Sueños

Limpiar Texto

Capítulos

Sueños

Propuesta

EDITAR ESTE CAPÍTULO
Comenta este capítulo

Ahí estaba yo... tirado en aquel sucio calabozo con una herida desde mi pecho hasta mi vientre cubierta de sangre seca... lo que alguna vez fue mi camisa hoy eran harapos... tenía unos diez kilos de menos... barba de un mes magullones por doquier... pero aun no le decía nada a aquel ser tan despreciable... no le decía por quien la había cambiado... ella solo fue una diversión un juguete para la cama.. era muy hábil para eso y no puedo negar que lo disfruté... era delicioso el dormirme con ella luego de tener sexo hasta el cansancio... y amanecer desnudos y abrazados con nuestras piernas enredadas para así...si quería comenzar de nuevo... comenzábamos... pero mi corazón hablo y ya no te quiero cerca... solo la quiero a ella... la mujer que esta en mi corazón.

Tu... amor eres lo que me mantienes con vida... se lo fácil que es salir de esto... solo sería acostarme con ella y seria libre... pero nunca te traicionaré... se que dirías que no es traición ya que no somos nada... ni se si me recuerdas... pero traicionaría mi corazón y eso sería peor que morir. De pronto sentí como me acariciaban y me besaban... tu... amor que hacías en aquel lugar...que hacías con ella... por qué me tocabas así? Sacando fuerzas de donde no las tenía me obligué a sentarme y a mirarte... para confirmar que eras tu... enfoqué mi mirada... te busque por todas partes... pero ahí estaba yo en mi cama en la frías mazmorras... solo... completamente solo... me levanté y fui hasta el baño... me quite la ropa comprobando que no eran arapos sino un fino pantalón de dormir de seda negra... camisa no llevaba por costumbre... rebise mi pecho donde debía estar mi herida y lo único que había era mi eterna piel blanca... sonreí para mi, otra maldita pesadilla... ya se habían combatido en rutina... si desde que había aceptado que te amaba todas las noches tenía pesadillas.

terminé mi baño y me vestí ... tomé pluma y pergamino escribiría otra de esas tontas cartas que no enviaría... como decirte que te amo... que eres la mujer de mi vida... cuando todo me marca que debo casarme con esa lujuriosa mujer... en otra época habría estado feliz de hacerlo...pero ahora no. Miré el pergamino que casi sin pensar ya estaba escrito... sonreí para mi y lo guardé junto a los demás... este era el numero cien... cien cartas de amor sin enviar... cien cartas de amor destinadas a callar lo que un corazón grita. Saque una foto tuya que nunca te diré como a conseguí te besé y te guarde nuevamente.

quien debía morir de dolor... yo por no poder tenerte... o todos los que esperan ciertas cosas de mi.

De pronto un golpe en mi puerta... la puerta de mi despacho... la puerta que hacía que me colocara esa mascara de frialdad e indiferencia y hasta desprecio... incluso contigo amor...otro golpe a la puerta...esta vez más fuerte... seguramente sería mi futura esposa. Ese maldito decreto... a quien se le ocurría semejante disparate, como que todos los magos mestizos o hijos de muggle se debían casar con alguien sangre limpia... era lo más patético que había escuchado y para peor la señorita black... si si si Bella era viuda y ahora era señorita de nuevo... o algo así y había que reconocerlo... hacía rato que nos entendíamos bien en la cama... pero una cosa era calmar las necesidades de un hombre y otra compartir una vida... y bella estaba decidida a ser mi esposa... todos lo veían con buenos ojos... todos menos yo claro está .Otro golpe a la puerta me trajo a la realidad... fui a abrir y ahí estabas amor.

Que harías aquí... que hacer si mi corazón esta desbocado y tu te presentas ante mi en esas condiciones... solo espero que no sea otra pesadilla... que hermosa te queda la ropa muggle... esa que se pega a tu cuerpo marcando tus delicadas y precisas curvas... si definitivamente eres irreal no puede existir la perfección en persona... y así era como te consideraba... perfecta simplemente perfecta. Recuperando mi cordura hable con mi acostumbrado tono frío

-Que hace aquí Granger? -por qué tenías que hacer eso?... porque me tenías que abrazar... por qué tenías que comenzar a llorar?... te abrace guiándote dentro de las mazmorras