Capitulo 1: Sueño.
Los días luminosos parecían haber vuelto al fin… muchas cosas cambiaron, otras no pudieron volver a ser lo que eran… muchos murieron… el costo de la guerra contra el señor oscuro. Las horas que siguieron a la muerte de Voldermord fueron confusas, muchas cosas ocurrieron en muy poco tiempo. Muchos celebraban, otros tantos huían… la segunda era oscura había terminado con una victoria la cual tanto Ron, Hermione y yo soñamos por mucho tiempo y ahora que al fin la habíamos alcanzado no me quedaba fuerza alguna que pudiera impulsarme a celebrar… solo deseaba colapsarme en aquella cama de cuatro postes que se encontraba en lo alto de la torre de Griffindor, esa era la mejor recompensa que pude imaginar en ese momento.
El tiempo no se detiene y las horas se volvieron días, los días semanas, en un parpadeo el séptimo curso, el que se supone seria mi último curso en Hogwarts término, sin mi inscrito claro. La directora McGonagall debido a lo ocurrido en los últimos meses nos hizo una oferta que no pudimos rechazar: nos ofreció volver a Hogwarts, cursar el séptimo año… y en mi caso incluso me ofrecieron algo que nunca me había imaginado…
La escalera había sido reparada y la gárgola que custodiaba la entrada me cedió el paso de manera libre. Dentro de la oficina del antiguo director los cuadros del lugar donde se encontraban las imágenes de todos los directores observaban cada paso que daba mientras me acercaba a la nueva directora. La marca que se hizo en el rostro en la batalla ocurrida hace unos meses aun continuaba en su rostro, como un recordatorio constante de esa época tan oscura a la que todos sobrevivimos.
-Señor Potter, lo que quería comentarle es algo privado, así que como ya debe suponerlo todo el colegio ya está enterado. Los prefectos están de acuerdo y el ministerio de magia no tuvo ninguna objeción, los rumores son ciertos y aquí estamos: ¿desea usted ocupar el cargo de profesor de la asignatura de defensa en contra de las artes oscuras?- pregunto la nueva directora mientras mantenía sus ojos fijos en Potter.
-¿Es eso posible profesora?, ¿Ser alumno y maestro de la institución al mismo tiempo?- menciono el joven de ojos verdes completamente confundido ante el nuevo argumento que la profesora le expuso.
-Bueno… es algo inaudito en esta escuela, pero dadas las circunstancias tanto pasadas como actuales, usted es aun un alumno del colegio pero también es el más calificado para el puesto. ¿Entonces señor Potter, desea el puesto o no?
Una sonrisa lleno el rostro del joven héroe, quien de inmediato acepto el cargo que la nueva directora le ofreció.
El nuevo curso comenzó, este año había muchos pequeños recién llegados como los ojos verdes de Potter le mostraron cuando todos los alumnos entraron en el gran comedor… este año sería muy distinto y el primer gran cambio es que por primera vez observaba la ceremonia de selección de casa desde la mesa de los profesores. El sombrero seleccionador le fue encomendado a él, los pequeños se acercaban con cautela, nerviosos ante las miradas de todos los presentes, pero tener frente a ellos al héroe del que todos hablaban aquel quien derroto al señor oscuro, era él quien les colocaba el viejo y chamuscado, pero aun útil sombrero en la cabeza.
Una vez terminada la exhaustiva ceremonia los profesores se reunieron a disfrutar del banquete al igual que los nuevos alumnos. A la distancia Potter observaba a Ron, Hermione y a Ginny sentados junto con todos los Griffindors que habían sido seleccionados ese año… a pesar de haber pasado tanto tiempo con ellos ahora los tiempos eran diferentes, el joven mago creyó que estos serian días en los que podría volver a los días antiguos, tiempos en los que se sentaba a su lado y reían de cualquier tontería, sin preocuparse por el futuro… pero eran sus amigos los que en esta ocasión reían y lo observaban a la distancia.
La noche en la torre de Griffindor nuevamente fue inesperada, todos recibieron a "el maestro Potter" con una gran fiesta para iniciar cursos, todos estaban ahí, aunque el único rostro que el mago deseaba ver era a su siempre radiante y hermosa Ginny… aunque a Ron aun le incomodaba un poco la idea de que su amigo y su hermanita…
Después de la pequeña celebración nuevamente la cama se veía tan apetecible como en aquel día en que el señor oscuro encontró su final a manos de Harry, el día siguiente será su primer día como profesor de Hogwarts.
Sus ojos estaban cerrados pero las imágenes que veía eran demasiado claras… una bandera blanca con un dragón rojo como emblema… prados verdes y montañas escarpadas a la distancia… nieve comenzaba a caer en las cercanías… ¿Dónde estoy? Se preguntaba el mago ingles pues sin duda este era un lugar que nunca había visto. Sus pasos se acercaron a un enorme castillo, bastante tenebroso y oscuro, un castillo que estaba celebrando como se podía apreciar por los fuegos artificiales que salían de las varitas de magos, pero su atención se desviaba a uno de los bellos jardines que se encontraban en colosales columnas a los lados del castillo… en el lugar había una joven pareja que retozaba alegremente en el lugar. Ambos reían mientras estaban tomados de la mano. Una joven de ojos azules y cabellera pelirroja y larga que mantenía a su lado a un joven alto de piel blanca y ojos idénticos a los de la joven… tal vez solo un poco más oscuros.
-¡Ya estamos en cuarto año Isaac!... ¿A dónde me llevas?- mencionaba la chica mientras era llevada de la mano por el joven.
-Ya lo veras Norah, pase las vacaciones aquí y descubrí un lugar bastante interesante que quería compartir contigo- menciono emocionado el chico.
La pareja llego hasta el jardín, donde flores multicolores crecían en el lugar a pesar de la nieve que había. El musgo crecía en todo el lugar y el verde predominaba frente a todos los colores.
-Es hermoso- menciono Norah con las pupilas maravilladas ante tanta belleza.
-Este es el jardín prohibido, pase tiempo aquí pero no tengo idea porque los prefectos y profesores lo prohibieron, la estructura es estable y las plantas que aquí crecen no tienen nada en especial aparte de su belleza… de hecho son flores comunes que incluso los Muggles conocen- menciono el joven bastante intrigado.
La chica se acerco al centro del jardín y comenzó a girar mientras unos pequeños copos de nieve comenzaban a caer desde el cielo hasta su cabellera pelirroja. La joven reía, su felicidad la desbordaba, ante todo porque se encontraba con aquel joven al que amaba profundamente. En ese momento Isaac se acerca lentamente a la chica, sus ojos muestran determinación aunque sus manos tiemblan, parece estar buscando palabras en su mente o tal vez ya las ha seleccionado pero le resulta imposible pronunciarlas…
-Norah… yo me preguntaba… ¿quisieras venir al baile de navidad conmigo?- menciono casi con miedo el joven mirando detenidamente a su amada en espera de la respuesta que tanto anhelaba escuchar.
-Claro que si, aun falta mucho pero nunca iría con nadie mas- respondió sonriendo cálidamente la pelirroja a el joven mientras este se emocionaba al escuchar que la chica había aceptado.
Los dos jóvenes se sentaron en el centro del hermoso jardín tomados de la mano y mirándose fijamente el uno al otro como si nada mas existiera en el universo que la mirada profunda de su compañero. Ambos enamorados se acercaban lentamente mientras sus corazones agitados resonaban fuertemente indicando cada vez la mayor cercanía de sus labios. El beso apasionado que los jóvenes se dieron era engalanado con las flores del jardín y los destellos luminosos de los fuegos artificiales a la distancia que indicaban el inicio del nuevo curso, ambos estaba completamente enfocados en otro mundo, un mundo distinto donde la maldad en este momento no tenía lugar alguno y la felicidad y el amor era lo único que existía. Sin embargo algo atrapo la atención de Norah mientras deslizaba su mano izquierda suavemente por el verde césped del jardín descubrió una pequeña superficie que parecía diferente a todo lo demás.
-¿Qué es esto Isaac?- pregunto la pelirroja al chico un tanto asustada creyendo que sería algún insecto o algo desagradable para la joven.
El joven de ojos azules de inmediato procedió a verificar lo que Norah había encontrado… muy pequeño para ser notado fácilmente bajo la espesa capa de musgo en la que se encontraba. La curiosidad invadió a Isaac y con cuidado comenzó a seguir el contorno afilado y aun desconocido de lo que se encontraba debajo del musgo… presa de la curiosidad el joven comenzó a retirar violentamente el musgo que le impedía tener una clara visión de lo que había en el lugar… tal vez solo unos ornatos de tiempos antiguos o algo que había quedado enterrado con el paso del tiempo en ese lugar, aun no se sabía de lo que se podía tratar pero ahora Isaac había iniciado y no se podía detener hasta terminar lo que inicio.
-Una Runa…- menciono perplejo Isaac cuando descubrió el gravado antiguo en el suelo del lugar.
-¿Qué clase de runa es?... yo no la conozco- respondió Norah intentando descifrar los trazos del hallazgo.
Isaac continuaba removiendo cada vez más y más vegetación del jardín siguiendo con cuidado las caprichosas formas de las inscripciones que comenzaban a aparecer en el suelo en forma de círculos. La figura apareció completamente frente a ellos, cuatro círculos con diversas runas algunas familiares pero en cada circulo existían runas de mayo tamaño a las demás y de un significado desconocido para ambos jóvenes.
-Las he visto en algún lugar…- menciono el joven apelando a su memoria mientras intentaba descifrar el significado de todas en conjunto.
-No sé lo que signifiquen las más grandes, pero las pequeñas son runas usadas en sellos mágicos… no creo que debamos continuar aquí Isaac- menciono preocupada la pelirroja mientras sujetaba el brazo del curioso joven quien aun intentaba recordar donde había visto semejantes trazos con anterioridad.
La pareja miraba con detenimiento el suelo del jardín, absortos y ajenos a todo lo que los rodeaba. El mundo a su alrededor aun continuaba en movimiento y los jóvenes nunca se dieron cuenta que estaban siendo observados por una figura negra que se acercaba peligrosamente con su varita en alto.
De un súbito movimiento Isaac fue derribado y Norah fue empujada por el impacto, la pareja estaba en el suelo observando fijamente a su agresor quien no era otro más que un prefecto de la escuela quien continuaba apuntando su varita en contra del joven derribado.
-¡¿Qué crees que haces en el jardín prohibido junto con tu amiguita Sakanov?-
-¡Ella no está haciendo nada déjala en paz! Grito desafiante el joven ante la mirada del prefecto de abrigo negro quien miraba con detenimiento a Norah.
-¿Saben que este lugar está prohibido?- interrogo el hombre a la joven pareja.
-Lo sabíamos- respondió indignada la pelirroja.
-¿Entonces saben que el castigo por entrar aquí es la muerte?- menciono con un tono demente el prefecto mientras apuntaba su varita a la joven pelirroja. Isaac al instante se lanzo en contra del prefecto sin embargo la fuerza física del chico fue fácilmente superada por su agresor y fue lanzado de vuelta al suelo. El prefecto desvió su atención hacia el joven desafiante y lanzo una amenaza en contra de la pelirroja:
-Cuando termine con tu noviecito tú serás la próxima- amenazo con una sínica sonrisa.
El prefecto se acerco a Isaac amenazando con su varita y entonces pregunto:
-Dime entonces Isaac Sakanov, ¿sabes cuál de los tres maleficios imperdonables es mi favorito?-
La mirada del prefecto era demente y su determinación era inquebrantable… Isaac no respondió pero la furia comenzaba a dominarlo al saber que por su culpa Norah sufriría el mismo destino que el…
-¡Crucio!- grito con desprecio el prefecto mientras Isaac comenzaba a sentir en su cuerpo los estragos del maleficio torturador al momento en que Norah observaba con lágrimas en sus ojos azules como el joven al que amaba tanto estaba siendo torturado frente a ella.
Los maleficios imperdonables en contra de Isaac continuaron causando un dolor indescriptible en el joven quien gritaba de dolor y angustia mientras en el cielo los fuegos artificiales y la celebración del nuevo curso aun continuaba…
-¡Déjalo!- grito Norah molesta con su varita en la mano y una mirada determinada y un tanto demente.
-¿Y qué es lo que vas a hacer princesita?- respondió burlándose de la joven el prefecto.
Norah levanto la mano que sostenía su oscura varita con determinación, Isaac podía verlo aun con el intenso dolor que aun recorría su cuerpo… la pelirroja estaba a punto de hacer una estupidez, algo de lo que se arrepentiría por el resto de su vida que en ese caso no sería por mucho…
-Avada Kedabra-
La joven pelirroja lanzo un hechizo asesino en contra del prefecto un tanto asombrada cuando el fulgor verde salió de la punta de su varita e impacto de lleno contra el agresor que ya los había condenado a muerte dejándolo en el suelo sin alma alguna… la vida se había extinguido de sus ojos y de igual manera Norah cayó al suelo como si también le hubieran arrebatado el alma solo que sus ojos azules estaban fijos en el cadáver del hombre a quien le había quitado la vida.
Isaac se levanto lo más rápido que pudo y de inmediato se coloco a un lado de la pelirroja quien aun continuaba asombrada de todo lo que había ocurrido. El joven la abrazo y le quito la varita asesina de la mano… ambos lloraban, lo que parecía una noche simple y ordinaria se transformo en una pesadilla de la que ninguno parecía querer recordar.
-¿Por qué lo hiciste Norah?-
-Porque te amo Isaac… el nos mataría a ambos de cualquier forma y yo… tuve miedo- respondió la joven temblando en los brazos de Isaac.
Aunque abrazaba a la chica el joven aun miraba fijamente las runas del suelo hasta que finalmente recordó donde las había visto… lo sorprendente no solo fue el hecho de que las conocía sino que también sabía su significado, la razón de que se encontraran en ese lugar y él porque estaba tan penado conocer sus secretos.
La celebración en el palacio central fue poco a poco apagándose junto con la luz de la noche pero a pesar del frio los jóvenes no se movían… cientos se reunieron desde los balcones y observaban mientras los prefectos comenzaban a llegar al lugar con sus varitas en alto rodeando a la pareja quienes se rehusaban a separarse.
Las horas pasaron pero nadie se acercaba a los jóvenes… Isaac se pudo dar cuenta de la razón… el sonido era inequívoco y los prefectos habían sellado el castillo así como los estudiantes habían sido llevados a sus dormitorios… solo quedaban ellos dos aun abrazados y el frio de la noche que cada vez se hacía mas y mas helado hasta el punto en que las flores comenzaron a congelarse de forma súbita y el calor comenzó a abandonar a la pareja… los dementores de Azkaban habían sido llamados al lugar para llevarse a los asesinos.
Norah beso una última vez a Isaac y le arrebato súbitamente la varita gritando a los dementores que ella era quien había asesinado al prefecto y que Isaac no tenía nada que ver en todo eso.
El joven se rehusó a quedarse de brazos cruzados y decidió hacer algo que nunca en su vida habría imaginado.
Los dementores se abalanzaron sobre Norah sin que esta pudiera hacer nada, dándole el frio beso arrancándole el alma lentamente mientras Isaac desesperadamente continuaba buscando en el suelo una runa en especifico… la runa clave.
Cuando la encontró el joven menciono unas palabras incomprensibles en cualquier lengua y las runas reaccionaron ante su nuevo amo. Isaac saco su varita y se dispuso a enfrentar a una horda de dementores que comenzaban a retirarse con el cuerpo y el alma de su amada Norah quien le había salvado la vida.
De igual manera en que estaban gravadas en el suelo del jardín las runas aparecieron alrededor de Isaac mientras él las mencionaba, cada una de ellas iluminada por un brillo plateado que se veía reflejado en la varita del joven quien súbitamente lanzo un hechizo mientras tres círculos de runas se formaban a su alrededor…
-¡Expecto Patronus!- grito con toda su fuerza el chico esperando sacar fuerza de su aliento para lanzar un patronus tan poderoso que le devolviera a Norah… sus deseos no estaban tan distantes. Una poderosa explosión de luz sacudió al castillo completo y una figura con garras y mandíbulas comenzó a formarse en el cielo del lugar… tanta magia que era imposible que de una sola varita estuviera surgiendo tan devastador poder que no solo alejaba a los dementores sino que los destrozaba con tan solo tocarlos.
-¡Harry despierta!- escucho el ojiverde de un tono bastante familiar…
Cuando volteo a ver a sus alrededores completamente agitado Potter descubrió que se encontraba en su cama en lo alto de la torre de Gryffindor…
-¿Te ocurre algo Harry?- pregunto Ron acercándose a su amigo quien aun estaba bastante agitado.
-No Ron… solo tuve… un sueño… una pesadilla-
