Disclaimer: Rurouni Kenshin y sus personajes no me pertenecen T.T solamente los tomo prestados para ciertas alucinaciones mías.
Por favor leer las notas al fin del capítulo.
Ya sin más... que lo disfruten!
Capítulo 1
No sabía exactamente como había llegado a ese lugar, todo le parecía absolutamente extraño, no podía reconocer los comercios ni las personas por donde transitaba. Debo estar soñando pensó - sin duda era lo más lógico. Pero si era un sueño… era demasiado vívido.
Siguió recorriendo esperando identificar algo o alguien entre la multitud que se aglomeraba dejando pasar a un extraño grupo de samurais uniformados, un momento… ¿samurais uniformados? ¡¿Qué rayos estaba pasando?! Las espadas estaban prohibidas en la era Meiji; escuchó la palabra Shinsengumi y su corazón se detuvo, ¿cómo era posible? Se acerco lo más que pudo y observó de cara al grupo. Iban transitando tranquilamente y escudriñando la multitud cuando uno de ellos posa sagazmente su mirada en ella para luego desviarla hacía su compañero quién le dedico una media sonrisa y continúo su camino.
Cuando se perdieron de vista prestó más atención a los comentarios, para corroborar lo que había visto, acababa de toparse nada más ni nada menos con los temibles Lobos de Mibu. Simplemente no lo podía creer, su padre le había contado anécdotas, pero nunca nada tan detallado como para soñar todo esto. Fue ahí cuando se acerco a una señora a quien le preguntó qué ciudad era y en qué año vivía, después de mirarla como si estuviera loca la señora contestó amablemente sus preguntas
Dejando a una muy desconcertada Kaoru.
-"Pequeña, estamos en el año 1857 en la ciudad de Kyoto…"-
Debió de haberse golpeado demasiado fuerte la cabeza, pensándolo bien en el entrenamiento de la tarde estuvo distraída y un alumno alcanzó darle un golpe… si, sin duda fue eso… ¡no podía estar en la era Tokugawa! y menos aún en Kyoto, en cualquier momento despertaría en su dojo e iría a la clínica de Genzai para verificar no hubiera sufrido una contusión.
Tras el pasar de las horas y varios pellizcos dolorosos -para descartar que no estuviera soñando- concluyó que era real, entonces la pregunta fue ¡¿como rayos fue a parar ahí?! ¿Qué hacía en la era Tokugawa? ¿Y como podría volver a su respectivo tiempo?
Decidió calmarse y buscar un lugar para pasar la noche, por lo que sabía Kyoto era un lugar muy peligroso en esos tiempos. Era mejor prevenir que lamentar.
Después de pedir ciertas indicaciones y dado que no llevaba demasiado dinero llegó a una posada. Okami la dueña del lugar, se mostró reacia en un principio dado que no tenía demasiado dinero, pero aceptó ante la propuesta de cambiar una habitación humilde y comida, por trabajo. Entonces los días pasaron y Kaoru se sentía cada vez más perdida…
oooooooooooooooooooooooooooooooooo
Era otra noche más, hace pocos instantes llegaba de una misión y lo único que deseaba era lavar su cuerpo. Quitar las manchas color carmín de su ropa y dejarse llevar por el agotamiento. La misión de esa noche fue dura, debió acabar con una patrulla del Shinsengumi para poder escapar, luego de haber eliminado al blanco asignado para esa noche.
Después de haber quitado el espeso líquido subió por las escaleras en dirección a su habitación, una vez allí abrió la ventana y se dedico a contemplar el cielo.
Una noche hermosa para una persona normal… pero no para él, cerró sus ojos y los rostros de los que perecieron por su mano hicieron presencia, como todas las noches y cada noche su número aumentaba…
oooooooooooooooooooooooooooooooooo
Esa mañana Kaoru se encontraba de mejor ánimo, sabía tenía un arduo día por delante pero no le importaba, el trabajo la distraía de su situación. Debía cambiar su actitud mental si deseaba ver resultados positivos pensó. Fue ahí cuando sintió unos golpes en la puerta
-"¿Kaoru, estas lista? Debemos ir al mercado y a mi otra posada"-
Kaoru llevaba un delicado kimono color rosa pálido con detalles en blanco, luego de cerciorase que estuviera todo en su lugar abrió la puerta y respondió con una amable sonrisa
- "Estoy lista" - Okami le correspondió la sonrisa, le parecía una muchacha de lo más agradable, servicial y competente, al principio no estaba demasiado convencida de aceptarla en la posada, en estos tiempos no se podía confiar ni en la sombra. Además dada la relación que tenía con el Ishin Shishi, era probable que ella fuera un espía, y debía tener los ojos bien abiertos. Pero con el pasar de los días fue entrando en confianza con la chica, y pudo notar que era sincera y de buen corazón. La vez que se puso sin rodeos a preguntarle por su pasado pudo vislumbrar un brillo de tristeza en sus ojos azules.
-"¿De dónde eres Kaoru? " - Okami pudo notar la sorpresa de la chica por la pregunta, le resultaba cómico lo expresiva que era con su rostro la joven, estaba segura que ni ella era consciente que era un libro abierto.
-"De Edo, iba de viaje a Okayama pero me quedé sin dinero y tuve que quedarme en Kyoto" – Atinó a decir la de ojos azules.
-"Ah, entonces asumo no te quedaras por mucho tiempo…" - Entonces la chica si planeaba irse no tenía nada que ver con los Shinsengumi o incluso con los Oniwabanshu, después de todo ella había sido muy cuidadosa con lo que le contaba a la joven.
-"En realidad, ya no sé si irme… después de todo no tengo un lugar fijo a donde ir, mi padre falleció en la guerra y por lo poco que sé no me quedan parientes vivos que puedan hacerse cargo de mi. Claro está me quedaré aquí el tiempo que usted me lo permita Okami- san"- Kaoru quedó satisfecha con su respuesta, después de todo no mintió, simplemente modificó algunos nombres y como había llegado allí. Y por lo que pudo notar Okami también. Después de eso siguieron en sus tareas.
De eso ya habían pasado 3 meses, y ya tenía mucha confianza en la chica. Sentía como que Kaoru se sentía desconectada y carente de algo, quizá cambiando su entorno ayudaría a la joven. Era consciente que era una muchacha muy delicada, alegre y saltaba a la vista su belleza, ese color de ojos era algo totalmente atípico y la expresividad de su rostro era algo encantador, aunque era también testaruda como ella sola y no por delicada no significaba no tenía el carácter para imponerse en sus ideas o deseos. Le agradaba, le recordaba a ella misma solo que más joven.
-"Bien querida, hoy conocerás mi otra posada, debo pedirte como favor que seas discreta en lo que veas o escuches, veras… gente muy especial se aloja en ese lugar…"-
- "No se preocupe Okami-san no soy de entrometerme donde no me llaman"-
- "Si, lo sé por eso te pido me acompañes, bueno basta de tanta charla, ¡vamos!"-
Fueron por el mercado y luego de comprarse casi todo en todos los puestos, se dirigieron a la otra posada, estaba sorprendida por la cantidad de medicinas y vendas que Okami compró pero decidió no darle importancia. Quizá a esto se refería Okami con el hecho de que debía ignorar ciertas cosas.
Ella no preguntaría más de lo necesario tal como lo hizo con ella, se sintió enormemente agradecida que no hubiera indagado demasiado en su vida, ese le daba terrible mentir y seguramente se daría cuenta. Además, ¿cómo explicar que había nacido en Tokio que en esa época se llamaba Edo y que en el año corriente ella era un infante? La tacharían de demente, y la enviarían a un psiquiátrico. Mejor las cosas siguieran su curso.
De las pocas cosas que se encontraba feliz de hacer cuando estaba en Kyoto era salir a caminar por el mercado y pasar por el lugar en el cual ella había aparecido, en esa época, quizá frecuentando el lugar podría descubrir una forma de volver a su época. También disfrutaba caminar a las orillas del río y de vez en cuando aproximarse a un dojo, pero luego de observar que usaban espadas reales perdía rápidamente el interés. No era en lo que ella creía, sin mencionar que llamaba bastante la atención que una mujer se aproximara a un dojo con la intención de practicar.
Por lo que pudo observar el ideal de la mujer en esa época era de una mujer sumisa, y recatada. Todo lo contrario a ella, ya había recibido miradas curiosas y de desaprobación cada vez que iba al mercado a comprar comida, siempre terminaba peleándose con el mercader y en una ocasión llego a tirarle una lechuga en la cara. Los hombres reían y las mujeres la miraban como si estuviera loca. Nunca más pudo comprar en ese puesto.
-"Llegamos Kaoru"-
No pudo disimular la sorpresa, esta posada era tres veces más grande que donde ella vivía y por las luces pudo notar que estaba casi toda ocupada.
Entraron y se dirigieron a la cocina, se dispuso a hacer lo que le pidieron y Okami le dijo que podía recorrer libremente la posada con la condición de que por supuesto no entrara a las habitaciones, ni se pelee con nadie, eran hombres los que residían allí y un par de muchachas de servicio.
Kaoru empezó a recorrer el lugar y al final de un pasillo dio con un enorme y bellísimo patio interior. Al fondo por lo que pudo distinguir había un galpón o tal vez… ¡sí! ¡un dojo! Rápidamente fue a ver y le recordó tanto al de su padre que casi no pudo contener las lágrimas. Luego de meditar unos momentos, escuchó unas animadas voces en los pisos superiores, sin duda eran hombres y por lo que atinó a escuchar estaban muy animados. Sonrió, le gustaba que el entorno fuera distendido, la ayudaba a distraerse. Dio un par de vueltas y se dispuso a esperar a Okami en la cocina, no quería husmear más de la cuenta.
Se dirigió a la cocina para aguardarla allí, cuando pasó por una pequeña habitación, recordó que esta tenía una especie de lavabo, notó que la puerta estaba entreabierta y pudo ver que un hombre estaba allí aseándose, se ruborizó no quería ver nada que no le incumbiera, pero no pudo evitar mirar, no porque fuera una depravada acosadora sino, que le llamó la atención el color del cabello del sujeto. No pudo alcanzar a ver su rostro pero no pudo evitar notar el marcado cuerpo y al aroma que desprendía, pero algo no estaba bien… había algo en ese olor que le resultaba familiar, un momento… ¿era sangre? ¿Estaba sangrando? Quizá fue herido en las calles y la idea la asustó, se dispuso a retirarse a buscar las vendas que había comprado en la tarde y dejarlas en la puerta antes que el sujeto saliera, cuando de repente la puerta se abre de golpe y unos ojos ámbar la miran fijamente con dureza y reproche, es verdad que no debía estar metiéndose en donde no debía, pero tampoco estaba haciendo nada malo como para merecerse semejante mirada.
-"¿Se puede saber quién eres y que estabas haciendo?" su voz era ronca, fría y tajante, casi podía atemorizarla… casi."-
-"Kaoru la ayudante de Okami-san"- respondió con tono altanero, -"iba de paso por aquí buscando un lavabo y lo que noto es que estaba ocupado, lamento si te perturbé, pero luego me preocupe cuando vi sangre en tu ropa, incluso iba a dejarte unas vendas en la puerta para cuando salieras, pero creo que no te hacen falta"-
- "No necesito vendas"- dijo con gélida voz, -"y si querías ver si estaba ocupado bastaba con llamar y no ojear por la puerta entreabierta" -
Tenía razón pero no podía dar su brazo a torcer, después de todo… ¿quién lo mandaba dejar la puerta entreabierta? Además, no soportaba el tono de superioridad que este sujeto estaba utilizando con ella, ¿quién se creía que era? ¡Ah no.. a Kaoru Kamiya se la respeta! - "Ya te explique lo que sucedió, además ¿que clase de idiota deja la puerta entreabierta si no quiere que lo molesten? ¿y podrías dejar de mirarme como si quisieras rebanarme el cuello?"-
Algo de lo que le dijo lo sorprendió porque después de mirarla con sorpresa cambió su mirada hostil a una un poco más relajada y en sus labios se dibujó a una risa torcida, como si le causara gracia lo que le dijo. - "¿Eres tan desesperante siempre o estás en tus días especiales?"-
Ese comentario la sacó de las casillas, ¡¿pero qué diablos?! ¡Nadie se había atrevido a meterse con su período!, después de gritarle una sarta de improperios a los que él solo respondía con una encantadora sonrisa de lado como si le estuviera contando el mejor de los chistes, un momento… ¿encantadora?
oooooooooooooooooooooooooooooooooo
Kenshin no podía creer lo que estaba viendo, nunca había visto a una mujer decir esas cosas, quería soltar una carcajada, pero se limitó a sonreír, el cuadro era demasiado cómico. Aparte que no entendía que tanto le retrucaba, si ¡la había pescado infraganti!
El había llegado temprano de su misión, a decir verdad esa noche en particular fue muy sencillo; como siempre, lo primero que quería hacer era llegar y quitar ese olor que se había hecho una constante en su vida, pero por más que se lavara parecía que este no mitigaba. Cuando para su sorpresa una refrescante fragancia hizo acto de presencia, eran jazmines, volteo a ver en la dirección donde provenía esa fragancia y se encuentra con la puerta entreabierta, la abre rápidamente y se encuentra con un par de grandes ojos azules que lo miraban con sorpresa.
Debía admitir que la chica era bella sin duda, era de una estatura promedio, tez blanca y cabello negro como la noche, pero lo que más le llamó la atención fue ese par de ojos. Pocas veces había visto ojos de ese color, y ese brillo debía admitir tenía algo refrescante. Luego de preguntarle que estaba haciendo y que le diera una escusa poco convincente le reprochó su proceder, lo que no se esperó fue que le respondiera con la altanería que lo hizo, ¡vaya que nunca había visto a una mujer con ese vocabulario! Seguramente no tenía idea de quien era él sino no estaría retrucando de la forma que lo hacía.
- "¿Podrías dejar de mirarme como si quisieras rebanarme el cuello? " -
Eso lo sacó de sus pensamientos, esta chica no tenía idea de nada, lo primero que pensó fue que era un espía además, debía corroborar con Okami si decía la verdad. La situación era absurda y no pudo evitar sonreír, absurda porque no sabía que cerca estaba de la verdad.. ese es el trato que debían darle a los espías.
- "¡Kaoru! ¿que es este alboroto?, ¡Himura!.. ¿Estabas discutiendo con Himura?" Kaoru no entendía la perplejidad de Okami, ¿quién era este tal Himura? -
- "¿Okami, es verdad que esta chica trabaja para usted? Pregunto con semblante serio.
- "Si Himura, ¿hubo algún problema?" - Preguntó con nerviosismo, la anciana.
- "En absoluto, pero al no tener conocimiento del tema casi pienso era un espía. Al parecer la chica decía la verdad, dejaré pasar el tema por el momento" -
Kaoru no entendía nada, no entendía los nervios de Okami, ni lo del espía, ni nada, y tampoco iba a esperar mucho para averiguarlo.
- "Si todo está en orden, me retiro" - Se limito a saludar a Okami y desapareció escaleras arriba.
Una vez el sujeto se retiró, Kaoru se dirigió a Okami -"Okami-san que está pasando? ¿y quién es este sujeto? Todo esto es muy extraño... "-
-"Siéntate querida, te lo voy a explicar desde el principio…"-
o
oo
ooo
Notas de la autora: Hola a todos! primero algunas aclaraciones:
1) Como se habrán percatado Kaoru no conoce a Kenshin. ¿Porque? Me pareció algo interesante de lo que escribir, personalmente creo que Kaoru a veces se cierra cuando aparece Battousai en Kenshin y eso me frustra, Battousai es una parte importante de Kenshin, si no hubiera vivido todo eso no sería el tierno vagabundo que todos adoramos, quiero que mi Kaoru no se cierre ante Kenshin en ningún sentido y consiga amar a ambas partes de su persona y pueda influir en Kenshin de modo que comprenda que aunque sus ideales son los correctos no lo es su proceder.
2) Cualquier similitud con otro fic es PURA coincidencia. Porque? Porque existe una gran cantidad de fics y realmente muy buenos con viajes en el tiempo y tramas y pasiones entre Kaoru/Battousai/Kenshin.
3) Se aceptan, correcciones, sugerencias, elogios, etc, etc todo sea para tener una mejor historia para entretenernos. Siempre con respeto por supuesto
4) Disfruten y no sean tímidos, dejen reviews! :D
Un abrazo grande para todos ustedes :)
