Hola, otro fic nuevo, yo supongo que a medida que voy escribiendo y escribiendo, voy mejorando, eso creo, no lo se, pero eso ahora no importa, disfrutenlooo ^^
El baile daba comienzo en la mansión perteneciente a la familia Higurashi. Todos los invitados estaban presentes, excepto uno, que jamás se dignaba a aceptar invitación a esa clase de eventos públicos.
Las señoritas esperaban su llegada para desposarlo, algunas solo temblaban al pensar que lo verían, por el miedo y varios padres de estas bellas doncellas no concordaban en que la familia Higurashi invitara a la última generación de la familia Taisho, la más importante en el pueblo y otros, solo soñaban con que este desposara a sus hijas, que alguna sea la afortunada, pero no tendrían suerte, salvo que su familia tenga la oportunidad de cerrar un negocio beneficiario para ambas familias ofreciendo a su hija como la firma de dicho negocio y así, desposar al único heredero Taisho, el joven Taisho y la única afortunada, la joven Higurashi justamente pensaba que era solo un hombre mayor y no joven, oponiéndose al compromiso y boda.
Un rumor que la joven no sabía se decía sobre el Taisho, que por sus ojos dorados y su largo cabello plateado, además de sus blancos dientes, lo cual no era muy común, ya que no todos envejecían así de sanos, como su difunto padre y su desaparecido hermano mayor poseían dichas características.
Al verlo siempre murmuraban o pensaban varias familias del pueblo—Un Vampiro…—o sino— ¡Un Vampiro!—cada vez que visitaba el pueblo, algún desquiciado gritaba, saliendo huyendo, alertando a los de su mismo pensamiento. Otros con solo miraban, lo ignoraban o fingían que no existían, pero huían de todas maneras, al no poder aguantar y pensar—Vampiro—pensando que el leía su mente.
La familia Higurashi no era creyente de esos asuntos, perdiendo amistades de años y más aún luego de que a este joven le fuera entregada la mano de la menor de sus hijas, sin conocer que algunas veces los rumores, pueden ser verdad.
Pero este joven no era como el padre y hermano que la familia conoció, era mal educado y mucho no le importaban los negocios así que al momento de tal ofrecimiento solo dijo—Lo pensare…—sin confirma que ira a la fiesta que esta misma noche se brindaba y si lo hacía, ahí se daría a conocer que sería la fiesta de compromiso de ambos jóvenes. Sus manos sudaban, su paso iba de un lado al otro, con su apariencia a medio terminar, la azabache de ojos chocolates, no quería saber nada de la fiesta, el compromiso, ya que aún no conocía al joven Taisho.
—Por favor Kagome, debes terminar de arreglarte, solo falta este hermoso vestido—señalo uno de color violeta, la joven castaña.
— ¡Me niego Sango, absoluta y definitivamente no bajare, por lo tanto no me pondré ese vestido, espera sentada!
—Llamare a nuestra madre y ella si lograra que te vistas—amenazo, Kagome se detuvo, la miro alzando una ceja y con los brazos cruzados, abrió la boca lista para contradecir a su hermana mayor.
—Llámala, estoy segura que querrá saber del brazo de quien te vi caminar la otra noche por el jardín de la iglesia—era su turno de amenazar.
—Serás tu misma, quien se arrepentirá luego de no querer comprometerte y luego casarte con Inuyasha Taisho—la contra venganza en marcha.
— ¿Taisho Inuyasha? ¿Acaso ese es su nombre? No parece que lo fuera para alguien tan mayor y además cínico.
—Es cínico, pero no es mayor, solo es tres años más que tú, seguro las mujeres del pueblo te estuvieron diciendo mentiras.
—A ti te estuvieron diciendo mentiras, las mujeres tontas que quieren desposarlo, siendo poseedor del apellido más importante de todos.
—Te aseguro que fui capaz de verlo con mis propios ojos, cuando nuestros padres fueron a ofrecerle tu mano, por aquellos negocios que convienen a ambos, fui capaz de verlo yo misma y estoy segura que no te arrepentirás, aunque cínicamente dijo que lo pensaría, estoy segura que si viene, para alborotar la fiesta a puesto que lo hará y ahí sí, el compromiso estará hecho al momento de que se conozcan.
— ¡Son puras tonterías, ahora vete!
—No hasta que estés lista para cuando venga tu futuro prometido.
—Estaré lista, para para bajar y disfrutar de la fiesta…—pensó—Puedo prepararme sola, tú ya me peinaste, no hace falta que me vistas como si fuera una niña.
—Por la manera en que te comportas, si lo pareces—Sango se fue y al momento de cerrar la puerta, Kagome se apuró en cambiarse con el horrible vestido violeta que reposaba sobre su cama, luego sonrió y salió de su habitación, pero no bajo por la escalera que daba justo donde se llevaba a cabo la fiesta, sino por la de servicio. Miro que no haya nadie y salio de la casa, en medio de la feroz tormenta, mientras apenas podía oír la música, y al distraerse, tratando de escucharla ya que le gustaba mucho la que oía, justo donde piso, la tierra ya no era firme, solo era lodo, pero no llego a tocar el suelo, ya que un desconocido detuvo la caída…
—Cabello plateado y ojos dorados… ¡Un V…!—antes de gritar su boca fue tapada, sin poder ni siquiera terminar la frase, que era muy obvia para ella, la Higurashi que si creía en Vampiros.
Atravesando un tenebroso bosque, un puente que cruzaba un rio y luego otro bosque, se llegaba a la gran mansión Taisho, quien era de dos pisos, poseía varias habitaciones, para tan pocos habitantes, solo uno, salvo que los fantasmas lo sean. Poseedora de un laberinto en la parte trasera, una laguna y demás.
—Llevo un rato buscándolo, siendo lo que soy no significa que sea fácil—hablaba solo el azabache de ojos azules, que llevaba su cabello atado en una coleta, además de dos aros en una de sus orejas— ¡De todos los Taisho este es el peor!—quejo atravesando las paredes de todas la habitaciones, una y otra vez por las mismas, sin encontrar a quien buscaba.
— ¡De todos los fantasmas tu eres el más molesto!—aunque solo sea un fantasma, no pudo evitar asustarse.
— ¡¿Por qué me asustas de esa forma?!
—Ya cálmate Miroku ¿Como un fantasma puede asustarse? Solo eres un idiota, ademas jugaba contigo y la última vez que andes asustando a esas damas del pueblo mientras se están cambiando desapareceré como dos meses—con gran arrogancia, verdad y tranquilidad total, ahí estaba hablando el peli-plateado de ojos ámbar.
—Es muy difícil ocultarse siendo un fantasma…—su aura se volvió deprimente y eso molesto al oji-ámbar.
— ¡Ya no te deprimas, tienes suerte que estás muerto hace años….!—medito—Igual morirías de todas formas, por pervertido, la comida… Mi comida no se espía—se corrigió.
—Si no has tocado a ninguna, solo a un par, pero tienes que aguantar su sabor
—Es verdad, el olor de su sangre es muy desagradable y eso significa que…—de repente apareció sentando en un sillón de color gris que estaba en la habitación, luego trono los dedos y esta se ilumino.
—Su gusto es amargo, solo una vez encontrarse la que olía bien y era dulce—no pudo seguir hablando, gracias al poder del oji-ámbar, quien se enfadó.
—¡No vuelvas a hablar de esa bruja, solo me engaño y era un niño, suerte que a pesar de tener esa sangre deliciosa, no me enamore, sino estaría igual que mi hermano…!—de hecho estaba torturando al fantasma, ya que era su poder.
—Ya, ya entendí… Pero estas olvidando algo
—No me digas nada, no pienso ir, por eso mismo me fui y si insistes no serán dos meses para mí, serán dos para ti y sabes que no te gustara volver.
—La familia Higurashi es muy bien vista por la mayoría del pueblo y si sucede el compromiso junto con la boda, será algo importante para ti, no querrás echar los esfuerzos de tus antepasados, para obtener la fortuna, además de la distinción.
—Soy un Vampiro, no necesito tal cosa—desapareció de la vista del fantasma, pero nunca se fue de la habitación.
—Eso no siempre traerá respeto hacia ti, piénsalo Inuyasha… además esa joven es muy hermosa y sabes bien que es la indicada —Antes de irse—La próxima que desaparezcas haciéndome creer que te fuiste de la habitación, recuerda dejar a oscuras el lugar—le recordó y al final el peli-plateado se hizo visible.
— ¡Detesto los malditos fantasmas!—con furia apago cada vela que iluminante y se fue.
Mientras caminaba por el laberinto, como siempre tratando de llegar al centro, pero como de costumbre, siempre llegaba al final, tenía habilidades para llegar al centro, pero él quería hacerlo como alguien normal, no como el, lo haría, sin atajos y jamás, en años lo había logrado, lo cual lo ayudaba a seguir meditando sus asuntos.
—Si acepto ese compromiso y me caso con esa mujer, tendré que decirle lo que soy y seguro me traicionara, acusara con decirlo a todo el pueblo para que me maten—en eso ultimo casi se diría que gruño.
—También puedes no decirle la verdad, y sin que lo sepa puedes beber de ella, con el tiempo la mayoría del pueblo dejara de creer lo que eres, ahí sí nadie le creerá justamente a ella y será tarde.
— ¡Ya me fastidias que me sigas, Miroku!
—Solo te hago ver tus beneficios
—No lo sé, además tiene un carácter terrible y ni bien me conozca me dirá…
—Vampiro… Toda su familia no cree en eso, con el tiempo cambiara de parecer, y además seguro lo hace por rebeldía, solo tiene 17 años, pronto 18 y antes de eso, estará casada contigo, así que decide ¿Vas a formalizar aquel compromiso o la pierdes?
Sin responder absolutamente nada, se marchó ya que podría simplemente aparecer en la casa Higurashi y así lo hizo, con carruaje y todo, no le importaba lo que digan luego, al verlo aparece de repente.
— ¡La matare si me traiciona!—pensó, cuando de pronto empezó a sentir ese dulce aroma de la sangre, de su futura prometida, para en un chasquido estar en el balcón donde ya una vez estuvo, observándola y sigilosamente vio como discutía con la castaña y que tenía ojos de igual color.
Oyó cada palabra de la joven azabache y deseaba vengarse de ella, ya no deseaba casarse con ella por la sangre, por mantener la fortuna que heredo y además de obtener el respeto de la totalidad del pueblo, eso sería minino en comparación con lo que ya tenía planeado, a pesar de ser solo una tontería. —Serás mi esposa, pero te aseguro que no será una dicha…
Cuando vio que había quedado sola, espero para ver lo que hacía, pero no llego a verla vestirse e irse de la habitación, ya que se distrajo con la lluvia que había llegado y cuando voltio a mirarla, ya no estaba, entro a la habitación y por el olor de la sangre supo que salió de esta, bajo una escalera y para salirse de la casa, pero sin saber por qué no evito dar un chasquido y aparecer justo en el momento que estaba iba a caer en el lodo.
—Cabello plateado y ojos dorados… ¡Un V…!—claramente la oyó decir entre sus brazos y antes de que gritara y armara un escándalo tapo su boca, sin dejar decir lo que menos quería oír, eso que ella creía firmemente de él.
—No es necesario que armes un escándalo—ella lo miro asustada, el detecto el miedo en ella y pensó—Jugare un poco con tigo—para luego hablar y empezar el juego—Si prometes no gritar, yo prometo que no beberé de tu sangre, imagínate la angustia de tu familia, cuando su hija menor aparezca en el jardín sin una gota de sangre—Kagome trato de calmarse, pero sintió más miedo sin poder evitarlo—Puedo sentir tu miedo y eso no me asegura que no vayas a gritar—continuo el—Si te calmas, creeré en ti—le aseguro con una sonrisa falsa.
—Hazlo, hazlo, hazlo Kagome… tu puedes, tu puedes… es simplemente un monstruo, cuando esté libre de él ya tendrás oportunidad de armarte y al final, no serás mas la del miedo—Pensó, claramente el oía sus pensamientos y cada vez más eran las ganas de jugar con su ya prometida, al menos para él.
Lentamente saco su mano de la boca de ella, quien respiro un poco e intento soltarse de sus brazos que aun la mantenía en su poder e Inuyasha hizo que lo que ella quería.
— ¿De verdad lo creíste?—empezó a reírse a carcajadas—Eres una niña demasiado tonta, mejor entra o te refriaras si sigues en la lluvia.
—Tu… —la oji-chocolate entendió que él, solo probaba que realmente se olvidaría de que era realmente un vampiro y se limitó a seguir hablando, a paso rápido se alejo de él y regreso a su habitación, se sentó en la cama, sin creer lo que acababa de ocurrir y antes de poder calmar su agitación, a causa de casi haber corrido, la puerta se abrió de repente haciendo que saltara de la cama, por el susto.
—Y es hora Kagome…
—¿Madre…?
—Por dios ¿Por qué estas empapada?—se preguntó su madre, al momento de acercársele.
—Salí fuera por la emoción de ver llegar a mi prometido y no previne que llovería—mintió, pero aun no terminaba de hacerlo—Una gran desilusión sentí al no verlo, Sango me hablo que es apuesto y nadie de esas características pude ver—era muy buena mintiendo pero luego no puedo evitar pensar—En verdad si fue capaz de ver a alguien apuesto—recordó al "Vampiro"—¡Que cosas pienso!—se retó mentalmente, sin ver que su madre ya tenía otro vestido listo para ella.
—Este vestido está más bonito que ese de color violeta que te trajo Kikyo, pero este verde que trajo tu padre es de un color más elegante, concuerda con tigo—su madre la llevo rápido del brazo, como una muñeca y la sentó, seco su cabello y este dejo de estar lacio, ya que casi de la mitad para abajo tenia algunos rulos. —Te lo dejare suelto, como te gusta, es tarde para hacerte otro peinado.
—Madre, Taisho espera…—Sango entro a la habitación y vio a su hermana, menor quien estaba cambiándose de vestido— ¿Qué ocurrió?
—Un milagro, tu hermana salió desesperada a ver si llegaba su futuro prometido
—No lo creo, pero mi hermana es así, cambia de parecer y nadie conoce el motivo—Sango en verdad no quiso decir lo que en verdad pensaba—Seguro intento huir y ahí se cruzó con Taisho, seguro él se presentó y al ver lo apuesto que es, se arrepintió—era lo que en verdad no se atrevió a decir—Iré a avisar que hubo un inconveniente.
—¡No, avisa que ya está por bajar, tu bajas luego de mí!—alzo la vos la señora Higurashi, quien había terminado de atar los nudos del vestido que llevaba la azabache, quien estaba muda, todo por Inuyasha, quien seguía su juego con ella, a pesar de esperarla en el salón, junto con todos los invitados, algunos no se atrevían mirarlos y otros solo desearían que su hija sea la afortunada, el podía oír cada pensamiento, pero trataba de distraerse con el padre de Kagome.
—Estoy seguro que adorara a mi hija—le aseguro el señor Higurashi, cuando su esposa bajo por las escaleras.
—Enseguida baja—aviso a Inuyasha y su marido.
Kagome siguió bajando las escaleras, estaba nerviosa y no entendía el por qué no poder hablar, hasta que pudo hacerlo.
—Inuyasha…—susurro, nadie la oyó, solo el, pero ella por su propia voluntad quedo muda al ver y no creer, quien era su futuro prometido y esposo, pero solo siguió bajando, él se acercó a ella dándole la mano para ayudarla a bajar los dos últimos escalones y cínicamente sonrió, ella lo hizo forzándose a sí misma.
—Kagome Higurashi… me harías el honor de ser mi futura esposa—hablo fuerte, pero medido para que todos los presentes oyeran y saco un pequeña caja de su chaqueta que era justamente de color roja y dejo ver en la cajita negra, el anillo de oro con un diamante de color rojo en el centro. —Esto recién empieza… Mi querida Kagome…—pensó, siendo irónico en…
"Mi querida Kagome"
Que malo, es mu malo este Inuyasha, y sera mas malo aun, pero a al vez romántico y muy divertido, veremos como la pasara Kagome, a medida que pasen los capítulos ^^
Sayonara
17/12/2013
Proximo Capitulo 2: Sin salida,lo publico el: 23/12/13 sera como mi regalo adelantado de noche buena ^^
