Ña tiempo sin escribir nada XD lo se da pena jojojojo pero habia cosas que hacer ¬3¬, en fin aquí les dejo lo mas nuevo que podido hacer en todo esto tiempo, además de que es el debut de mi OC Shinda the Wolf, ojala les guste ^^


Muriendo por dentro

Cap. 1

La cuidad descansaba bajo el manto obscuro de la noche, familias enteras se dedicaban a dormir y recargar su energía, amantes empedernidos se mostraban su amor de la manera mas intima posible, otros mas forzaban a beber una copa más a vivir un día más…a tomar una droga de más que bien podría significar su muerte, su alivio, que mas hubiera querido él por poder hacer cualquiera de esas cosas pero no podía, si lo hacia su "jefe" podría dañar a quienes mas amaba. Con toda su alma maldijo el momento en que lo vio peleando con uno de los gañanes de la escuela.

-¡Rayas, ya es hora!- le gritaron desde el otro lado de la puerta

-Si ya voy- respondió desganado-

Se dio una última mirada al espejo y grabo en su mente su rostro intacto y sin heridas, seria la última vez que lo vería así por lo menos por un par de semanas hasta que las nuevas heridas sanaran. Se saco la camisa a cuadros quedando solo en camiseta y salió del diminuto "camerino". A su paso se escuchaban gritos de apoyo otros más de odio y leves amenazas, no les hizo caso, solo se dirigió al cuadrilátero improvisado, vio a su oponente y no perdió tiempo en empezar la pelea.

Cada golpe, cada abucheo, cada explosión de dolor, cada gota de sangre representaban nada para él y representarían dinero para su patrón, cuando al fin vio al otro tirado en un charco de su propia sangre se sintió vivo y aun mas al verlo respirar apenas, eso lo hizo sentir tan poderoso, tan grande, capaz de cualquier cosa. Sin más que hacer regreso a su cuartito y tomo su camisa dispuesto a irse de ese maldito lugar de una vez.

-¿A dónde vas, Rayas?- le pregunto desde la puerta su jefe

-Me voy a casa-

-Antes de que te vayas, ten- de su saco extrajo un gran fajo de billetes –La paga del día de hoy-

Vio de reojo la gran cantidad de dinero que le ofrecía, debían ser unos cuatro mil o cinco mil.

-¿Por qué tanto dinero? Nunca me das más de dos-

-Hoy te esforzaste y le diste una buena golpiza al chico, además de que él trabaja para un rival, sin mencionar que casi lo mataste-

-Pues gracias- tomo el dinero y lo guardo dentro de su pantalón

-Entonces eres libre, te llamare cuando haya algún tapan digno de ti- se dio la media vuelta y se detuvo –Por cierto hay una sorpresita para ti en el callejón- sin decir mas se fue

El chico hizo lo mismo, pero guiado por la curiosidad fue al callejón donde lo esperaba un Ford Thunderbird del 63, al verlo no pudo evitar silbar ante tal auto, se le acerco y le dio varias vueltas, conociendo a su jefe no le regalaría un auto destartalado y lleno de partes chatarra, o no, este T-bird estaría certificado para ser completamente original de cabo a rabo, se acerco a la ventana del conductor y noto las llaves ya puestas en el contacto, a si que entro y se embriago con el olor de auto nuevo, hiso girar la llave y salió disparado de ahí para ir a su casa.

En cuanto llego aparco su nueva adquisición en el garaje y entro en la casa que estaba a obscuras hasta que las luces se encendieron de golpe, haciendo que él diera un salto por el susto.

-Bonita hora de llegar-

-Cállate, son las doce no me puedes regañar-

-Las doce ni que nada, ve el reloj… ¡Son las cuatro de la mañana!-

-¿Y eso me importa por que?-

-Shadow, se que amas tu trabajo como prostituta de Mephiles, pero debes ponerte limites-

-No eres mi mamá Shinda-

-No, pero soy tu amigo-

-¿Que mas te da? Como si te importara- dijo muy frio el erizo

Aquello hirió muchísimo al lobo de color chocolate, quien si pensarlo dos veces se acerco al erizo bicolor le tomo por el cuello de la camisa y lo plato frente al espejo de la sala, quedando detrás de él. Shadow al verse desvió la mirada, pero Shinda de manera brusca tomo su barbilla y lo obligo a verse.

-¡Mírate imbécil!- ordeno haciendo mas presión en su agarre –Quiero que te veas, quiero que veas en que pinche estado estas-

-Suéltame me lastimas-

-¡Eso mismo deberías decirle al otro! Pero no lo haces por cobarde-

Nuevamente Shadow desvió la mirada de su reflejo, ver su labio partido, su ojo morado, al nariz y frente sangrantes no eran algo digno de verse y mas por que le hacían olvidar su rostro sin herida alguna.

-Tú no sabes por lo que estoy pasando-

-Lo se por que me paso lo mismo ¿Olvidaste que fui yo quien te dijo que no aceptaras?-

-¡Silencio!- ordeno deshaciéndose del agarre del lobo

-Ya no eres el chico tan grandioso que fuiste una vez-

-Y tú sigues igual de entrometido bocón-

Shinda y Shadow se vieron a los ojos hasta que el erizo se dio la media vuelta y se fue directo a su cuarto, cerrando la pesada puerta de roble detrás de él. Dentro de su santuario se apresuro a ir al baño y limpiarse la sangre, ya limpio se dejo caer de bruces sobre su cama dándose cuenta de que la sensación de poder se habia ido como siempre y por reflejo busco en sus bolsillos para sacar lo que ahí traía, el gran fajo de dinero, su móvil, cartera y una navaja que siempre cargaba, tomo sin ningún miedo la navaja y sacó el filo, sintió un leve dolor seguido de un ardor en su muñeca que le provoco una sonrisa, hacer eso siempre le regresaba la sensación de poder, grandeza y vida, desde que lo hacia le causaba esas sensaciones pero también lo dejaba sentirse vacio, tan solo.

Rodo sobre si mismo y se entrego a los brazos de Morfeo, dormiría un par de horas antes de tener que ir a la escuela y soportar los tontos comentarios y regaños por parte de Silver, por mucho de que lo amara odiaba cuando se ponía así. Pero no pensaría en eso, solo pensaría en dormir y soñar con los buenos viejos tiempos cuando todo era cómodo y genial.