Rurouni Kenshin no me pertenece, esta historia la escribí hace muchísimo tiempo, lo único que hice fue reeditarla un poco para que fuese más clara, espero que les guste.
Una carta... Una historia
"Se supone que es una noche como cualquiera, la luna esta en lo alto, las luciérnagas brillan, la brisa es fresca… todo está igual que siempre, pero por alguna razón yo no lo siento así. Puedo decir que desde la vez en la que partiste a Kyoto para derrotar a Shishio y me desmoroné, prometí nunca más desmoronarme y llorar, prometí ser fuerte para que cuando regresaras me encontraras feliz y fuerte para darte la bienvenida, pero no soy capaz de cumplir esa promesa, ahora me siento destrozada, desde que te volviste a marchar me siento triste… para mí, desde que te marchaste, ninguna noche es igual. Mis amigos están un poco preocupados por mí, porque aunque sigo funcionando y haciendo mis actividades de diario, dicen que mi mirada se ve triste, que ya no sonrió con frecuencia e incluso que mi tono de voz es distinto, Yahiko dice que me veo más vieja que de costumbre, pero no me dan ganas de reñirlo, quizá tiene razón, ni yo puedo negar que me veo fatal y sinceramente no tengo ganas de verme mejor, si no siento nada más que tristeza ¿para qué verse bien?
En ocasiones salimos a pasear y todos disfrutan, pero yo no siento nada, el viendo azota pero no siento el aire, las aves cantan tan hermoso como siempre, pero yo no las puedo oír, los niños ríen, juegan, llenan a la ciudad con todas esa vitalidad y alegría de la infancia, pero yo no puedo verlos, puedo quemarme con aceite o con la leña, pero no siento dolor, puedo cortarme con el cuchillo o tropezarme mientras camino, pero ¿sabes?, eso ya no duele…
Desde que te fuiste, deje de sentir, toda mi persona se marcho con tu partida…mi corazón se fue contigo y mi capacidad de amar también. Es algo extraño, pero lo peor de todo es que jamás te pude decir lo que sentía por ti, te fuiste sin siquiera querer escucharme, te fuiste sin siquiera decir adiós, esa fue la peor mañana de mi vida ¿la recuerdas?, no, tu no estabas ahí para verme con el corazón hecho añicos. Déjame decirte que ese día precisamente, era el de mi cumpleaños, mi cumpleaños número 19, estaba tan ansiosa, porque meses antes decidí confesarte todo lo que mi corazón albergaba por ti, sería el día en el que por fin Kaoru Kamiya sería tomada en cuenta como la mujer que ahora era, asi que me apresuré y te fui a buscar en la cocina, pero no te encontré, en el ático, en el desván, en el patio, pero en ninguno de esos lugares estabas, en ningún lugar de la casa, supuse que te abrías ido a comprar los víveres para la semana como era tu costumbre. Te esperé sentada en la entrada, te esperé hasta las 2 de la tarde, pero no apareciste, fue ahí cuando me comencé a preocupar. Salí a buscarte como lo hubiera hecho cualquiera, pero no estabas en ningún lugar del pueblo, pregunté a todas las personas que se cruzaban en mi camino por ti, pero nadie te había visto…regrese a casa con la esperanza de encontrarte ahí, pero solo se encontraba Sanosuke, tu mejor amigo y el mío también, tenía un sobre blanco en la mano, que decía con tu caligrafía que era para mí.
- Es para ti- dijo mostrándomelo
Cuando lo tomé, mis piernas comenzaron a temblar como gelatina, estaba asustada, con mucho pánico, no lo sé, tal vez fue mi intuición o simplemente una corazonada, o quizá una sospecha, albergaba la ilusión de que la intuición me fallara, que no fuera real. Abrí el sobre con cautela, demasiada creo yo, pero me estaba preparando mentalmente para lo que leería, comencé a leer con sumo cuidado cada letra, cada acento, cada punto y cada coma…
"Señorita Kaoru
Espero de todo corazón que se encuentre muy bien. Probablemente cuando esté leyendo esta carta, yo me encuentre muy lejos de su hogar. Lamento mucho causarle tantas molestias durante tantos años, pero sobre todo lamento no haber ido a despedirme de usted. Anoche me encontraba frente al a puerta de su habitación, preparado para despedirme, pero no pude, no tuve el valor suficiente para hacerlo, soy un cobarde ¿no es así?, lamento mucho no haberle dado el ultimo adiós, pero si la hubiese visto estoy seguro de que no hubiese sido capaz de irme, en el instante en el que la mirara a los ojos toda esa idea de apartarme de su lado para que hiciera su propia vida se quebraría, y lo que yo menos deseo es impedir su felicidad.
Con mi partida espero que usted pueda disfrutar de la vida que tiene frente a usted, que encuentre a un hombre bueno que sea capaz de amarla sin ataduras. Hoy es el día en el que cumple 19 años, ya está en edad de encontrar marido y de dejarse asediar por los hombres que la pretendan y creo que mi partida fue el mejor regalo que pude haberle dado. No tendrá que preocuparse más por este vagabundo que se metió a su casa, que la puso tantas veces en peligro y esa persona que le impedía encontrar su felicidad.
Me hubiese gustado mucho agradecerle en persona su compasión y su comprensión, para mi usted s una de las personas más importantes en este mundo, si no fuese por la oportunidad que me brindó, seguramente yo sería un vagabundo incapaz de perdonar, aunque sea un poco sus fantasmas del pasado."
Me hubiera gustado pensar que todo era una broma, que mi intuición se había equivocado, pero miré el rostro de nuestro amigo, estaba casi tan mojado como el mío y no solo por la torrencial lluvia que había comenzado al caer.
Quise leer más de las 4 hojas que me dejaste escritas, pero no pude, mis lágrimas y la lluvia habían borrado la tinta, dejando el resto de la carta totalmente ilegible. Arrugue el papel con todas mis fuerzas, no lo podía creer ¿Por qué lo hiciste? ¿Un regalo?, ¿Qué clase de regalo podía ser que la persona que mas quieres en este mundo se valla porque piense que es un estorbo? ¡¿Qué clase de regalo es ese?! ¡Solo sería un buen regalo si quisieras acabar con mi vida! ¡Solo lo sería si quisieras verme destruida! ¡Muerta!
El coraje que sentí aquella vez, fue remplazado por una tristeza muy grande, intente dar lo mejor de mi esos días, pero no lo lograba, solo tú ocupabas mi cabeza. Nuestros amigos se preocupaban cada día más, aunque ya han pasado 2 años 3 meses desde que te fuiste, aun los escucho decir que si no te hubiera conocido, jamás me acercaría al estado tan deplorable en el que me encuentro ahora, yo siempre les respondo que sin ti, jamás hubiera aprendido lo que es ser feliz, algunos dicen que lo pude haber aprendido con mi familia, lo que ellos no saben es que mi madre murió muy joven, yo aun era un bebé… y mi padre pese a que fue muy protector, jamás me brindo el cariño que necesitaba para crecer con bien, aparte el murió cuando yo era una niña todavía, me tuve que enfrentar al mundo yo sola desde los 6 años…
Mi historia fué triste… quizá no tanto como la tuya, es más probablemente ni si quiera se acerquen pero para mí duele bastante; nuestro amigo Sanosuke, tomó la costumbre de venir a visitarme casi diario, al parecer alguien se lo indicó, seguro que fue su mujer, Megumi. Si, aunque no lo creas ellos llevan ya una temporada juntos, se ven muy contentos y me da gusto que ellos si pudiesen acceder a su felicidad. Ella me examinó hace unas semanas, dice que si sigo sin comer moriré... si, no quiero morir, no aun, te alegrarás de saber que ahora si he podido superarme aunque sea un poco ¿sabes por qué?, porque tengo a alguien a quien cuidar, una pequeñita, un niña, mi hija… apuesto a que no crees que es mi niña, tienes toda la razón, no es mía, una mujer la tiró en un bote de basura, envuelta en sus cobijitas, me dio tanto coraje que no pude evitar ponerla en su lugar, aun no entiendo como hay gente que puede tener hijos y tirarlos en las calles; la tome en mis brazos, la niña era hermosa, las palabras de aquella mujer sonaron en mi mente una y otra vez…
- "Yo no quiero a esa niña, nunca la quise, jamás lo haré"
Sigo sin creer nada de lo que me dijo, en su cara se le notaba el dolor que sentía al dejar a su hija, seguro lo hizo porque pensó que si no lo hacía de ese modo, jamás aceptaría cuidarla, pero por ahora ella es mi niña, por ella salí adelante.
Hay veces que sueño que aun estás conmigo, que somos una gran familia, mi niña, tu, yo, nuestros hijos… lo malo es que en eso quedo, en un sueño, en nada concreto, solo esperanzas que se quedaron en el aire, ¿recuerdas cuando nos conocimos?, fue uno de los mejores días de mi vida, fue uno de los mejores por que el mejor lo tengo reservado para el día en el que descubrí que sentía algo por ti, no te tengo rencor, pese a que mis amigos si te lo tienen, a excepción de unos cuantos, que comprenden tu situación tal vez mas que yo, sé y comprendo que no estás arrepentido de la decisión que tomaste, tal vez para ti fue la mejor.
Yahiko ahora es todo un profesional, estoy sumamente orgullosa de él, ahora enseña en una de las escuelas más prestigiosas de Tokio y en nuestro Dojo han aumentado los estudiantes de manera considerable, también tiene planes de casarse, ambos sabemos que aun está muy pequeño para estar pensando en bodas, pero soñar no le cuesta nada, él también viene a visitarme seguido, con su novia, ¿recuerdas a la niña que trabajaba en el restaurante de la otra cuadra, a Tsubame? Si, ella es su novia, y es un encanto de chica, es muy linda y me ayuda a cuidar a mi princesa; Yahiko también te recuerda, a veces pregunta por ti, conmigo enfrente jamás te menciona, piensa lo mismo que los demás, que sigo sin recordarte, que las pastillas si lograron hacer efecto… Uhh ahora que recuerdo no te he mencionado de las pastillas, Megumi me receto varias medicinas para que no se me ocurriera la tontería de suicidarme, jamás las tomé, sabían horribles y te dejaban atontada un buen rato.
Mi mejor amiga, Misao, ya se ha casado, ¿con quién crees?, si, con el amor de su vida ¡Aoshi! yo llegué a pensar que jamás serian una bonita pareja, pero me equivoqué, se ven tan lindos los dos juntos, se les nota tan felices, tan enamorados, yo soñé en estar así contigo varias veces, lástima que se haya quedado en eso, en un sueño. No creas que te estoy reprochando que tu no me quisieras, tú la tenias a ella, aun con tantos años aun mantenías a Tomoe en tu corazón, la seguías amando… me cuesta admitir que yo jamás fui rival para ella, no lo quise aceptar en su momento, no importaba que Megumi me lo dijera muchas veces, es probable que lo dijera para enfadarme o incluso para hacerme reaccionar, pero hasta ahora entendí la verdad de sus palabras, jamás habrá espacio en tu corazón para mi…no me siento despechada ni mucho menos, no te equivoques, solo que le tengo envidia….
A veces recibo noticias tuyas, siempre secretamente, ya que cuando Sanosuke habla sobre ti trata de hacerlo bajito, quiere evitar que piense de nuevo en ti, cree que si te recuerdo me harás más daño, lo que no sabe es que siempre te tengo presente. Al parecer tú sigues teniendo contacto con él, es por eso que te estoy escribiendo esto, pienso dárselo para que te lo haga llegar, se supone que yo no tendría que tener la más mínima idea de tu existencia, pero no te preocupes, no iré a buscarte…. Por lo que él ha dicho quieres estar solo, y yo no estaré ahí para molestarte, tal vez te parezca un poco contradictorio que yo este mandándote una carta cuando te dije que no te iba a molestar ¿verdad?, pero será la única que te enviaré, solo lo hago para que sepas que aun te recuerdo y que jamás te voy a poder olvidar.
Te amo
Siempre tuya Kaoru."
Kenshin doblaba esa hoja ahora desgastada, tenía mucho cariño por esa carta que le había hecho regresar. Cuando la leyó por primera vez jamás se imagino que su Kaoru se sintiera de esa manera, él siempre pensó que aunque ella lo quisiera, en realidad no era merecedor de todo su cariño, ya que desde que lo conoció solo había podido traerle dolor y problemas, pero en cambio ahí estaba ella, amándolo como nunca, siendo sincera con sus sentimientos, aceptando la decisión que él había tomado. En realidad esa mujer era maravillosa.
- ¿Qué haces cielo?- pregunto una mujer
Kenshin no respondió a eso, simplemente se quedo estático, disfrutando del toque de su esposa. No podía creer como habían cambiado las cosas desde que él había regresado, algo apenado a el Dojo Kamiya y jamás olvidaría que ella lo aceptara de regreso, al inicio no fue nada fácil, ya que ella se mostraba algo seria con él y aunque le destrozaba el corazón la entendía, entendía ese sentimiento de miedo a volver a perder a algo que querías.
- ah…eso… ¿todavía lo conservas?
- es un recuerdo…- contestó el tomando su mano
- uno muy lindo sin duda…-
Una pequeña manita se acercó a ellos, y se los quedo mirando fijamente, en realidad eran una pareja bastante bonita, aunque no sabía cuál era a ciencia cierta la historia de sus padres, estaba contenta de poder conocer un amor como ese.
- hola cariño ¿Qué haces despierta?- preguntó Kenshin- Es algo más temprano de tu hora habitual
- Los escuche hablar y vine a ver- dijo mientras se sentaba con ellos
- ¿y tu hermanito?- preguntó Kaoru
- También los escuchó, seguramente ha de venir cerca-
Una pequeña cabecita pelirroja se asomó por la puerta, se veía tan pequeño y tan idéntico a su padre. El pequeño avanzo al encuentro de su familia vestido solamente con su hakama, y con sus pequeños pies pisando el frio suelo.
- Hola…- dijo algo somnoliento fijando su vista en una hoja de papel que su padre sostenía- ¿esa es la carta que te mando mamá?
- ¿Oro?- Soltó Kenshin de repente
- ¿Esa es la carta que le diste cuando papá se fue?- dijo la pequeña dirigiéndose a Kaoru
- Si, lo es- respondió sonriendo
- ¿Podemos leerla? ¿Si? ¿Si?- Dijo el pequeño pelirrojo
- Mmmm… no lo sé- dijo Kenshin- Se hace tarde para hacer el desayuno
- ¡No! aun podemos aguantar un poco más- alego la niña- ¿Verdad que si, Kenji?- el pequeño respondió asintiendo con efusividad.
Kenshin y Kaoru se miraron, en realidad era imposible negarles algo a esos niños. Suspiraron con resignación, frente a ellos estaban perdidos.
- Ahh… está bien- dijo Kaoru- pero con una condición
- ¿Cuál condición mamá?- pregunto Kenji
Kaoru sonrío con malicia – Terminando de leer la carta, ustedes ayudaran a su padre con los labores de la casa
Los dos niños se miraron con preocupación, su casa era demasiado grande, su madre demasiado exigente con respecto a la limpieza y su padre demasiado minucioso al hacerla… aceptar seria como la muerte.
- Ahora que recuerdo- dijo la mayor- La tía Misao me pidió que cuidara a la pequeña Okita temprano… debo irme.
- Yo… yo no quiero limpiar mamá- dijo Kenji mientras su hermana se marchaba rápidamente- ¿Si quiero escuchar la historia debo hacerlo?
- Me temo que si Kenji- dijo Kaoru- es un trato justo
- No es justo mami- dijo Kenji- iré a ayudar a papá en la cocina- dijo mirando a Kenshin- ¿También cuenta, no?
- Esta bien Kenji- dijo Kenshin- ve a vestirte y despues de preparar el desayuno leemos.
Kenji sonrió ampliamente -¡Gracias!- dijo alcanzando a su hermana -¡Sakura! ¡Lo he conseguido! ¡Nos contaran la historia y no tendremos que limpiar!
Keshin y Kaoru se miraron con ternura, de verdad sus hijos eran maravillosos. Se tomaron de las manos y se quedaron un rato así, disfrutando de la brisa de la mañana, recordando los buenos momentos que habían pasado juntos y esperando con ansia todos los que les faltaban.
- Alguna vez creíste que tu vida sería así Kenshin- dijo Kaoru mirándolo a los ojos
Kenshin la miro con ternura, su vida era mejor de lo que alguna vez había pensado, de lo que jamás habría llegado a imaginar
- Es mejor de lo que esperé.
Espero que les guste la historia, es algo corta y quiza algo confusa, si tienen dudas yo se las resolveré.
