Introduccion y Capitulo 1:

Existen muchisimas teorias sobre el origen del mundo y la humanidad. A lo largo de la historia, los humanos y la ciencia, siempre de la mano, intentaron sacarse todas estas dudas y cuestiones que aun no tienen respuesta. El Big Bang, el Estado Inflacionario, El Estado Estacionario, El Universo Pulsante, La Religion etc. Cuestiones que a lo largo del tiempo evolucionaron y se transmitieron por generaciones. Discusiones, diferencias, distintas posturas y creencias.

Infinitas teorias sobre el fin de la humanidad y la Tierra. Apocalipsis, condenas, dioses divinos ejerciendo su furia contra el hombre, destrucion, inteligencia artificial, vida extraterrestre, agresion humana, bombas nucleares... Y la lista sigue.

¿Pero que pasaria si el principio y el final solo dependiera de 6 personas con algo en comun, diferentes virtudes y una sola mision?

Según una profecia que muy pocos conocen, 6 salvadores, con distintas historias, deberan unir sus destinos y luchar contra todo mal que abunda en la tierra. Dicho mal que proviene de una sola corporacion, cuyas intenciones son dominar el mundo y destruir la vida humana con el fin de crear otra mucho mas poderosa y mejorada. Crystal Corporation.

Dicha corporacion se dedica a buscar los seis cristales de la humanidad, para unir cada poder con la Gema Oscura, y asi destruir todo ser viviente por medio de catastroficos desastres naturales. Y comenzar con una etapa de renovacion.

Pero estos seis "Salvadores", seres que viven entre nosotros, son los encargados de unir sus caminos, encontrar los cristales y destruirlos antes de que la corporacion consiga su objetivo.

Su unica mision: Morir.

¿Podran lograrlo?

Rachel Berry, soñadora frustrada y cansada de la vida. A sus 25 años no habia logrado ninguno de sus objetivos. Huerfana y sin ningun amigo en quien confiar, ya no le quedaban fuerzas para luchar en este mundo tan cruel.

Caminaba distraidamente por las calles oscuras de Boston, recien su turno de mesera en un estupido bar habia terminado, y ahora volvia a casa, sin ganas de nada.

Todo lo que ella hacia era por pura inercia. Trabajaba, comia, caminaba, limpiaba, etc.

Su vida no tenia sentido. Y muchas veces habia pensado en finalizarlo todo. Pero era demasiado cobarde. Asi que solo se dedicaba a vivir con la monotona rutina de su estupida existencia.

-Feliz cumpleaños a mi. –Murmuro tristemente, mientras se de bolso sacaba un caramelo y se lo metia en la boca. Hoy era su cumpleaños. Y como era de esperarse, nadie la saludo.

Su caminar era pausado, sin ningun apuro en llegar a casa, ya que no habia nadie quien la recibiera. Hundio sus manos en los bolsillos de su tapado de gabardina gris.

Miro el cielo y se percato de que una estrella fugaz lo atravezaba.

Cerro los ojos y se concentro.

"Deseo que mi vida tenga sentido..." Una lagrima se resbalo por su mejilla y la seco rapidamente con el dorso de su mano. No debia derrumbarse. No podia permitirselo.

Cruzo la calle desierta y de pronto sintio un escalofrio recorrer su columna vertebral. Y tuvo esa sensacion de ser observada y seguida.

Miro por sobre sus hombros y vio a dos hombres vestidos de traje, algo sospechosos. Acelero su andar y dio vuelta en la esquina, con la intencion de marearlos y poner aun mas distancia entre ella y esas personas

Entro en panico y se echo a correr, aunque le costaba un poco, gracias a sus botas.

Una camioneta negra, que aparecio de la nada, freno de golpe junto a ella y dos figuras se bajaron rapidamente, y la agarraron de la cintura, colocandole una bolsa de lona en la cabeza.

-Te tengo. –Escucho una voz suave y profunda, voz de mujer sin dudas. Intento luchar, pero uno de sus secuestradores le proporciono un golpe certero y fuerte en la nuca, haciendole perder el conocimiento.

Cuando desperto, intento abrir los ojos, pero una luz cegadora se lo impidio. Gruño e intento moverse. La cabeza le dolia como mil demonios.

-Mierda. –Murmuro. Intento moverse, pero algo se lo impedia. Cuando logro acostumbrarse a aquella luz, inspecciono el lugar con miedo y curiosidad. Frente a ella, se colocaba una enorme mesa con varias sillas a su alrededor. Una sala de reuniones. Muy moderna.

Suspiro con pesadez y se dedico a mirar el techo. Se sentia mareada, y agradecio no haber cenado nada, ya que de lo contrario, ya hubiese vomitado.

Se sobresalto cuando una puerta de madera, ubicada a su izquierda, se abrio de par a par y varias personas ingresaron.

Rachel las observo a una por una.

Un chico alto, musculoso y con una moica. Una chica de ojos azules y cabellera rubia. Una chica de rasgos latinos. Un chico de cabello castaño y ojos azules. Y una mujer, de unos 50 años, de cabellos cortos y de color rubio, con mirada penetrante y fria.

-Bueno, bueno... –Canturreo esta ultima. –Veo que la bella durmiente ha despertado al fin.

-Jamas me hubiese dormido si no me hubieran golpeado la cabeza. –Respondio mordazmente.

-Oh... eso es gracias a aquella latina diabolica. –Señalo a la chica latina, que le sonrio con superioridad.

-Bueno.. que quieren? Me mataran?... Porque desde ya les aviso que si me secuestraron para pedir un rescate, no obtendran nada. Estoy sola. No tengo familia y a nadie le importo. –Explico rapidamente, casi sin respirar. –Si me matan, sera todo mas simple y rapido.

En la sala reino el silencio por unos segundos. Y tanto el chico de la moica, como el chico de ojos azules bajaron la mirada.

-No tienes ni idea de lo que haces aquí, no? –Pregunto la mujer mayor.

-Sinceramente, si no es para matarme y vender mis organos en el mercado negro, no veo otra opcion. –Respondio y luego suspiro.

Se percato de que quedaba una silla vacia en aquella sala.

-Empezaremos por presentarnos. –Dijo. –Soy Sue Sylvester.

-Yo soy Noah Puckerman.

-Yo soy Kurt Hummel.

-Yo Brittany S. Pierce.

-Soy Santana Lopez.

-Bueno... Yo soy –Empezo a decir la morena. Pero ese tal Noah la interrumpio.

-Rachel Berry. –Dijo. –Lo sabemos. Y lamentamos tenerte amarrada, pero es necesario.

-Nosotros, no vamos a dañarte. –Musito la mujer mayor. –Solo queremos tu colaboracion para nuestra mision. Tu mision. –La señalo. –Esa para la que has venido al mundo. ¿Quieres darle un sentido a tu vida? Lucha. Lucha a la par con nosotros.

-De que estas hablando? –Pregunto Rachel super confundida.

-Recuerdas a esos hombres de traje persiguiendote?

-No eran ustedes?

-Oh no...estoy segura de que nosotros nos vestimos mejor que ellos. –Acoto Santana con diversion.

-Ellos te querian a ti, porque algo que te pertenece es lo que buscan. –Explico Kurt.

-Y que es lo que buscan?

Ante la pregunta de la morena bajita, se miraron entre ellos.

-Tu cristal. –Respondieron al unisono

Rachel fruncio el ceño.

-¿Mi...Cristal?

Santana resoplo.

-¿Dónde esta Fabray cuando se la necesita? –Se irrito.

Brittany, sentada a su lado, asintio.

-Ella siempre sabe explicarlo mejor. –Acoto con dulzura.

Y Rachel no pudo evitar enternecerse. Esa rubia de ojos azules le transmitia simpatia y... Optimismo.

Sue suspiro cansada.

-Bien, equipo... Ha sido una noche larga. –Dijo levantandose. –Vayan a descansar.

-Que? Esperen!... Y me dejaran aquí? –Se asusto cuando todos se levantaron y caminaron hacia la salida.

-Ammmm...Fabray hara la primera guardia, y de paso te explicara todo esto. –Dijo Puckerman. –Disfruta de su compañía.

Y luego de eso, todos desaparecieron por la puerta.

-Genial. Me secuestraron unos locos. –Murmuro entre dientes.

Cerro los ojos y suspiro pesadamente. Menudo cumpleaños estaba pasando.

Varios minutos despues, escucho como la puerta se volvia a abrir. Abrio los ojos, curiosa de con quien se encontraria ahora, y se topo con una cabellera rubia y unos ojos color avellana.

Una belleza andante.

-Vaya... hemos despertado eh. –Dijo sentandose junto a la silla de la morena, y luego deposito una bandeja llena de comida. –Soy Quinn Fabray.

-Rachel. –Murmuro presentandose, algo adolorida. Quinn fruncio el ceño, mirando sus muñecas atadas a la silla y suspiro.

-Lamento si mis compañeros te ataron. –Dijo cortando las sogas con una navaja de bolsillo. Tomo una bolsa de hielo que estaba sobre la bandeja y lo coloco sobre la parte trasera de la cabeza de Rachel, donde la habia golpeado Santana. –Y tambien lamento el golpe... a veces a San se le va un poco la mano.

La morena clavo sus ojos chocolate en esos orbes avellana que poseia la rubia, y le regalo una ligera sonrisa.

-Gracias. –Murmuro, y luego observo la bandeja con curiosidad.

-Ammmm... Imagine que podrias tener hambre luego de tantas cosas por las que te hicimos pasar. –Se justifico, mientras se rascaba la nuca. –Estuve investigando un poco tu expediente y, decia que eras vegetariana, asi que espero que la ensalada y la lasaña de verduras sean de tu agrado.

Rachel elevo una ceja, sorprendida ante tanta atencion.

-Seria bueno que me secuestraran mas seguido. –Solto. Causando una sonrisa de Quinn. Y la morena quedo tan cautivada que se propuso a hacerla sonreir mas seguido. –Gracias por la comida.

-De nada. –Respondio elevando los hombros, abriendo una bolsa de papel y sacando una enorme y grasienta hamburguesa, con sus respectivas papas y una gaseosa. Suspiro. –Supongo que mis compañeros no supieron explicarte a lo que va todo esto...

-Supones bien. –Interrumpio Rachel, mientras disfrutaba de su comida y observo como Quinn mordia su hamburguesa con placer y clase. Seguramente era la unica persona que puede hacer eso con una hamburguesa.

-Bueno, por ende, no tienes ni idea de que haces aquí, en frente mio, cenando lasaña con una contusion en la cabeza. –Rachel asintio y mastico lentamente. Quinn bebio de su gaseosa. Y tomo aire para comenzar un largo relato. –La profecia dice que 6 personas estan destinadas a salvar el mundo de catastrofes inimaginables. Estas 6 personas serian dueños de los cristales, que representan una virtud de dichas personas. Pero el problema es que, los seis salvadores no saben donde se encuentran los cristales. Y según esta vieja profecia, vagan por el mundo intentando encontrarlas. De lo contrario, si no lo logran antes de morir, vuelven a nacer y la historia se vuelve a repetir. La cosa se vuelve interesante cuando en la ecuacion se suma Crystal Corporation. Una corporacion que se dedica a exprimentar... no solo con los cristales, sino con estas seis personas. Cuyo objetivo es crear una raza mejorada y destruir la actual mediante desastres naturales. Hace un año crearon La gema Oscura, que, según dicen los expertos, si logran combinar su poder con la de los cristales, estariamos perdidos. –Explico pacientemente. –Se que pensaras que estamos locos, pero tenemos pruebas.

-Quiero oirlas.

-Piensalo, Rachel. Tu vida es un desastre, sueños rotos, huerfana, sin ningun sentido en tu vida. –Musito entrecerrando los ojos. –Es algo que los seis tenemos en comun. Una vida miserable. Sin ninguna meta.

-Piensas que yo soy una de esos seis? –Pregunto tragando saliva.

-Santana, Britt, Kurt, Noah...tu y yo. –Nombro. –Contigo de nuestro lado, podemos finalizar con nuestra mision.

-Que mision? –Pregunto.

-Morir. –Murmuro, dejando en shock a la morena. –Cuando cada uno de nosotros posea su cristal, nuestro deber es destruirlos a todos juntos, de una forma especial.

-Y por que morir?

-Porque como ya te dije, cada cristal representa una virtud, por ende, contienen parte de nuestra alma. Al ser destruidos... –Trago saliva. –No lo soportariamos. Sin alma no hay vida.

-Sacrificios. –Musito Rachel, entendiendo esa situacion.

-Fuimos...miserables durante toda nuestra vida, que mejor darle un sentido salvando al mundo? –Murmuro Quinn sonriendo y acariciando la mejilla de Rachel.

La morena se estremecio ante el contacto y la rubia pudo sentirlo.

Rachel gruño por el dolor de cabeza y Quinn lo noto.

-Dejame ver ese golpe. –Ordeno con mucha dulzura. La morena la dejo y suspiro cuando sintio como Fabray acariciaba la zona afectada. –Esta algo hinchada... colocate hielo hasta que baje la hinchazon y luego tomaras unas pastillas que te dare.

-Gracias por todo, Quinn. –Logro decir con voz ronca.

-No es nada. –Murmuro con una sonrisa. –Cada uno de nosotros, merece sentirse cuidado y especial de vez en cuando.

Rachel guardo silencio.

-Ah... cierto. Tengo algo para ti. –Dijo sacando una cajita de carton. –Como sabes estuve revisando tu expediente. Y...no es gran cosa, pero es lo mejor que pude conseguir a esta hora.

Rachel la miro con curiosidad y la rubia, saco un muffin de chocolate y crema con una vela de cumpleaños en forma de estrella. La encendio y se la acerco delicadamente.

Rachel, turbada por semejante detalle, sonrio y sus ojos se le llenaron de lagrimas.

-Feliz cumpleaños, Rachel Berry.