Disclaimer: Shingeki no Kyojin, All You Need is Kill y sus personajes no me pertenecen.


La muerte es repentina y llega sin avisar. Puedes morir de un infarto en tu casa, en un accidente de coche y en mitad del campo de batalla, diez minutos después de que esta empiece y poco después que gran parte de tus compañeros.

La mitad de los que ya han muerto habrán tenido la suerte de no haber sentido nada, habrá sido tan rápido que no habrán sentido dolor alguno.

Tengo miedo, mucho.

No sé si puedo moverme aun de lo asustado que estoy, todo me tiembla, no sé si tan siquiera puedo ser capaz de cargar mi arma y disparar contra estas cosas, pero lo intentó, el sonido del retroceso de mi fusil al disparar marca a su vez los latidos de mi corazón.

El enemigo debe de morir, no puede quedar ninguno vivo.

Me quedó sin munición antes de que pueda darme cuenta, pero no me importa.

-¡Recarga!

Pero el compañero al que va dirigido mi grito y que se suponía que debía de cubrirme las espaldas lleva ya un rato muerto, aunque no soy capaz de saber cuándo ha sucedido eso, así que no queda nadie que me escuche en esos momentos. Mi colega Mike fue uno de los primeros en caer, el proyectil le atravesó su jacket. Con un agujero de dos centímetros de diámetro que iba desde el pecho hasta la espalda no vivió más de un minuto tras eso.

Era el típico que se aprovecha de su rango para joderte y que además te destripaba el final de las novelas, pero no era mal tipo, no le habría deseado la muerte nunca.

Mi escuadrón lo formábamos 146 hombres de la 17ª Compañía, tercer batallón, 12º Regimiento de la 301.ª División de la Infantería Jacket, e íbamos a librar una batalla al norte de la isla de Kotoiushi. Iba a ser un ataque sorpresa lanzado desde un helicóptero pero la sorpresa nos la llevamos nosotros al ver que nos esperaban.

Nuestro capitán estaba muerto, nuestro sargento estaba muerto, ya no oía el helicóptero que nos había traído hasta allí, no había comunicaciones.

Yo solo seguía vivo porque nada más comenzar la batalla me cagué de miedo y mientras todos peleaban yo me escondí bajo el jacket de Mike. Los jackets estaban fabricados de un compuesto inventado por japoneses y me había convencido a mi mismo de que era imposible salir herido si llevaba uno de esos puesto, que eran imposibles de atravesar.

No era más que un recluta recién salido de la academia en su primera misión en un campo de batalla, sabía disparar pero no sabía nada más.

Tras 61 minutos de batalla me había quedado sin granadas de vapor, balas y me quedaban tres proyectiles en el cañón de clavos , no podía huir, no podía hacer nada.

Y entonces apareció en mitad de la escena, la silueta de una bola algo más pequeña que un humano normal.

El enemigo. Un mimético.

La raza alienígena que hace un tiempo vino a la Tierra y que nos está masacrando. Al ser más pequeños que nosotros es difícil alcanzarlos, encima si te da un golpe con uno de sus brazos puede mandarte a otro lado sin esfuerzo alguno, destrozándote por el camino.

Pero su mejor arma son los proyectiles que lanzan, los mismos que mataron a Mike y que habían matado al resto de mis compañeros.

Los miméticos, en sí, no tienen una apariencia que de miedo, de hecho, se limitan a dar caza y ya, no se regodean en la tortura.

Pero cuando tienes uno cerca no puedes evitar sentir miedo.

Sin embargo, yo no siento miedo.

Siento a la Muerte.

La estoy contemplando acercarse a mi sin que pueda defenderme o huir, por que de todos modos terminaría encontrándome con otro.

La Muerte empezaba a estar cerca de mí, a rodearme el cuello con sus frías manos, a hablarme.

Y la vi. La Muerte.

Iba vestida de rojo portando una enorme guadaña del mismo color. No, no es una guadaña, es un hacha de combate. Lo cual es una locura, era como un fuego en la más negra de las noches, llamaba la atención con ese color en el campo de batalla.

La Muerte me lanzo por los aires de una patada, destrozándome la armadura en el proceso. Mi visor HUD empezó a parpadear en rojo, alertándome del peligro inminente que me acechaba.

La Muerte bailaba en el campo de batalla, alzando su hacha tan roja como la sangre que había tosido segundos antes, ella solo necesito un solo golpe para matar al mimético, lo había partido en dos.

Y entonces se dio la vuelta y se acercó a mí, una pequeña luz verde en mi visor me alertó de que se acercaba un aliado.

Ahora que la tenía cerca pude ver que no era la Muerte que había venido a por mí, llevaba un jacket parecido al mío, salvo por el color y una placa de identificación que me indicaba pertenecía a la división de los Estados Unidos.

Sabía quien era.

La apodaban la "perra de combate" y era una leyenda viva en los campos de batallas, una loca que iba por el mundo buscando donde pelear y matar miméticos. Se sabía que ella y su equipo eran los que más miméticos habían exterminado.

Quizás, si fuese la Muerte, aunque no para mi, si no para ellos.

Y estaba allí, ante mis ojos.

-Quería preguntarte algo -me dijo- he oído que el té verde de después de comer es gratis en Japón, ¿es eso cierto?

No sabía que decir, estábamos en mitad de un campo de batalla, rodeados de cadáveres y miméticos, y ella me estaba preguntando eso e iba en serio.

-Es que ya la he cagado muchas veces por creerme lo que leo en los libros -se explicó- as que prefiero hablarlo con un experto en el tema.

Me estaba muriendo y ella no tenía otra cosa que hacer que preguntarme eso. ¿Se podía ser más estúpida y frívola? ¿En qué coño estaba pensando?

Quise mandarla a la mierda, pero no me salían las palabras.

-En fin -me dijo- traga saliva, aparta el dedo del gatillo y respira hondo.

Obedecí, no podía hacer otra cosa y entonces empecé a sentirme mejor, pero también volvió el dolor del abdomen que había olvidado.

-¿Te duele? -me preguntó.

Estaba tomándome el pelo, ¿Qué esperaba?

-Tú… ¿tú qué crees? -le espete.

Se arrodillo a mi lado, observando mi armadura destrozada.

-Pinta mal, ¿verdad? -le pregunté.

-Te han atravesado por delante pero las placas han impedido la salida del proyectil -me informó- pero si, vas a morir.

Me sentí como una mierda, desee con todas mis fuerzas el ser de aquel grupo que mueren sin darse cuenta y no de ser consciente del dolor de mi muerte.

-¿Cómo te llamas? -me preguntó ella- Solo quiero saber tu nombre, tu rango me da igual.

-Rivaille…-susurré- Levi Rivaille.

-Yo soy Zoe Hanji -me dijo- me quedare a tu lado hasta que mueras.

Nada me podría haber alegrado más que oír eso, sin embargo, no lo veía del todo correcto, sospechaba de sus intenciones.

Como si me leyese la mente, ella contestó.

-Me quedaré con la batería de tu jacket cuando mueras -me dijo.

Justo lo que yo pensaba, no lo hacía por bondad…

En ese momento, ella recibió un mensaje que yo también oí y por lo que entendí, la necesitaban en otro lado.

Oí una explosión y Zoe Hanji asintió antes de lanzarse contra ellos, cargando el hacha roja en sus manos, matando a todo aquel mimético que se le acercaba, partiéndolo, destrozándolo.

No lo entendía, ambos habíamos recibido el mismo entrenamiento, pero yo iba a morir y en cambio ella estaba allí, masacrando a nuestros enemigos, seguía luchando.

Recordé que aun me quedaban tres proyectiles en el cañón de clavos, así que me levanté como pude y grité.

Vi a Zoe Hanji girarse y gritarme algo que no logre entender.

Uno de los miméticos que había era diferente al resto, había algo en él que lo hacía diferente pero era incapaz de decir que.

Aun así, me lancé contra él, él me golpeó con su cola, noté que me cortaba un brazo, pero aun me quedaba otro por lo que seguí disparando hasta que le abrí un boquete en su piel y yo perdí el conocimiento.


Desde que me lei la novela, me vi el manga de All you need is kill que tenia ganas de hacer un AU con SnK, con Levi de prota y con Hanji, ya que son mi pareja favorita.

Creo que el mayor problema que puede haber es, si no has leído nada, el porque he hecho que Hanji sea superior a Levi, obviamente hay una razón pero tendréis que seguir leyendo para saberlo (?)

En fin, espero que os guste y las reviews con ideas sobre como mejorar, ánimos o titanes para que me coman son bien recibidos (?)