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Advertencia: Shonen ai

Diálogos —

«Pensamientos o Recuerdos de Diálogos pasados»

De antemano, gracias por los reviews.

Reflejo

Desde su nacimiento, el destino estaba escrito para los gemelos de la casa Sumeragi. Marcados por la tragedia, Hokuto y Subaru vivieron crueles experiencias. Sumeragi Hokuto conoció el amor en sueños, literalmente; un joven yumeni de nombre Kuduki Kakyo que visitaba sus sueños todo el tiempo, él era hermoso y bueno, pero cuando Hokuto murió se volvió deprimente, y ansioso de morir, pero no puede causar su propia muerte, más que todo es por culpa, se siente culpable de haber previsto la muerte de su amada y no poder haber hecho nada. Por otro lado, Subaru también sufrió por amor, un hombre mentiroso pero seductor, robo su corazón y la vida de su hermana. Muchos años después, al saberse no solo como el 16° líder del clan Sumeragi, sino también como Dragón del Cielo, el gran Sakurazuka Seiishiro, era un Dragón de la Tierra, su enemigo, y en un futuro el asesino del cerezo sacrifico su vida muriendo en manos de su amado Subaru.

Kakyo se quedo solo. Subaru se quedo solo, sin Hokuto, su hermana; sin Seiishiro, su amado. Subaru es la misma imagen que Hokuto, excepto que ella era un volcán de emociones y alegría, y Subaru esta apagado, en su rostro no hay sonrisa, igual que en su cuñado, solo tristeza y ganas de morir.

Subaru y Kakyo se mantienen vivo el uno al otro, Kakyo gusta de la compañía del querido hermano de su Hokuto, cuando él toma su mano siente una fuerte sensación de paz, como si Hokuto nunca hubiese muerto. Subaru no culpa a Kakyo de nada, los yumenis tienen una vida cruel, conocer el futuro y no poder hacer nada, eso es demasiado cruel. Kakyo tiene en su corazón se un nuevo deseo antes de morir, cosa que "El Kamui" entendió, y cumplió. Su más grande deseo era estar junto a Subaru, el reflejo de Hokuto.

En cierta forma, Subaru poseía una parte de la esencia de Seiishiro-san, pero Kakyo no tenía nada de su hermana, por eso no renegó quedarse a su lado, incluso cumplió la promesa de Hokuto, llevó al joven vidente al mar. Kakyo parecía un niño pequeño cuando se encontró frente a frente con su más anhelado sueño: conocer el mar con alguien amado.

— Ya no quiero morir, quiero estar contigo — dice el frágil joven con sus pies en el agua, y el resto de su cuerpo descansando en la arena, con la cabeza en las piernas del hijo del clan Sumeragi.

— Si eso quieres, eso será… — responde Subaru acariciando su cabellos.

— Quédate conmigo, siempre… conmigo para siempre — susurra el vidente suave, palabras que se lleva el viento.

Hace tiempo que Sumeragi Subaru quedo en un estado catatónico, no era la primera vez, e incluso había vuelto pero esta vez no regreso. De vez en vez es visitado por sus amigos Dragones del cielo: Shirou Kamui, Nekoi Yuzuriha e Inuki, Arashi, Kasumi Karen y Aoki Seiishiro. De alguna manera, nunca parece triste, su mirada es tranquila como si viviera feliz. Quizás era lo mejor, en ese estado no tenía que matar a nadie como el nuevo Sakurazukamori, y además vivía feliz. Aunque esa felicidad no era compartida por sus amigos cercanos, que perdieron mucho en la batalla, y saber que su amigo esta aquí y al mismo tiempo no, es demasiado triste. Pero…

"No existe un camino que traiga felicidad a todos por igual"Sumeragi Subaru

"La felicidad esta en uno mismo" –Yuuko–

…Y Subaru y Kakyo vivieron juntos, felices, en un sueño eterno.

:::FIN:::