Advertencia: Todos los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling. El título de este fic surge del nombre de una canción compuesta e interpretada por Miguel Nández en su disco homónimo. La película mencionada en esta historia es protagonizada por Ethan Hawke (y no sé a quién pertenece). En fin, esto fue escrito solo por diversión (y debido a una noche de insomnio) y no fue hecho con fines de lucro.
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Grabado a fuego Capítulo ITonks miraba atentamente por la ventana del número 12 de Grimmuld Place, de esta manera dejaba pasar el tiempo mientras llegaba la hora de una nueva reunión de la Orden del Fénix. ¿Sería posible que hoy tampoco llegara? En las últimas dos reuniones no estuvo presente…
Desde finales del año anterior, la joven auror guardaba un pequeño secreto. Ninguno de los habitantes de la casa parecía percibir que estaba más torpe y distraída de lo normal. Algunas veces no conseguía concentrarse ni siquiera en su trabajo, lo cual le reportaba graves problemas con sus superiores.
En el mes de diciembre pasado, había escuchado una conversación entre Dumbledore y Remus acerca de los problemas que estaba teniendo Snape para mantener engañados a los mortífagos. Su papel de doble espía era cada vez más difícil de sostener y Bellatrix Lestrange no dejaba de mirarlo insistentemente cada vez que proporcionaba un informe a Lord Voldemort. Al final de la conversación, el director del colegio señaló que cada vez el papel de su profesor de pociones se haría más difícil de interpretar…
Tonks no tenía una relación muy estrecha con Severus Snape. El profesor de pociones era una persona bastante aislada y su conversación con ella se limitaba a saludarla cuando se encontraba de humor para hacerlo. Por lo menos, eso fue así hasta unos meses atrás…
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Cuando se acercaban las vacaciones de Navidad, Sirius Black, el primo de Tonks, ya estaba muerto y ella no se sentía con mucho ánimo de celebrar esta festividad sin parientes cercanos con quién compartirla. Conforme se acercaba más la fiesta, más evidente era el desánimo de la joven.
Una mañana en particular, arribó el citado profesor de pociones a la casa de Grimmuld Place. En la casa se encontraba solamente Tonks y ver a Snape no le hizo mejorar su ánimo. Su primer impulso fue retirarse antes de que él la viera, pero al levantarse vio que estaba herido.
Presurosa se acercó a él, lo miró a los ojos y antes de que pudiera hacerle alguna pregunta, él perdió el conocimiento. Con más pericia de la acostumbrada, logró colocarlo en el sofá del recibidor, y luego, intentó comunicarse con Dumbledore. Tal vez debido a la cercanía de las fiestas navideñas, esto fue imposible, el director de la escuela no se encontraba disponible así que le dejó un mensaje.
La opción de llevar al profesor a San Mungo ni siquiera pasó por su mente, sabía que eso sería condenar a muerte a Snape, pues lo más seguro es que Voldemort se enteraría de que una auror ayudó a su mortífago y no era posible que lo considerara solo como una buena acción; sobre todo por que las heridas que presentaba eran prueba del tipo de acciones que llevaba a cabo (no aptas para el profesor de un colegio respetable). En vista de que el resto de los miembros de la Orden no se encontraban en el lugar, decidió que debía atenderlo ella misma.
Lo primero que hizo fue limpiar las heridas, esta tarea le consumió muchísimo tiempo y fue un gran consuelo para ella, pues al estar ocupada no tenía oportunidad de pensar en sus problemas. Cuando finalizaba esta labor Snape recuperó el sentido. Miró a la joven que trabajaba arduamente en una fea herida que tenía el profesor en el brazo izquierdo, muy cerca de la marca tenebrosa que tenía tatuada en su piel.
Tonks limpiaba cuidadosamente la herida de Snape y a la vez miraba la marca que tantos problemas representaba para el mundo mágico. Era una marca extraña y en ese momento era de un color rojo intenso. Lentamente deslizó sus dedos hasta tocarla y con ellos recorrió todo su contorno. Parecía grabada a fuego sobre su piel y seguramente, debía ser algo muy doloroso. Snape la miraba atentamente, pero no dijo nada pues observo que de los azules ojos de la chica salía una silenciosa lágrima. De pronto, ella pareció sumirse en sus pensamientos y su rostro reflejó una tristeza cada vez más profunda. Muy despacio la mano derecha del profesor avanzó desde su costado hasta la cabeza de la joven y muy dulcemente intentó consolarla.
La primera reacción de Tonks fue de asombro, volvió su cabeza lentamente y miró al profesor directo a los ojos. El reaccionó en ese instante y rehaciéndose intentó incorporarse rápidamente del sofá. Debido a sus lesiones no fue posible que llegara a levantarse, más bien tuvo que regresar a su anterior posición debido al vértigo que experimentó debido al brusco movimiento.
- ¿Dónde se encuentran todos los demás? – preguntó sin más preámbulo a la joven.
- No lo sé, ninguno se anotó en la lista antes de salir.
- Muy graciosa! Necesito hablar con Lupin, ¿dónde está?
- Te digo que no lo sé! – repitió la chica.
- Vaya carácter! Creí que ya no quedaba nadie en esta casa alguien tan cascarrabias…
- Pues es cierto, eso solo sucede cuando tú te apareces por aqu
El profesor pareció meditar un poco la respuesta y para la sorpresa de Tonks, le sonrió. Ella no pudo evitarlo y sonrió también. La tensión entre ambos se aflojó un poco y con un tono de voz bastante dulce en comparación al usado anteriormente preguntó:
- ¿Cómo te sientes? Esas heridas son profundas, vas a necesitar unos días de reposo…
- Espero que no sean muchos. – replicó él.
- Intenté avisarle a Dumbledore de tu llegada, pero no se encontraba disponible. Espero que al llegar a su despacho se comunique con nosotros.
- Gracias.
- No te preocupes por agradecérmelo, era mi obligación. Él debe estar enterado de todo lo que sucede a los miembros de la Orden…
- No me refiero a eso, sino a curar mis heridas. Lo has hecho muy bien.
Tonks no podía creer lo que escuchaba, Snape no solo le agradecía por haberlo curado, sino que además había halagado su trabajo! Seguramente alguno de los medicamentos que había utilizado había afectado al profesor… o los golpes habían sido demasiados fuertes.
- Como ya has despertado sería bueno que comieras algo, no te ves muy bien.
- Tengo casi tres días de no comer… - dijo Snape.
- Pues ya es hora de que lo hagas. Tengo preparada una sopa de pollo, ¿quieres un plato?
- Bien.
- ¿Qué fue lo que sucedió?
- Creo que hoy Voldemort estaba de mal humor…
Tonks no quiso insistir, cuando regresó con el plato el estaba inconsciente. Con un hechizo le hizo reaccionar e intentó que comiera, pero fue muy poco lo que logró.
La chica veló a su lado un poco preocupada. No sabía quién había infringido esas heridas a su compañero de la Orden, pero en definitiva era una persona que deseaba hacerle mucho daño. ¿Habrían descubierto que era un espía doble? ¿Habían sido los mortífagos o los aurores? Siempre cabía la posibilidad de que al estar actuando como mortífago algún auror los descubriera y lo atacara. Mientras la chica cavilaba de esta manera, Albus Dumbledore arribó a la casa, había leído el mensaje que le dejara Tonks y tras arreglar algunos asuntos en el colegio partió a ver a su amigo. Con el llegó la señora Promfey.
Tonks se retiró con Dumbledore para que la eficiente enfermera pudiera examinar a Snape.
- ¿Qué sucedió exactamente? – preguntó el director.
- Realmente no lo sé. Apareció de pronto bastante mal herido y lo único que dijo fue que Voldemort estaba de mal humor, creo que yo no le inspiro mucha confianza.
Dumbledore suministró una poción a Snape para mantenerlo conciente unos minutos, con el fin de averiguar lo sucedido. Resultó que Voldemort lo había castigado por no cumplir completamente una tarea que le había encomendado. El Lord Oscuro quería que robara cierto objeto y matara a su dueño. Aunque Snape llevó el objeto solicitado, recibió un duro castigo por no matar al hombre en cuestión. Pero el no podía hacerlo, ese hombre era Remus Lupin.
Luego de esta conversación, Dumbledore reunió a la Orden del Fénix para una sesión de emergencia. En esta encerrona se decidió que Lupin debía trasladarse a Hogwarts, pues era el lugar más seguro si Voldemort intentaba matarlo. Con Snape se debería haber hecho lo mismo, pero debido a que en el colegio se encontraban muchos hijos de mortífagos, era preferible que permaneciera en Grimmuld Place. Como el profesor de pociones iba a estar fuera de funciones por lo menor durante un mes, Lupin debería suplirlo en las clases y de esta manera explicarían la presencia del licántropo nuevamente en el colegio.
Aun quedaba otro problema por resolver. Snape debía permanecer en Grimmuld Place pero alguien debía atenderlo, sus heridas iban a sanar pero eso no sería en forma inmediata. Durante al menos un mes alguien debería ayudarle y para eso debía permanecer constantemente en la casa. Molly se ofreció a cumplir con esta labor, pues sus hijos estaban todos en el colegio o en sus respectivos trabajos y Artur podía trasladarse al ministerio desde la casa en la que se encontraban.
Para sorpresa de todos el director rechazó el ofrecimiento. Su argumento principal fue el de no despertar sospechas, la casa en la que se encontraban no debía ser descubierta y era del conocimiento de todos que Artur era vigilado desde el ataque que había sufrido unos meses atrás.
Cuando parecía que no se encontraría una solución satisfactoria, Tonks pidió la palabra y se ofreció a cumplir con esa tarea.
- Creo que soy la persona indicada para cumplir con ese trabajo. Desde hace un par de semanas estoy intentando que me den unos días libres para dedicarme más de lleno a los trabajos de la Orden. Mis jefes están bastante felices de mi deseo, pues me consideran un poco distraída, así que tengo un permiso a partir de mañana y por un mes para resolver "ciertos asuntos personales".
- Maravilloso – dijo Dumbledore, – creo que la tarea más importante que podemos asignarte en este momento es cuidar de Snape hasta que se recupere.
Al finalizar la reunión, Dumbledore se acercó a Tonks para agradecerle nuevamente que se encargara del herido.
- Sé que no es una persona fácil de tratar, pero espero que contigo la sangre no llegue al río. Si tu primo estuviera en esta casa, habría tenido que hechizarlos a ambos para que no se mataran uno al otro…
La mención de Sirius por parte del mago, había sido como un balde de agua fría sobre la joven. Ella se había ofrecido para cuidar al enemigo de toda la vida de su primo! No podía creerlo! Sorpresivamente para ella, una voz interior calmó sus dudas y le hizo recordar la sonrisa que habían compartido solo unas horas antes y las palabras de agradecimiento que él le había dirigido. Lentamente contestó al director.
- Estoy segura de que Sirius no habría querido que Snape muriera ahora que trabajaban para el mismo bando. Además, creo que después de todo él no es tan huraño como aparenta ser.
Dumbledore se sorprendió de esta última frase, pero discretamente no dijo nada al respecto.
Los primeros días en que Tonks cuidó a Snape pasaron sin ninguna novedad. La mayor parte del tiempo el estaba semiinconsciente y aparte de suministrarle algunas pociones, traídas del armario del profesor, su trabajo se limitaba a estar en la casa por si él despertaba.
Al quinto día, Snape despertó bastante lúcido.
- ¿Por qué estás aquí? – le preguntó directamente a la chica.
- Hola, muy bien y ¿tú cómo estás?
El profesor se quedó un poco cortado y al mirarla, vio que ella le sonreía. Un poco sin querer él le sonrió también. Una nueva sensación de calidez recorrió la espalda de la chica y sin darse cuenta, dejó caer la taza que tenía en sus manos. Un poco azorada se agachó a recogerla y al hacerlo, golpeó una pequeña mesa que había ubicado al lado de la cama de Snape, para colocar su comida cuando él despertara. Luego de juntar todo lo que había derribado, volvió a mirarlo a los ojos y notó el se divertía viéndola hacer.
Rápidamente salió de la habitación y se dirigió a la cocina. Alistó una bandeja con comida y se encaminó nuevamente a donde el herido. No podía comprender plenamente ese ataque de torpeza, se estaba comportando como una colegiala… Tomó la comida de la cocina y con mucho cuidado, la llevó hasta él y la colocó en la recién levantada mesa.
El profesor comió en silencio. Cuando terminó Tonks pensó que se quedaría dormido mientras ella llevaba todo a la cocina, pero al regresar, él la esperaba bien despierto.
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Espero que te haya gustado este primer capítulo. De ser así déjame un mensaje. Si no te gustó, también… (igual soy curiosa!)
