La mañana era fría, más de lo normal. Mi cuero se sentía raro, había una sensación que no podría describir dentro de mí. Desde el momento en que abrí los ojos, lo sentí. Le resté importancia, luego de ducharme, no desapareció, tal vez me estaba por enfermar, no lo sabía. Tomé el autobús a la universidad en la esquina de siempre. Esperé 10 minutos sentado en la banca de aluminio, la cual tenía una fina capa de hielo sobre ella. Dentro del bus, me senté en el mismo lugar de siempre, junto a la ventana. Esperando a alguien, ¿a quién?, ¿por qué siento como si esto ya lo hubiera vivido?, ¿era un déjà vu?, ¿estaba soñando?, no lo sabía… Esa extraña sensación me invadió de nuevo, ahora más fuerte. Fruncí el ceño y me rasqué la cabeza. ¿Qué demonios me pasaba? El bus hizo una parada, y una cabellera café subió a este. Hizo correr sus ojos por todo el bus, hasta que sus ojos chocaron con los míos, verdes, Eren. Sonreí. El chico caminó hasta el asiento vacío junto a mí y dejo sus cosas sobre sus piernas.

''¡Levi!'' gritó eufórico el chico a mi lado, le sonreí de lado ''¡Ah!, lo extrañé tanto'' me miró a través de sus ojos verdes, algunas veces los comparaba con el color del césped, cuando recién comienza primavera, eran hermosos. Fruncí el ceño.

''¿Qué te dije de llamarme de usted?'' lo recriminé señalándolo con el dedo pulgar, Eren tenía la manía de llamarme de 'usted' solo porque era 2 años mayor que él. ''Tutéame''

Eren rodó los ojos y me abrazó fuerte. ''Lo quiero mucho''

Intenté separarme de él, todos nos veían en el bus, que vergüenza.

Después del almuerzo, comenzó a nevar. En las noticias que pasaban en las pantallas del gigantesco comedor del campus, informaban acerca de una tormenta de nieve, tan potente para dejarnos sin agua y luz una semana. Todos entraron en pánico cuando la mujer del noticiero de la mediatarde habló, los susurros se convirtieron en gritos. Me mantuve sereno sentado frente a Eren, quién comía tranquilamente de su muffin de té verde.

''¿Qué te preocupa tanto, Levi?'' preguntó el chico, con las mejillas sonrosadas por el frío. Se veía adorable.

Me puse a pensar. ¿Éramos algo?, ¿pareja?, no lo sabía. Habíamos comenzado a salir hace ya tres meses, nada formal. Pero ya se sentía diferente. ¿Llegaríamos a ser algo?, el simple hecho de pensar eso, hacía que mi estómago tuviera una pequeña fiesta dentro. Quería a Eren, lo quería mucho. Sentía algo dentro de mí que me obligaba a cuidarlo, era dos años menor que yo. Nos conocimos en el bus. Era de mañana y yo no había logrado dormir nada a causa de la tarea. Llevaba la cabeza recargada en el frio cristal del vehículo, solté un suspiro cuando este se detuvo. No presté atención a mi alrededor, hasta que un chico alto se sentó a mi lado, de reojo pude observar como cargaba con una sonrisa en la casa. ¿Por qué estaba tan feliz a las 6 de la mañana? Rodé los ojos y suspiré de nuevo.

''¿Estás enojado?'' Una voz desconocida, pero que venía de mi derecha habló.

Giré la cabeza.

Un chico de ojos verdes como el césped en primavera, me miraban curiosos, cejas gruesas y grandes, pestañas largas y negras adornaban la cara del chico. Cuando reparó que me quedé embobado viéndolo, inclinó su cabeza tal como un perro lo haría.

''¿Acaso tengo algo en la cara?, salí a prisa de casa y no tuve tiem-''

''Ehh, no, no tienes nada'' hablé apenas, la lengua se me trabó haciéndome quedar en ridículo, me callé. Sentía la cara caliente. Qué vergüenza. Por el rabillo del ojo pude verlo sonreír, sus mejillas también rojas. Demonios era muy lindo. Entonces me di cuenta que lucía menor. Tenía cara de niño. ¿Qué edad tendría?

Giré el cabeza en su dirección dispuesto a hablar.

''¡Hola!, me llamo Eren Jaeger, tengo 17 y voy en primer año''

Me quedé con la boca abierta.