¡Holi Fanfiction y lectores que disfrutan de él!

¡Regresé con uno de los tantos pedidos que me hicieron!

Sí, Autor-san escuchó sus deseos, aunque bien, esto es posible gracias a Cassis9313, ella fue quien me dio otra imagen mental relacionada a este mundo que se formo en mi cabeza y yo no pude parar.

Se podría decir que «Reverse» es el piloto o one-snot debut, y esté vendría siendo la historia en sí (Me siento una mangaka(?)), así que si no lo has leído, léelo(?)

¿Universo Alterno? Of course

¿Cannon? Algo

¿Feels? Quién sabe ~

¿Pairing? Cada quien puede shipear lo que quiera.

¡Les dejo leer!


DISCLAMER: Katekyo Hitman Reborn! No me pertenece, es obra y propiedad de Akira Amano-sama, yo solo hago sufrir a sus personajes(?) & tengo muchos conejitos mentales hostigadores que me ayudan con ello(?)


EL GUARDIÁN DEL CIELO

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[ Drop one ]—

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By Pc

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—¡Huya Princesa! Nosotros los detendremos

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—¡Más rápido, nos están alcanzando!

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—No te detengas ¡sigue corriendo!

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Yuni no sabía en qué momento la situación se retorció de tal manera para que se encontrara corriendo por su vida; si bien, era algo cotidiano desde su llegada a ese tiempo, no se acostumbraba por completo.

¿Y quién lo haría?

Hacía unos días se encontraba viviendo tranquilamente en Namimori con sus amigos y allegados cuando de pronto ¡BUM! Se encontró a sí misma en un futuro apocalíptico en el cual estaba muerta, su Famiglia era cazada como animales, los Arcobaleno estaban muertos y Vongola reinaba sobre la mafia con puño de hierro.

¿Loco, no?

Después de todo, no diario puedes desafiar las leyes del espacio-tiempo.

De alguna forma, muy a su pesar, sabía que las cosas terminarían así. Xanxus di Vongola era un hombre tosco, peligroso y con quien no se podía dialogar, el conflicto era inevitable y sucedería tarde o temprano, y la situación era la prueba de ello. Después de todo, acordar una reunión en territorio neutral era demasiado bueno para ser verdad. Yuni había pecado de inocente y soñadora al pensar que solo con palabras podrían llegar a un acuerdo, no obstante, Irie y Spanner no. La reunión resulto ser una emboscada para apoderarse de los anillos Mare y de paso destruirlos.

«Tomaremos la cabeza de su Jefa como pago por destruir la base de Japón, véanlo como una retribución» había declarado Lussuria con una sonrisa, como si matar personas fuera cosa de niños.

El caos comenzó después de aquello, y se puso peor cuando el segundo al mando de Vongola apareció. Minutos después se encontró a si misma aferrando fuertemente la mano del chico a la vez que huían del mismísimo Xanxus y toda la Varia. El poderoso y peligroso hombre les perseguía como un perro rabioso, disparando a diestra y siniestra. Decir que estaba enfadado era un eufemismo, estaba cabreado ¡peor! Encabronado.

—¡Extremadamente no mires atrás, sigue corriendo! —ordenó Ryohei en su hombro.

Yuni asintió, la preocupación desbordándose de su pecho. Había escuchado a Skull gritar y a Colonnello maldecir a su espalda, para segundos después escuchar un explosión provocada por los rayos de Gamma. Los proyectiles y llamas volaban por sobre su cabeza cuando la risa de Belphegor hizo eco en sus oídos, demasiado cerca para su gusto.

—Shishishishi. No escapareis con el juguete del jefe —rió con cuchillos en mano.

Las navajas volaron hacía ella provocando algunas exclamaciones ahogadas, pero antes de siquiera tocarlos Ryohei las desvió con su Máximum Cannon, obligando a la tormenta a retroceder chistando. Yuni advirtió las vibraciones asesinas que desprendía el pequeño Hitman aun más violentas que hacia momentos atrás, cuando el niño a su lado (que Ryohei había llamado Sawada) le había pedido que lo ayudara.

—Onii-san —llamó él con notable preocupación, ocasionando que el bebe se tranquilizara.

Ryohei no se caracterizaba por ser una persona que escuchara razones o que cediera fácilmente cuando algo se le metía a la cabeza, sin embargo, ahí estaba, empujando sus deseos homicidas al lugar más oscuro de su mente por la suplica implícita en la voz del chico a su lado.

—¡BAAAASUUUURAAAAA! —rugió Xanxus acercándose peligrosamente. Las llamas de la ira bailando violentamente a su alrededor y las cicatrices en su rostro haciéndose cada vez más visibles.

Instintivamente, Yuni empujo al chico detrás suyo a la vez que Colonnello y Reborn la protegieron con sus cuerpos; el rifle y las pistolas en alto, apuntando hacía el hombre que se abría camino salvajemente hacia ellos, sin importarle dañar tanto a aliados como a enemigos. La Donna busco desesperadamente a sus amigos, encontrándolos corriendo hacia el dispositivo de teletransportación mientras Viper distraía a los demás integrantes de Varia con sus ilusiones, haciendo tiempo para poder escapar.

—¡Nosotros lo detendremos, huyan, kora! —ordenó su lluvia disparando frenéticamente al jefe de Vongola, quien rugía como una bestia salvaje, esquivando las balas y devolviéndoselas con mayor intensidad.

Yuni le miro enfadada por sus palabras, pero la determinación en sus ojos brillo con mayor intensidad cuando dio un paso hacia adelante, quedando en medio de sus dos amigos.

—No los dejaré atrás —dijo firme.

Ambos gruñeron dándole un vistazo rápido, sin saber si sentirse agradecidos o enfadados con su cielo. Su principal objetivo en ese momento era protegerlos, a ella y al Vongola, nada más importaba.

—¿No prometiste protegerlo? —Inquirió Reborn señalando al chico detrás de ella con un movimiento de cabeza —. Vete —ordenó dejando caer la sombra de su fedora sobre sus ojos

—Pero... —protestó no queriendo dar marcha atrás, pero una sensación extraña se acentuó en su pecho inquietándola de sobremanera.

Los escalofríos le atravesaron de pies a cabeza y la respiración se le atoro en la garganta.

Algo estaba a punto de suceder...

Sawada apretó su mano con fuerza, mostrándose igual de perturbado que ella. Sus ojos se abrieron en reconocimiento y la respiración se le corto por un momento de la pura impresión. Yuni le escucho susurrar algo, pero su suave voz se perdió entre el ruido de la batalla.

Frente a ellos una espesa niebla apareció y de ella salió una alta figura. El sonido de una característica risilla floto en el aire provocando que Ryohei y Tsuna miraran la espalda del recién llegado como si se tratara de un fantasma.

—¡Cabeza de piña!

La colisión fue inminente, como si dos titanes chocaran el uno contra el otro. Las llamas de la ira se agitaron violentamente a la par de las de la niebla, provocando una onda de choque que obligo a Yuni a clavar los pies en el suelo y a aferrarse a la chaqueta de Reborn.

—A un lado escoria —escupió ferozmente el jefe Vongola, chocando su pistola contra el tridente del ilusionista obligándolo a retroceder. El hombre sonrió con malicia empujando a Xanxus hacía atrás, alejándolo del pequeño grupo a su espalda. Reborn advirtió el cambio del símbolo en su ojo (el de color rubí), ocasionando que una feroz y violenta columna de fuego se elevara hacia los cielos, envolviendo al moreno con voracidad. Todos retrocedieron incapaces de soportar el calor abrasador del fuego, para ser una ilusión se sentía muy real.

—Kufufufu~ ha pasado un tiempo Sawada Tsunayoshi —saludó ignorando olímpicamente a Ryohei y a los adolescentes que protegían a la única chica del grupo

—Mukuro ¿por qué tú...? —comenzó, pero el grito de furia de Xanxus lo hizo callar.

Nuevas columnas de fuego estallaron desde las profundadas de la tierra, haciéndola vibrar y agrietarse, a la vez que enredaderas con hermosas flores se encargaban de mantener a raya al temperamental hombre, que gruñía y se retorcía del coraje en su prisión.

—¿Qué esperan, una invitación? Kufufu~, lleven a Sawada Tsunayoshi a Namimori —ordenó con voz relajada, pero la mirada que les daba era todo lo contrario. Aquellos ojos heterocromáticos prometían dolor y sufrimiento si le desobedecían, uno más allá del infierno mismo.

Yuni reaccionó primero, asintió rápidamente antes de tirar de la ropa de sus dos amigos. Él les estaba dando una oportunidad de escapar, no podían desperdiciar algo tan valioso.

El grupo comenzó a avanzar hacia sus demás compañeros con la intención de marcharse, pero cuando Yuni intento dar un paso más no pudo. El chico Sawada no se movió ni un poco, sus ojos estaban clavados en hombre de largo cabello índigo con algo similar al dolor y pesar.

—¡Mukuro, para! —ordenó al notarlo fatigado, producto de la política tri-ni-set; después de todo, él también era un Arcobaleno, incompleto, pero siempre uno de ellos.

—¡Por favor Sawada-san! Tenemos que irnos —apresuró al ver que Xanxus no tardaría en liberarse de su prisión de fuego. El hombre era una bestia sedienta de sangre y su deseo por Sawada rayaba en la obsesión, tenían que salir de ahí mientras aun pudieran.

Colonnello y Reborn llamaban a gritos a Yuni, quien tiraba insistentemente del brazo de Tsuna para que avanzara, pero él no parecía querer marcharse y dejar a su amigo atrás, aun cuando el propio Mukuro lo consentía. Ryohei apretó sus pequeños puños y aparto la mirada antes de decir algo que él tampoco quería hacer, pero era necesario.

—¡Sawada, dejemos esto en manos del cabeza de piña!

La expresión de Tsuna se contrajo, la preocupación estaba tatuada en todo su rostro al igual que la contradicción. Estar expuesto así ante el poder del tri-ni-set era mortal para un Arcobaleno. Si Mukuro seguía usando tan descuidadamente sus llamas terminaría, en el peor de los casos, muerto.

—Mukuro —llamó nuevamente. El ilusionista le miro por sobre el hombro, molesto ante su renuencia a marcharse —, tienes que regresar. Si mueres no te lo perdonare —sentencio con semblante serio, clavando su mirada en la contraria por un momento que pareció eterno.

Rokudo sonrió mostrando los dientes, la misma sonrisa cínica de siempre.

—Como si eso fuera a pasar, kufufufufu ~

Metió una mano en su abrigo y de él saco una cajita que lanzó a Tsuna, quien la atrapo en el aire. Por un breve instante le miro curioso, pero incluso sin abrirla fue capaz de sentir lo que había dentro.

—Cuida a mí querida Chrome en mi ausencia—confió dándole una mirada significativa antes de regresar su atención a su adversario, quien desgarraba una por una las enredaderas que lo aprisionaban, gruñendo salvajemente hacia él.

—Gracias por ayudarnos —habló Yuni inclinándose profundamente en su dirección antes de partir.

Ya todos estaban reunidos bajo el sistema de teletransportación, esperándola. Colonnello la llamaba a gritos unos metros más adelante, urgiéndole para que se les uniera.

—No fue para ayudarte a ti —respondió dándole una mirada desdeñosa

—Aun así te agradezco la ayuda, aun cuando no fuera para nosotros —continuo sonriéndole abierta y sinceramente, Igual que aquel que ostentaba el titulo de su cielo.

Mukuro le miro fijamente y con profunda meditación antes de hablar en voz baja, solo para que ella pudiera escucharlo

—Escucha Yuni Giglio Nero, no debes dejar que Xanxus ponga sus manos en el Arcobaleno del cielo.

Yuni asintió en silencio. Tanto Ryohei como aquel hombre se lo habían pedido, explícitamente o no, el mensaje siempre era él mismo: proteger a Sawada Tsunayoshi.

Él apretó con fuerza su mano cuando el sistema de teletransportación se activo envolviéndolos en una brillante luz; la mirada la tenia perdida en un punto más adelante, seguramente en aquel a quien había llamado Mukuro. Ryohei tenía el rostro inusualmente serio y algo ensombrecido. Yuni cerró los ojos dándole nuevamente las gracias, y rezando porque pudiera escapar con vida de toda la Varia.

—o—

—¡Quítate de encima! —exigió Lal empujando a Colonnello lejos de ella.

El rubio se quejo, dándole una mirada malhumorada a la chica, quien se paro y sacudió el polvo de su ropa.

Uno a uno comenzaron a incorporarse y a verificar que todo estuviera en orden. Irie acomodaba sus anteojos, Spanner a su lado verificaba que sus golosinas estuvieran a salvo. Fon ayudaba a Nozaru y Tasaru, mientras Skull colgaba de un árbol. Viper era la única que parecía haber librado la caída con su habilidad de levitación. Reborn traía cargando a Yuni acompañado de Ryohei mientras Gamma verificaba que estuviera bien.

—¿Dónde está Sawada? —preguntó el bebe buscando al mencionado.

Todos intercambiaron miradas, nadie lo había visto.

Yuni había soltado su mano cuando noto que sus pies no tenían sustento, después de todo, el sistema de teletransportación había fallado en el último segundo, seguramente siendo dañado durante su escape.

—¡Mis lentes! —gritó alguien del otro lado de unos arbustos

Verde se incorporó sosteniendo sus gafas rotas, el rostro malhumorado y la mirada desdeñosa hacia sus pies

—¡Duele! —se quejo una segunda voz.

Ryohei se acerco al matorral y lo atravesó encontrándose con Tsuna, este frotaba su rodilla lastimada ignorando la mirada de pocos amigos que le daba Verde.

—¡Aquí estas Sawada!

—Onii-san —saludo acercándose al pequeño bebe, dándole una mirada rápida para confirmar que estuviera bien, después de todo, esa había sido una larga caída.

—Lo siento Sawada-san —se apresuró a disculparse Yuni —, no fue mi intención soltar su mano

—No pasa nada —respondió dándole una pequeña sonrisa que se borró cuando notó que todos le miraban.

Si bien, los demás encontraron su preocupación evidente hacía el Hitman boxeador innecesaria, ahora que todo estaba más calmado y no tenían que luchar por salir vivos se detuvieron a observarle mejor. Tsuna se sintió nervioso por tanta atención. Algunos le miraban curiosos, otros enfadados (dígase Verde), unos cuantos con desconfianza. No podía culparles, después de todo era un desconocido.

—Gracias por ayudarme —dijo incorporándose e inclinándose ceremoniosamente—. Mi nombre es Sawada Tsunayoshi, gusto en conocerlos

Los Guardianes Millefiore guardaron silencio, cada uno evaluándolo a su manera. No podían encajarlo en la imagen predeterminada que tenían del Arcobaleno del cielo, después de todo, aquel pequeño chico no parecía demasiado fuerte, mucho menos la persona más fuerte de la mafia.

Yuni le sonrió de vuelta, mucho más radiante que el otro cielo.

—Vamos a casa —dijo volviéndose hacía sus amigos, quienes asintieron y comenzaron a caminar en dirección a la base.

—¡Auch!

Todos voltearon esperando ver a Skull en el suelo, pero en lugar del Guardián de la nube se encontraron a Tsuna besando el suelo, una inocente raíz sobresaliendo a sus pies.

Disimuladamente, Colonnello codeo a Lal y le susurró muy bajo para solo ser escuchado por ella:

—¿En serio él es el Arcobaleno del cielo, kora?

La chica se encogió de hombros, observando como Ryohei llegaba a lado del chico para ver si estaba bien, él solo sonrió tontamente restándole importancia

—Créeme, Tambien me pregunto lo mismo —respondió frunciendo el ceño

Si no fuera porque el Arcobaleno del sol había declarado que Tsuna era de verdad el jefe de los Arcobaleno, nadie le creería.

Después de todo, quien fuera jefe del peligroso Hibari Kyoya, el intensó Sasagawa Ryohei y el temperamental Gokudera Hayato, debía ser una persona excepcionalmente fuerte.


¡Me estoy pudriendo de frío!

Eso de ser caribeña no ayuda nada cuando el invierno llega, me dan ganas de invernar al igual que algunos animales, supongo que por eso ingiero más comida de la usual en esta temporada. My body knows(?)

Regresando al tema de la historia...

Pues ¿Qué puedo decir?

Este universo alterno es diferente en muchos sentidos al cannon original, sin embargo, solo ahondare en los puntos que interesan, así que si tienen alguna duda pueden preguntar.

Lo básico se resume a esto:

Yuni es la Donna de la Famiglia Millefiore, poseedores de los anillos Mare. Sus Guardianes son los Arcobaleno, incluyendo a Lal Mirch.

Xanxus di Vongola es jefe de la Famiglia Vongola, quien busca controlar el Trinisett. La varia, son sus aliados.

Sawada Tsunayoshi y compañía son los Arcobaleno. En el futuro todos murieron como dice el cannon, solo Mukuro y Tsuna quedan con vida, o quizás ya no(?)

En fin

La historia no será demasiado larga, calculo entre tres a seis capítulos. Dudas existenciales y acerca de este retorcido universo las trataré de responder en la misma historia, así que ya saben ¡pregunten si no entienden!

Gracias por leer gente hermosa

Me hacen un pez feliz con problemas de conejitos mentales ;u;

Pc fuera

Paz :v

¿Un review?

Bitch-chan tiene hambre(?) Ñam, ñam, ñam