Disclaimer: Si yo fuera JK, Sirius no estaría muerto, tan simple como eso.

El heredero

El sol se asomaba por detrás de frondosas nubes, dejando entrever algunos rayos que apenas calentaban la mañana. Las agujas del gran reloj de la iglesia apenas marcaban las ocho y la ciudad aún se encontraba dormida ese tibio domingo.

Sin embargo, no todo era silencio y tranquilidad en aquél barrio muggle de Londres. Cruzando la plaza principal, y caminando por el pedregoso y sucio suelo de la calle, se podía llegar a una mansión cuya fachada era invisible a los ojos ignorantes. Con puertas abiertas tan sólo para quienes respondieran a su lema. Toujours pur.

Ese día, el bullicio y la excitación invadían el aire siempre tan solemne y aristocrático del lugar. Se metía en los rincones más recónditos de la mansión, como algo atípico, dándole un aspecto distinto, más familiar.

Entre charlas y susurros, todos comentaban lo que se conocía como el nacimiento más importante en La Antigua y Noble casa Blackpor esa época. La llegada del heredero, el orgullo más reciente y magno de Walburga.

Sirius Orión Black había nacido, y según órdenes de su familia inmediata, todo el mundo mágico debía saberlo y sentirse avasallado por semejante acontecimiento. Pues según sus creencias, el ser Black te hacía prácticamente de la nobleza.

Y allí estaba ella, la famosa progenitora, en el centro del gran salón. En una posición destacada, para que nadie dudara de su grandeza. Con un moisés de finas sedas verdes y plateadas a su lado, donde un pequeño recién nacido apenas abría sus grandes ojos grises, seguramente intimidado por la cantidad de personas que se acercaban a observarlo.

Entre ellos, muchos se limitaban a felicitar a la madre tal como el compromiso mandaba. Otros, quedaban maravillados por la hermosura del bebé y una sonrisa no tardaba en aparecer en sus rostros. Sin embargo, también estaban los que al acercarse, un brillo de envidia aparecía en su mirada, sabiendo a lo que estaba destinado ese pequeño y tan sólo por llevar un nombre de tanto peso y tan valioso.

Éste era el caso de una pequeña de nueve años, que se asomaba con el rostro bañado por la curiosidad, para ver a su nuevo primo. Aquél que heredaría lo que le correspondería a ella, si la genética no se hubiese equivocado y hubiera nacido varón. Ella, a pesar de su corta edad entendía esto. Lo sabía porque siempre veía en los ojos de sus padres la decepción, al decir que su primogénita era mujer.

Cuando lo vio allí, tan pequeño e indefenso, tomó una decisión. Sería la mejor, se ganaría el orgullo de sus progenitores a pulso, su nombre sería más conocido que el de él, y finalmente, ella ganaría.

Una sonrisa apareció en sus labios, y sus ojos se oscurecieron, brillando con algo muy parecido a la maldad. Alargó la mano para tocar a quien acababa de señalar como su rival, y entonces una voz la sacó de sus pensamientos.

-Bella, querida ¿qué me dices de tu nuevo primo?

La niña se alejó del bebé para posar su mirada en los fríos ojos de Walburga, que pretendían aparentar amabilidad.

-No sé por qué dicen que es tan lindo, yo lo veo muy arrugado- Sentenció la pequeña sin perder la sonrisa.

Dicho esto y sin esperar respuesta, se dio media vuelta, con la elegancia innata que heredaba de su apellido y caminó hacia los jardines. Pensando que allí encontraría algo interesante para hacer, más aún que observar y aparentar cariño al nuevo y querido miembro de su familia.


Antes que nada, quiero que sepan que este pequeño oneshoot está dedicado a Eva, una de mis españolas preferidas, que aguanta mis desvaríos por msn y me beteó en esta ocación U.U

Ahora sí, les cuento cuales son mis (macabros) planes xD

Quiero ir retratando poco a poco la vida de Sirius a través de drabbles, siempre ateniéndome a lo canon, pero desde mi punto de vista.

Como bien habrán visto, este se trata de su nacimiento, y me ha gustado mucho incluír a Bella, algo que salió solo mientras lo escribía.

Ojalá les haya gustado, y si pueden me lo comenten a través de un review.

Un beso con sabor a merodeador *_*

Denu Black