Hola!!!! bueno aqui les voi a presentar mi nueva historia, esta vez de Narnia. Espero que les guste, este primer capitulo es más como una introduccion por eso es tan corto, yo generalmente escribo entre 6 a 9 hojas del Word. Recien en el siguiente capitulo vamos a ver a los Pevenises y a Caspian.
Una cosa que me gustaría aclarar es que les cambié las edades a los personajes asi quedan mejor con la historia, a continuación les pongo las edades:
Peter: 19
Susan: 18
Edmund: 16
Lucy: 13
Caspian: 19
Y ahora les presento la nueva historia, recuerden que los reviews nos ayudan a los escritores a mejorar dia a dia y nos impulsan a escribir más, así que dejen sus reviews con sus opiniones y/o dudas.
¡Klang! ¡Klang!
El sonido de las cadenas retumbó dentro de mi celda. Cadenas que se encontraban amarradas a mí durante estos años. Ya no recuerdo lo que era mi vida antes de estar amarada. No recuerdo si alguna vez tuve a mi madre, algún padre y tal vez un hermano. No recuerdo como era sentir el viento juguetear con mi cabello, el sol brindándome su calor, correr por los pastizales.
Ser libre.
Todos estos años encerrada. Me pregunto ¿Qué día será hoy? ¿Es de noche o es un hermoso día? ¿Durante qué estación estaremos?
Ni siquiera conozco la razón de mi permanente estadía aquí, tampoco se por cuánto tiempo permaneceré, cuando saldré, o simplemente si alguna vez podré volver a recuperar mi libertad.
Mi vista baja hacia mi cuerpo, manchado de mugre, polvo y sangre…mi propia sangre. Mis manos se encuentran unidas por cadenas al igual que mis pies, mis muñecas y tobillos heridos, sangrando, se puede observar como esa parte de mi piel se encuentra al rojo vivo luego de haber luchado en varios intentos de liberarme en vanos.
Escucho el sonido de la puerta ser abierta seguido por unos pasos acompañados de risas malévolas. Cierro mis ojos fuertemente, sabiendo muy bien quienes son esas personas y su propósito de su macabra visita.
¡Boom!
Mi cuerpo cae fuertemente al suelo, mis manos y rodillas amortiguando la caía, pero al estar tan débil debido a la falta de movimiento y a la poca alimentación, no resisten mi peso y caigo cansada.
Siento algo cálido recorrer toda mi espalda, algo cálido y húmedo. Siento como recorre toda mi espalda y finalmente observo el líquido rojo de mi sangre caer al suelo.
Siempre es así.
-¿Piensas decir algo?-escuché la voz de uno de los hombres mientras reía al mismo tiempo que los demás. Yo solamente me limité a quedarme acostada en el suelo, rezando que esto acabara y que finalmente logre morir tranquila y pacíficamente.
-¡Contéstame, sangre sucia!-gritó el hombre mientras sentí como volvía a ser levantada y escuché el sonido del látigo ser agitado antes de que volviese a golpear fuertemente contra mi espalda.
Mis ojos se cerraron fuertemente, tratando de suprimir las miles lágrimas que trataban de brotar y correr por mis mejillas. Trataba de olvidarme el dolor. El sufrimiento.
"Lo importante es que no te importe que te duela"
Luego de unos cuantos azotes, los hombres sueltan mi cuerpo y siento como caigo casi sin vida al suelo. Exhausta.
Mi respiración se entrecorta, la sangre sigue brotando.
Mis ojos comienzan a mirar mi habitación de tortura, compuesta por unos simples muebles, unas enormes ventanas y una enorme puerta entre abierta.
De repente, observo como una cabeza se asoma por la puerta. La cabeza comienza a mirar en varias direcciones hasta que se encuentra con la horrible escena de mi tortura y observo como mira horrorizado. Debido a la lejanía de la puerta y mi cansancio no logré identificar a la figura.
-¡Llévensela a su celda!-escuché como el hombre le ordenaba a sus hombres y casi sentí como sonreía en un alivio al saber que la tortura había finalizado.
Solamente por hoy.
Los hombres me vuelven a levantar y siento como soy arrastrada por la puerta de atrás que nos llevaba hacia las celdas ocultas. Yo sentí un enorme alivio y antes de que la puerta se cerrara tras nosotros, le eché una última mirada hacia la otra puerta.
Seguía entreabierta, pero no había nadie.
Sentí como los hombres volvían a encadenarme nuevamente. Volví a sentir el ardor del acero rozar ásperamente mi piel. Era el acero de las cadenas lo que había hecho que mis muñecas y talones se encontraran rojos, a tal punto que éste había abierto la piel y la carne se habría paso.
Ellos me desencadenaban para azotarme ya que mi cuerpo está tan débil que es imposible que lograra escapar. Con el tiempo lograron cansarme, las primeras veces recuerdo haber luchado tanto que logré que los azotazos me dejaran inconsciente.
La sangre sigue brotando de tal manera que el mundo en torno a mí comienza a girar. La celda se convirtió en mi mundo y ahora este estaba girando sin parar. Estoy perdiendo mucha sangre.
Recuesto lo más suave posible mi cabeza en el suelo y cierro mis ojos, tratando de calmarme y olvidarme de los mareos y las náuseas.
¡Klang!
Escuchó como el ruido de la puerta se abre, seguido por unos pasos lentos. No escucho risas.
¿Acaso los hombres volvieron nuevamente para darme otra paliza? El nunca me azotó dos veces el mismo día, nunca mandó por mí dos veces.
-¡Por Aslan ¿Qué es esto?!-escuché una voz susurrar, los pasos siguieron hasta que sentí como algo chocaba contra mi pié, provocando que la cadena se moviese y rozara nuevamente mi tobillo lastimado. Solté un gemido de dolor y escuché un grito ahogado provenir cerca de mí.
-¡Mira, hay alguien aquí!-escuché otra voz susurrar, voces que yo nunca había oído antes. Siento como alguien se arrodilla ante mí y sentí como una mano se apoya suavemente en mi cuello.
-Tiene pulso, pero es muy leve-susurró la otra voz luego de alejar su mano de mi cuello. Lentamente abrí mis ojos y observé como la figura pasaba su brazo por mi cintura y el otro por mis pies, alzándome con delicadeza.
-No te preocupes, te salvaremos…-me susurró la figura. Sentí como la figura comenzaba a moverse y luego de varios años, cerré mis ojos para descansar en paz mientras sentí como sonreía.
Una sonrisa genuina.
Una sonrisa de esperanza.
