Hola a todos, soy nueva con los fanfic de Candy Candy, pero hace poco he leído algunos que me gustaron y animaron a publicar este. Espero sea de su agrado.
¿Todavía se acuerdan de Candy?- Yo sí, soy una fan frustrada con el desenlace del anime.
Perdonen si encuentran faltas ortográficas.
Candy Candy no me pertenece, escribo este fanfic como medio de entretenimiento.
-"Equivocada"-
"Joven novel del grupo Stanford, Terry Grandchester, regresa. Terry regresó al grupo y a Susana…" mencionó ella feliz en lo alto de la Colina de Ponny para luego reunirse junto a sus amigos en el hogar que la vio crecer.
Nueva York, 3 años después…
Tiempo atrás él había regresado, le pidió perdón por haberla dejado y buscaba restablecer su compromiso, quedarse junto a ella. Ella, quien le salvara la vida arriesgando la suya propia, lo aceptó de brazos abiertos, y lloró en su pecho haciéndole la promesa de que no se arrepentiría de haberla elegido. Terry se limitó a decirle que de él no vendrían más promesas, temía defraudarla y por el momento sólo le importaba acompañarla.
Susana Marlow, vivía una vida tranquila junto a Terry. Lo ayudaba a repasar sus líneas y lo acompañaba los días de presentación, no se perdía ni una sola obra. Vale decir que él hacía el mejor de sus esfuerzos, siempre llegaba temprano a casa y almorzaban fuera los domingos. La llevaba al parque y complacía los gustos de ella. Le regalaba una sonrisa cuando ella le mostraba su avance en el álbum donde guardaba las noticias acerca de él y las obras en las que se presentaba.
Se encontraban en la pequeña sala de la casa en la que vivían, ella bordaba y él leía.
Desde que había llegado lo veía medio ausente, leía pero no se veía concentrado; Susana podía jurar que estaría enojado por algo. Al preguntarle si todo marchaba bien, él le respondió que sí sin despegar su vista del libro, luego de eso se sumieron nuevamente en el silencio.
Susana no podía más con la actitud de Terry, por lo general él era muy cordial y le comentaba de su día, pero esta vez estaba silente.
-estaba recordando- comentó ella- hace mucho que no tocas la armónica, solías tocarla muy bien y me relajaba mucho oírte, ¿crees que puedas tocar un poco?
Por primera vez en lo que iba de la noche Terry la miró.
-temo que esta vez no podré complacerte- le respondió - en algún momento mientras viajaba la perdí y desde entonces no he sentido interés en tocar nuevamente.
- es una pena.
-tal vez cuando visitemos a Karen pueda tocar el piano para ti.
-eso sería grandioso- respondió ella.
Mintió, él sabía perfectamente donde se encontraba su vieja armónica, aquella con la que le dedicaba profundas melodías a aquella rubia pecosa, era mejor no traer al presente sus recuerdos ya que podía hacer venir abajo todo.
A su regreso, luego de encontrarse con Albert, sin siquiera planteárselo, había establecido junto a Susana, un acuerdo de no mencionarla y mucho menos recordarla, por tanto el nombre de Candice White Andrey era tabú para ellos.
Pero aquella promesa impuesta en el silencio había sido rota cuando Susana tocó el tema de la armónica perdida de Terry.
-Flash back-
Antes de regresar con Susana, como parte de su transformación hacia su nueva vida, fue con Eleanor Baker, su madre. Sin dar muchas explicaciones le comentó que viviría junto a Marlow, pues ella le había salvado la vida y deseaba hacerla feliz.
Habían sido pocas las veces que había visto a su hijo luego que regresara de Londres, sin embargo no necesitó de mucho para saber que él amaba a Candy, dudó en preguntarle qué pasaría con ella, pero antes de siquiera hacerlo Terry se adelantó.
-No preguntes por ella, ambos hemos tomado caminos diferentes. Te hará feliz saber que es una noble mujer que ha encontrado su camino. Creo que yo he encontrado el mío ahora.
-Terry…, no deberías cometer los mismos errores que cometimos tu padre y yo por creer que haces lo correcto- Eleanor estaba profunda y eternamente agradecida con Candy por haberle devuelto a su hijo, y deseaba que él encontrara la felicidad junto aquella chica.
-Te pido, no vuelvas a mencionarla- comentó él tratando de ser lo más convincente.- Te veré más seguido a partir de ahora, espero eso no te moleste- comentó cambiando de tema y Eleanor no insistió más, tomó el rostro de Terry entre sus manos, y fue ahí cuando una solitaria lágrima de él aterrizó en su mano. Con un fuerte abrazo ella consoló a su único hijo, se separaron, lo besó en la frente y le sirvió más té.
-tus visitas alegran mi día hijo- comentó ella.
Terry respondió con una de esas sonrisas que había aprendido a regalarle a su madre.
-me pregunto si algún día podré conocerla- le dijo, después de todo esa chica, Susana, había salvado la vida del más grande amor de su vida.
-prefiero que por ahora no- respondió solemnemente- será mejor que me vaya-Se despidió de su madre, tomó su abrigo y dio paso a marcharse.
Eleanor miró hacia la puerta donde había desaparecido su hijo, un pequeño objeto brillante yacía abandonado en el suelo, se acercó a tomarlo y descubrió que era una armónica; la reconoció inmediatamente y comprendió el mensaje de Terry.
-lo guardaré por ti Terry- ella sabía que aquel era un objeto preciado para su hijo, en el pasado él le había confesado que ese era un regalo de Candy, hoy sabía que Terry quería tener cualquier recuerdo de ella lejos.
-Fin de Flash back-
-Me siento un poco cansado, iré a dormir.
-quiero terminar esto- le mencionó mostrándole el bordado.
-está bien, no te quedes muy tarde.
Susana examinó el libro que antes había estado leyendo Terry cuando este abandonó la sala, encontró entre sus páginas una carta, era del director y jefe del grupo Stanford. Susana la leyó dos veces y luego la guardó nuevamente en el libro.
Retomó su bordado pero no llegó a terminarlo. Se dirigió en su silla de ruedas hacia a su habitación, a como pudo se vistió para dormir.
Envuelta en sus sábanas y con Terry en la habitación de al lado, sabía que esa noche no dormiría tranquila mientras recordara los últimos párrafos de la carta.
"Romeo y Julieta es una obra emblemática para el grupo Stanford, así como para tu carrera, recuerda que fue tu primer protagónico.
Espero que a mi regreso hayas decidido presentarte para el papel de Romeo. No suelo rogar a los actores para un papel en la obra, piénsalo"
-Romeo y Julieta…- susurró en medio de la noche.
… la obra de sus sueños…
... la obra que pudo protagonizar junto a Terry…
… la obra del accidente…
Terry se encontraba profundamente dormido, ese día había recibido una carta de su jefe de grupo, en la cual le pedía una vez más que se presentara a la audición de Romeo y Julieta.
En sueños se veía así mismo protagonizando la obra, entre el público presente se encontraba su padre y su madre. Miró hacía el balcón por donde debía asomarse Julieta y la vio, era ella, con el vestido y la peluca que llevaba hace muchos años en la fiesta de primavera de la escuela; con los ojos verdes y las pecas con las que le robó el corazón. Sonrió.
Su Julieta se asomaba al balcón, él estaba por decir sus líneas y de pronto un fuerte grito lo distrajo.
-¡CUIDADO!- gritó alguien del público. Todo pasó como en cámara lenta. Julieta caía del balcón, quiso correr para sostenerla en brazos pero no podía moverse. La vio inconsciente. No supo cómo pero logró acercarse a ella.
-Candy, despierta- le rogó, le lloró. Mientras la sacudía, la peluca cayó dando paso a un cabello rubio totalmente lacio. La miró y sus pecas habían desaparecido, ella abrió los ojos, ya no eran verdes, habían cambiado por unos celestes que se llenaron de lágrimas. Terry volvió a mirar a la figura femenina que traía en brazos, era Susana. -Terry no me dejes, quédate conmigo- lloraba aquella mujer.
Él levantó la mirada hacia el público, vio a una joven rubia de cabello rizado y ojos verdes trepar unos árboles, que quién sabe de dónde habían salido, ella lloraba y gritaba "se feliz Terry".
-no me dejes- dijo él y así despertó en la oscuridad de su cuarto, luego de mucho tiempo la volvía a soñar, a ella, a su Tarzán pecoso.
Continuará…
Muchas gracias por llegar hasta aquí, llevo con esta idea desde hace mucho, al inicio pensé que seria un One-shot pero la historia avanzó sola, creo que no será muy largo, aunque quién sabe. Deseo saber sus comentarios.
Hasta la próxima.
