Empezando de Nuevo
CAP.1: La entrevista soñada
Hermione se encontraba en su despacho, no era gran cosa, es más, era una verdadera bazofia, pero no se podía quejar, era bastante pequeño y si a
eso le sumabas todas las hojas esparcidas que había por todos lados el resultado era catastrófico. Trabajar en el Profeta era duro y más si querías
llegar a ser alguien en ese mundo de noticias. Más de una vez había pensado en trabajar en el mundo muggle, ya que además periodismo también
había estudiado psicología, le fascinaba la mente humana, que escondian las personas, que había dentro de ellas, pero no podía abandonar el mundo
mágico, habían sucedido tantas cosas que le era imposible echarlas a un lado e irse, así que de vez en cuando ponía en práctica su faceta de psicóloga
ayudando en San Mungo, como trabajo solidario y de paso pasaba más tiempo con Ginny, ya que esta nada más terminó Hogwarts se hizo medimaga.
La castaña tenía la cabeza a punto de estallar, llevaba toda la noche metida en ese despacho terminando una entrevista que había tenído que hacer a la
gran estrella del quiddich Oliver Wood, y que había repetido tres veces ya que no le gustaba como había quedado. Justo cuando Hermione terminó de
escribir la última palabra llamaron a la puerta del despacho.
-Adelante -dijo mirando triufante su trabajo.
Le había quedado perfecto, justo como todos los que había entregado en otras ocasiones.
La puerta del despacho se abrió y por él entró un hombre de unos treinta años.
-Hermione, Wallace te busca -le informo.
-Gracias Lucas, en seguida voy -dijo Hermione.
La castaña se levantó de su escritorio y cogiendo la entrevista se dirigió al despacho de su jefe.
Hermione tocó a la puerta y al instante la voz grave de Mike Wallace le invitó a entrar.
- Que bien que hayas venido Hermione, te esperaba -dijo el hombre.
Wallace no sobrepasaba los cuarenta años, tenía el pelo rubio y los ojos color miel, era realmente atractivo, pero Hermione no tenía tiempo para
temas tan trivales como tener pareja.
Hermione con una sonrisa se acercó a su mesa y le entregó la entrevista.
- ¿Es la de Wood? -preguntó Wallace.
- Si, señor -respondió la castaña.
- Bien, sientate, por favor, tengo que darte una noticia.
En la mirada de su jefe había una chispa de alegria, Mike sabía que esa entrevista la llevaba esperando Hermione desde hacía unos meses.
Hermione, por lo contrario estaba bastante nerviosa, sólo esperaba que no fuera mala.
- Te acuerdas de Jeff Lind ¿no? - preguntó Wallace.
A Hermione se le habriero los ojos de golpe ¡claro que se acordaba de Jeff Lind!.
Era un ex mortífago, que como sirviente del señor oscuro había estado junto a él durante toda la batalla final, pero justo cuando Voldemort estaba a
punto de vencer, él se rebeló y ayudó a Harry a acabar con él. Lind había escrito un libro sobre las "peripecias" del señor oscuro pero todos sabían
que escondía un secreto, secreto que no había escrito en el libro pero que Hermione estaba dispuesta a averiguar, pero claro Wallace se lo negó
cuando se ofreció voluntaria para ir a hacerle la entrevista, ya que aunque Lind no fuera peligroso y se huniera puesto en el lado bueno, había que tener
en cuenata que aún tenía la marca tenebrosa en su hombro.
- ¿A muerto? -pregunto Hermione preocupada.
La sola idea le causaba espanto, no podía morir sin que ella le hubiera conocido, tanto tiempo investigandolo para que se muriera habría sido un
desperdicio, y a ella si había algo que no le sobraba era tiempo para desperdiciarlo.
Wallace soltó una carcajada, notaba el nerviosismo de Hermione, había trabajado mucho en ese caso, y si todo salí a bien después de esa entrevista le
daría un ascenso, en el Profeta hacía falta más gente como ella.
- No, tranquila Lind no a muerto, el tema era que le enviamos una carta al señor Lind proponiendole que uno de nuestros mejores periodistas fuera a
hacerle una entrevista y después de mucho insistir nos contestó positivamente, así que sin pensarmelo te he mandado a llamar ¿qué te parece?
¿estarías dispuesta a partir mañana y perderte por Italia durante cuatro meses? -pregunto Mike con una sonrisa.
Hermione no se le podía creer, después de tamto esperar, cuando ya estaba apunto de tirar la toalla con ese tema, va su jefe después de decirle que no
firmemente barias veces, ahora se lo estaba ofreciendo con una sonrisa, era subreal, seguro que ese sueño tenía alguna tara por alguna parte.
- Ya esta, ¿así, sin más? después de tanto tiempo esperandolo, ¿ahora si se me esta permitido?, vamos Mike a mi no me engañas, tú y yo sabemos
que no puede ser tan sencillo -dijo Hermione ironica.
Mike tragó en seco, esa era la peor parte de la noticia, cuando le tenía que decir a su periodista predilecta que no iria sola a su entrevista soñada.
- Veras Hermione, como sabes, Lind es un ex mortífago y por seguridad el ministerio ha decidido que sólo podrás ir si llevas a un auror -le explicó
Wallace.
- ¿Qué auror? -preguntó Hermione lentamente.
Wallace, no sabía mentir, llevaba escrito en la cara que el nombre de aquel auror no le iba a gustar para nada.
La castaña salió del edificio del Profeta soltando improperios a diestra y siniestra, ¡No podía ser posible! ¿por qué a ella?, salió del mundo mágico al
muggle aún con la idea de renunciar al viaje, pero no podía, lo había estado esperando durante tanto tiempo que casi le era imposible pensar en
rechazar esa oferta tan sólo por una chiquillada de estudiantes, algún día lo tendría que superar. Iba tan concentrada en en sus pensamientos que no se
dió cuenta de que cruzaba un semáforo hasta que el chirrido de los frenos de un coche le hizo volver a la realidad. Estaba parada a escasos
centímetros de un picasso azul, el olor a goma quemada le hizo reaccionar y salir del trance en el que se encontraba.
- ¡Mira por donde vas, estúpida! -le gritó el conductor una vez la castaña se había quitado de la carretera.
- ¡Vayase a la mierda! -le contestó esta.
Por alguna parte tenía que descargar toda la tensión que tenía acumulada y ese conductor había sido un blanco fácil.
El coche pasó de largo y Hermione se dirigió a su apartamento.
Una vez en su casa, se cambió y se puso a comer y después a leer.
Miró el reloj del comedor, no llebaba ni media hora leyendo y ya no podía continuar, su dolor de cabeza con la noticia había incrementado, ahora
necesitaba relajarse y que mejor que una sesión de ayuda en San Mungo. Se volvió a vestir pero con ropa más informal y se apareció en el hospital.
Allí todo era un ir y venir de gente, pacientes fuera de sus camillas o enfermeras charrando sin nada mejor que hacer.
- ¡Hermione!
La castaña se giró y vió con alegria a su amiga Ginny, necesitaba hablar con ella.
- Ginny ¿qué tal? -le dijo daldole un abrazo.
- Bien, bien ¿y tú? -le devolvió la pregunta la pelirroja.
- Horrible, me han dado el permiso para irme a hacerla la entrevista a Jeff Lind -dijo la castaña.
- ¡Pero eso es estupendo! -exclamó Ginny, pero al ver la cara de su amiga dudó- ¿no?
- Si, si, me voy cuatro meses a Italia, veré todo aquello y lo mejor, conoceré a Lind...
- ¿Entonces? -preguntó sin comprender Ginny.
Hermione llevaba meses comiendole la cabeza con aquella entrevista y ahora que lo había consegido, no entendia lo que pasaba.
- Pues que me tiene que acompañar un auror
- ¿Cuál?
- Es...
Un grito se escuchó al fondo del pasillo y sin pensarselo dos veces Hermione y Ginny se dirigieron hacia allí.
Harry, Ron y otras dos personas se encontraban allí tirados, llenos de magulladuras y polvo.
- ¡Harry! -gritó Ginny con los ojos llenos de lágrimas.
Harry y Ginny después de terminar la guerra habían empezado una relación y aún segían después de dos años.
- Ginny va a buscar ayuda -dijo Hermione.
Sin pensarselo dos veces Ginny ovedeció y a los pocos minutos llegaron dos médicos y tres enfermeras.
- ¿Que a pasado? -pregunto una de los médicos.
- No lo sé cuando nos dimos cuenta ya estaban así -contestó Hermione por Ginny.
La cual, se había ido con una de las enfermeras que se había llevado a Ron y a Harry y las otras dos y el médico se habían llevado a los otros dos
heridos.
- Bien...Señorita Granger, es la hora de comer y casi todos se han ido a comer, necesitomos que nos ayude con los otros dos enfermos -decía el
doctor mientras se situaba delante de la puerta de los otros dos aurores y la abría.
- Señor yo... -dijo insegura.
En ese momento se oyó un grito ahogado de la habitación.
El doctor con un leve empujón la metió dentro de la habitación.
- ¡Pero señor, tengo el titulo de psicóloga, no de enfermera! -se quejó Hermione con angustia.
Si había una razón por la que no se había sacado el titulo de enfermeria era por que no podía ver la sangre, le era imposible, sólo con hablar de ella se le
hacía un nudo en la boca del estomago, además de que no sabía como debía de curar una herida de un auror, ya que estaba segura de que eran muy
distintas a las vomiteras que había aprendido a curar en Howgarts.
- Granger, pasa más tiempo en este hospital que la mitad de los enfermeros que trebajan aquí, estoy seguro de que sabrá arreglarsela -y dicho esto el
doctor desapareció.
Hermione tragó en seco y se dirigió hacia las camillas donde estaban curando a los aurores.
Se llevó tal sorpresa al comprobar que no eran unos simples aurores, era Blaise Zabinni y nada más y nada menos que Draco Malfoy.
- Señorita, ya estan mejor pero tiene que ponerles esta poción en las heridas más grabes y vendarselas -dijo una de las enfermeras.
- ¿Ustedes a donde van? -preguntó Hermione con angustia, ¡no la podían dejar sola con ellos!
- Nos necesitan en otro lugar -y sin más se fueron dejando a Hermione con dos de sus enemigos de Howgarts.
Bien, no va a pasar nada, sólo les tienes que poner la poción en las heridas, vendarlas e irte no es tan difícil, ¡tu puedes Hermione!, se dijo a sí misma.
Primero empezó por Zabinni que no había abierto la boca pero tampoco parabe de mirarla, al parecer no la había reconocido.
- ¿Y cómo decias que te llamabas? -preguntó por primera vez Zabinni.
Una vieja y estúpida tactica para ligar a la cual Hermione no estaba dispuesta a someterse.
- No lo he dicho y tampoco creo que le interese -contestó la castaña terminando de vendar la última venda.
- Espera, ¡yo te conozco! estoy seguro de que te he visto en otro lugar -dijo pensativo.
Hermione asintió con la cabeza irónica, ojalá no se acordara de ella.
Se dirigió hasta la otra camilla donde descansaba Malfoy y durante unos segundos le pareció un ángel, ahí dormido, con su pelo rubio cayendole
desordenadamente por la frente y tampandole parcialmente los ojos cerrados, a simple vista parecía dormido. Esos dos años lo habían cambaido
bastante, estaba mucho más atractivo.
Hermione empezó a curarle las heridas.
- Juro que te conozco de algún sitio
La voz de Zabinni la distrajo de su tarea, se había concentrado tanto en las heridas de Malfoy que casi parecia que en vez de curarlas las estaba
acariciando.
- Deja de jurar y callate Zabinni -contestó malumorada por que la hubieran distraido de aquel perfecto cuerpo.
- ¡Eso es! no me lo puedo creer, tú...tú eres... -tartamudeó el castaño.
- ¿Si? -dijo Hermione expectante, todo aquello la estaba aburriendo.
- ¡Eres Granger! -contestó él como si acabara de descubrir algun tesoro.
Hermione solto una risita desdeñosa, que chico más listo, se dijo a si misma.
Volvió la cará para segir con los vendajes del rubio pero derepente ahogó un grito y se puso la mano en el pecho.
Malfoy había abierto los ojos y la estaba observando de arriba a bajo, su mirada plateada se chocó con la aquitada de la castaña y algo en el interiór de
la chica le dijo que la apartara y así hizo.
- ¡Por Merlín, Malfoy! ¿quiéres matarme o qué? ¿tú no estabas durmiendo? -pregunto con voz acusadora.
- Simplemente descansaba los párpados -contestó el rubio con simpleza.
- Draco, es Granger ¿te acuerdas de ella? -pregunto aún incredulo Zabinni incorporado en su camilla.
Hermione viendo que se le volverian a abrir las heridas, con lo cual conllevaba a sangre se acercó a él con el ceño fruncido.
- Zabinni te aseguro que como se te vuelvan a abrir las heridas te voy a dejar que te desangres, tumbate -le ordenó.
El castaño soltó una risita.
- Sabes Granger, estas realmente atractiva con ese caracter, es más, has cambiado y estan atractiva con o sin ese caracter -corrigió Zabinni.
Hermione volvió a Malfoy y comenzó a ponerle la poción en el hombro derecho, donde tenía una gran herida en cima de la marca tenebrosa.
La castaña se quedó mirando durante segundos esa marca que tantos problemas había causado pero al momento apartó la vista avergonzada.
- ¿Sorprendida Granger? -preguntó Draco mirandola fijamente.
- ¿Tendría que estarlo? -le contestó esta sin levantar la mirada de la herida que ahora estaba vendando.
Draco no contestó y Hermione una vez vio finalizada su tarea, hizo desaparecer todas la pociaones y vendajes que habían sobrado y antes de salir por
la puerta se giró y miró a Malfoy.
- Mañana sale el vuelo, te quiero ver a las diez y media de la mañana en el aeropuerto, esa entrevista es muy importante para mi, así que si no estas
antes de que salgael vuelo no me lo pensaré dos veces, me iré con o sin tí -y dicho esto salió del la habitació y se apareció en su casa, para que darse
dormida en el sofá, había sido un día agotador.
Mientras que Draco en la habitación de el hospital se quedó soltando improperios del por que le había tocado a él ir con Granger a Italia por una
entrevista con Jeff Lind, iban a ser unos cuatro meses muy largos.
