=Desconocida.
...
De nuevo estaba allí. Como cada fin de semana ella entraba a la lava matica con un enorme cesto de ropa y productos para lavar. Programaba el electrodoméstico y se sentaba en las sillas de espera leyendo una revista o escuchando música.
A simple vista esa chica rubia era una genuina obra de arte, acaparando su visón sin dudar…pero ¿Cómo no mirar a una mujer así? Pero si era tan bella, no podía dejar de mirarla.
Lamentablemente solo interactuaban cuando tenía un error la lavadora, tenía que cobrar sus servicios o si ella, accidentalmente, derramaba detergente sobre el suelo…de allí no más. Moría por hablarle, preguntarle su nombre o si podrían platicar cada vez que ella regresara.
Se mordía los labios al solo verla allí, sentada frente a él, esperando que la lavadora terminara su labor. Esa chica de perfecto cabello peinado en coletas era su amor platónico, esa chica que hacía que hacía que se atreviera a todo irónicamente lo hacía poner nervioso hasta quedar en blanco.
Ella simplemente lo desconcentraba, cada vez que sus miradas chocaban ella "inocentemente" mordía su labio incitándolo más…0h rubia más coqueta. Desde que ella atravesaba el umbral del local, su mente se llenaba de miles de ideas o pretextos para hablarle y su cordura salía disparada por la borda. Esa chica de ojos azules lo volvía loco.
Ella prevalecía en su mente, miles de suspiros salían inconscientemente y ni hablar de sus despistes continuos. Como olvidar la vez que por mirarla echo todo el detergente liquido sobre sus pantalones en vez de su envase.
—¿Puede cóbrame?—su angelical voz lo sacó de su mundo, mirándola distraído.
—Es lo mismo de siempre—dijo sonrojándose sin despegar su vista de los lindos labios de la chica. Ella como cada fin de semana, le entregó la misma cantidad. Quedaron frente a frente, con el mostrador separándola, sin despegar sus miradas unos del otro.
Él tragó saliva, luchando por deshacer el molesto nudo de su garganta y ella, con la boca entre abierta aparentaba querer hablar…sin embargo, no se escuchó ninguna palabra más.
—¡Miyako!—la puerta de cristal se abrió sonando la campana sobre la puerta, llamando la atención de ambos chicos. Ella volteó a ver a la morena que masticaba chicle sin preocupación, observándolos—Momoko quiere que te apures, tenemos que irnos—
La rubia asintió frunciendo el ceño, observando al chico tras el mostrador…esperando un poco más. Rodó los ojos y decepcionada sacó un bolígrafo de su chaqueta. Sin decir algo más tomó la mano de él escribiéndole algo, tomó su cesta y suspiró.
—Gracias—soltó para salir junto a su hermana, sin antes guiñarle un ojo. Él inmediatamente leyó lo que una perfecta caligrafía escribió en su mano Miyako…su linda Miyako…había escrito su número celular además de un "Espero que me llames pronto, si es que te atreves…Boomer".
Negando bajó su vista, leyendo una y otra vez la credencial de empleado que traía sobre su pecho.
—Odio ser tan evidente…—se lamentó.
Okey aquí un pequeño Drabble de los azules, espero les haya gustado. Apenas apareció en mi cabeza intenté subirlo...gracias por leer.
Este one-short esta dedicado para Lucite199, espero y lo hayas leído. Un abrazo para todos y ¡Nos leemos pronto! ¿Esto merece Comentarios?
