Disclaimer: Ninguno de los personajes utilizados me pertenecen. Lo único mío aquí son la idea y las palabras utilizadas.


Cuando ella se desmayó, supo que todo había acabado, que no podría recuperarlo por mucho que lo intentara.

Cuando ella se desmayó, comprendió que había perdido desde antes de empezar.

Fue por eso por lo que cuando al fin se aseguraron de que estaba bien, se retiró de aquella competición de la manera más limpia y digna que podía hacer dadas las circunstancias.

Subieron a la azotea y le miró de arriba a abajo. Pensó bien lo que iba a decir, respiró hondo y lo soltó. Le quería, le quería de verdad, pero sabía que él no la quería a ella y que no podría hacer nada para evitarlo. Aquello que había entre I·O·N y Mikado era muy diferente a lo que habían tenido ellos primero. Porque, aunque sí, todo había empezado por los poderes sobrenaturales y ambas se habían enamorado de él, él no la quería. Nunca la quiso.

Las miradas, las sonrisas, los paseos e incluso los besos no habían sido más que una ilusión creada por la fascinación de él y su propia ilusión deseando que fuera verdad. Y cuando lo dejaron, pensó que podría superarlo. Y de verdad que lo intentó.

Pero tenía que ocultar todo aquello, porque era lo mejor para él. Tenía que hacerle creer que ella estaba bien. Si pensaba, por un solo momento, que seguía sintiendo algo por él, sobretodo ahora que había hecho las paces con I·O·N, era probable que hiciera menos de lo que se habría atrevido normalmente.

Sin embargo, necesitaba asegurarse de que de verdad sentía algo por ella. Algo más que fascinación por sus poderes. Algo más que lo que había sentido por ella algún día. Siempre con una sonrisa en la cara, aunque por dentro se estuviera rompiendo. No podía permitir que le hiciera lo mismo a otra persona.

*

Sabía que había hecho bien. Estaba destrozada por dentro, después de una noche de llena de lágrimas, pero al menos se sentía a gusto consigo misma. Entonces, le vio llegar. Parecía muy abatido ¿Qué habría pasado? Nunca le había visto esa cara después de cortar con ella.

Tenía que hacérselo ver. No sabía qué podía haber pasado desde que salieron ayer hasta aquel momento, pero seguro que él había hecho algo mal.

De nuevo, con una máscara que ocultara para siempre aquello que verdaderamente sentía.

Aunque sabía que merecía la pena. Si él era feliz, seguro que merecía la pena.


Gracias por leer.