Disclaimer: Nada que pertenezca a Harry Potter es de mi propiedad. La temática de esta historia está basada en una canción de Celine Dion, quien se lleva el crédito por cantarla.
Aviso: Este fic participa en el reto "Canciones que inspiran" del foro "First Generation: The story before books".
La palabra más triste
Lágrimas.
No había espacio para las palabras. ¿Cómo podría haberlo? Hannah Abbott estaba destrozada. Miraba la caja de madera en la que yacía una persona muerta. Miraba sin ver. Todo era demasiado irreal, demasiado doloroso.
Ocurrió durante una clase normal. Una voz estricta la llamó por su nombre. Ella respondió, se puso de pie y acompañó a la profesora McGonagall hasta el despacho del director. Hannah temió que hubiese metido la pata, que hubiese quebrantado alguna regla sin querer. Pero la expresión del profesor Dumbledore contradijo sus pensamientos.
Y escuchó las palabras que derrumbaron su mundo en dos segundos.
—Tu madre ha sido hallada muerta.
No escuchó el resto de la perorata. Hannah se había quedado de piedra. De golpe y porrazo, se sintió sola, más que nunca. Daba igual que fuese consolada una o mil veces. El cariño no iba a traer de vuelta a su madre, su mentora, la que le había enseñado a ser amable con las personas. Había aprendido a no juzgar a los demás gracias a ella. Le había dado todo, había sido una madre ejemplar.
Fue su madre quien la hizo ser lo que era.
Pero eso sólo hacía más difícil el siguiente paso. Era la palabra más difícil de decir, la palabra más triste.
Daba igual cuántas lágrimas derramara por quien acarreó con ella por nueve meses, daba igual cuánto clamara a Merlín; ella no iba a volver. Sólo había una alternativa, un camino.
Decir adiós.
Estaba delante de lo que iba a ser la tumba de su madre. Gente sin rostro la rodeaba, gente a la que no conocía y gente a la que sí, pero daba lo mismo. Toda su vida estaba encerrada en ese ataúd. Ni siquiera importaba que por culpa de Voldemort había perdido una gran parte de su familia. No tenía sentido repartir culpas. Su madre no lo hubiese querido de esa forma.
—¿Le gustaría decir unas palabras, señorita Abbott?
Hannah apenas reaccionó a la pregunta. ¿Qué palabras podía decir? Apenas era capaz de hablar, ni mucho menos hallar algo decente para decir. ¿Cómo lo diría? Había dado solo un discurso en su vida y las circunstancias no ayudaban en absoluto.
—Tengo miedo mamá.
—No lo tengas. Sólo dilo.
—Pero, ¿qué diré?
La señora Abbott sonrió.
—Hannah. No trates de elegir las palabras con tu cabeza. Si no sabes cómo decir algo, sólo di la verdad. Usa tu corazón, porque él no sabe de vergüenza. Sólo sabe ser honesto y ser fuerte ante las adversidades.
Esa fue la primera vez que Hannah habló frente a un público, cuando entregó sus bendiciones a unos amigos de la familia que se iban a casar.
Ella tenía nueve años.
Siete inviernos más tarde, Hannah no pudo evitar sonreír. Aun en la muerte, su madre le estaba dando lecciones de vida. Las lágrimas no eran malas si se derramaban por las razones correctas.
Se acercó al ataúd. Todavía temblaba, pero tragó saliva y reunió el coraje necesario para hacer lo que debía.
—Gracias, madre. Gracias por hacerme ser lo que ahora soy. Gracias por tus enseñanzas, tus sonrisas, tus reproches, tus castigos, tus lágrimas y, por sobre todas las cosas, gracias por tu amor. Sé que, mientras existas en mi memoria, nunca te irás de este mundo. ¡Te amo mamá!
No pudo evitar que las lágrimas cayeran sobre el suelo, pero no le importó derramarlas. Era necesario. Sólo así podía continuar su camino. Sólo así, podía enfrentar los tiempos difíciles que se avecinaban.
Mientras el ataúd descendía, Hannah se secó las lágrimas y miró hacia el horizonte con una renovada voluntad de vivir, de honrar la memoria de su madre con sus acciones.
—Nos veremos pronto mamá. Hasta entonces, adiós.
Nota del Autor: Mientras repasaba la discografía de Celine Dion (quien tiene un alto concepto de la familia y de ser madre) para buscar una canción apropiada para el reto, me topé con un tema que me hizo pensar de inmediato en lo que le había pasado a Hannah Abbott durante el sexto libro. Si lo encuentran, escúchenlo. La canción se llama "Goodbye's (the saddest word)", del álbum "A new day has come". Habría elegido una canción metal, pero Gilrasir es el que puede construir una historia con heavy metal, no yo XDD.
¡Nos leemos!
