Nota de Autora al 30/07/2017: En respuesta a algunos mensajes privados, ésta sección de One Shots involucran a múltiples parejas (tal y como lo dice el resumen principal). No obstante, cuando se trata de Sakura, me temo que únicamente será emparejada con Sasuke Uchiha. Me disculpo ampliamente por los inconvenientes, si es que esperaban (inserte nombre de personaje que no sea Sasuke) x Sakura. No tengo nada en contra de aquellos shippings. Simplemente, a mí no me gustan.
Pareja: SasuSaku
Clasificación: M
Advertencias: Sexo altamente descrito. Lenguaje altisonante.
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Volviendo a Casa
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La entrada a Konoha se hizo presente ante su mirada. Eran altas horas de la noche; quizá mas allá de las cero horas. Pero Sasuke simplemente tenía que volver.
Necesitaba verla a ella.
Sakura.
Había escuchado rumores que le carcomían la paz mental. Rumores que se negaba a creer; pero que le atormentaban cada noche y le impedían incluso conciliar el sueño. Y todo era porque no soportaba aquella idea.
Sakura; SU Sakura tenía una relación con su amigo y rival. Naruto Uzumaki.
El tan sólo imaginarse aquel hipotético escenario le hacía hervir la sangre y que quisiera matar a su compañero pelirrubio, así como reducir aquella aldea a cenizas. Otra vez.
Y fue por ello que ahora se encontraba a las afueras de Konoha; tras años de reticencia a retornar al lugar que alguna vez consideró su hogar. Pero ¿cuál fue exactamente el motivo por el que se negaba al volver?
Muy simple.
No quería regresar y enterarse que Sakura Haruno tenía una relación con algún otro hombre que no fuera él. Pero desgraciadamente no sólo aquel escenario se volvió una realidad, sino que se cumplió con la persona que menos hubiese esperado y la que más le enfurecía.
No porque odiara a su amigo cabeza hueca, al menos hasta que su relación con la discípula de la quinta fue oficial; sino porque no soportaba el hecho de que Naruto, el ninja hiperactivo y ruidoso estuviese al lado de aquella mujer que Sasuke consideraba como suya.
El simplemente imaginarse que Naruto estuviese en esos momentos penetrando a su Cerezo y eyaculando dentro de ella le enviaba torrentes de lava por sus venas. El tan sólo pensar que el Usuratonkachi haya sido el que tomó la preciada virginidad de la hermosa kunoichi le enfurecía aún mas que aquel episodio donde su clan entero fue asesinado.
Oh, y mejor que no les hallara en el acto, porque mandaría todo al diablo y asesinaría a sangre fría al Uzumaki, para después llevarse a Sakura MUY lejos; aún si era en contra de su voluntad.
Y sí; aquel pensamiento era malditamente egoísta de su parte. Pero Sasuke jamás se caracterizó por ser bondadoso; y pese a que ya no era el mismo vengador de hace tres años, su espíritu orgulloso y egocéntrico jamás cambiaría.
Sakura debía ser de él y punto final.
Una densa lluvia azotó repentinamente la aldea sin piedad alguna, empapando enteramente al príncipe Uchiha; pero aquello era lo que menos le importaba. Estaba en ése lugar para hallar a la kunoichi de cabellos rosados y aclarar algunas cosas.
Lógicamente, Sasuke ya se iba preparando para el peor de los escenarios; tanto así que su Sharingan y su Rinnegan se activaron aún sin su consentimiento. El moreno saltó por los tejados; primero en dirección del hogar de Naruto, queriendo saber si realmente el muy bastardo se estaba acostando con ella en su casa. Pero al llegar al departamento del mismo, lo halló vacío. Algo que quizá en otra ocasión le hubiese hecho suspirar aliviado; mas por el contrario, le hacía enfurecerse aún mas.
"Ese hijo de su puta madre; seguramente se la está cogiendo en su casa"
Hecho una furia, el azabache se encaminó a toda velocidad a la residencia de los Haruno. Realmente quería creer que no estaban a solas en su cuarto; pues después de todo Sakura aún vivía con sus padres. Y no sería un panorama muy agradable el escuchar a Sakura teniendo sexo con el futuro Hokage.
El enfado de Sasuke fue tan grande que incluso su Susanōse materializó; infundido de la sed de sangre que hacía tiempo no inundaba su alma y le convertían en un verdadero demonio. Realmente esperaba que por el bien del rubio y el de la aldea entera, no les hallara en el acto carnal; porque ni la mismísima Kaguya Otsutsuki se compararía en la maldad que Sasuke Uchiha usaría contra aquel pueblo.
Con un último salto, el Uchiha cayó de pie ante la residencia de los Haruno; listo para descuartizar al que consideró su amigo por años. Pero de inmediato abrió los ojos como platos al ver a la kunoichi más fuerte de Konoha dormida en su balcón, sobre de una silla; mientras que aquella tormenta no tenía piedad sobre su pequeño cuerpo.
Dentro de sí, Sasuke se sintió aliviado de no hallar a la ojiesmeralda con el Usuratonkachi, porque realmente no lo habría soportado y habría terminado haciendo algo que le devolvería a la oscuridad; echando a perder en el proceso el sacrificio que su querido hermano había hecho por la aldea.
Si debía ser honesto, al último de los Uchiha poco le importaba realmente Konoha; y la única razón por la cual resguardaba aquel lugar desde las sombras era por dos motivos: el primero, su hermano había dado su vida por Konoha; y la segunda, Sakura Haruno vivía en ella. Realmente no quería echar a perder el perdón que le otorgó la medic-nin; ya la había hecho sufrir bastante y no quería que la Haruno llegara a odiarle. Ella era lo único que le importaba de aquel podrido sitio.
— ¿Qué estará haciendo a las afueras? — se preguntaba el moreno — ¿Acaso no se ha dado cuenta de la lluvia? — Sasuke exhaló audiblemente y se acercó a la dormida pelirrosa; agachándose un poco para examinarla más de cerca.
Lo primero que notó fueron sus cambios físicos. Su cuerpo se había vuelto más femenino, con delicadas curvas y largas piernas; lo cual era mayormente notorio gracias a lo pegado que estaba su pantalón de pescador blanco a su cuerpo, casi como unas licras. Lo segundo fueron sus facciones faciales; Sakura se había vuelto más hermosa en aquellos tres años de ausencia. Sus labios estaban más carnosos y su piel se había vuelto más suave, o al menos aquel aspecto tenía.
Inevitablemente, Sasuke dirigió su mirada a sus senos. Quizá Sakura no tenía mucho busto; cuando menos no comparable con la de otras mujeres, como su escandalosa amiga pelirrubia que ni su nombre recordaba; o aquella tímida Hyūga que constantemente seguía al idiota de su amigo. Pero al moreno aquello era lo que menos le importaba, porque para él eran perfectos; sabía que cabría perfecto en su única mano y que le encantaría prenderse de él con su boca, succionándolo como si de un bebé se tratase.
Pero no. Ahora ése hermoso cuerpo le pertenecía al odioso de Naruto y Sasuke no tenía derecho alguno sobre él. No al menos antes de que lo matara.
Aunque antes de saltarse a conclusiones, el Uchiha quería corroborarlo de primera mano de parte de la Haruno.
Sasuke entonces se pegó al vientre de la inconsciente Sakura y le rodeó la espalda baja con su único brazo, levantándola como si de un costal se tratase y cargándola hacia el interior de su recámara.
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Sakura poco a poco se fue despertando, teniendo como primera imagen su departamento; ante lo cual se irguió sentada sobre su cama y se descubrió a sí misma únicamente vistiendo una bata de dormir blanca. La Haruno se sonrojó intensamente al pensar que alguien la había desnudado, o cuando menos visto en ropa interior.
Pero justo en ese momento, se percató de un chakra bastante conocido para ella; uno que había anhelado durante años y que siempre le alteraba sus ritmos cardiacos; uno que además fluctuaban en su respiración.
— ¡Sasuke-kun! — exclamó asombrada la pelirrosa al volver sus esmeraldas hacia el impasivo pelinegro, el cual estaba recargado contra la pared de su habitación. Sasuke abrió sus ojos, revelando el rinnegan y su oscuro orbe.
— Veo que finalmente despiertas — enunció con monotonía, tratando de no hacer obvia su molestia; lo cual funcionó a medias, dado que Sakura le conocía incluso mejor de lo que él se conocía a sí mismo.
A Sakura se le humedecieron los ojos al instante y comenzó a gimotear suavemente, para a continuación encarrerarse al último de los Uchiha y estrecharle entre sus brazos.
— Realmente eres tú — musitó entre sollozos — Realmente has vuelto...
Sasuke no respondió, ni tomó acción alguna ante el abrazo de la kunoichi; simplemente se mantenía de pie y recibía el afecto de ésta. Aunque su corazón le demandaba que reciprocara el abrazo de la medic-nin, que la besara y le hiciera el amor; su mente le persuadía a separarla y exigirle una explicación respecto a su relación con el Usuratonkachi, únicamente para tomar represalias contra el futuro Hokage. Sasuke no quiso echarlo a perder todo y sencillamente se mantuvo adamante.
— Hmp.
Aunque no fue una palabra, Sakura echó de menos ese estúpido monosílabo. Para ella era todo un deleite volver a escuchar aquella oscura y profunda voz que desde niña siempre amó. Aunque las cosas hoy día habían cambiado y ella ya no era la misma mocosa enamoradiza; además que su relación con el Uchiha había cambiado. O cuando menos, Sasuke imaginaba eso.
— ¿Cuándo fue que volviste, Sasuke-kun? — inquirió curiosa la pelirrosa.
— Hace una hora, aproximadamente. Te hallé allá afuera en tu balcón, totalmente empapada por la lluvia; por lo que decidí a traerte a tu habitación y despojarte de tus prendas húmedas — conforme Sasuke detallaba su explicación, disminuía el tono de su voz. No obstante, Sakura lo alcanzó a escuchar todo y se sonrojó intensamente al imaginarse al Uchiha retirarle su ropa húmeda.
— Ah; claro. Entiendo — musitó la kunoichi, separándose finalmente de Sasuke.
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Al cabo de unos minutos, Sakura había vuelto con dos tazas de humeante té verde, junto con algunas galletas que sabía Sasuke no le agradarían; pero igualmente las llevó a su habitación, para charlar más animadamente con su ex-compañero de equipo y ponerse al día con los eventos más recientes. A comparación del silencioso y estoico Uchiha, la Haruno parloteaba de cuantas cosas habían sucedido durante la ausencia del pelinegro en Konoha; desde el ascenso de Kakashi a Hokage como el nuevo hospital para niños que Sakura y su exuberante amiga pelirrubia habían fundado. Todo con el fin de hacer lo más amena posible la conversación con su compañero.
Pero a Sasuke realmente le importaba un carajo todo eso; él únicamente estaba de vuelta para corroborar un dato.
— Sakura — le llamó el azabache con la voz afilada y grave, haciendo que la kunoichi respingara un poco.
— ¿Qué sucede, Sasuke-kun? — le replicó con serenidad, aunque cierta angustia se escuchaba en su voz; pues hacía tiempo que no escuchaba aquel frío tinte en la voz del moreno.
— ¿Estás saliendo con Naruto?
Sasuke lo soltó así sin más. Sakura se quedó helada unos inquisidores segundos, no sabiendo que responder o cómo dirigir la conversación; puesto que sabía cómo eran las reacciones del Uchiha. Aunque por otro lado, ni ella misma sabía el porqué se hallaba tan titubeante por dar respuesta a aquella pregunta; finalmente, para Sasuke ella siempre fue una Molestia. Sakura sonrió desanimadamente y agachó su mirada a aquella taza entre sus manos, perdiéndose en aquel verdoso líquido, como si fuese la cosa más interesante del mundo.
— Así que ya te enteraste — replicó en un susurró.
Sasuke sintió la sangre hervir. Esperaba alguna negación por parte de la Haruno; pero todo lo que obtuvo fue una confirmación de su relación con el gran héroe de Konoha. Ahora sí que estaba decidido a salir de aquel lugar y buscar al Jinchūriki del Kyūbi. Lo hallaría y sin darle algún aviso, le quitaría la vida; para después reducir Konoha a ruinas, adornándolo con la sangre y entrañas de todos sus habitantes. Pero antes de que se levantara de su asiento, Sakura continuó hablando.
— Realmente no quería que te enteraras de ese modo; pero no tenía idea alguna de tu paradero.
Aquello no tenía mucho sentido, ya que en una carta que recibió por parte del Uzumaki, el rubio anunciaba alegre su reciente relación con la kunoichi médico. Pero por otra parte, ¿qué sentido tenía que Sakura le mintiera con algo como eso? Quizá ella hubiese preferido mantenerlo en secreto, esperando fútilmente que Sasuke jamás hallara su relación con el futuro Hokage.
— Con que son ciertos los rumores — masculló con frialdad, sintiendo la ira dentro de sí — De todas las personas, jamás pensé que llegarías a salir con el Usuratonkachi — espetó el azabache, tratando de sonar lo más calmado que podía; aunque Sakura pudo percibir de inmediato su enfado.
— La gente cambia, Sasuke-kun — afirmó la kunoichi, levantando su mirada hacia el Uchiha. Sasuke al menos en ello tenía que darle la razón; mas no por ello su enfado disminuía.
— Supongo — siseó.
— Sabes; de hecho ya tenemos fecha para la boda. Por supuesto estás invitado.
Boda
Aquella simple palabra bastó para que Sasuke sintiera cómo su fluido sanguíneo fuese reemplazado por fuego. Sakura. Su Sakura iba a casarse con el idiota de su amigo y hasta tenían el descaro de invitarlo. Aunque realmente Sasuke imaginaba más eso por el momento.
— También ya tenemos nombre para nuestro bebé; queremos llamarle Shinachiku— anunció la chica con una sonrisa radiante y tocándose el vientre con su mano.
Aquella fue la gota que derramó el vaso y Sasuke tensó su puño contra la carne de su piel; al grado de que dejó su palma en blanco y su circulación se cortaba. El confirmar la relación de ambos por parte de Sakura le hacía sentir enojado; pero el escuchar de ella que ya tenían un día para la boda le alimentaba su ira. Mas el que escuchara de parte de ella que estaba embarazada le volvía un demonio, sintiendo cómo sus dientes se tensaban y su chakra se alteraba; algo que la kunoichi obviamente percibió y le hizo ensanchar su sonrisa. ¿Acaso Sakura le estaba restregando su relación con Naruto en su cara?
Para desgracia de Sasuke, su orgullo pudo más que su razón.
— Hmp; ya veo que cambias de gustos mas rápido que de bragas.
A Sakura en definitiva no le agradó aquel comentario que la hacía ver como una puta. Pero sabía que rebatir agresivamente únicamente le daría el triunfo al Uchiha; por lo que se mantuvo lo más calmada que podía, pese a que su mirada se afilaba.
— No realmente, Sasuke — el "kun" desapareció de su nombre, dejando entrever que había perdido respeto para con él — Desde hace tiempo que sentía algo por Naruto; más concretamente cuando él volvió de su entrenamiento con Jiraiya-sama — explicó con calma la pelirrosa; pero lejos de calmarle, aquello sólo irritaba aún mas al moreno — De hecho, Naruto y yo estábamos en una relación a pocos días de que nos reencontráramos en la guarida de Orochimaru; ¿lo recuerdas?
Sasuke se sintió aún mas enfadado, si eso era posible. Aquello sólo quería decir que desde hace años él había pasado a segundo plano; mas su duda era ¿por qué Sakura le pidió hace tres años que le permitiera acompañarle a su viaje de redención? ¿Acaso no le importaba la opinión de Naruto? Inevitablemente chasqueó la lengua, tratando de regularizar su errática respiración a causa de su enojo.
— Vaya; éso solo me confirma que cambias Muy rápido de gustos — repeló el moreno. El enojo de Sakura era incluso palpable, pero igualmente se mantuvo lo más estoica que podía.
— Bueno; no esperabas que realmente me quedara prendida a ti, ¿cierto? Especialmente después de que intentaras matarme — Sasuke de inmediato se sintió tenso. Por supuesto que no estaba orgulloso de aquel evento; pero el que Sakura lo sacara en su defensa era un golpe bajo. Aún así, el orgullo de Sasuke le cegó por completo y ahora únicamente hablaba, no pensaba.
— Y dime ¿qué tan grande la tiene el Usuratonkachi? ¿Realmente te complace en la cama? — en alguna otra ocasión, Sakura ya habría plantado una tremenda bofetada al rostro de Sasuke; pero bien decían que lo mejor era combatir fuego con agua. Así que simplemente sonrió.
— Pues de hecho, no estás para saberlo; ni tengo porque andarte dando explicaciones. Pero ya que tienes tanta curiosidad, estoy casi segura que la tiene más grande que tú y me hace sentir mujer cada vez que me acaricia. Cuando estoy con él en la cama, me fascina el cómo me besa; como me toca y como me penetra. Y lo mejor de todo es cuando eyacula dentro de mí — expresó orgullosa la kunoichi, sonriendo socarronamente cuando vio el rostro iracundo de Sasuke. No sólo había pisoteado su orgullo, sino que le relató con lujo de detalles como la poseía.
Pero en vez de que Sasuke saliera con otro comentario ofensivo, éste simplemente se levantó del asiento donde reposaba y arrojó contra el muro la taza de té; desparramando todo el líquido y fragmentando el recipiente en miles de trozos. El Uchiha se encaminó hacia el balcón y abrió con brusquedad aquella enorme ventana deslizante, destruyéndola en el proceso; pero aquello le importaba un carajo. Lo único que quería hacer era salir de ahí y buscar al idiota de Naruto, para darle muerte junto con toda Konoha. Sakura se puso de pie de inmediato y afiló su mirada.
— ¡Detente ahí mismo, Sasuke Uchiha! — le sentenció la kunoichi; pero el aludido se encaminó a la orilla del balcón, ignorando la orden de la pelirrosa. Sakura en un abrir y cerrar de ojos le aprisionó de su único brazo y le dio un tirón al interior de su habitación — ¡Te dije que te detuvieras!
— ¿Para que? ¿Vas a relatarme como te la mete el imbécil de Naruto? — espetó con desprecio el Uchiha. Sakura se contenía para no darle una bofetada con todas sus fuerzas; mas sabía que Sasuke decía tantas estupideces a causa su enojo.
— ¿Por qué volviste? — le cuestionó la pelirrosa. Sasuke resopló y se zafó de un tirón. Contrario a la creencia popular, Sakura no era más fuerte que él; pese a que usaba la misma técnica de su mentora; por lo que fue muy fácil para el ojinegro liberarse de su agarre.
— Eso no es asunto tuyo, molestia — endilgó fríamente, actuando como en aquellos años donde lo único que le importaba era su venganza.
— Lo es porque viniste hasta mi departamento. Ahora explícate — le demandó la ojiesmeralda. Pero el último de los Uchiha bufó como respuesta.
— ¿Con qué objeto quieres saber? ¿Piensas seguirte burlando de mí? — aunque no fue la respuesta que imaginaba, Sakura sonrió burlona; dado que el Uchiha le había dicho todo con esa frase.
— ¡Oh, por favor! ¡¿Ahora me vas a decir que volviste por mí, Uchiha?! — soltó con desprecio la chica. El frío e indiferente "Uchiha" le enfadó aún mas; pero sobre todo le dolió — ¡Vamos Sasuke, pensé que ya habías madurado un poco! ¡¿En serio crees que te iba a estar esperando todo este tiempo, teniendo miles de chicos con quienes salir?! ¡Ya bájate de tu maldita nube, maldito imbécil! ¡No eres el epicentro del universo!
Sasuke se sintió tan humillado, pero sobretodo tan adolorido. Esperaba el desprecio de todos, menos el de Sakura. Aunque finalmente, ella tenía razón; no había motivos para que una persona tan maravillosa como ella siguiera enamorada de un completo estúpido como él. Ahora ya no había nada que hacer; bien dice el dicho de que uno nunca sabe lo que tiene, sino hasta el día que lo pierde. En su caso, sabía lo que tenía; pero jamás pensó que lo perdería.
— Tienes razón — musitó el azabache, tratando de sonar lo más frío que podía; pero Sakura pudo percibir el dolor en su tono de voz — Supongo que fui muy iluso al pensar que podía volver a tu lado y tenerte para mí — añadió. Sakura se quedó callada, únicamente con sus esmeraldas sobre sus obsidianas; pero después soltó un suspiro.
— Tuviste tantos años para volver, Sasuke. Pero te importaron un carajo nuestros lazos y te fuiste de la aldea. Y no sólo eso, sino que nos trataste de matar a ambos. No esperes que yo esté aquí para recibirte con los brazos abiertos. Dejé de amarte hace mucho tiempo y tu intento de homicidio sepultó todo sentimiento que pude haber albergado para contigo. Deberías sentirte agradecido de que no te guarde ningún rencor — formuló la kunoichi.
Ahora a Sasuke el karma regresaba a morderle en el trasero. Hoy más que nunca se arrepentía de todos sus actos; había destruido toda posibilidad de estar a lado de Sakura desde hace años. Si tan sólo se hubiese quedado aquel día que la kunoichi le suplicó, las cosas serían muy diferentes hoy día. Ahora ya no tenía motivos para quedarse en la aldea, pero tampoco quería destruir al amado de aquella hermosa pelirrosa; ni mucho menos hacer que ella le odie. Simplemente desaparecería de Konoha y moriría en su soledad; aquello era lo único que merecía. Después de todo, el daño que provocó con sus actos del pasado era irreparable. Desgraciadamente las consecuencias llegaban, aunque el perdón de sus amigos tuviese. Ya nada tenía sentido para él.
— Lo sé; me comporté como un imbécil y ahora lo estoy pagando — susurró con aflicción Sasuke — Lamento todo lo que dije, Sakura. No volveré a aparecer en tu vida; lo prometo.
Sasuke hizo un ademán de retirarse, pero Sakura lo tomó de su único brazo y le impidió su huida; por lo que el Uchiha se volvió a la kunoichi y clavó su mirada en ésta, esperando la explicación del porque de su retención.
— Antes de que te vayas, quiero que me respondas una pregunta. Pero quiero que me contestes con absoluta sinceridad; y después te dejaré ir — pronunció calmada la ninja médico. Sasuke no respondió, pero le hizo saber a Sakura que le escuchaba.
— ¿Qué cosa? — inquirió después de algunos segundos de tortuoso silencio. Sakura tomó una bocanada de aire y la exhaló audiblemente.
¿Me amas?
De todas las preguntas, aquella era la que menos esperaba el azabache; simplemente se quedó pasmado ante esa interrogante. Pero recompuso su estoica faz y se mantuvo en un inquisidor mutismo. Tenía la respuesta a esa pregunta, pero ¿tenía algún mérito el contestarla? Nada cambiaría el hecho de que todo se fue al demonio. Pero aún así, decidió darle su réplica.
— Nunca dejé de hacerlo — aquello le hizo ensanchar los ojos a la kunoichi; ya que jamás se imaginó una respuesta de esa índole.
— ...¿Q-quieres decir que tú...? — titubeó la pelirrosa, no sabiendo cómo reaccionar. El moreno asintió.
— Sí; pero eso ya no significa nada.
Sasuke se dio la vuelta y se reacomodó su poncho, dispuesto a retirarse de aquel balcón y de Konoha. Pero sobretodo, quería desaparecer de la vida de la mujer que amaba y que nunca más tendría. No obstante, antes de que pudiera siquiera tomar impulso, Sakura lo volteó bruscamente e hizo algo que dejaría conmocionado e impactado al azabache.
Sakura lo besó.
Lo besó con necesidad, con intensidad, con profundidad; pero sobretodo, lo besó con amor. Sasuke quería separarle, quería decirle que lo que hacían estaba mal; pues después de todo, ella salía con Naruto; estaba comprometida con el y estaba esperando un hijo suyo. Y obviamente, Sasuke no era un hijo de puta que andaría besando a la novia de su amigo. Pero para su desgracia, aquella kunoichi de cabello de chicle era su debilidad; por lo que se rindió a su deseo y le devolvió el beso con la misma intensidad, enredando su único brazo en su cintura y dejándose llevar por su instinto.
Haciendo gala de su fuerza y habilidad, Sasuke tomó aquel perfecto trasero de burbuja de la chica de hebras exóticas y la levantó de un solo tirón; donde la Haruno enredó sus piernas en sus caderas y sus brazos en su cuello, profundizando el beso que compartía con aquel hombre que alguna vez amó con todo su ser, incluso usando su lengua para bregar contra la de él. Pronto se hallaron en la cama de la médico, con Sasuke sobre ella, aún besando con intensidad aquellos labios que desde hace mucho tiempo había soñado con saborear. Sakura trató de arrebatarle la vestimenta a Sasuke, pero éste la detuvo con su única mano, extrañando a la pelirrosa.
— Espera un momento, Sakura — dijo el moreno, tratando de separarse de la mencionada. Mas ésta hizo caso omiso de su petición y volvió a atrapar sus labios — Sakura — la chica resopló molesta y lo fulminó con sus esmeraldas.
— ¿Ahora que?
— ¿Por qué haces esto? — cuestionó el Uchiha. Sakura parpadeó un par de veces; ¿de verdad tenía que explicárselo todo al denso moreno?
— ¿No es obvio? — replicó con firmeza la kunoichi; pero al azabache aún no le convencía del todo.
— ¿Y qué hay de Naruto? — interrogó con el ceño fruncido.
— ¿Qué con él? ¿Qué tiene que ver él en todo esto? — Sasuke se comenzó a impacientar. Ahora era él el que no comprendía si Sakura se hacía la idiota.
— Sabes a lo que me refiero, Sakura — aludió con voz grave y afilada, dando por entendido que no estaba para juegos — Se supone que estás comprometida con él y estás esperando un hijo suyo — la kunoichi finalmente lo entendió; por lo que sonrió inocentemente. Algo que realmente irritó al moreno — Sakura.
— ¡Oh, eso! — replicó con indiferencia — Nada de lo que dije es cierto — Sasuke entrecerró los ojos, clavando sus obsidianas en los esmeraldas de la chica.
— ¿De qué demonios estás hablando? — demandó.
— Yo inventé todo eso — afirmó la chica — Nunca tuve una relación con Naruto. Él es un buen amigo mío, casi como mi hermano; pero nada más. Jamás tuve algo con él. De hecho, Naruto ahora está casado con Hinata — aludió la pelirrosa — Yo inventé todo lo de nuestra relación — Sasuke se quedó pasmado ante la detallada explicación de la Haruno; literalmente, no tenía palabras para reaccionar ante ello.
— ¿Por qué? — cuestionó en un susurró. Sakura suavizó su gesto y le acarició las mejillas, soltando además una risilla.
— Porque quería que volvieras a casa, tonto.
Sasuke sintió que un gran peso se le quitaba de encima y que sus músculos se relajaban en el proceso. Realmente se sentía aliviado de que el Usuratonkachi no tuviese nada que ver con su querida pelirrosa. Pero aquello no quería decir que no hubiese salido con algún otro hombre y no hubiese tenido sexo ocasional con otros. De cualquier manera, al menos le aliviaba un poco que Naruto no fuera nada de ella. Ahora que lo pensaba, tal vez la kunoichi había interceptado la carta que envió a su amigo y la supuesta relación entre ambos sólo fue una farsa de la Haruno. No obstante, quería salir de dudas y debía escucharlo de los labios de Sakura.
— Entonces...tu y Naruto no — la pelirrosa negó divertida, deleitándose con la reacción del hombre que amaba — Pero...la carta...
— Yo fui quien alteró esa carta; Naruto nunca se enteró de ello — explicó con cinismo la chica — Lo hice para que volvieras a Konoha; para que volvieras a mis brazos.
Sasuke sintió mayor alivio; pero entonces también sintió enojo. Enojo porque todas esas noches sin dormir, donde se imaginaba a la pelirrosa siendo penetrada por Naruto y éste lamiendo, acariciando y besando su cuerpo, junto con las penetraciones en su vagina y que eyaculaba dentro de ella, habían sido su tormento. Todas habían sido simples conjeturas de él. Todas esas tortuosas noches donde él agonizaba internamente ante la tortura de imaginarse a Sakura gemir el nombre de Naruto. Todo era una maldita farsa.
Sasuke nuevamente sintió como el enojo le inundaba su cuerpo; pero éste lejos de ser ira u odio contra la chica, era completamente diferente. Un sentimiento que hacía años no sentía, cada vez que Sakura le prestaba atención a otro que no fuera él.
Celos.
Sakura se percató del cambio de humor de Sasuke, donde incluso éste activó su Mangekyō Sharingan y con un sólo movimiento, atrapó ambos brazos de la kunoichi; sometiéndola a su voluntad. La Haruno se sorprendió por la reacción del Uchiha, sintiéndose intimidada por aquellos increíblemente poderosos ojos; pero después sonrió traviesa cuando pudo leer los celos en la mirada.
— Pues tu estúpido plan funcionó, Sakura — espetó molesto el moreno — Volví a Konoha porque no quería creer que realmente estabas con el idiota del Usuratonkachi — Sakura sonrió, mostrando su perfecta dentadura.
— ¿Qué pasa, Sasuke-kun? ¿Será que acaso estás enojado? — inquirió divertida la kunoichi.
— Oh, créeme; estoy muy enojado. Te has portado muy mal, Sakura — masculló con notorio enfado el azabache, haciendo que la aludida ensanchara su sonrisa.
— ¿Ah si? ¿Y qué vas a hacer al respecto? — Sasuke sonrió con maldad y clavó su mirada sobre la Haruno.
— Me lo cobraré contigo — afirmó. La pelirrosa le siguió el juego, queriendo ver hasta dónde llegaba el Uchiha.
— ¿Y...de qué modo lo harás? — preguntó con inocencia.
— Así
Sasuke la besó con vehemencia y posesividad, queriéndole dejarle en claro que él era el único que debía estar con ella; y el único que tenía derecho sobre ella. Sakura se estremeció al sentir lo demandante de aquel beso, pues estaba cargado de dominio y de deseo; era como si Sasuke la marcara con aquel simple gesto. La Haruno apenas y podía seguirle el ritmo, pero eventualmente comenzó a, literalmente, arrancarle la ropa al Uchiha y a recorrer con sus manos el trabajado torso de éste, maravillándose por la increíble figura de dios griego que su amado poseía. El moreno no se quedó atrás y pronto despojó a la médico de sus prendas, dejándola tal y como Dios la había traído al mundo.
El azabache de inmediato atrapó su seno derecho con su boca y comenzó a succionar con vehemencia aquel pequeño pezón de la pelirrosa, arrancándole fuertes gemidos cuando él usó su boca para estirarlo lo más que podía y lo soltaba para que rebotara contra su pecho y se agitara unos segundos como gelatina; divirtiéndole en el proceso y volviendo a realizar la misma hazaña. Entretanto, su única mano amasaba firmemente el seno opuesto, estrujándolo, pellizcando el pezón y masajeándolo en círculos.
Sakura por su parte, arañaba la espalda de aquel apuesto pelinegro con sus uñas, dejando su espalda como un mapa de tantos rasguños que le proporcionaba; logrando que el Uchiha suspirara complacido. Incluso se atrevió a morderle un poco sus hombros, dejándole huellas de su presencia tal y como él lo había hecho en su momento sobre su piel; con la única diferencia que para el día de mañana los chupetones de Sasuke serían demasiado notorios.
Tras haberse entretenido un buen período temporal, el azabache decidió continuar con el acto; pero ya estaba ansioso por tomar a aquella pelirrosa. Con gran habilidad, Sasuke separó ambas piernas de la kunoichi y se posicionó entre ellas; para acto seguido, dirigir su enorme pene a sus labios vaginales; frotándose unos segundos contra aquellos húmedos pliegues y haciendo gemir cada vez más fuerte a la chica de orbes esmeralda. Al cabo de un tiempo, el evento final era inminente; así que se preparó para hacerla suya.
— Ahora vas a saber a quien le perteneces, Sakura Haruno — sentenció el Uchiha, enterrándose de una sola estocada hasta el fondo.
Sakura sintió un agudo dolor en su entrepierna; producto de haber perdido su virginidad con el hombre que siempre había amado. Era una suerte que en su carácter como kunoichi, había sido entrenada para tolerar el dolor; o de lo contrario, estaría lagrimeando por el desgarre de su himen. Sasuke ensanchó los ojos notoriamente sorprendido, ya que de todos los escenarios posibles, nunca se habría imaginado que Sakura aún preservara su castidad. Entretanto, la médico no pudo evitar soltar algunas lágrimas.
— Ay, por Dios; aún eras virgen — musitó anonadado el moreno.
— ¡Por supuesto que lo era, imbécil! — bramó irritada la Haruno; pero lejos de molestarse, Sasuke sonrió con infinita soberbia. Se sentía dichoso por ser el primero en poseer a aquella diosa.
— No sabes lo feliz que estoy por eso. Así sólo serás mía.
Antes de que Sakura pudiera replicar ante aquel comentario tan egocéntrico, Sasuke atrapó sus labios y de inmediato empezó a bombear con un ritmo marcado y con una profundidad total; incluso llegó a palpar el cérvix con su ancho glande, haciendo que Sakura ahogara un gemido en su boca y que ésta se prendiera de él como una lapa; enredando sus piernas alrededor de las caderas del moreno y sus brazos en su cuello. Con aquella llave, la kunoichi logró que la penetración fuera constantemente profunda y que pudiese sentir el colosal pene de veinticinco centímetros de su amado. No entendía cómo semejante monstruo cabía dentro de ella; pero lo que sí sabía era que le encantaba.
Sasuke continuó acometiendo contra su vagina con ímpetu, percibiendo como las empapadas, cálidas y apretadas paredes vaginales le daban un masaje a todo su ancho tronco y lo lubricaban enteramente; cosa que facilitó la penetración y que le permitían llegar hasta el fondo de su vagina. Sakura apenas y se mantenía perceptible de sus alrededores, dado que el enorme pene del príncipe Uchiha le estaba volviendo loca y le nublaba la mente. Lo único que verdaderamente percibía era el cómo aquella cabeza de su miembro besaba la entrada de su útero y cómo sus testículos chocaban contra sus nalgas, elevando constantemente su gozo y que de su garganta salieran en gritos de deleite el nombre de su querido Sasuke-kun; el cual con tan sólo escuchar su propio nombre entre aquellos gemidos tan eróticos le incrementaban su propio libido.
La constante estimulación logró su cometido y el orgasmo de Sakura poco a poco se acercaba, sintiendo cómo una corriente de calor la recorría desde la cabeza y se instalaba en su entrepierna. La kunoichi entonces explotó en un potente clímax, apretando con sus paredes vaginales el monstruoso pene del Uchiha y gritando con todos sus pulmones su nombre. Y cuando el aludido percibió la constricción de su falo entre aquella cueva, rugió estruendosamente y llegó a su propio orgasmo. Sasuke comenzó a eyacular dentro de su vagina, lanzando los disparos de semen que inundaban el interior de su útero; mientras que Sakura gemía al sentir cada chorro de aquel espeso, viscoso y caliente esperma.
Tras unos largos segundos de constantes disparos de semen del pene de su amado, finalmente Sasuke se desplomó sobre de ella; colocando su rostro a un costado del suyo y reacompasando su fluctuante respiración. Sakura le acariciaba con infinito amor sus cabellos y le daba suaves besos en sus hombros y su mejilla, queriendo transmitir todo su cariño a través de esos mimos. Sasuke salió de su interior y al hacerlo, su semen escurrió de su vagina como un grueso torrente; manchando aquellas pulcras sábanas de su cama. Y pensar que recién aquel día las había cambiado. Igualmente, aquello era lo que menos le preocupaba; se sentía feliz de haber hecho el amor por primera vez con el chico que ha amado desde la niñez.
— Te amo — susurró la kunoichi con la mirada cargada de amor. Sasuke sonrió y le plantó un beso; que a comparación de los anteriores, era suave y tierno.
— Lo sé — replicó con la voz ronca.
Sakura se recostó boca abajo sobre la almohada y trató de conciliar el sueño. Pero apenas pasaron unos segundos, la chica abrió los ojos como platos cuando sintió como Sasuke se posicionaba encima de ella y descendía poco a poco entre besos hacia su respingón trasero, el cual amasó con su mano y posteriormente expuso su rosado ano con gran habilidad. Mas aquello no fue nada en comparación cuando sintió como el Uchiha enterraba su rostro entre sus nalgas y movía su rostro como péndulo.
— ¡¿Q-qué estás haciendo, Sasuke-kun?! — inquirió nerviosa la Haruno. Pero Sasuke no respondió y simplemente se dedicó a frotar su rostro en su trasero. Y lo que más le impactó fue cuando sintió como la boca de Sasuke inició a succionar su esfínter anal y su lengua se adentraba para lamer y contornear el tejido mucoso — ¡Kyaaa; no, detente!
El Uchiha ignoró la súplica de Sakura y simplemente devoró su ano; haciendo que la mencionada se retorciera tanto de la vergüenza como del placer. Y es que Sasuke hacía maravillas con su boca y lengua. Sabrá Dios de donde aprendió semejantes obscenidades. Repentinamente, el Uchiha se detuvo y se subió encima de la chica, dejando su pene entre sus nalgas y frotándose contra aquel precioso y suave trasero, donde ambos gimieron por la erótica sensación. Y entonces, Sasuke posicionó su gigantesco glande contra aquel asterisco color salmón y poco a poco se fue adentrando en el interior del ano de Sakura; a la cual se le nubló completamente la mente y sólo sentía cómo aquel monstruo de pene se adentraba hasta que la cabeza del mismo palpaba su intestino.
Sasuke gruñó cuando aquellas paredes lo apretaron tan deliciosamente; y sin poder contenerse, comenzó el bombeo en el ano de Sakura; donde la chica de cabello de chicle ya ni podía gemir y simplemente se limitaba a pujar de la terrible excitación que percibía cuando su útero era estimulado a través de su cavidad rectal. Entretanto, la otra mano de Sasuke se dirigió a su vagina y descubrió con maestría su clítoris, al cual atrapó entre sus dedos corazón y pulgar; masturbándolo y dándole un masaje entre ambos. Durante los próximos minutos, los pujidos de placer de la Haruno y los gruñidos roncos del Uchiha era todo lo que se escuchaba en aquella habitación; además de los testículos de éste último que colisionaban constantemente contra el trasero de burbuja de Sakura. Realmente era una suerte que la lluvia trajo consigo una estruendosa tormenta eléctrica; o de lo contrario, los sonidos indecentes de ambos habrían sido escuchados por cualquier transeúnte.
Sasuke le dio la vuelta al cuerpo de Sakura, aunque sin salir de su ano; donde ambos quedaron de lado y continuaron su danza erótica. Pero en un acto de perversión absoluta, Sasuke pasó su cabeza por debajo del delgado brazo de Sakura y atrapó su seno derecho con su boca, volviendo a amamantarse del mismo; mientras su mano aún masturbaba su clítoris y su pene arremetía contra su ano.
Toda esa combinación de estímulos, eventualmente abrumó el cuerpo de la pelirrosa y la chica soltó un fuerte grito de éxtasis con todos sus pulmones, llegando al tan anhelado orgasmo; donde contrajo su ano con tanta vehemencia que igualmente Sasuke rugió estruendosamente y eyaculó dentro de su recto. El semen del moreno igualmente se atiborró dentro de su ano y llegó hasta su intestino; haciéndole gemir constantemente al sentir cada disparo de esperma.
Tras finamente vaciar sus testículos dentro de la cavidad rectal de Sakura, Sasuke sacó su enorme pene de su ano y su semen se escurrió como una cascada a través de su esfínter, dejando una larga mancha de aquel blanquecino líquido en las sábanas. Sakura tenía su mirada perdida en la nada; consecuencia del potente orgasmo que tuvo a causa del sexo anal que compartió con el azabache. La kunoichi una vez más se recostó boca abajo, tratando de conciliar el sueño; pero abrió sus ojos sorprendida cuando Sasuke le besaba eróticamente el cuello y le apretaba uno de sus senos con sus manos. Cuando la pelirrosa se volvió para encararlo, los labios de su amado se sellaron con los de ella, hasta que sus cuerpos les demandaron oxígeno.
— Espero que no tengas mucho sueño, Sakura — ronroneó muy cerca de su rostro y con una sonrisa torcida — Porque no vas a dormir nada esta noche.
La Haruno abrió los ojos hasta que casi se salen de sus cuencas. Pero cuando quiso repelar, Sasuke una vez más se enterró dentro de su vagina; comenzando a embestir con ímpetu y fundiéndose en un beso pasional y demandante.
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Sasuke se despertó con pesadez y se frotó con su mano los ojos, en un intento de despabilarse. Apenas y había dormido una cuántas horas, pero al ver el pequeño cuerpo de la pelirrosa sobre su torso le hizo sonreír feliz. Feliz porque la kunoichi realmente no estaba con su amigo pelirrubio y por haber sido él el que tomara la preciada virginidad de la médico. El moreno le acarició suavemente la espalda y la estrechó contra sí mismo; pero aquello hizo que la Haruno se despertara y que clavara su mirada en sus obsidianas.
— Buenos días, Sasuke-kun — susurró amorosamente la chica; sonriéndole hermosamente al Uchiha.
— Hmp; buenos días — replicó con serenidad. Sakura se estiró hasta alcanzar su rostro y le plantó un suave beso en los labios.
— Sakura — le llamó el moreno algunos segundos después de que separaron sus bocas.
— ¿Qué sucede, Sasuke-kun?
— ¿Me amas? — preguntó el azabache.
Sakura se quedó unos segundos en silencio y se dedicó a analizar aquellas profundas obsidianas que nunca fallaban en fascinarle. La kunoichi le acarició el rostro con ambas manos y después le sonrió; dándole un pequeño beso de pico en los labios y soltando una risilla.
— Nunca dejé de hacerlo — le respondió; tal y como lo había hecho Sasuke. El aludido le devolvió el gesto y unió una vez más sus bocas en un amoroso beso.
Una cosa llevó a la otra y fue sólo cuestión de tiempo para que volvieran a hacer el amor; locamente enamorados el uno del otro.
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Kizashi y Mebuki Haruno volvían a su hogar, después de haber pasado algunos días fuera de Konoha. Le habían dejado un recado a su hija con respecto a su expedición a Suna; únicamente avisándole que llegarían un par de semanas después. Pero el matrimonio Haruno decidió volver antes, a causa del avistamiento de una fuerte tormenta de arena que impediría toda clase de actividades en la zona. Finalmente, abrieron la puerta de su hogar y se adentraron al interior. Mebuki llamó a su hija, sabiendo que aquel día lo tenía libre y que muy probablemente no se le había asignado alguna misión; pero ambos se sorprendieron al no escuchar respuesta por parte de la medic-nin, pensando en un principio que no se hallaba. Mas el abrigo de la Haruno menor estaba colgado en el perchero, lo que atestiguaba su presencia en el hogar.
— Iré a buscarla — anunció Kizashi, subiendo las escaleras en dirección a la habitación de su hija; a lo que su esposa asintió.
El hombre con peinado de flor de cerezo se encaminó en dirección a la habitación de Sakura y vio la puerta entreabierta, imaginándose que ésta estaba ocupada con alguna clase de papeleo del hospital u organizando sus cosas para una misión; por lo que decidió que podía ingresar a la recámara de su hija sin irrumpir su privacidad. Pero cuando empujó levemente la puerta, se quedó pasmado ante lo que sus ojos presenciaban: Sakura, Su Pequeña Flor de Cerezo,estaba debajo del cuerpo del Uchiha, gimiendo su nombre; mientras éste la penetraba. Por supuesto, las sábanas cubrían toda la acción; mas el impacto no fue menor cuando escuchó cómo con un gruñido el azabache eyaculó dentro de Sakura, la cual gritó su nombre y se retorció de éxtasis.
— ¡¿Pero qué demonios está pasando aquí?! — bramó el patriarca Haruno, haciendo que ambos se separaran de golpe y se quedaran helados.
— ¡¿Papá?! — exclamó con nerviosismo Sakura, sintiendo cómo su corazón galopaba contra su caja torácica.
— ¡Sakura Haruno! ¡¿qué significa todo esto?! — demandó el padre de la kunoichi. La pelirrosa sólo balbuceaba; después de todo ¿cómo explicabas que estabas teniendo sexo con el chico que tanto te gusta y en la casa de tus padres? Sasuke por su parte sonrió nervioso cuando sintió la fulminante mirada de su "suegro".
"Ésto se va a poner feo" se dijo a sí mismo.
Y desde aquel día, Sakura ya no vivía con sus padres; y se mudó al departamento de Sasuke.
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Bienvenidos sean todos a mi colección personal de One Shots.
En ésta sección publicaré todas aquellas creaciones de mis ratos de ocio y que me sirvan de "tiempo libre".
Las parejas expuestas en éste segmento serán variables. Pero lo que sí NUNCA habrá serán parejas que involucren a Sakura; con la única excepción del SasuSaku, la cual es mi OTP por excelencia y mi shipping favorito.
Por otro lado, quiero hacer hincapié a que NO SOY fan del NaruSaku (pese a la alusión que hice en el capítulo), ya que en realidad no soporto ver a Sakura con otro que no sea Sasuke (nada personal, respetables fans NaruSakus).
Con ésto no quiero decir que tengo algo en contra de aquel shipping o de los que involucran a Sakura. Simplemente a mí me hacen sentirme físicamente enferma y me provocan cáncer. Pero respeto a los fans de dichas parejas y sus respectivos fandoms. Igualmente me disculpo si esperaban (Inserte personaje de Naruto)-Saku; pero yo soy una SasuSaku a morir y no tolero ver a mi amada Sakura-chan con otro hombre. Para mí, Sakura ES de Sasuke y punto final.
De igual manera, la categoría de ésta sección será M, pese a que no todos los One Shots que publicaré necesariamente involucrarán temáticas de adultos. Yo les haré saber al principio si pertenece o no a la categoría, así como las respectivas advertencias de contenido.
Finalmente, no puedo prometer cuándo actualice éste segmento, por lo que les suplico su paciencia.
Aclarado eso, muchas gracias por tomarse su tiempo para leer éste One Shot y nos estamos viendo.
P.D: Para aquellos que están leyendo mi fic principal, desafortunadamente la continuación tardará un poco más; ya que actualmente estoy reeditando los capítulos anteriores y corrigiendo los errores gramaticales, ortográficos y de escritura del mismo. Espero a más tardar en quince días tenga lista la continuación.
