Nota del publicador (¿) Modca:
Atención!
Antes de leer este fic , es importante que lean esto…
Este fic no es mío , solo me tome la molestia de publicarlo ( Por supuesto con permiso de la autora subo este fic) , ya que para mi es un fic muy bueno y merece ser el primero en la sección de N3 en español .
LA AUTORA de este fic ES MARYAM además de que hace fics de N3 hacer fan arts ¡! Visiten su deviantart ¡ -w- , esUna de las mayores fanáticas de N3 de Latinoamérica ( además de mi)
Es un gusto en publicar este fic , a uno de mis videojuegos favoritos N3 ,
Disfruten el fic … tanto como yo lo eh disfrutado
Nota de la autora
Como no encuentro Fan fic de este videojuego por ningun lado de la internet...termine escribiendo uno propio!!' 'Situado en el final en el que Inphyy no se muerte (Spoiler!) y en el que encara al malo de los malos (otro spoiler!)...y algunos años despues.'
Capitulo 1: "Algunos años después"
El aire en la capital del orbe de la luz, Varrfarrinn, se respiraba suave y lleno de paz, sin el sentimiento de acoso que años atrás provocara el temible rey goblin. Y aquel día no era cualquiera, si no el vigésimo tercer cumpleaños del reluciente caballero azul, Aspharr. Los mensajeros predecían su llegada a medio día, y Ectvarr, la doncella de la ciudad, estaba por demás apurada con los preparativos.
-La comida no debe estar tan condimentada…y no creo conveniente poner listones en el salón, el no es un niño- Comentaba en ratos a los súbditos con una sonrisa en el rostro- Todo debe estar perfecto para esta tarde después que descanse. Estoy segura que no se espera algo así.
-Por supuesto que no se espera algo así… ¡Ni recuerda que hoy es su cumpleaños!- Exclamo una voz a su espalda.
-¡Inphyy! No te esperaba encontrar para la fiesta…creí que estabas en el norte desterrando a los enemigos…- Y vaya que no se la esperaba. De todos los caballeros, la hermanastra menor de Aspharr era la menos apegada aquella ciudad de luces. Prefería por mucho la libertad de las praderas y los bosques.
- Tu lo has dicho…estaba en el norte pateándole el trasero algunos goblins rebeldes…-
La Doncella miro a la caballero de hito en hito.
-Em…perdone la expresión su majestad- Se regaño Inphyy al analizar su forma de dirigirse a tan lustrosa mujer…aunque no le cayera bien.
-No hay problema… ¿Acabaron con las refriegas que azotaban a mis pueblos de la zona?- Con un leve movimiento de la mano, ordeno a un sirviente traer algo de tomar para ambas.
-Si su majestad. El problema fue que no agarramos ni un solo rehén que nos guiara a sus refugios y esperamos más ataques- Le dijo tajante, intersecado las bebidas que le servían en una mesa del salón.
El ambiente alrededor de ambas se volvió tenso y asfixiante, o eso percibió Ectvarr al mirar de espaldas a Inphyy, una descortesía de su parte. Aspharr, para ella y la familia real, era un caballero noble y cortes, más su hermanastra lo contrario. Impulsiva, desobediente, irrespetuosa, poco femenina…esa mujer le repugnaba y odiaba desde niña, por ser más apegada a Aspharr que cualquier otra persona.
- Entonces si esperan más ataques… ¿Qué haces aquí?- Le pregunto con reproche.
-Mi hermano mayor cumple años…eso es un buen motivo…Majestad- Volviéndose, subrayo la mención de honor sobre toda la frase anterior. A su parecer, la doncella de la luz la estaba corriendo de nuevo al campo de batalla- No necesitan de mi presencia…un subordinado mío esta al mando y es veterano…-
El líquido del valor llego a manos de Ectvarr y lo bebió de un solo sorbo.
- Comprendo que quieras venir… ¿Recibirás a tu hermano como el resto de la gente?-pregunto, pasando la copa vacía frente a su rostro, distorsionando la imagen de la joven capitán.
-No…lo recibiré en la cama- El tono usado en la respuesta de Inphyy, tan seductor y soñado, conjugado con una sonrisa de excitación, casi le hace tirar el recipiente a la doncella de la luz- No piense mal su excelencia…pienso poner un cuento que me regalo mi padre hace ya tantos años atrás como mi obsequio de cumpleaños- Le aclaro al ver la expresión de sorpresa y escándalo en su rival, el cual le dio con que reírse los siguientes meses.
-Co-comprendo…- Tartamudeo, intentando recobrar la dignidad.
Salvada por las trompetas, Ectvarr respiro profundamente y con alegría. Aquel sonido solo anunciaba la llegada del ejército del este, y por lo tanto, la llegada de Aspharr…su apreciado Aspharr. Inphyy escucho con atención cada nota e imagino a su hermano pisando las calles de la ciudad tan soberbio como siempre. Un hueco en el estomago de ambas las impulso a mirarse mutuamente.
- Me retiro su eminencia para que pueda terminar los detalles de la fiesta- Anuncio Inphyy con presura y reverencia.
-Si... esta bien… hasta la tarde- Con el alma más ligera la siguió con la mirada hasta perderla en los pasillos del palacio. Lo único que rezaba al orbe es que la presencia de aquella rebelde sin causa no arruinara la fiesta- ¡Bien señores…debemos terminar lo antes posible y con discreción!
…
-¿Acabaron con las refriegas que azotaban a mis pueblos de la zona?...blablabla…no ven que me siento la reina del mundo- Imitaba Inphyy la chillona voz de Ectvarr con desprecio sin importarle mucho quien la escuchara por los pasillo del palacio.
¡Odiaba de muerte a esa mujerzuela presumida!, y no era para menos. De las mujeres de la corte que estaban detrás del rabo de su hermano era la más obvia y arrastrada. Aspharr tampoco se llevaba la bandera de inocente, puesto que a su conveniencia le hablaba a la familia real…o eso quería creer.
-La burocracia no es mi fuerte… ¡ Así que se lo pasen por donde puedan!- Gruño por lo bajo tomando una esquina del pasillo sin el menor cuidado.Y con lo transitado que estaba el castillo aquel día, no se dejo esperar un aparatoso golpe entre la dama de armadura carmesí y un desconocido. El choque la hubiera mandado directo al suelo sin la intervención de unos fuertes y masculinos brazos.
-Mira nada más que me arrollo el día de hoy… ¡Un ángel!- Exclamo con alegría y galantería Myifee, el pervertido mercenario que aun en días festivos cargaba su pesada arma boomerang, el cabello desarreglado… y el cual conociera en una misión con un incidente parecido.
Y el recuerdo de aquella vez, estando en eso brazos, a la mitad de la formación de sus hombres no le acento de todo bien y sentía arder su cara de la pena. ¡Si alguien la tocaba no seria un infeliz casado!
-¡AHORA SI TE PASASTE ANIMAL!- Le grito furiosa y desenfundando la espada.
-¡No seas sentida querida Inphyy, fue un accidente¡- Se defendió el pobre hombre escondiéndose detrás de una mujer que tardo en reconocer.
-¡E-Epharr!- Dijo al fin reconociéndola detrás de un adorable y femenino vestido de seda y no una sexy armadura- Hola… ¿Cómo estas?- Con torpeza solo atino a sonreírle y esconder su espada en la retaguardia.
Hablando del hombre casado…
-Je….En serio lo siento Inphyy, fue un accidente, tu venias muy distraída… ¿Verdad querida?- Le pregunto a su esposa que no le quitaba los ojos de encima a la más joven.
-Así es…venias muy distraída…como enamorada- Dijo por fin Epharr aligerando la situación y sonriendo de oreja a oreja.
-Enamorada ¿Yo?...como creen…¿Ya comieron?-
Los casados negaron y sonrieron sin disimular su hambre.
…
Con la mesa servida de carnes y licores, el ambiente era apto para dar una noticia inesperada…
-¡Como que estas embarazada!- Grito Inphyy de verdad sorprendida derramando el vino en el mantel. Un bebe entre mercenarios era de los mas cómico de imaginar.
-Lo mismo dije cuando me inspecciono un clérigo y descubrió el pequeño milagro…y hubieras visto la reacción de mi marido…- Myifee cascareo queriendo evitar detalles.
En conjunto bebieron un sorbo de vino, o lo que quedaba de el.
-Comprendo, por eso el cambio de imagen… ¿Verdad?- La señora Epharr se sonrojo, acomodándose con disimulo el vestido. Inphyy sonrió con ternura… ¡No podía evitarlo!, ver una pareja de casados con los ojos iluminados de esperanza era de lo más bello. Y más si en la visión se veía ella con su pareja. Mejor sacudió la cabeza alejando lo último.
- Como tenemos una casa en el campo y algunas cosechas yo ya no necesito portar la armadura…Pero este mastodonte se niega a quitársela- Refiriéndose al único hombre presente le pellizcó la mejilla.
- Aunch…Me niego rotundamente a desarmarme…y más con goblins rondando por nuestras tierras- Su rostro se transformo súbitamente a un gesto serio- Hace algunos meses me tope con aquel duende de piel pálida que me causo muchos problemas en la guerra.
-¿Goblin de piel pálida?...- Inphyy se mordio el labio.
Cuatro años han pasado desde la caída del gobierno de Dwykfarrio, el temible rey goblin que alguna vez los desafió por el poder de los orbes…y recordaba con claridad a ese goblin, un guerrero más rápido que su espada. La ayuda que le brindo en su batalla con el rey de las noventa y nueve noches fue decisiva, y nunca le agradeció por ello…ya fuera por orgullo o que nunca lo volvió a ver desde entonces.
Pensándolo bien… ¿Se rebajaría a agradecerle a un enemigo?...tal vez con discreción y su conciencia ya no la molestaría.
- Myifee…si necesitan ayuda no duden en pedirla, con un centenar de hombres los haré correr con la cola entre las patas…- Con los brazos cruzados y soberbia, presumió de su habilidad de mando.
-No lo dudo capitán…- Rió Epharr con burla.
- Ehem… que les parece si mejor terminamos y después vamos a buscar al greñudo de Aspharr…tengo que darle su regalo y abrazo de cumpleaños- Dijo Myifee, ahora el acaparando la atención con demostración de sus bien formados bíceps.
-Presumido…- Comentaron las dos al mismo tiempo y se dedicaron a su alimento, ignorándole olímpicamente.
…
¡Por fin en casa!...y en la privacidad de su alcoba. Aspharr suspiro con tranquilidad, como no lo hacia desde hace tiempo. No bastando con la ardua caminata desde los campamentos del este, lo recibieron en la capital como a un héroe, con fiestas y vítores. Todo aquel ruido y bailes lo hicieron sentir enfermo y de milagro se desembarazo antes de quedar el resto del día atrapado entre la multitud.
Cerrando la puerta, se arrastro perezoso a su cama, quitándose en el camino la ajustada armadura azul. Se dejo caer sobre el colchón sin cuidado, aliviado por la frescura de las sabanas, y acaricio con las yemas los suaves almohadones. Era tal su cansancio, que dejo su mente divagar en la espesura de sus recuerdos…que concluyeron en una sola persona…
-¿Estará Inphyy aquí?...-Se pregunto medio dormido, para encontrarse riendo de si mismo- Que tonto…ella odia este lugar…
El cuerpo le comenzó a pesar y estaba en plena desconexión…cuando sintió pisadas acercándose.
Sin asegurarse de que fuera un sueño, o un sirviente con llaves de su cuarto, se preparo con una daga corta en mano, colocada debajo de sus almohadas. Podía sentir el aliento del intruso más cerca, hasta invadir su privacidad…y con un movimiento brusco lo atajo del brazo y lo aprisiono lo suficiente para amenazarlo con el arma.
-Bueno días hermano- Dijo Inphyy con tranquilidad, esperando tan violento saludo. Sin ofenderse de estar recibiendo la respiración de Aspharr en la cara, le beso con ternura la nariz.
-¡I-Inphyy!- Se sonrojo Aspharr hasta la punta de las orejas, cohibido por el delicado beso que le cosquillaba- Deberías tener más cuidado y tocar la puerta…pude haberte matado.
-Suenas como una cría de gato queriendo arañar- Se burlo- Tu nunca matarías sin asegurarte que se lo merece.
Con un movimiento, Inphyy se sentó a la orilla de la cama, dejando a Aspharr acomodarse con libertad. Ambos no portaban sus respectivas armaduras, inyectando el ambiente de familiaridad.
-¿Y que haces aquí hermana?...digo, no es por correrte, pero yo te hacia en el norte, con Tea y su familia-
-Y yo te hacia en el este con Tyurru y el sacerdote- Le sonrió con sorna- Esa brujita ya creció y puede hacerte cosas muy feas…
Aspharr volvió a sonrojarse y le lanzo una almohada para callarla- ¿Celosa?...porque yo me encelo que andes con Tea…el escuincle* es rico y te debe sacar a muchos lugares exóticos…-
- ¡Ya quisiera!- Sin ser dejada, le devuelve la agresión con una serie de golpes mortales con la almohada más cercana.
Ambos, olvidando por un momento su edad (21 y 23 años) se golpearon riendo a carcajadas. Una lluvia de pequeñas plumas les caía encima, cubriéndolos con una capa blanca.
Protegiéndose de un ataque, Inphyy no se cuido de las piezas de armadura esparcidas en el suelo, y resbalo cayendo al suelo de bruces.
-Aunch…- Se quejó- ¡Eres un desordenado Aspharr…aun dejas tu ropa en el suelo como cuando éramos niños! –Aventándole la rebelde pieza que la hizo caer, se sobó la adolorida retaguardia.
-Lo siento Inphyy…y no es ropa…es armadura- Se disculpo Aspharr sin parar de reír y esquivando el proyectil. Estiro el brazo ofreciéndole ayuda para levantarse- Ahhh! – Sin esperar que ella lo aprisionara y lo hiciera caer a su lado.
Ambos carcajearon sin reproche.
-¡Miren nada más que lindos hermanos!- Les grito la gutural voz de Myifee desde el umbral de la puerta, la cual Inphyy no había cerrado con llave al entrar.
-Esto es una escena para la prosperidad- Exclamo con burla Epharr al lado de su marido- Espero mis hijos jueguen así aun grandecitos.
Inphyy y Aspharr se miraron, y de la vergüenza solo rieron. Era una fortuna que al caer, ambos no quedaran en una posición indecorosa o para mal interpretar.
…
-¡Epharr, ¿Como que estas en cinta?!- Exclamo Aspharr, que si hubiera tenido una copa, ya estaría rota en el suelo.
- Casi dije lo mismo…- Cerrándole la mandíbula a su hermano, lo golpeo en el brazo- Pero esa no es la noticia por la que vinieron…
-Así es… ¡Venimos por tu cumpleaños!- Sin la menor delicadeza, el mercenario atrapo a Aspharr entre sus brazos y lo apretujo con fuerza.
-Me debes dos oros…bien sabia que el cabeza dura no se acordaría que hoy era su cumpleaños - Le dijo Inphyy a Epharr quien se compadecía del joven cumpleañero que estaba tomando una tonalidad azulosa.
- Ehem… ¿Que tal si tomo los oros como regalito al bebe?-
-Eres una mala perdedora… ¡Y ya deja a mi hermano que le estas licuado el cerebro!- Exclamo Inphyy también preocupada- Ahí muchos que queremos darle abrazo…
Un repentino estruendo de trompetas se escucho fuera de la casa de los hermanos.
Inphyy bufó molesta por la interrupción.
-Yo iré a abrir…- Dijo antes que Aspharr recuperara el aliento-
Su hogar de la niñez estaba fuera de los dominios del castillo, como un pequeño palacio independiente, y por el tipo de trompetas que sonaban como un timbre no dudaba de quien se tratara. Al abrir la puerta aun antes que los sirvientes, Inphyy se encontró con un heraldo de Ectvarr.
- Es un honor saludarla capitana- Reverencio el heraldo con cortesía- ¿Se encuentra el capitán Aspharr?-
Inphyy se tomó con inocencia el cabello y jugueteo con el.
-El duerme…llegó exhausto de su viaje y no seria sensato molestarlo. Sin embargo, si tienes algo para el podrías dármelo a mi- Le sonrió en un intento de inspirar confianza.
El heraldo lo dudó un poco, pero a sabiendas lo extenuante que era un viaje desde el este le extendió un sobre con el sello real.
- Es de suma importancia que el lo reciba lo antes posible…su majestad Ectvarr, la doncella de la luz, amerita su presencia en el castillo-
Inphyy lo tomó y guardo en un bolsillo- Se lo haré llegar en cuanto despierte- Comentó sin perder la sonrisa.
El heraldo se retiro sin más que decir.
Al perderlo de vista, Inphyy solicito audiencia con su conciencia…de seguro era la invitación para la fiesta que la "damita" (nótese el sarcasmo) se había matado en hacer para agradar más a su caballero hermano. Y la pregunta era ¿Dársela o no dársela?.
Sabia que la esperaba un castigo ejemplar…pero nada era más dulce que ver la cara de rabia de Ectvarr y su fallida fiesta.
Inphyy sonrió con tremenda malicia.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Fin del primer cap!.,-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Omphf ¡! O___o
Me pregunto que hara Inphyy ¿?
Vamos inphyy no se la des y quédate con tu hermano todo el día en la cama ¡! ( cufufufufuf pensamientos malos )
Sii ¡! Me gusta el incesto! Y mas si es de la pareja Inphyy y aspharr
