Hola, antes que nada, los personajes de Kuroshitsuji no me pertenecen, si lo hicieran, Ciel se vestiría de Neko, Sebastián seria mi mayordomo, Lizzy no existiría (ME CAE MAL ¬¬) y Grell sería mi amada hermana.(¿?)

Los de mi autoría serán aquellos que no conozcan. Como claro ejemplo, Violeta, mi Oc, Maite y algunos más que irán apareciendo a medida que avance la historia.

Tendrá géneros como: Drama, Romance, Tragedia, algo de comedia y suspenso.

Queridas Lectoras (Y si hay, de mera casualidad, algún lector): NO soy nueva escribiendo fics, si, no lo soy, ya he escrito otros, pero siempre terminan siendo degradado, pisoteados, burlados y han recibido críticas DESTRUCTIVAS (Claro que de otro animé) Soy nueva escribiendo de esta serie . Así que, quisiera saber su opinión, sean sinceros, pero "educados", también quiero que corrijan si hay errores (Tanto como ortográficos como de redacción), no tengan miedo ni vergüenza (Ni flojera xD) de dar ideas para mejorar mi escritura o mis doctrinas, se los agradecería de todo corazón.

Las advertencias son las siguientes:

Uso mi acento, argentino, no me da miedo escribir como se habla acá. Así que, usare el "Lunfardo" (Es es una jerga originada y desarrollada en la ciudad de Buenos Aires, al principio, era más usada en el Tango, (ahora es más común, se escuchan algunas que otras palabras), pero no se preocupen, aclarare el significado cuando salga una palabra así).

Hay lenguaje vulgar, MIS personajes siempre lo usan. No sé, pero es mi forma de escribir y expresar mejor mis ideas. Espero que no les moleste.

Puede que me quede algo Ooc, pero estoy tratando de mejorarlo. Perdonen si les fastidia, pero con tiempo, eso mejorara (Espero xD).

Sin más que decir, espero que disfruten el capitulo.

~Nos vemos abajo…~


~Esa Adolescente, Vengativa~

Estúpida.

Crédula.

Inocente.

Creo que así me describiría.

Observo por la ventana, hacia el parque que hay frente a mi casa, escucho risas, de los pequeños, que se divierten jugando, que disfrutan, despreocupados, ajenos a la maldad que hay en este podrido mundo…

-Señorita…Ya sé que son sus vacaciones, pero ¿No se le haría más fácil estudiar así no vuelve a cometer ese error que la dejo repitiendo de curso este año? Tal vez, si estudia y se esfuerza, pasara de año, debería ir a rendir en febrero.-Preguntó y aconsejo una voz masculina suave, sensual, junto con un tono cautivante a las espaldas de aquella joven.

-No me jodas, Sebas, estoy en vacaciones y ya...Ya me rendí, no hay que mierdas hacer.-Respondió ella mientras seguía observando hacia afuera, disfrutando de ver como aquellas criaturas eran felices.- Además, ya sabes que pasó.- Recordó mientras hacia una mueca de desagrado.-¿Dónde está mi osito de peluche?-Pregunto para que su expresión cambiara a una infantil. Aquella voz soltó una pequeña risa.

-El joven amo esta por…-Antes de que esa voz varonil respondiera, fue interrumpida por la voz de un niño, bastante fría.

-¿Que quieres, mocosa?-Preguntó esa vocecita, que expresaba enfado.

-No me digas mocosa, porque aunque tengas siglos en la tierra, yo tengo 14, casi 15, y vos, todavía tenes 13, Ciel.-Le replico la joven voz femenina. Aquella castaña le saco la lengua con un piercing, mostrándosela a aquel pequeño, de cabellos azules al igual de hermosa pero frívola mirada de un solo ojo, la cual se veía molesta y seria. En el otro poseía un parche, ocultando…quien sabe.

-Um, eres una insolente.-Se quejo de nuevo aquel chico, mientras se cruzaba de brazos.

-Oh, sí, ya lo sé, pero te contrate, así que debes abstenerte a las consecuencias de haber aceptado, mejor dicho, de haberte ofrecido y soportarte a una loca demente como yo…-Sonrió, mostrando aquella ortodoncia. Sus ojos delineados daban aires de seducción y madurez. A pesar de que tenía 14 años, gozaba de un buen físico, y una buena altura. Su cabello era, castaño oscuro, largo hasta casi la cintura y liso, que a veces tomaba algo de levante en las puntas, sus ojos, marrones, que tiraban a ser negros acompañada de una dulce sonrisa, complementaban a esa "adorable" chica llamada Violeta.

Ciel gruño, esa mocosa era una gran maleducada, malhablada e irrespetuosa, todavía se pregunta que le había visto…Ah, sí, su alma era una brillante gema de pureza, exquisita, que se hacía agua a la boca para cualquier demonio, esa esencia que, en esos tiempos, era difícil de conseguir. Era el banquete perfecto, el cual debía compartir con su mayordomo, Sebastián, que aun estaba presente, sonriendo como solo él sabía, a su nueva ama. Al parecer la chica lo ignoraba, ya que su atención estaba en aquel parque, al parecer, le llamaba la curiosidad lo que hacía allí afuera. Ciel se asomo a ver lo que miraba su contratista, él nunca pudo disfrutar su infancia, ya que desde joven, se había encargado de una importante fábrica de juguetes en Inglaterra, claro, en su época.

-Quisiera volver a los tiempos fáciles, donde todo era jugar, ensuciarse, llegar con las rodillas echas m*erda, no te preocupabas por ningún c*rajo más que ser feliz.-Musito Violet algo melancólica.

-Señorita…no debería usar ese vocabulario, no es correcto de una dama.-Musito el hombre de pelo negro mientras miraba con algo de seriedad a su poseedora.

-No me digas señorita, decime como me llamo, trátame de vos, es raro el usted en mi y si querés, no hagas un carajo y descansa, yo se me hacer todo.-Comento con una sonrisa esta, para subir los pies sobre aquel escritorio, acomodándose en la silla.-Queee paja(1).-Se quejo para bostezar, mientras cerraba los ojos.

-Violet, deberías comportarte, no eres un chico. -Volvió a llamar este para tomarla en brazos y que ella le sacara la lengua.

-Sabes bien que ya todo cambio, las mujeres somos algo guarangas, mal pensadas y desubicadas, no te hagas el boludo(2).-Comento la joven mientras se acomodaba en el cálido pecho de el demonio.-Ya me crié así y ni vos me lo vas a poder cambiar.-Agrego.-Ciel, vení a dormir conmigo.-Mandó.

A Ciel se le subieron los colores a la cara. Bueno, todavía tenía unos pocos aspectos humanos y ese era uno.- ¿Q-Qué?-Pregunto algo sorprendido, además de nervioso.

-Ya escuchaste, vení.-Ordenó mientras el pelinegro la acomodaba en su cama y ella le hacia un espacio.-Ni qué te fuera a violar, vení.- El mayordomo la cubrió con una frazada, sonriendo y soltando una risa al comentario de aquella mujer tan inculta…Hacia eso a propósito, en verdad tenia modales, excelentes se podrían decir, pero cuando vio que esos dos seres le daban su confianza, cambio bastante.

Ciel negó, aun sonrojado. Esa chica era una indecente.

-Creí que debían obedecerme…En todo.-Comento esta pensativa para entrecerrar los ojos, mientras lo observaba.

-Violet, ¿quiere que me quede yo?-Pregunto el demonio mayor.

-Es que Ciel me hace acordar a mi hermanito y es lo único parecido que tengo, vos serias como mi hermano mayor y yo los jodia a todos, pero más al grande, lamentablemente ahora no tengo ganas.-Sonrió y expreso.-Hace de cuenta que somos hermanos, que soy la hermana que te jode y vos sos el menor que se soporta el bullying que te hago…-Rio para que él corriera la mirada, aún con sus colores en la cara.

-Joven amo, recuerde que dijo obedecer todo.-Comento el de los ojos rojos, con una sonrisa llena de burla. Su amo gruño.-Si necesita algo, estaré escuchando esa música tan buena que tiene en su pendrive y limpiare un poco la casa.-Se retiro haciendo una reverencia.

-Ahh, si, no vayas a borrar nada, me costó encontrarme todas las canciones.-Solo emitió esta sin dejar de sonreír. Corrió la mirada hacia su otro demonio, el cual miraba hacia otro lado.-Cieell.-Llamo la castaña, extendiendo sus brazos hacia él, poniendo la cara más suplicante que tenia. El pequeño conde demoniaco suspiro y se sentó al filo de la cama, recibiendo un fuerte abrazo, el cual no quiso recibir pero pronto se dejo ser envuelto por aquella retorcida mujercita, la cual a la fuerza hizo que se recostara a su lado, recibiendo gruñidos, suplicas, sin contar regaños.

-Aww, pero si esta cosita es la mas linda.-Comento Violet mientras lo abrazaba a su pecho, le apretaba las mejillas, a lo que él solo le dedicaba miradas frías, gruñidos y "basta" con aun su fuerte sonrojo visible, ella solo lo ignoraba, para seguir torturándolo con caricias, abrazos, sumadas algunas adulaciones.

Cuando se dio cuenta, la chica se había dormido, abrazándolo, contra su pecho…


Era un día monótono, aquella castaña caminaba hacia su casa, teniendo cuidado por donde iba. Vivía en un barrio…peligroso, pero ya era hace 14 años que estaban ahí, y la conocían casi todos, así que recibía saludos de parte de algunos y piropos algo…desubicados de otros, a lo que ella negaba y saludaba. Se sentía feliz por el simple hecho de que era jueves y faltaba solo viernes, para obtener dos días de descanso más uno que era feriado.

Al acercarse a su casa, escucho como cosas caían, gritos, incluido unos disparos, se asusto. Dudo en entrar, pero su terca valentía no la iba a echar hacia atrás, así, abrió de un empujón la puerta.

Se arrepintió.

Esa imagen quedaría grabada para siempre en su mente.

Sus ojos se comenzaron a cristalizar, sentía como un nudo se le hacía en la garganta, se sintió mareada, el olor a hierro de la sangre esparcida por todos lados la estaba provocando que su estomago quisiera devolver el desayuno.

-Vení acá.-Una voz masculina se escucho y alguien la tomo de su cabello, haciéndola que cediera, a lo que ella comenzaba a llorar de el dolor al ver a su familia muerta.-Mira, p*ndeja, esto es lo que se lleva tu viejo por querer salirse de la mafia.-La obligo a mirar a su padre, bañado en sangre, con una perforación en el cráneo, donde claramente se podía ver que por allí, una bala había atravesado. La castaña siguió llorando desesperada, llevándose un golpe de un arma. -Cállate, p*ndeja, ahora, ¿qué tal si me complaces antes de morir? Tu hermana era una perra difícil, así que la mate, pero vos, sos más sumisa.-Comento con una voz llena de morbo aquel asesino.

-Soltame! SOLTAME, SOLTAME LA P*TA QUE TE PARIO!-Exclamó con desesperanza e ira la chica mientras se intentaba zafar, a lo que este le dio una cachetada, tirándola al suelo, manchando su ropa y cabello en sangre. Levanto levemente la cabeza, algo atontada por el segundo golpe que le daban, pero pronto sintió que su cabeza volvía al suelo, sintiendo un pequeño pero molesto peso sobre su cabeza.

-Haría lo que fuera por matar a estos mal paridos...Y a los que mandaron a matarlos...Mamá, papá, chicos…- Pensó mientras comenzaba a llorar, sintiendo más presión sobre su cabeza. El tipo se la quería aplastar, ¿por qué no mejor le disparaba? Era más rápido.

-¿Cualquier cosa?-Una voz dentro de su cabeza se hizo escuchar, era la de un chico, algo aguda, pero fría.

-Cualquiera.- Asintió ella mientras su cabeza comenzaba a doler. Se estaba volviendo loca, y lo más seguro es que estaba imaginando eso, pero que mas daba.

-Incluso… ¿Tu alma?-Pregunto otra voz masculina, suave y algo glutal, pero no le quitaba lo…seductora.

-Sí.- Volvió a sancionar, mientras sentía que se desmayaba, pero luchaba por no hacerlo.

-Hagamos un contrato, los matamos y tu/usted, nos da/das tu alma.-Propusieron las dos voces.

-Que mas da…antes de hacerlo… ¿qué son?-Pregunto ella, mientras sentía su visión se nublaba.

-Demonios…-Respondió la voz más grave.

-Esperen…También quiero que me obedezcan en todo, sean como mis sirvientes, me acompañen hasta que descubra quienes mandaron a matar a mi familia, me van a ayudar, no me van a decir mentiras, ya estoy harta de que siempre me mientan, quiero venganza, quiero ver como sufren, quiero que todas estas m*erdas se mueran, sus familias, sus descendientes, que estén malditos y…Luego van a poder tomar mi alma que de seguro está podrida.-Con voz demandante y una pequeña sonrisa, acepto ese contrato.

-Ahh…Señorita, su alma es una gema pura, muy difícil de encontrar…-Comento una vez más la voz mayor. – ¿Dónde quiere la marca del contrato?-Pregunto la palabra masculina.

-En donde quieras.-Fue lo último que respondió.

Pronto sintió que una paz algo extraña la rodeaba, además, unas plumas negras en gran cantidad. Un ardor invadió su pecho, algo le quemaba, pero estaba algo débil como para mirar que era el causante de aquella molestia.

-Señorita, ¿me haría el favor de taparse los oídos?- Aquella elegante y sensual voz, pido educadamente. Ella asintió y se tapo los oídos, cerrando los ojos, perdiendo la conciencia, escuchando gritos desgarradores, golpes secos, además de suplicas.


Los débiles rayos del sol se infiltraban por la cortina, dándole en la cara, cosa que le molesto, haciendo que se diera vuelta y tapara completamente.-No jodas, sol.-Se quejo mientras seguía durmiendo.

-Señorita, es tarde, debería despertarse.-Una voz masculina le llamaba la atención, mientras abría las cortinas.

-Lipe no jo…-La chica se dio cuenta de algo. Esa no era la voz de su hermano, cosas que hizo que se levantara de repente, cayendo de la cama.

-Ay, mierda.-Se quejó mientras se ponía de pie y se sobaba el cuerpo.- ¿Y USTED QUIEN ES?-Exclamo mientras se tapaba con la sabana, escondiéndose.

El hombre suspiro. Que ingenua era esa muchachita. Aún no recordaba el contrato que había hecho junto con su amo Ciel y el.

-Ahh, Señorita, no recuerda nada, ¿Verdad?-Pregunto este mientras le servía té con elegancia, acercándose hacia su nueva ama. Violet reacciono, recordando que su familia había sido cruelmente masacrada, no tenía deseos de llorar, pero igual, un nudo en la garganta se le había formado. Suspiro tratando de que esa molestia en su cuello se fuera. Lo logro luego de unos minutos, silencioso, los cuales, aquel hombre galán, vestido de traje negro, junto con guantes blancos que cubrían sus manos, de cabellos negros, piel blanca, que parecía de porcelana, alto y de ojos rojizos, esperaba pacientemente.

-¿Usted quién es?-Decidió preguntar una vez más, ahora con calma, para destaparse un poco, cruzando sus ojos marrones con los de aquel elegante joven. El hombre sonrió, ofreciéndole la bebida caliente a lo que ella acepto.

-Como usted quiera llamarme.- Respondió con cortesía, ofreciendo galletas, las cuales se hallaban ordenadas perfectamente. Ella a tal perfección, no quiso arruinarla, así que negó y comenzó a tomar ese té de menta, creando tranquilidad en su cuerpo.-Es té de menta, las galletas son de de vainilla, otras de chocolate, decoradas suavemente con crema, en su punto exacto, algunas tienen decoraciones en chocolate y otras en caramelo.-Explico la comida.

-Sebastián, ¿Ella ya despertó?-Pregunto otra voz algo aguda pero se notaba que era de un chico solo que…frívola.

-¿Sebastián?-Pregunto la chica para mirarlo.-Si le queda, viene del griego, significa honesto, honrado…-Susurro ella con una pequeña sonrisa.

-Sí, joven amo, acaba de despertar.-El mayordomo rió a la chica, dándole a entender su pequeño halago.

-Joven… ¿Amo?-Pregunto extrañada para mirando de donde provenía aquella voz, encontrándose con un el chico de cabello azules, un parche negro en uno de sus quinqués y su único ojo visible, detonaba frialdad y seriedad. Era algo bajito, bah, para ella, que era alta.

-¿Y el quién es?-Le pregunto al ser que tenia al lado, a lo que él le volvió a sonreír, pero antes de que abriera la boca, el chiquito ese le respondió.

-Ciel Phantomhive.-Susurro seco, sin sentimiento.

-¿Ciel?-Pregunto esta y asintió.-Un…Gusto…Creo.-Sonrió ella dulcemente, como lo hacía habitualmente. Dejo la taza en la mesita de luz, para estirase, dando un gran bostezo.-¡LA ESCUELA!- Prorrumpió la chica, poniéndose de pie, para correr al baño a lavarse los dientes.

-Señorita, está de luto, recuérdelo, no irá a la escuela esta semana, además, es sábado.- Interrumpió Sebastián, tocando suavemente la puerta. La castaña se miro al espejo, recordando lo que había pasado, escupió la pasta, para enjuagarse la boca. Miro al suelo, se apoyo en la pared del pequeño baño, deslizándose sobre este, la trabazón en las tragaderas se presentaba, avisándole que en cualquier momento, lloraría desconsoladamente. Así lo hizo, comenzó a llorar suavemente para que se convirtieran en gritos llenos de dolor, desgarradores, golpeo la pared, maldijo y al final, quedo mirando el techo con seriedad. Recordó, por unos momentos, quienes eran ellos dos. Eran demonios. Un leve escalofrío recorrió su espina dorsal, su alma estaba en juego, cuando ese contrato se terminara, su alma seria devorada por dos seres infernales, mierda, ¿Qué había hecho?

Se puso de pie, el llanto seguido de los gritos provocaron que un fuerte dolor se apoderara de su cabeza. Mojó su cara, comenzando a delinearse los ojos, como lo hacía habitualmente, su carita de inocencia y demás cambiaba con solo aplicar un poco de maquillaje sobre sus ojos. Era un pequeño cambalache básico, que la transformaba, viendo a alguien más madura y mayor. Salió del baño, donde Sebastián la esperaba, con una sonrisa, ella se la devolvió, entrando a su habitación.

-¿Que se pondrá hoy, se…?-Dejo inacabada la frase al ver que la chica tenia mas ropa masculina, y poca femenina como vestidos y demás. Qué extraña chica…

-El jean negro, mi musculosa roja y mi camisa.-Musito esta para sacar dichas prendas, dejando algo sorprendido al demonio. Si que habían cambiado los tiempos…y demasiado.

La castañita se quedo mirando a su demoniaco sirviente, con una mirada de curiosidad, cosa que hizo que el observado se acercara, tomándole la camiseta de dormir, intentando subírsela, a lo que ella detuvo y miro con ceja alzada.

-¿Se puede saber qué piensa hacer?-Pregunto ella entre extrañada y sorprendida, lejos de enojarse…Por dentro le quería dar una cachetada, pero iba a ver hasta donde era cierto de lo que había ordenado anoche. Pretendía comprobar que eso era verdad, que ellos obedecerían, sin hacerle la contra.

-Señorita, deje que la cambie.- Insistió a lo que ella se puso de pie, el retrocedió un poco, haciéndole espacio, él le sacaba unos 15cm de alto a la muchachita. La jovencita negó, algo seria.-Pero…debo hacerlo, joven ama.-Recordó a lo que ella negó una vez más.

-No tiene que hacerlo, puedo cambiarme sola y si fuera otra, ya tendría los ojos morados, dele, vaya, yo puedo sola.-Tranquilizo, para sonreírle. Vivir entre hombres, le había ayudado bastante, para lidiar afuera, también era un defecto, a veces se comportaba muy como varón, cosa que a su hermana y madre no les gustaba.

Con esas simples palabras, el mayordomo infernal se retiro, aún sorprendido por el comportamiento de aquella chiquilla que hace unos dos días atrás se demostraba sumisa y frágil. Era verdad, que las apariencias engañaban…Y mucho.

Al rato, la chica salió de su cuarto, ya cambiada, terminándose de poner desodorante y algo de perfume, estaba algo asombrada por aquel extraño tatuaje que poseía en el pecho izquierdo, el cual se notaba un poco en el pequeño escote que llevaba aquella prenda. Se tomo el cabello en un rodete, se coloco una gorra de color negro con unas letras en rojo, se subió el cierre de las zapatillas abotinadas, bajo por las escaleras, encontrándose con los dos demonios.

-¿Se encuentra bien, señorita?-Pregunto el demonio mayor, mientras la observaba a la castaña con una de sus típicas sonrisas falsas pero reconfortantes.

A la nombrada se le dibujo una curva de costado en los labios, para ir a tirarse al sillón largo, encendiendo la tele, y la computadora, dio un sonoro suspiro, cerrando los ojos, que al abrirlos, se clavaron en el reloj, el cual marcaba las 9am, era temprano, ¿Por qué tan temprano? Solía dormir hasta las 12 o incluso, mas de una vez durmió hasta las 3 de la tarde.

El teléfono sonó insistente, a lo que ella atendió rápidamente.

-¿Hola?-Pregunto esta y pronto un chillido hizo que alejara su oído del tubo. –M*erda.-Emitió apretando los ojos y sobándose el oído.

-¡Ay Violee, estas bien, estas bien!-Gritaba una voz al otro lado de la línea, se escuchaban llantos de esta y mas grititos agudo.- ¿Voy a tu casa? ¿Estás bien, verdad? ¿Te acordas de mí, no?-La voz femenina hacia una pregunta tras otra.

-Mai…Estoy bien, no te preocupes, no, no vengas, sabes bien que es peligroso por acá y tu mama dice que soy mala influencia para vos. -Sonrió para ponerse de pie y empezar uno de esos típicos tours por la casa.

-No sos mala influencia, sos la mejor.-Le contradijo Mai desde el otro lado del teléfono, mientras empezaba a llorar.

-No llores, boluda, me vas a hacer llorar a mí, ya me delinee los ojos, y no pienso hacerlo otra vez.-Comento con una sonrisa, mientras alejaba un poco el medio para suspirar, la chica del otro sitio rio pequeñamente.

-B-Bueno…Cualquier cosa…Llámame, y…Si me necesitas, acá estoy…"Nos vemos luego".-Fue lo último que emitió, esperando respuesta de su amiga, esperando que haya captado ese "Nos vemos luego".

-Sí, nos vemos, gracias.-Agradeció para mirar el aparato y cortar.

-"Por eso ahora vamo a bailar, para cambiar esta suerte, si sabemos gambetear (3), para ahuyentar la muerte…"-Canto mientras se ponía sus auriculares que colgaban de su cuello.

Se escucho la puerta, a lo que Sebastián fue a atender, ya que había dejado que la chica tuviera privacidad mientras hablaba por teléfono.

-¿Si?-Indagó el mayordomo, abriendo la puerta, encontrándose con una chica bajita, vestida con un jean negro, pero ajustado, unas zapatillas algo masculinas, para el gusto de el perfecto sirviente y una campera roja de marca, cabello castaño, por debajo de los hombros, ojos marrones claros y delineados normalmente. Poseía los ojos algo hinchados y un poco rojos.

-Em… ¿Me equivoque de casa? Busco a Viole.-Musito ella algo bermellón ante la sonrisa de aquel demoniaco ser.

-Aquí vive ella, pase, por favor… ¿Usted es…?-Pregunto Sebastián, a lo que ella tardo en contestar, ya que estaba algo perdida en la sonrisa de el hombre.

-Am…Soy Mai…Maite.-Se presento con timidez.-Y… ¿Usted?-

-El es un primo, Se llama Sebastián.-Presento en una pequeña mentirita Violeta, apareciendo de brazos cruzados, a lo que la otra castaña grito y se lanzo hacia ella, llorando cómicamente, diciendo cosas inentendibles, dándole besos en la mejilla, conjuntamente, abrazándola fuertemente.

-Mai, quieta, sí, estoy bien, pero boluda…-Trato de tranquilizar, pero al no ser escuchada, decidió dar un grito.- ¡Me estas dejando sin aire, la c*ncha de la lora!-Reclamó esta mientras la nombrada se quedaba sentada sobre ella.

-Viole… ¡Me asustaste, p*ndeja c*nchatumadre!-Le exclamo mientras le hacía berrinches, su amiga suspiro y se quedo mirando el techo, dando un fuerte suspiro, mientras cerraba los ojos.-No me ignores, Yira(4) de cuarta y la p*ta que te pario, acá estoy y me decís que paso.-Le siguió reclamando la mas bajita aun haciendo escándalo.

-Maite…No jodas, no deberías estar acá, tu mama se va a preocupar, y me va a terminar puteando, como la ultima vez.-Recordó la de camiseta roja, aun con los ojos cerrados. -Además, ¿cómo llegaste?-Pregunto con sorpresa.

-Acordate que mi hermano tiene buena memoria. -Sonrió está para salirse de encima.-Ah, sí, ¿Puede guardar el auto en el garaje y entrar?-

-Sí, sí, que pase nomas, no hay problema.-Respondió esta.

-Ya lo hice.-Aviso una voz masculina detrás de ellas.-Parecen lesbianas.-Agrego divertido, recibiendo una zapatilla en la cara departe de su hermana.-Ay, eso dolió.-Se quejo desde el piso, mientras se sobaba la cara.

Las dos chicas estallaron en risas mientras el de pelo negro, ojos marrones como los de su hermana, vestido con una camisa negra, jeans azul marino, algo caídos y zapatillas parecidas a las de su hermana solo que en negro, se quejaba. Luego, como podía, se ponía de pie, tomando el calzado lanzado, devolviéndoselo, pero de manera más educada, a su familiar.

-No es chistoso, siempre me maltratan ustedes dos.- Siguió gimoteando aquel adolescente, dándose cuenta de aquel hombre de traje.- ¿Y él?-Pregunte señalándolo con curiosidad, a lo que el destacado sonreía.

-Él es el primo de Viole…-Respondió su hermanita.- ¿Es abogado o algo así?-Pregunto con interés al ver cómo iba vestido.

-Sí, Maite, soy abogado.-Puso fin a la duda, mientras una sonrisa adornaba sus finos labios, algo que hizo sonrojarla.

Gran mentira.

-Bueno, p*ndeja, Salí de encima…-Anuncio su amiga, levantándose de repente, tirando a la de ojos marrón claro al piso, la cual se lamento, mientras se sobaba.

-Ay, m*erda, avisa que me vas a tirar, la p*ta madre…Me dolió.-

-I'm Sorry.-Se disculpo para ayudarla y que un celular sonara.

-Mi vieja… ¡Juan, a rajar(5)!-Exclamo la de campera roja para saludar a su amiga y al mayordomo de beso en la mejilla, a lo que su hermano imito, pero solo en la amiga de su hermana y a Sebastián le dio un fugaz apretón de mano.- ¡CHAUU!-Saludaron los dos para que se escuchara como un auto salía a gran velocidad.

La dueña de casa suspiro, dirigiéndose hacia el sillón, lanzándose a este como niña pequeña. Sebastián saco su sonrisa, para mirarla con seriedad, ella al darse cuenta de que era observaba, lo miro interrogante.

-Ese vocabulario no es apropiado de damas, señorita.-Llamo la atención con algo de seriedad, a lo que ella escucho, pero ignoro, prestándole más importancia a su teléfono.

-Da igual, si no tenes carácter fuerte y decís malas palabras, acá, no te toman enserio, así me crie, si no te gusta, no escuches.-Le fue directa, al mismo tiempo sincera. A ella no le gustaba andar con mentiras, pero si le decía a su amiga que había vendido su alma por venganza, ella ya la habría asesinado, además de regañado y quien sabe que mas. Esa era su única mentira, su pequeño secreto, que debían mantener oculto, hasta de su amiga de toda la vida.

-Así que soy su primo y soy abogado, gran falsedad, señorita.-Rio con burla el demonio mayor. Ella sonrió, subiendo la mirada misteriosa que ostentaba por aquel retoque de sus ojos.

-¿Qué? ¿Querías que le diga que vendí mi alma? Nadie lo creería, ni siquiera ella, me tomarían por demente, bah, ya lo estoy, pero ahora sí que me mandarían al psiquiátrico.-Emitió sin sacar esa curvatura de sus labios.

-¿Y que será del joven amo? ¿El será mi hermano? O tal vez… ¿Mi hijo?-Bromeó el demonio, a lo que ella rio sarcástica.

-Claro, Sebastián…El va a ser mi otro primo, o sea tu hermano menor o incluso tu hijo, quedaría mejor…Tenes razón.-Ironizó mientras se ponía de pie. A parecer eso lo sorprendió un poco a su "sirviente", nunca creyó que la chica tuviese el atrevimiento de si hacerlo.

-Me encanta tu cara…Bueno, no, no sé, la cosa es que vos sos mi primo, con Ciel veremos…Por cierto… ¿Dónde está?-Interrogo al final, mirando a todos lados.

-El Joven amo estaba por aquí…-Respondió la duda a su ama reciente. Ahora sí que no sabía dónde estaba su "por siempre Amo".

-¡CIEL! ¡¿DONDE ESTAS?!-Pego un fuerte grito, sacándole un diminuto sobresalto al presente. Que pulmones tenía esa jovencita.

-Deja de gritar, aquí estoy.-Anuncio su llegada, mientras degustaba una taza de té sentado en uno de los sillones.

-A bueno, ahí está…-Comento la chica para que a los dos demonios les rodara una gotita de sudor por la nuca.- ¿Qué serias mío?- Analizó con una mano en la barbilla, mientras su pose se volvía pensativo. El pequeño noble diabólico la miro como si la adolescente estuviera chiflada ¿A qué se refería con eso?

-Ah, bueno, decidilo vos Sebastián, me voy a dormir, despiértenme para el almuerzo.-Emitió feliz, para ser detenida por el demonio mayor.

-Señorita, el funeral está programado para las 11:30 am, y usted, aun no está preparada, debe ir a bien vestirse y no ir con esas ropas.-Regaño este mientras ella hacia una mueca de desagrado.

Odiaba los cementerios y morgues, la solo idea de estar dentro de uno la asustaba, hacia que su piel se erizara, solo entraba a un camposanto si era algo sumamente importante, sino, los evitaba a toda costa, incluso, pasarlo por el lado. De niña tuvo la mala suerte de quedar encerrada en el Huerto del Señor, gracias a sus "amigos", que le había jugado una "bromita" que casi le cuesta la cordura y un soplo al corazón. Estuvo toda la noche tratando de saltar las rejas, estaba oscuro, hacia frio, se escuchaban ruidos raros, ella solo lloraba, su ropita algo rasgada, sucia, ya que había caído varias veces, mientras rezaba, pidiéndole a Dios y sus abuelitos, que la sacaran de allí, su carita reflejaba desesperación, mientras trataba de salir, volver a su casa, bañarse y desahogarse con sus papás, para que ellos fueran a regañar a los imbéciles que le habían hecho tal maldad, ella tan solo tenía 6 años, era una criaturita que necesitaba protección, pero no, se fue a meter con esas mierdas, que la defraudaron. Esa era la última vez que lo harían. Y lo fue…

Apretó puños y dientes, mientras su gorro cubría sus ojos. Se estaba lastimando los labios, gracias a la ortodoncia, pero no importaba, no importaba, no sentía dolor. Gracias a sus "Amistades" era una timorata, tenía miedo a algo estúpido. Temía además a la oscuridad, si se quedaba demasiado a oscuras, comenzaba a sudar frío, se paralizaba, comenzando a imaginar cosas, sentir presencias inexistentes, escuchando ruidos que solo se oían en su mente y un cosquilleo le invadía el cuerpo.

-Señorita… ¿se encuentra bien?- Curioseó el mayordomo de cabellos negros, mientras trataba de encontrar la mirada de la joven. Al parecer algo le estaba molestando, era lo más obvio, luego de su gesto, pero… ¿Qué sería?

-No quiero….ir.-Musito ella mientras dejaba de apretar sus manos, pero lo dicho lo dijo entre dientes, como escupiendo las palabras, con ira y desprecio. Ciel solo observaba todas las reacciones de aquella chica, tratando de descubrir el por qué de su estado.

-¿Why no, my Lady?- Pregunto el de traje negro, esperando respuesta de ella. Pronto sintió su miedo, cayendo en cuenta, pero dejándole dos hipótesis: Temía de ver a su familia muerta o su miedo se debía a entrar al camposanto. Esa última era algo…Tonta, ¿Por qué temerle a un suelo con muertos debajo?-¿A que le teme, Señorita?- Averiguó una vez más. La castaña suspiro pequeñamente, para subir la mirada algo cristalina, llena de odio.

-Porque…-Dejo inconclusa la frase, dejando el ambiente algo pesado, misterioso, ya que estaba meditando sobre decirle la verdad sobre por qué no quería ir al cementerio. Si quería despedir a su difunta familia, quería ver por última vez sus caras, ya que nunca más podría, se iba a ir al infierno, mejor dicho, su alma iba a ser devoraba, saboreada, incluso, disfrutada por aquel joven sirviente y su lozano amo, ella solo era nodriza por un escaso tiempo, hasta que se cumpliera el contrato, en cambio, Ciel, de seguro lo seria por toda la eternidad, eso supuso ella.-Porque si…no me jodas, me voy a cambiar.-Fue la último frase formulada para esquivar el brazo del mayordomo e irse corriendo arriba…


Ok, he aquí las aclaraciones:

(1) Paja: Acá significa pereza, flojera. OJO A no confundir. (Mal pensadas¬3¬)

(2) Boludo: Es un modo más vulgar de decir "Tonto" Un sinónimo podría ser "Gil".

(3) Gambetear: Esquivar, se usa mas en el futbol, pero así dice la canción.(La Bersuit Vergarabat-El Baile de la Gambeta, canción cual estaba escuchando, devolviendo mi inspiración(¿?).

(4) Yira: prostituta callejera, se usa en el tango (pero me gusta usar este tipo de expresiones, de vez en cuando, así diverso la escritura).

(5) Rajar: Huir, salir corriendo.

Debo mi idea a las siguientes canciones:

Muse- Muscle Museum

Nickelback - how you remind me

Avril Lavigne - Bad Reputation.


-Señorita, es tarde, debería ir a dormir.-

-Pero Sebastián, estoy de vacas.-*Hago pucheros*

-Sin peros, señorita, es DEMASIADO tarde, vaya a la cama.-

-Pareces mi mamá, bueno, dejá que escribo esto y me voy a dormir…Bueno, listo, ya esta, Bien, Sebastián, saluda a nuestras lectoras ^w^.-

-Adiós, Señoritas.-*Se inclina con una mano en el pecho, junto con una sonrisa sexy*.

-¬¬ Me vas a dejar sin lectoras, demonio.-

-Perdone, Lady.-

-Ok, andate ¬¬.-*Lo saco a empujones*

-Bueno, ya que esta mas o menos de moda hacer que el demonio haga lo que la autora quiera fuera de el fic, a los primeros 5 comentarios, será su cita por un día (No se desesperen chicas, hay Sebastián para todas xD) y además se llevara este genial collar de piedras preciosas n.n…Pero esperen! Hay más! Si deja un comentario dentro de las próximas 24 horas, Sebastián hará lo USTED DESEE y…-

-Señorita, que se supone que hace?-*Aparece una vez más*

-NAADAA…-*Me hago la otra*

-Me despediré yo, por que usted no lo hará más…Bien, queridas lectoras, espero que les haya gustado la alocada idea de esta pequeña criatura adorable n.n.-*Hago una cara de "Si claro".-Esperamos comentarios, saludos cordiales…*Me mira*-Salude, Lady-

-Espero que haya sido de su agrado, muchísimas gracias por perder su preciado tiempo leyendo esto…-*Sebastián me intenta llevar*-Chau :B Se me cuidan!- *Me llevan a rastras*-Aww TT-TT.-