Primero que nada esto no me pertenece, ni la idea original Suzanne Collins y también es mi obsequio (MUUY TARDÍO) debo aclarar para Giselle.

Realmente me siento muy apenada, podría poner todo lo que me paso, desde haber sido llevaba a un pueblo donde no hay internet, solo en un rincón del baño, sin mi computadora y que he tenido que estar escribiendo en el celular como loca para tenerlo listo)

Pero aquí esta, el otro que ya tengo en la computadora cambio totalmente con este, se que quizá no es lo que pediste, pero espero te guste, además será mas largo de lo que esperaba, quizá ya alguien más te dio tu regalo, pero realmente me siento apenda, quizá nadie me vuelva a invitar a este tipo de actividades, pero la intención es la que cuenta ¿no?

Espero que tu y cada una de las que son parte de este foro tengan una excelente navidad, que todos sus deseos se cumplan.

Son mis mejores deseos.

IRES


Capitulo 1

No era el mejor día en el restaurante y Katniss Everdeen lo sabía, desde hacía un año que había decidido iniciar su carrera como empresaria y no habían cesado los problemas.

Todos tenían problemas con el Capitolio, si alguien en algún distrito tenía algún conflicto era culpa del gobierno pero ella no, ella había decidido hacer todo conforme a las reglas de Panem, el problema eran sus padres y desgraciadamente habían llegado a arruinar su ya desastroso día.

- Lárgate de mi cocina - escucho los gritos de su chef y varias ollas golpearon el suelo.

Los comensales ignoraron los gritos de la cocina, no era novedad que la chef hiciera algún escandalo cada tercer día, pero le era permitido al ser la mejor chef de Panem.

- ¿Que sucede ahora Enobaria? - dijo Kantniss mirándola cansada. No estaba para uno de sus arranques. No ese día.

- Este estúpido que se cree panadero y ni siquiera puede distinguir...

- Pero – el joven del distrito 2 que había llegado por el puesto quiso hablar pero fue apuntado con un cuchillo.

- Lárgate de mi cocina ¡Ahora!

- Es el quinto en un mes.

- No sirven.

- Era el mejor del Capitolio.

- Si me quieres en tu cocina, busca un buen panadero. No me importa si tienes que ir a los 12 distritos pero encuéntralo.

- Bien. Ahora termina el día. - Dijo Katniss enojada y salió de la cocina. Era su cocina, su restaurante y esa mujer solo por ser una buena chef ¿creía que podía hacer lo que quisiera? Estaba muy equivocada.

Camino hacia la mesa final donde sus padres charlaban con su hermana Prim, su preciosa hermana menor, ella la amaba y se conocían tan bien que sin palabras ella le estaba diciendo que mantuviera la calma.

- Y ¿piensas acompañarnos? - dijo Malcom Everdeen mirando a su hija mayor.

- Padre estoy trabajando, es noche de viernes no puedo.

- Bien - dijo su madre - No te preocupes cariño, pero debes prometer ir a cenar mañana en la noche.

- Claro mamá.

- Ahora ve y atiende este lindo lugar –dijo su madre sonriendo – Pero recuerda mañana te quiero en casa puntual y lleva tu mejor vestido.

La noche transcurrió sin ningún problema, los clientes se habían marchado y no era normal que hubiera pedidos urgentes antes de cerrar.

- Ya está todo en orden - dijo Enobaria - Todos se han ido, vendrán por estos platillos en unos minutos, ¿quieres que me quede a cerrar?

- No, estoy bien, aún tengo muchos pendientes.

- Recuerda a mi panadero.

- Claro, tengo alguna solicitud por algún lugar.

- No quiero a cualquiera - grito molesta la chef.

- No será cualquiera, será el que no se niegue a trabajar contigo.

Katniss miró las luces de la ciudad, en su holo tenía varios mensajes, algunas de sus amigas le invitaban a salir, y había dos de Gale donde le pedía que le acompañara a un concierto. Era la época en que todos querían estar acompañados la navidad, pero para ella en ese año era solamente un tiempo de mucho, muchísimo trabajo.

Katniss entró en su oficina y comenzó a buscar el sobre lleno de papeletas con las solicitudes que le parecían más atractivas y encontró el que buscaba.

Sirvió una copa de vino y miro el curriculum. No era un gran panadero, no tenía mucha experiencia laborar en varios restaurantes, por lo que decía su familia tenía una panadería. Ella la conocía había probado unos deliciosos bollos de queso en su viaje al 12, por eso lo había guardado.

Envío un mensaje con nota de urgente esperando que lo recibiera, si era así y estaba dispuesto, estaría a más tardar a las 10 de la mañana, si no, tendría que buscar a otro que quisiera trabajar con su chef aun con el doble del sueldo.

- Hola - dijo una voz cantarina a su lado, se sorprendió al ver a un joven trigueño junto a ella.

- ¿Cómo entraste?

- La puerta, estaba abierta, lamento haberte asustado.

- Estoy bien. - dijo Katniss.

- Vengo por unos platillos.

- Claro aquí están.

- Deberías comer un poco de azúcar - dijo el tomando de una mesita de servicio - ¿quieres un azucarillo? Es para el susto.

- Estoy bien, no me asuste, solo me sorprendí.

- Soy Finnick Odair.

- Mucho gusto, Katniss

- Everdeen - termino el - he escuchado mucho de ti.

- ¿En verdad? – pregunto la castaña curiosa.

- Claro, eres una exitosa mujer en el área restaurantera.

- ¿Debería conocerte?

- No lo creo, soy del distrito 4, mis padres son dueños de una empresa pesquera, pero no es lo mío.

- ¿No?

- Realmente me apasionan otras cosas. Pero bueno tengo que heredar la empresa y busco donde colocar mi mercancía.

- Ah muy bien, pues espero que pronto encuentres buenos compradores.

- ¿No te interesa los mariscos?

- Realmente esa es área de mi chef, así que aquí está tu pedido, debo cerrar.

- Fue un gusto conocerte preciosa.

Al llegar a casa, miro ese esplendido lugar que sus padres le habían dado, pero no significaba nada, no desde que su vida estaba vacía. El teléfono sonó y el repiqueteo se escuchó por el eco de la casa, la contestadora entro dejando sonar quien era la que estaba en el otro lado de la línea.

Katniss dejo sus zapatos en el piso y encendió la calefacción la ventana mostraba una noche llena de nieve, pronto sería navidad, pero para ella era simplemente un día más.

- Katniss querida soy yo, soy Effie, mira sé que aun estas un poco resentida por lo que paso con Cato pero debes saber qué bueno, ya paso un año. Es hora de que conozcas a algunos chicos importantes en Panem, ven a mi fiesta en el Capitolio. Katniss levanta la bocina sé que estas allí ¡donde están tus modales!. Bien, entonces llámame y enviaré una nave por ti.

Katniss se detuvo frente al ventanal y miro al exterior, hacía un año que Cato se había ido, habían estado juntos durante tres años y sin explicación la dejo, dándole tontas excusas sobre amor verdadero y algunas tonterías más, no le dejo decir que ella conocía el amor verdadero porque lo sentía por él.

Ahora lo veía por televisión en alguna cena de gala con esa chica Clove, ¿Qué nombre tonto era ese? Se dio la vuelta, odiaba que alguien se lo recordara porque todo volvía, todo llegaba como una avalancha y la aplastaba hasta dejarla sin aliento.

Otra voz lleno el ambiente cuando sonó el siguiente mensaje

- Oye tu, mujer llena de dolor, odio y resentimiento, tengo un chico exquisito que puedo presentarte, no tengo idea como se llama, mis padres lo invitaron a una fiesta en el distrito, ¿te gustaría conocerlo? No quiere nada serio, creo que es del distrito ocho, o ¿era nueve? No lo recuerdo, pero si te interesa, nos vemos en tu resturant antes de navidad, ¿pasaras navidad toda amargada en casa? Llámame o tendré que ir a sacarte de tu cueva, por cierto descerebrada soy Johanna.

- No lo había notado – dijo Katniss sarcásticamente.

Katniss subió a su habitación y se recostó en la cama, el dolor esa noche era más que cualquier otro. Miro el calendario sobre su mesa de noche. Aquel que nunca cambiaba, aun decía 19 de diciembre "Este será el mejor día de tu vida" y no lo había sido.

- Feliz aniversario Cato – dijo ella mirando el año, habían pasado 365 días desde que el día de su aniversario número tres él la dejo por lo que le dijo "Es su verdadero amor" sin saber que él era su verdadero amor.

Apago la luz y abrazo su almohada mientras una lágrima corría por su colchón.