Ninguno de los personajes en este Fic me pertenece. Solo los utilice para crear mis peculiares (?) historias.
Una oportunidad
Cada día en la alianza de South Park se volvía más insoportable que el pasado. Kyle Broflovski, era el príncipe heredero de todos los judíos, un pueblo en decadencia que necesitaba la ayuda de su heredero para volver a surgir como uno de los mas importantes reinos. Para aquello, Kyle necesitaba casarse con el príncipe de la casa Marsh, Stanley, heredero al trono. Pero había una complicación… el príncipe heredero estaba enamorado de la princesa Wendy Testaburger, quien era aun mejor prospecto que el príncipe de los judíos.
La corte aconsejaba a Stan abandonar a Kyle, puesto que su felicidad yacía al lado de una princesa de gran prestigio y poder… pero Stan no quería traicionar a su "súper mejor amigo" de esa forma, aun y cuando tenía que sacrificarse a si mismo.
Kyle le estaba agradecido por aquello, pero más que tranquilidad, sentía una opresión terrible en el pecho… puesto que el si lo amaba. No era un secreto para nadie acerca de su amor, aun mas de su rechazo… pero aun así mantenía la esperanza de que, con el tiempo, Stan se acostumbrara a la idea y llegase a amarlo, aunque fuera en una millonésima parte de cómo el lo amaba.
Aquella esperanza se derrumbó el día en que Stan decidió anular el compromiso.
¡Stan!... pero… yo había aceptado todas tus condiciones… - El pelirrojo parecía estar a punto de llorar, mas no lo haría. Por supuesto que no, Kyle Broflovski no lloraba frente a nadie, ni siquiera Stan. – Incluso acepte que tu… que Wendy…
Lo siento Ky… pero yo quiero a Wendy más que nada – Duro golpe al corazón del pelirrojo. - Y no puedo estar lejos de ella… se que te lo prometí, pero… somos los mejores amigos, ¿no podrías intentar comprender?
Pero Stan… mi padre confía en nuestro matrimonio… - Error, las lágrimas ya comenzaban a asomarse por su pálido rostro - … Cree que es la ultima oportunidad de nuestro pueblo… ¡Stan!... por favor… no lo hagas…
Ya esta hecho Kyle, perdóname, pero no te preocupes por nada, mientras yo viva nadie se meterá con tu gente…
Por supuesto, aquello no era suficiente. No quería parecer un idiota frente al moreno, así que salió corriendo del lugar. Sus getas* apenas se lo permitían. El pueblo Judío estaba reconocido por usar kimonos, hakamas* y obis*, lo que se había popularizado entre el pueblo del clan Marsh desde que se había dado a conocer el compromiso de los príncipes… pero a partir del día en que su compromiso fue anulado, de repente a las personas les pareció absurdo todo aquello. Comentarios como "¡Que vestimenta tan ridícula!", "¿Cabello rizado?, ¿pelirrojo?... mejor lacio y negro como el de la adorable princesa Testaburger" y demás, comenzaron a escucharse por toda la corte. De pronto, casi sin darse cuenta, todos en el palacio marginaron a los judíos y consideraron absurdas sus tradiciones, dando paso al clan Testaburger para dominar dentro de la alta sociedad.
Y lo peor para Kyle estaba por venir…
¿Cartman?, ¿¡ese culón en la Corte! – Sintió su piel palidecerse aun mas de lo que estaba. Su amigo y consejero, el príncipe de Stotch le daba la nueva noticia.
Los Cartman eran un clan que estaba casi extinto. Después de que la zarina anterior, Liane, madre del actual zarévich Eric, muriera, los Tenorman, segundos en la línea de sucesión, le habían hecho la vida imposible al joven heredero. Lo habían separado de los Marsh, con quienes había vivido una temporada, de sus "relativamente", amigos, y lo habían tratado como si fuera un sirviente mas en su propio palacio. Pero los papeles se habían invertido. Ahora Cartman ya no era el mismo niño gordinflón que había molestado y discriminado a Kyle cuando vivía junto a ellos. Ahora ya tenia suficiente edad para gobernar y, sobre todo, ya no estaba nada gordo, sino que en cambio, era un joven bien parecido, estaba ancho, pero por la masa muscular, y al ser prácticamente un zar (borró por completo a la familia Tenorman), era uno de los monarcas mas codiciados de la alianza.
Aunque todo eso para Kyle solo significara que un, racista aun mas grande, creído y manipulador Cartman estaba por regresar.
¡Lo único que me faltaba!, Butters, ¿estas seguro?...
¿Ah?... he… si… yo… lo estoy, Kyle – El joven príncipe carecía completamente de carácter. Solo se mantenía firme frente a su novio, el príncipe McCormick, quien era conocido en cualquier parte por su "debilidad" por tener varias parejas, aun comprometido. – Pero dicen que ya no esta gordo…
Eso no importa… siempre me odió, en cuanto conozca mi situación, sin dudas se burlara de mi, ¡maldito culón!, ya puedo oírlo… "Ñe-ñe-ñe-ñe-ñe-ñe, eso te sacas por judío"… ¡AH, como lo odio!... y para colmo… mis padres…
Kyle, todo… todo estará bien… - EL joven rubio le ofreció su mayor sonrisa, tan amable y dulce como siempre. Su único apoyo en aquel lugar.
¿Lo estará, Butters?
Claro que si, Ky… seguro que Stan no te dejará nunca...
"Jamás me tuvo, ese es el problema…" – Pensó con el corazón roto. No podía dejar de sentir una pena profunda cada que veía al moreno con aquella jovencita de cabellos negros. ¿Por qué ella era mejor que él?, ¿Cuál era el problema con él?...
Su rutina se había convertido en un insufrible castigo impuesto por si mismo… todos los días se detenía frente a algún espejo y contemplaba su propia imagen… estaba orgulloso de los rasgos que poseía gracias a su pueblo… ¿Por qué no era suficiente con eso?
Cada vez que se encontraba con alguien del cualquier otro clan, y lo miraban con malestar y rechazo, se detenía a verse a si mismo, con los que antes había considerado hermosos kimonos y una apariencia "decente"… y no podía evitar sentirse inferior al resto… comenzaba a creer que Stan había hecho lo correcto, porque quizás… bueno… quizás el no era lo suficientemente atractivo como para merecerlo…
¿¡Que rayos pasa conmigo! – Gritó en medio del pasillo, completamente rodeado de personas, con Wendy, Stan y un desconcertado Kenneth frente a él. Lo miraron unos instantes, mientras se ponía tan rojo como sus cabellos y salía corriendo, de nuevo, del lugar. Había estado cerca de colapsar.
Stan lo miró algo dolido, pero no lo siguió, gesto que Kyle hubiera agradecido más que nada. Wendy disimuló una risita, pero prosiguió abrazando y "manoseando" a su futuro esposo. Kenneth, el príncipe de McCormick, observó con tristeza a uno de sus mejores amigos. Entendía por lo que estaba pasando, pero no podía hacer nada más allá de darle todo su apoyo y… esperar…
La tortura diaria terminó por fulminarlo el día en que se suponía que Eric Cartman llegaba al reino. Kyle intentaba contener toda su ira guardada y tranquilizar sus enormes deseos de suicidarse antes de tener que soportar la derrota frente a su "amigo/enemigo" de la infancia.
Todos en el castillo esperaban impacientes para conocer al nuevo Cartman, del que ya se había hablado mucho. Vajilla nueva y una decoración impecable, todos en la Corte vestían la moda impuesta por la princesa Wendy y así mismo, miraban con desagrado el precioso kimono que el príncipe Kyle portaba aquel día. El pelirrojo solo respiraba lo mejor que podía para no colapsar.
Se escucharon las trompetas, que anunciaban la llegada del zarévich Eric a la distancia. Kyle tenia algo de curiosidad por saber si reconocería al chico, pero en cuanto todos los nobles salieron a encontrarlo, su padre lo mandó llamar, lo que tiró por el suelo cualquier idea "maliciosa" de molestar al recién llegado.
Kyle, querido… como sabrás, nos encontramos en una situación precaria… - Como siempre, Sheila Broflovski y sus exageraciones. L a pelirroja veía a su hijo más como un ancla que la sostenía en aquel mundo de riquezas y poder, que como su primogénito.
Así es, Kyle – Y Gerald Broflovski no era mejor. En cuanto Kyle había nacido, se encargó de convencer a Randy de destinarlo a él. – Si el matrimonio de los Marsh y los Testaburger se lleva a cabo, nosotros desapareceremos del mapa real por no se cuanto tiempo… es tu deber, no, ¡tu obligación!, reconquistar al príncipe antes de que esa boda se lleve a cabo…
"¿Reconquistar?, ¿Cuándo se supone que lo conquisté?... el solo tuvo ojos para Wendy desde el principio…" – Kyle bajó la cabeza y dejó que las sombras cubrieran su rostro. No podía soportar que el resto del mundo le recordara que Stan jamás lo había amado. Pisaban su orgullo y su corazón se volvía añicos.
Pero, padre… no quiero, mejor dicho, no puedo hacer nada… Stan me ha dejado claro que… - Quiso llorar de nuevo, pero Kyle Broflovski no lloraba frente a nadie, así que se tragó su dolor. - …que nuestra amistad es más importante para él… y con eso, yo estoy a gusto…
¡Que cosas tan insensatas dices, Kyle!, si dejas que ambos se casen, estarás traicionando a nuestro pueblo… ¿eso es lo que deseas, eh?, darle la espalda a todos mis esfuerzos por congeniar con los Marsh… el tiempo que hemos tenido que soportar humillaciones del resto de la Corte, ¿nada significa algo para ti?
¿Cómo podía decir algo así? Kyle sintió, por primera vez, deseos de darle un puñetazo a su padre. ¿Cómo podía decir que aquello no le importaba? Se había preparado para ser esposo de Stan desde que tenía 8 años, cuando Cartman y Kenny vivían en el castillo de los Marsh. Había tomado toda clase de cátedras para comprender al pueblo de Stanley, había sacrificado horas de su tiempo libre para prepararse como el novio culto que el azabache merecía, ¿y para qué?, ¿para que le restregaran en la cara que el otro jamás lo había querido?, ¿para decirle que no se había esforzado lo suficiente?, ¿Qué no apreciaba el sacrificio de su familia?, ¡lo estaban jodiendo!
¿Qué se supone que debo hacer, padre?, ¿Qué se supone que haga yo? – Iba a ponerse histérico, "iba", porque de inmediato, sin dejar a sus padres comprender aquella nueva faceta de un Kyle destrozado, se abrió la puerta de improvisto y se dejaron ver unas figuras que Kyle bien conocía.
¿Interrumpimos algo? – Kenny McCormick, con su ya típica sonrisa radiante y sus enormes ojos azules que brillaban de alegría… luz que se opacó al ver el dolor y desesperación en los ojos del pelirrojo. Pero todos disimularon la situación.
¿Qué sucede, Kenny? – Kyle respiró hondo y dejó su malestar por unos instantes. Sheila y Gerald se inclinaron levemente al estar frente al príncipe. Kenny había retirado esa demostración como gesto, desde mucho tiempo atrás… pero aquella era una "costumbre judía", como Cartman solía llamarla.
Pues… yo dije que debería esperar, pero ya sabes como es ese… - Estuvo por mencionar la nueva palabra prohibida, pero la persona de la que hablaba, lo interrumpió entrando de golpe e imponiéndose desde el instante en que empujó al rubio, con una mirada de reproche, abriéndose paso frente a todos el sequito que llevaba mucho tiempo detrás suyo.
¿Ese que, Kenneth?, ¿"culón", cara de culo? – Obviamente, era Cartman.
Tal y como había dicho Butters, el castaño ya no era gordo en lo absoluto. Lucía, incluso, muy atractivo. Era considerablemente alto, quizás el más alto de todos los presentes. Se le había ensanchado la espalda tanto que, aunque no era de gordura, lucía "amplio". Su cabello lucía algo "despeinado", pero aquello no lucia mal en lo absoluto, todo lo contrario, le daba un aire rebelde y atractivo. Traía puesto un saco rojo y un pantalón de estilo "media" con enormes insignias en el (tal y como los zares solían lucir). Caminó imponente hasta el medio del salón, haciendo que todo su sequito se detuviera de golpe justo atrás de él. Ya no parecía el mismo Cartman que, 10 años atrás, los Tenorman habían sacado, literalmente, a rastras, del castillo. Lucía igual de arrogante, eso era cierto, pero también parecía haber madurado de alguna forma singular, que nadie atinaba a reconocer. Sus ojos cafés oscuros se pasearon velozmente por el salón, hasta que dio con el punto rojizo que había estado buscando entre la multitud que, muy groseramente, había pasado por alto al entrar al castillo.
¿Demasiado importante como para recibirme, judío?
¿No llevas ni 15 minutos aquí y ya estas jodiéndome, culón? – Kyle disimuló casi perfectamente su impresión al contemplar al "nuevo zar". Parecía que aquello lo había sorprendido aun más que cualquier noticia acerca de Stan o de su reciente "precaria" situación. Aquello era "incómodamente cómodo". Ni siquiera el hecho de que sus padres y todos los presentes casi se infartaran al escuchar como se dirigía al que se conocía como el más orgulloso de los soberanos, lo hizo sentirse menos cómodo. – Al menos espérate a la cena que Stan preparó…
¿Tu novio intenta ganarme con comida barata?, no me jodas… primero el pobre de Kenny me intenta abrazar, luego el marica de Butters y después te sientes demasiado bueno como para darme la bienvenida que me merezco… incluso en eso los judíos son tacaños.
Te lo advierto, gordinflón… aun no… - Kyle sentenció con aquella mirada de fuego que años atrás había perdido, en la sumisión que lo habían sometido por agradar a Stan. S e sentía extraño tener a alguien con quien pelear de nuevo. Casi era como un algo "necesario". Ni siquiera se preocupó por informar al recién llegado de los cambios dados a su "noviazgo".
Ya tendría suficiente tiempo para ser humillado frente al castaño… pero no ahí… no en ese momento…
¿Cuánto-to tiempo-o planeas quedarte con nosotros, Eric? – Un nervioso, pero feliz Butters, hablaba en la mesa del comedor, servida especialmente para el zar invitado y el resto de la corte.
Desde la cabeza de la mesa, Stan, a la derecha, Wendy, con un lujoso vestido que fue elogiado en cada pasillo del castillo por el cual anduvo. Junto a ella, Bebe, su primera dama y ama de llaves del lugar, aparte de ser una duquesa importante en el linaje de los Testaburger. Del otro lado de Stan, Kenny, el príncipe del clan McCormick y un mujeriego declarado. Frente a ellos, comenzando de izquierda a derecha, Kyle, el joven príncipe, portaba un precioso kimono en color anaranjado, como gustaba, con un obi verde que lo hacia lucir delicado y radiante, contrario a su estado de animo. Después taba Cartman, quien por extraño que pareciera, vestía un traje formal de la cultura nórdica, color negro y con detalles en oro. Parecía un soldado realmente atractivo, su porte orgulloso y su seriedad al hablar, de hecho, hasta ese momento, se había limitado a responder brevemente a las dudas del pequeño Butters, que lo mareaban aun mas que cualquier vino servido por el representante de los Marsh.
No puedo quedarme mas de una semana… solo vine a solucionar los asuntos del "Imperio".
¿El "Imperio"?, ¿Qué ha sucedido? – Como de costumbre, Kenny se mantenía al margen de las situaciones que realmente importaban a su reino. Sin dudas, después de casarse, el pobre Butters tendría que encargarse de todo. Por eso amaba tanto a su pequeño "osito".
Ahora es la mayor potencia y después de firmar el último trato con él, bueno, supongo que ya saben lo que va a pasar…
Lo que decía Cartman no era una cosa sin importancia, en lo absoluto. En la alianza de South Park, se regían bajo una serie de leyes acerca de jerarquías y tratados. El nivel de importancia en aquel lugar dependía de tres factores importantes: el poder militar, su economía y las alianzas "mayoritarias" con el resto de los reinos. Por ejemplo, el reino más importante hasta aquel momento, era el de los Marsh. En segundo lugar, estaban los Testaburger, después el "Imperio", luego los McCormick, los Demons, los Cartman y los Black. Finalmente estaban los Donovan, los Phillip y los Broflovski. Pero si lo que Cartman decía era cierto, ni la alianza tan significativa, como lo era la de Stan y Wendy, significaría algo. De hecho, dependiendo de las decisiones del "Imperio", se cambiaban los roles completamente.
¿¡Pero que rayos dices, Cartman! – Stan sintió el mas grande temor recorrerle toda la espina dorsal. Wendy estaba que no se lo creía y Kyle se sintió mal al ver la expresión de pánico en el rostro del moreno que tanto amaba.
Digo lo que es… Soy el primer tratado del Imperio, después están Token, Phip, y Butters, claro, si Kenneth lo permite. – Como si dijera algo de lo más normal, el castaño sigue con su almuerzo, disfrutando muy disimuladamente el gesto de miedo y terror en el rostro del moreno.
¡Eso no puede ser!, ¿Cómo sucedió?
Por lo que sea,"Wendy-puta" – Cartman odiaba profundamente a la princesa, pero no por la razón que todos pensaban… y era que, cuando vivía con los Marsh en su infancia, se había divulgado una falsa noticia que hacia parecer a Cartman comprometido con la princesa que lo negaba, diciendo cosas como "Jamás me liaría a alguien tan mantecoso como el", si bien ahora, quería tragarse aquellas palabras. – Esto esta frío… - Masticó un poco mas de su filete y lo dejó en el plato. Estaba fastidiado de tener que dar explicaciones a todos todo el tiempo… pero si era lo que necesitaba para ser soberano… para acercarse a "él"… entonces no había remedio…
¡No llames puta a mi novia, culón! – Fue esa palabra macabra la que hizo que todos en el salón guardaran silencio unos instantes. El pesar se sintió en el ambiente.
¿"Novia"?, ¿de que carajo hablaba Marsh?
Cartman se giró en dirección de Kyle, con sorpresa y, porque no admitirlo, con gusto, en su mirada… quería burlarse, quería celebrar su triunfo, quería… lo que él quería… se fue al carajo, en cuanto vio el semblante decaído y melancólico del pelirrojo…
Y apenas había comenzado su tortura…
Hola, gracias por leer este fic hasta este punto :'D espero que hayan disfrutado este mini-avance y... bueno... sin mas...
Pues paso a explicar los "*"
1.- Getas son los zapatos de madera tradicionales japoneses, creo que la mayoría de las personas en este foro están familiarizadas con el termino (espero).
2.- Obi es el lazo que forma parte del kimono, lo que lo sostiene, creo que tampoco tiene mucha ciencia ese termino, igual lo explico.
3.- Hakamas son los pantalones extra grandes samuráis (como el de Kikyo en Inuyasha, el del mismo Inuyasha y el de Kenshin en Samurai X)
4.- El porque hago que los judíos vistan esta ropa, es todo un misterio… pero imagínense a Kyle en esos trajes o(O/¬/O)o (bizarro y sexy XD)
Bien, se que no es precisamente el mejor comienzo para un Fic, pero considerando el largo cuento que sale de todo esto, creo que es adecuado dejarlo hasta este punto.
Acepto sus comentarios y no duden en dejar sus dudas (que mientras no contengan spoilers) serán atendidas :D
By: Roglia15
