Aclaracion: Miraculous tales of Ladybug and Chat Noir no me pertenece, sólo tomó prestado sus personajes para mis historias sin fines de lucro.
Summary: —Chat, quiero un bebé—
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Capítulo único.
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Ladybug y Chat Noir se encontraban besándose en una de las vigas de la torré Eiffel. El frío aíre nocturno mecía sus desordenadas cabelleras, los super héroes se separaron de aquel largo besó y sólo se abrazaron, sin nada que decir, sólo disfrutando de una hermosa vista de París en su ocaso.
De repente Ladybug se quedó viendo a una pareja, cargando entré sus brazos a un pequeño bebé.
La heroína quedó embelesada en ésa imagen, sólo podía ver y sonreír ante aquélla hermosa pareja de tórtolos con su pequeño.
Estaba tan conmovida que dijo algo que hiso que Chat Noir casi cayera de la torré Eiffel.
—Chat, quiero un bebé— El héroe se le quedo viendo asustado. Un sudor frío empezó a bajar por su frente y un escalofrío invadió su cuerpo enteró.
¿Que decir? Su cara era un poema, sus ojos abiertos como platós, su rostro sonrojado, su respiración pesada cómo si hubiera corrido un maratón.
Destapó sus orejas reales para escuchar mejor.
—¿Q-qué?—Preguntó con temor. Ladybug se cruzó de brazos y sonrió.
—¡Quiero un bebé Chat! Lo merécemos— Esta vez Chat Noir tragó saliva nervioso.
Ése era otro de los caprichos que a Marinette se le ocurría.
Tenían edad para hacer su familia, vivir juntos pero, ¿Estaban listos para un hijo?
—P-pero, My Lady,...—Ella lo silenció con un pequeño besó en los labios.
—¿Me negarás algo así, Chat Noir?—El tonó de voz que la azabache utilizó fue muy seductor. El rubio tragó saliva asustado.
—Y... Y... Per-pero— Ella lo empezó a besar muy lentamente, Chat sólo se dejo llevar. La azabache se movió lentamente y empezó a bajar el cierre de su traje.
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—¡Adrien! ¿¡Donde están las galletas que te pedí!?— Una Marinette con un enorme vientre estaba sentada en el sofá de su casa.
—¡Ya voy, mi amor!—Mientras que en la cocina, Adrien estaba intentando hacer unas galletas para su esposa, desesperándose a cada momento más con los gritos de la azabache.—Sabía que era mala idea, yo decía que no y ella dijo si.—replicó el rubio.
—¡ADRIEN!— El joven sacó unas galletas quemadas del horno.
Se lanzó al suelo a llorar de desesperación—¡Qué ya voy, carajo!—
Desdé ese día, Adrien comprendió que cuándo su novia le pedía de su cataclismo, el jamás debía complacerla, mucho menos si ella tenía la locura de tener un hijo.
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¡Hola! De nuevo yo con un pequeño drabble para entretenerlos.
*cof, cof* aún no tengo el capituló de enemies *cof, cof*. Bueno como sea ¡Ojala y les haya gustado, y si fue así no dudes en dejar tu hermoso review, me alegran mi día.
~Nos leemos luego~
