lo que hagan, no cuenten conmigo- Dicho esto, Kanda dio media vuelta retirándose del lugar. Allen abrió la boca para decir algo, pero no sabia que hacer.
-¡Eh, Allen-chan! No te preocupes, yo te llevare hasta la casa de Yuu- Ofreció Lavi.
-Te ayudamos con tus maletas- Dijeron las otras dos chicas.
-Gracias-
….
Allen estaba sentada en el asiento del copiloto, Lenalee y Alma en la parte posterior del auto. Veía las calles de Londres pasar, sin mucho interés, y con la mirada perdida, tan solo tenia una idea en la cabeza: Yuu Kanda era la misma basura de hace nueve años, y al parecer no tenia intención alguna de cambiar. O al menos no con ella.
La albina suspiro, esto lo notaron los otros tres.
-Allen-chan- Llamo su atención Lenalee. –Aun, no, nos hemos presentado como es debido-
-Eh, je je, no se preocupen yo recuerdo sus nombres-
-¿Enserio? Pero si apenas nos conocimos hace nueve años, tu si que tienes buena memoria- Dijo Lavi.
-A, pero de mi, seguro no te acuerdas je je- Río Alma.
-Ehh… Mmmm… Lo siento, me acuerdo de tu rostro, pero de tu nombre no, creo que nunca me lo llegaste a decir- Sonrío.
-Je je, yo soy Alma Karma, mucho gusto Allen-chan-
-Igualmente-
-Por cierto, no hagas caos a Kanda, te haremos una linda fiesta de bienvenida. Invitaremos a nuestros conocidos, seguro les caerás bien a todos- Dijo Lenalee.
-Mmm. Gracias, pero no estoy muy segura de eso, es que no conozco a nadie y me da…-
-No te preocupes, estaremos contigo, y así de paso haces mas amigos- Le hablo Lavi.
-Gracias chicos- Allen se sentía mejor.
Pasaron unos cuantos minutos y entonces llegaron a la mansión de Kanda. Vieron el auto de Kanda ya estacionado. Ayudaron a Allen con su equipaje, luego en la puerta los empleados se encargaron de este.
-Bueno Allen-chan, te acompañaríamos adentro, pero ya es tarde y tengo que dejar a Lenalee y Alma en sus casas. Mira no te preocupes, ni te pongas triste, el carácter de Yuu siempre ha sido fuerte, tan solo seria bueno que esta noche no le hables mucho. Es bien malhumorado, pero luego se le pasa- Lavi la aconsejo.
-¡Suerte!- Lenalee y Alma subieron al auto otra vez y por la ventana le hablaron.
-Luego mañana venimos a visitarte para conversar acerca de la fiesta- Alma dijo entusiasmada.
-Venimos a las 4 pm. Hasta luego Allen-chan-
-Adiós- Allen alzo su mano en señal de despedida mientras el auto de Lavi se iba alejando.
Allen suspiro y se decidió a entrar a la mansión extraña. A ingresar habían los filas de servidumbre esperándola en la entrada.
-¡Buenas noches, señorita Cross Walker! - Dijeron en coro.
-Sus cosas ya han sido llevadas a su respectiva habitación- Dijo una de las empleadas.
-Gracias ¿Y dónde esta mi habitación, por favor?- Pregunto cortés.
-En la segunda planta. El joven Kanda, la esta esperando ahí mismo –
-Oh… Bien. ¿Y los señores Kanda están aquí, verdad?-
-No, señorita. Ellos salieron hace un buen rato a hacer unas compras, pero deben de estar llegando dentro de un rato. Sígame por favor-
…
.
La sirvienta guío a la albina hasta una gran puerta, la otra se retiro dejándola sola. Ella entro a la que sería su habitación, y observo a Kanda echado en la gran cama que estaba en medio de la habitación, parecía estar dormido. Se le acerco un poco y si, estaba dormido con respiración pausada y tranquila. Prefirió no despertarlo y observar la habitación. Vio unos lindos cuadros de calabazas adornando la pared, un closet, un tocador, la araña colgante del techo, un cuarto del baño y luego casi al fondo de la habitación, vio un piano de cola negro.
Entusiasmada, casi corriendo llego donde este, estaba con polvo. Con sus manos los sacudió un poco, el banquillo y las teclas. Se sentó y sus dedos rozaron las teclas, empezó despacio a tocar una melodía y a cantar.
¨Tsunaida Te Ni Kiss Wo¨
Olvidándose completamente del japonés, dejo fluir su voz y sus dedos por las teclas. Le encantaba esa música. La amaba.
….
Kanda despertó al empezar una melodía. Era muy linda, acompañada de una dulce voz.
Watashi wa inori tsuzukeru
douka konoko ni ai wo
tsunaida te ni kisu wo
Kanda despertó totalmente, y a la persona que interpretaba la canción. Era la Moyashi. La chiquilla estaba de espadas, sin percatarse del japonés ya despierto.
-Oye…-
Allen dejo de tocar el piano y al intentar girar para verlo, se callo del banquillo.
-¡Itai!- Se quejo en piso, de donde vio mejor a Kanda.
-¿Qué rayos haces?-
-Eh… Tocaba el piano-
-Como sea, párate-
Allen se sacudió las ropas e iba a sentarse en cama, cuando Kanda la tomo por los hombros y la acorralo contra la pared.
-¿Q-qué sucede, Kanda-kun?-
-Voy a hacer que te largues de aquí- Le soltó de la nada.
…
-¿Disculpa? No entiendo-
-Sabes bien que tu llegada aquí es por el compromiso ¿verdad?-
-Si-
-Ese compromiso, me esta haciendo la vida imposible- Alzo un poco la voz.
Allen abrió un poco los ojos ante esta declaración. Pero siguió en silencio.
-Esa chica, Alma… Hasta antes de tu llegada, hace unas horas, fue mi enamorada. Y la única persona que en realidad me gusta…- La miro directamente a los ojos –Y no voy a permitir que tú, ni mis padres, ni nadie, se metan en mi vida-
-Pero yo…-
Yuu le tapo la boca con la mano, presionando fuertemente su rostro. Ella gimoteo un poco.
-Que te quede claro, que este compromiso no tendrá futuro. De eso yo me encargo Moyashi. Mas te vale no haberte hechos ilusiones conmigo o algo parecido- Le sonrío cínicamente, quito la mano del rostro de ella.
La albina tomo aire por la boca y miro directamente al piso. A Kanda se le ocurrió una muy ¨ buena idea ¨ de empezar su plan de ahuyentarla de su vida.
Poso su mano en la cintura de ella y la otra en su nuca.
-¿Kanda-kun, q-qué haces?-
-Ahuyentarte, Moyashi-
-Pero, yo no soy un brote de habas. Mi nombre es Allen-
-No me importa-
Allen se quedó fría al sentir los labios de Kanda rozar con los suyos. El nipón empezó a besarla de manera agresiva, intentando que abriera su boca, pero ella seguía desconcertada. Yuu mordió su labio inferior hasta hacerlo sangrar, lo que hizo que ella reaccionara e intentara alejarse de él, pero sin éxito. El mayor aprovecho para colar su lengua en la de ella, encontró una lengua pequeña y suave, un aliento dulce, recorrió toda su boca. Se veía que ella era muy inexperta en cuanto a besos, no hacia nada, solo hacia ruiditos como pidiendo que la dejara. Si, claro, mucho que le haría caso.
TOC TOC TOC
-¿Yuu, Allen, están allí?-
Kanda se separo de la chica al oír la voz de su madre. Allen sin embargo seguía desubicada. El chico la guío hasta su cama.
-Duérmete ahora- Se dio la vuelta para salir de la habitación, pero antes le dijo –Ah, límpiate la boca, tienes sangre- Abrió y salio rápido.
-¿Y Allen-chan?- Hoyo la voz de la señora Kanda.
-Se quedo dormida. Estuvimos hablando, pero al parecer esta muy cansada por el viaje-
-OH vaya, bueno mañana hablaremos con ella. Buenas noches mi vida. Mañana será un gran día-
-Buenas noches, oka-san-
Los pasos de ambos se alejaron.
Allen, sentada en su cama, se toco los labios heridos, los cuales empezaron a temblar. Pronto sintió que corrían lágrimas por su rostro. ¿Por qué Kanda había echo eso? Acaso esa era su gran idea de hacerla salir de ahí.
La albina se desvistió para colocarse su pijama. Entro en la cama. Por mas que quiso no pudo, seguía llorando. Frunció el ceño, se estremeció y acurruco entre las sábanas sin poder dormir.
….
Yeih 1º cap al aire ;3! Espero sea de su agrado, déjenme comentarios acerca de extraña historia. Arigatou n_n!
Aaaammmfff voy a maltratar a Kanda en el fic xD!.. Bueno no mucho xD!
