Aclaraciones:
AU (Universo Alterno, es decir, que el trama presentado en este fic no tiene nada que ver con el anime.) Aun así, debo decir que algunas cosas están inspiradas en los primeros tomos del manga y de la Temporada 0. Sobre todo algunos Juegos de las Sombras que no tienen nada que ver con el Duelo de Monstruos. (Si han leído el manga o visto esa temporada creo que podrán comprender. Sino, no se preocupen, ya que como dije solo "están inspirados",
100% Puzzleshipping (Yami x Yugi). Hasta ahora no tengo planeado crear algún tipo de sub-trama romántico con alguna otra pareja, aunque tampoco descarto la posibilidad de hacerlo. Veamos como se va desarrollando xD
Acepto sugerencias.
El primer Yaoi que escribo en mi vida. Así que, chicas expertas en este tema, téngame paciencia xD
Advertencias:
Yaoi, Violencia Moderada (Posiblemente).
Disclaimer:
Ninguno de los personajes de Yu Gi Oh! me pertenecen. Todos son completamente propiedad de Kazuki Takahashi.
¡Disfrutendolo!
Juegos del Corazón
Prólogo
(Para algunos, un trabajo; para otros, afición; más para él y el resto del mundo, una abominación que no tiene perdón de Dios.)
Perderse por las calles de la ciudad a horas previstas con anterioridad. Su trabajo perfecto. Caminar por los barrios solitarios y carentes de movimiento. Su pasatiempo favorito. Esperar de segundos a minutos, de minutos a horas, estar siempre dispuesto a gastar el tiempo que sea necesario. Su vida casi perfecta.
Sorprenderse por los casi inexistentes pobres desafortunados, dueños de esas preciadas carteras atiborradas por completo de dinero, que se atreven a pasar por sus dominios. Sus favoritos, sus consentidos. Suelen ser pocos, pero así siempre es mucho mejor. Entre menos testigos, más posibilidades de salirse con la suya. Una risa sarcástica suena, él siempre se sale con la suya.
Camina aproximadamente durante treinta minutos, observando y analizando posibles escenarios, próximas victimas, inevitables peligros; pero pronto encuentra su sitio de trabajo para esa noche. Un callejón aledaño a la calle principal, de buena posición y con una vista perfecta para ver y detectar a varios metros de distancia a quienes tengan la mala suerte de pasar por allí; sin nada de objetos cercanos que obstaculicen sus movimientos; de considerable largo y ancho para acorralar sin dejar lugar a la escapatoria; y con una iluminación perfecta, casi nula.
Veinte minutos pasan sin que se mueva de su posición, aun cuando cinco personas han pasado esa noche frente a él. Tiene que tener mucho cuidado al elegir a su próxima victima. Después de todo, es un lugar demasiado perfecto como para desperdiciarlo en alguien que no lleve consigo la cantidad de dinero suficiente que llene sus expectativas.
Otros diez minutos, otras dos personas pasando a su lado, y no parece haber encontrado aún a ese desafortunado que tendrá la irónica suerte de convertirse en la primera victima de la noche. Más no parece frustrado, y mucho menos detona algo de desesperación en su semblante.
En comparación con otras noches, es aún poco el tiempo que lleva esperando allí a la aparición de su "olla de oro". Ha habido días en las cuales suele esperar por más de tres horas hasta encontrar alguien que parezca encajar a la perfección con el perfil de posible victima.
Hombros encogidos; cuerpo tenso y curvo; pasos largos entonados con un caminar rápido; manos en los bolsillos de su pantalón o chaqueta; ojos fijos mayoritariamente del tiempo en el suelo, con pequeños deslices de mirada hacia sus alrededores. Si, una actitud que dice a gritos: "¡Ven aquí y róbame! Que llevo conmigo mi pago de la semana".
Más es la decima persona de la noche, después de media hora más de espera, quien termina llamando su atención.
La victima: Un joven, posiblemente estudiante de Bachillerato que sale de una fiesta. Su peculiar cabello, puntiagudo y tricolor es el principal detonante de su atención. Un cabello, que por lógica, no puede ser natural sin ayuda de un par de tintes, y que no puede tener esa forma sin un par de kilos de gel detrás de ello. Bueno, por lo menos ahora puede deducir que es un chico de dinero. Mantener un cabello así no ha de ser para nada barato.
Segundos más de vigilancia y lo nota: Sus hombros se encuentran encogidos; su cuerpo es tenso y curvo; sus pasos largos se entonan con un caminar rápido; sus manos en las bolsas de su chaqueta azul rey; sus ojos fijos mayoritariamente del tiempo en el suelo, con pequeños deslices de mirada hacia sus alrededores. Ese es el perfil que busca, ese es el tipo de comportamiento que espera, ese es la clase de persona que desea encontrar.
Sin embargo, se permite preguntarse a si mismo cuanto dinero puede tener un chico que seguramente lo ha gastado todo en alcohol y cigarros. Duda, a pesar de que el comportamiento se ve claramente, de que el perfil casi nunca miente, duda. Hay algo que le de un mal presentimiento sobre que aquel tipo.
Mas una sensación extraña acalla toda duda, un casi susurro llegándole a su oído le dice que él es su "olla de oro" de esa noche. Al final opta por obedecer a esa inconsciencia que nunca antes había escuchado por sobre el mal presentimiento que sentía.
Mete su mano derecha en uno de los bolsillos de su chamarra y acaricia con cierta dulzura la capa metálica que recubre su pistola. Adora más que nada ese frio tacto, sentir las delineadas y bien marcadas facciones de aquel artefacto "acallador de latidos" y se deleita con el de tal forma como si fuera una bella mujer a quien estuviera acariciando de esa forma. Quiso reír, ninguna mujer podría hacer el trabajo que esa hermosura hace.
Sonríe cuando ve que el chico se acerca, comprobando con agradable alegría que no es muy alto. Fácilmente supera su altura por varios centímetros. Excelente, así será mucho más sencillo el acorralarlo.
Espera con evidente exaltación. Son esos últimos segundos previos al robo los que más le encantan. La adrenalina saltando con hiperactividad por sus venas, la respiración volviéndose nula para no ser escuchado, la emoción agolpándose con fuerza en su corazón amenazando con estallarlo en pedazos. Si, le encanta ser inundado por esas placenteras sensaciones.
Pero el chico pasa a su lado, y él no mueve ni un solo musculo. No se preocupa, después de todo, así es como lo tiene planeado, así es como siempre realiza su trabajo. Espero una hora para que el joven apareciera, podría esperar un par de segundos más para realizar su movimiento.
Y así lo hizo, prácticamente corrió hacia su victima a pesar de que esta aun se encontraba muy cercana a él, pero tiene que moverse rápido; un movimiento en falso, un segundo de mas o de menos y estaría perdido.
Lo ataca por la espalda. Nadie espera nunca eso, a pesar de ser la táctica más ordinaria y común utilizada por los de su calaña. Lleva su brazo completo hacia su boca y hace una fuerte presión en esa zona para que él no pueda hacer ruido algún. Su mano derecha ahora sostiene la pistola que tan celosamente había guardado y la cual casi parece querer incrustarse en el cráneo del chico.
Sin restar más segundos a su tiempo, comienza a retroceder llevándose al chico consigo y, sin perder su postura, regresa rápidamente hacia el callejón donde las sombras de la noche se aseguraran de cubrir sus actos ante cualquier mirada ajena.
Fue sencillo y más rápido de lo que imagino, en especial porque su victima no opuso resistencia alguna. Para ser sincero, parecía que el cuerpo que arrastraba hacia el callejón era el de algún muerto y no de alguien que aún continua respirando en este mundo. Creyó que quizás en esos momentos el chico se encontraba demasiado asustado como para reaccionar e intentar defenderse o huir.
No tenia idea de que tan equivocado estaba.
- Dame todo lo que traigas de valor o enfrenta el metálico beso de "mi querida".
Sin liberar aún al chico del agarre, ejerce mayor presión con la fría arma para enfatizar y dejarle claro a quien se refiere con "su querida". Mas la presión dura muy poco, algo parece paralizar su brazo de repente.
Una especie de escalofrió inicia inexplicablemente en su muñeca y recorre con rapidez todo su brazo, llegando hasta su hombro y de ahí esparciéndose por todo su cuerpo en un solo gran golpe. Fue como si le hubieran inyectado agua a punto de congelarse por las venas.
Inevitablemente suelta al chico, abrazándose a si mismo para tratar de disminuir el intenso frio que ahora siente. Pero este proviene de su interior, algo que el rodear su cuerpo con sus propios brazos no parece calmar.
De repente, esa sensación de que algo había congelado todo fluido de su cuerpo desaparece. Aún así se mantiene inmóvil negándose a dar el mas mínimo movimiento, temiendo que eso pudiera desencadenar a que el terrible escalofrió volviera, pero tras varios segundos de quietud no parece sentir nada extraño otra vez.
Se atreve a moverse entonces, descubriendo con gran alivio que ahora toda molestia ha desaparecido por completo. Es entonces cuando lo recuerda, recuerda lo que estaba haciendo antes de que su cuerpo le jugara una terrible broma.
Instintivamente su mirada busca con desesperación al chico que intento robar. No quería encontrarse con la desagradable sorpresa de que su victima había aprovechado su pequeño lapso de distracción y que ahora se encontraba corriendo a ya varias calles de distancia buscando ayuda.
Mas para su gran consuelo y sorpresa, sus ojos lo encuentran con rapidez. Ahora lo tiene frente a él, mirándolo y permitiéndole por primera vez ver su rostro. Unos ojos carmesí resaltan entre la oscuridad.
No sabe si huir antes del que el chico trate de hacerlo, aceptando que su intento de robo ha sido fallido; o si apuntar nuevamente el arma hacia él y esperar a que este aun se encuentre lo suficientemente asustado y aturdido como para continuar con éxito el atraco. Mas todas sus opciones quedan olvidadas cuando ve como su victima saca las manos de sus bolsillos, pero estas no parecen salir solas. Una billetera aparece sobre ellas.
Así que él decidía cooperar.
Sin dudarlo mas apunta el arma hacia su cabeza, para evitar así cualquier arrepentimiento e intenciones de huida que el joven pudiera presentar. Se acerca lentamente y una enorme sonrisa se asoma por sus labios cuando nota lo realmente gruesa y pesada que parece ser la billetera, como si dentro de ella hubiera una gran cantidad de dinero.
El chico parece leer sus pensamientos y como si quisiera comprobarle que él tiene razón, abre la billetera permitiendo poder apreciar el contenido en su interior.
Se acerca con asombro para ver lo que hay dentro: Un hermoso fajo multicolor de billetes parece asomarse por sobre la entrada de la billetera. 5, 10, 15, 20; se pierde en ese último número al ser incapaz de continuar contando la cantidad de billetes en tan poco tiempo.
Lo único que sabe con certeza es que dentro de ahí hay dinero, mucho dinero. Sus ojos parecen querer derramar lágrimas de regocijo. Esto es como sacarse la lotería, o mejor aun; esto es verdad.
Casi perdido en otro mundo, en ese que le muestra todas las hermosas cosas que pudiera hacer con el dinero; su mano va en busca del el, mas esta no logra poder tomarlo. Es entonces cuando nota como la billetera se aleja cada vez más de su persona, sin importar cuanto su mano se acerque a ella. La sigue con una desesperación que se ve en aumento, hasta que finalmente termina por desaparecer en uno de los bolsillos del chico.
- Podría dártelo así de simple, pero de esa forma no es divertido. – Miro al chico y no lo creyó. No solo le parecía hablar como si de viejos conocidos se tratara, sino que no había ni un solo rastro de miedo en su voz. - ¿Qué te parece un pequeño juego? El ganador se lo lleva todo mientras que el perdedor recibe un castigo.
Fue como si su sentido común se hubiese apagado con esa última oración. Una parte de si dejo de pensar con lógica evitándole así poder pensar con claridad.
No supo porque lo hizo, nunca entendió la verdadera razón tras su respuesta, aun cuando sabia que bien podría simplemente jalar del gallito y terminar con todo aquello con un simple disparo. Y no es que dudara con matar al chico, eso nunca; ya había utilizado su querida sobre otras personas más en varias ocasiones anteriores, cuando la situación pareció requerirlo. Y aquí, definitivamente la situación le imploraba a gritos que utilizara ese método.
Más al final termina bajando el arma y asintiéndole al chico, firmando así su sentencia de muerte.
- Solo que este no será un juego cualquiera… Este será un Juego de las Sombras…
No comprende el correcto significado detrás de esas ultimas palabras, más no necesita saberlo para entender que esta completamente perdido.
¡Hola a toda la gente bonita que se haya tomado el tiempo de comenzar a leer este pseudónimo de fic! (?)
Espero que haya sido de su agrado, o que por lo menos les haya movido el gusanito de la curiosidad para que les interese continuar leyendo este que es mi primer fic sobre algún anime, mi primer fic de Yu Gi Oh! y mi primer Yaoi xD
Para serles sincera, quería que mi primer fic publicado aquí fuera un One-shot con el que estuve trabajando durante algo de tiempo (Un Blindshipping (Atem x Yugi) para ser mas exactos). Solo que desgraciadamente termine horriblemente bloqueada únicamente con él, a tan solo aproximadamente 3 párrafos de terminarlo.
Después de leerlo como unas 20 veces, perder mucho tiempo en él sin avanzar casi nada y quedar completamente en blanco, opte por dejarlo descansar un tiempo y dedicarme a otros fics.
Así fue como pude darle fin a este prologo xD
El siguiente capitulo ya va como a una tercera parte (Yey!), y muy pronto podrán ver otros fics mios por aquí (Para mas información, pueden consultar mi perfil. Y para su completa satisfacción, todas mis ideas hasta ahora son Yaoi, o ya de minimo, Shonen-ai).
En fin, para ya no quitarles más tiempo (el cual pueden bien invertirlo escribiéndome un pequeño Review con comentarios, traumas, dudas o sugerencias xD), los dejo deseándoles a todos un buen día (Día, tarde o noche. Todo depende de la hora en que lo estén leyendo).
Gracias de Antemano por leer y los Reviews!
PROXIMO CAPITULO
Capitulo 1: Su Labor
(Cualquiera quiere sus quince minutos de fama, pero él se siente satisfecho con saber que hace una "gran labor" a la comunidad).
- Parece ser que tuviste un fin de semana productivo.
Tomo el periódico entre sus manos y trató de fingir algo de interés en las palabras escritas en él. Sabía lo que encontraría en esa primera plana, pero aun así lo leyó; más por morbo, mas como una simple confirmación a sus sospechas, mas para darle gusto al chico que se lo había dado.
No tuvo que buscar mucho lo que esperaba encontrar, ya que enormes letras en el encabezado se lo decían:
"Presunto ladrón es encontrado muerto en uno de los callejones aledaños a la calle principal. Se presume posible suicidio"
- En la primera plana otra vez... Felicidades.
