=IMPERIO SOVIETICO=
Hola a todos, este es el primer fanfic que publico aquí.
Espero que sea del agrado de algunos… lamentablemente no tiene YAOI entre Prusia y Rusia, pero hay algunas otras parejas en este fic.
Las dos principales con mis OCs.
Espero les guste.
(Parte 1)
"nicht mehr so genial…"
-Primeros días en Rusia soviética.
Querido diario:
Han pasado ya meses desde la última vez que escribí palabra alguna en un diario y seguro encontraras que hay algo diferente, mi "awesomeness" desapareció y solo queda la coraza vacía que alguna vez fue una gran ahora potencia bajo el poder del imperio soviético.
Te pondré al tanto de lo que ha pasado.
La última vez que te escribí mencione que me iría a la guerra para cuidar de mi bruder West y de Italia.
Pero durante nuestra batalla contra Rusia, nos vimos superados en número y para salvar a mi bruder lo aparte de la batalla, forzándolo a dejar el campo, dejándonos solos a Rusia y a mí.
Era solo cuestión de tiempo para que él y su jauría me vencieran y tomaran prisionero.
Y dolió… Claro que dolió…
ver la cara de desesperación en West…
los golpes en la boca del estomago…
las quemaduras por el frio…
ver mi bandera caer…
perder mi libertad…
Claro que dolió.
Durante el trayecto a la mansión soviética perdí la conciencia, aunque hubiera deseado seguir así por el resto del día, en cambio desperté cuando oí un portazo y aunque mi visión estaba nublada pude identificar perfectamente la figura de mi agresor, Rusia.
verfluchen…
¡Maldito sea él y la estúpida sonrisa en su rostro!
Se inclino frente a mí y me pregunto algo en Ruso, algo que no logre deducir con claridad… pero seguro trataba de restregar mi derrota en mi cara.
Siguió hablando, siguió riendo y al final sentí su puño en la boca de mi estomago de nuevo, forzándome a escupir sangre y toser.
Me sorprendió que no me hubiera desmallado y supongo que Russia pensaba lo mismo, ya que el siguiente golpe para noquearme fue en la cabeza… y fue con la tubería.
Y si que dolió...
Antes de perder la conciencia, lo escuche hablando ruso, dirigiéndose a uno de sus sirvientes, luego sentí mi cuerpo ser arrastrado por el suelo y después de varios minutos ya no sentí nada más.
Cuando desperté me encontré en un cuarto obscuro y frio, mis heridas ardían, pero cuando las tracé con la mano note que estaban vendadas.
Trate de levantarme, pero una mano me empujo firmemente de regreso a la cama sin lastimarme.
Cuando mire al dueño de la mano me encontré con un par de ojos azul hielo, penetrantes como dagas, me recordaban a Rusia pero no se sentían igual aunque si me hicieron estremecer.
En ese momento recordé haber visto esos ojos antes en el campo de batalla, entre los soldados de Rusia, la dueña de esos ojos era una chica hábil, débil en fuerza, pero muy astuta y de pies agiles.
También recordé todas las balas que gaste tratando de ella y la desesperación que me dio el no poder atinarle.
"no te muevas, aun estas herido" me dijo una voz suave, mientras sentía la mano tocar las vendas en mi cabeza.
No tenia energía para pararme, pero si para golpearle la mano, alejándola de mi.
La chica se froto la mano, mirándome monótonamente.
"Lárgate…" murmure con rencor.
". . ." Continuo mirándome monótonamente y ¡gott! ¡Como me irritaba!
Coloco su mano de nuevo en mis vendajes, asegurándose de que estuvieran bien colocados y se enderezo volteándose para salir de la habitación.
Que extraña muchacha, pensé antes de que ella regresara con una bandeja con comida, ayudándome a sentarme y colocando la comida frente a mí.
"come" me dijo con suavidad.
"¿Por qué haces esto?" dije con desconfianza.
"Serás prisionero de Rusia" me dijo "pero mientras estés en mi cuartel estas bajo mi cuidado… no tienes nada que temer"
Me relaje un poco, pero seguía desconfiando de ella.
"¿Quien eres?" pregunte.
"Soy Armenia, uno de los países bajo el control de Rusia" me dijo esbozando una sonrisa cálida y palpando mi cabeza con suavidad "gusto en conocerte, Prusia"
Moví mi cabeza para evitar el contacto, pero no ayudo, aun así su mano me siguió y acaricio mi pelo.
"Asegúrate de comer algo… necesitaras las energías"
"¿para qué?"
"Te esperan días largos y duros… ahora que eres parte de Rusia" dijo dándome la espalda.
"¿Por qué te molestas? Aun así no sobreviviré." Dije
"¿no tienes un lugar a donde regresar? ¿No tienes acaso un hermano que te espera?" me dijo, mirándome por encima de su hombro.
Baje la mirada, pensando en West, mi bruder… seguramente no lo vería de nuevo.
"Considérate afortunado" Armenia dijo, mirando a la puerta de nuevo "tú tienes un lugar a donde regresar…" y con eso salió de la habitación.
Poco savia que entre aquella persona y yo surgiría una extraña amistad que crecería durante los siguientes días.
Armenia me visita a diario, trayéndome comida y medicamentos para mis heridas… no es como si sanaran rápido, pero Rusia siempre llegaría con una nueva para mí.
Y pronto se hizo hábito, el día seria largo y triste, y en algún momento del día Rusia llegaría a interrogarme una vez más sobre los planes de West en la guerra y me torturaría por no contestar. Minutos después llegaría Armenia a atenderme y alimentarme, su visita era lo único bueno y lo único que esperaba con ansias.
"Bari luys" Me dijo mi amiga entrando por la puerta, hablándome en su lengua natal.
"Guten Morgen" Le conteste en la mía, con el tiempo que pasábamos juntos habíamos aprendido a entender nuestros idiomas natales, ya que al principio el único idioma que nos unía era el Ruso que ambos hablábamos.
Armenia nunca había salido de los territorios de Rusia y los idiomas que dominaba consistían en aquellos que la rodeaban: armenio, azerbaiyano, georgiano, turco y ruso también hablaba el inglés y el neerlandés pero no tan fluido como los otros.
Yo en cambio hablaba otra gran variedad, alemán, italiano, inglés, francés, español, ruso, japonés, entre muchos otros.
A menudo Armenia y yo nos entreteníamos enseñándonos el uno a otro lo que sabíamos en cuanto a idiomas.
Si, así de divertida es la vida de un prisionero.
"¿como amaneciste?" me pregunto colocando una bandeja de comida junto a mi cama.
"Bueno, Rusia no me visito hoy, eso es algo agradable" dije acomodándome para devorar lo que encontrara en la bandeja.
"Rusia va a estar fuera los siguientes días" me dijo sentándose junto a mí, mirándome comer "fue a Francia para la reunión de los Aliados."
Trague mi bocado antes de continuar con la conversación.
"¿Francia? Ooh, hace ya años que no veo a Francis y su casa de lujitos" me dije con un aire de nostalgia. "¿has estado en Francia, Armenia?"
Mi amiga negó con la cabeza, ya sabía que empezaría a narrar sobre mis grandes aventuras con Francis y Antonio.
Lo bueno de Armenia es que ella me escuchaba siempre con atención, tratando de imaginar cómo era la vida fuera de los muros de la fría casa soviética.
A cambio, Armenia me contaba lo que pasaba fuera de la habitación que era mi prisión, claro que no tenía idea de quienes eran Georgia, Azerbaiyán, los bálticos o Moscú… pero algo era algo.
Claro que de vez en cuando traía noticias sobre my hermano e Italia, y mucho me alegraba saber que estaban a salvo, superando los ataques Rusos con facilidad.
Estaba seguro de que eso molestaba mucho a Rusia y el simple hecho me hacia reír para mis adentros.
Pero yo sabía en mi interior que Rusia no sería tan paciente y pronto el juego empezaría a cambiar, ¿Cuánto más resistirían West e Italia?
