Este es mi primer fanfic en esta página así que por favor pido que no me acribilléis vale? sé que este es el típico fanfic de "un humano cae en el mundo de Spyro" sin embargo... *evil grin* ...this is in MY way…
Yo solo soy dueño de mis propios personajes que aparecen en esta historia. Los personajes originales pertenecen a sus propios creadores.
Mundo: Tierra
Año: 2034
Lugar: Laboratorio Secreto de Desarrollo Robótico de Ryukogrim. Los Pirineos. España
Tiempo: 4:30 AM
Cuarenta y dos años... esa era la edad del humano que estaba trabajando en el taller en un proyecto secreto propio. Era el jefe del lugar. Ingeniero, científico, diseñador, constructor y mecánico. Había dedicado su vida a estudiar y poner en práctica todas esas especialidades dirigidas únicamente a una sola cosa pero para que se entienda se debe explicar su situación.
Durante toda su vida ha vivido pegado a pastillas y medicaciones por una razón… su sistema inmunológico es muy débil desde que nació lo cual le ha convertido en alguien muy propenso a sufrir enfermedades en una forma mucho peor que la que cualquier otra persona sin problemas inmunológicos los sufriría. A pesar de eso su vida no había sido mala. Había logrado levantar una familia sana, sus hijos habían tenido la suerte de no heredar su padecimiento, su esposa era hermosa y el tiempo no le había hecho males. Es ese problema con su propio sistema inmunológico era lo que le había empujado a dedicar su vida a la investigación en robótica, montar un prototipo robótico y probar en él todas las mejoras de movimiento hasta que consiguió que el prototipo de pequeño tamaño produjese movimientos fluidos y complicados, como los de un ser vivo. Una vez completado el prototipo le implantó un avanzado sistema de inteligencia artificial, adaptado a los movimientos complicados. El prototipo tenía la forma de un animal mitológico que siempre había estado en la cabeza del humano: un dragón del estilo de los juegos de La Leyenda de Spyro, siempre había sido su estilo favorito para estas criaturas a pesar de muchas otras imágenes por todas partes que daban a los dragones muchas formas y aspectos distintos pero para él ninguno superaba el estilo de esos videojuegos y aunque tuviese cuarenta y dos años todavía le gustaban esos juegos, por desgracia ya no podía jugarlos debido a que la consola para la que servían ya no se encuentra por ninguna parte al estar descatalogada por obsoleta y nunca se hicieron adaptaciones para las nuevas consolas de esos juegos y él nunca ha sido muy fanático del pirateo. Volviendo al asunto en cuestión. Con la ayuda del pequeño prototipo de dragón no tardó más de un año en construir un cuerpo de mayor tamaño. Una vez construido el esqueleto y con todo el cableado instalado y el sistema de movimiento colocado, el humano le implantó una carcasa armadura especial al cuerpo mecánico, una armadura capaz de resistir grandes temperaturas y grandes impactos. Podría soportar el impacto de un misil. Entrando en cuestiones más fuertes, esa armadura no podría soportar una explosión nuclear de cerca pero a una distancia de tres kilómetros no llegaría a sufrir daño alguno ni siquiera por la radiación. Le había costado un buen pico pero había conseguido que le permitiesen utilizar esa tecnología de defensa. Cuando el cuerpo estuvo terminado el humano necesitaba un modo de controlar el cuerpo recién construido sin necesidad de usar las manos. El proyecto se quedó paralizado durante un año hasta que Ryukogrim consiguió, junto a sus trabajadores, desarrollar una tecnología de control remoto que utilizaba las señales eléctricas del cerebro para controlar un robot. Cuando el sistema se perfeccionó, Ryuko lo implantó en el cuerpo mecánico y empezó a controlar el cuerpo, para lo cual tenía que atarse a una silla y atarse piernas y manos a la silla para evitar mover su propio cuerpo.
Lo primero que comprobó el humano fueron los sensores oculares del cuerpo, funcionaban perfectamente. En ese momento Ryukogrim se dio cuenta de que al cuerpo le faltaba algo para estar completo, al cuerpo le faltaba sentir, le faltaba respirar. Ryukogrim pasó tres años más desarrollando un sistema respiratorio para el cuerpo mecánico y también le implantó sensores en la carcasa, sensores que le permitirían sentir e imitar el sentido del tacto en ese cuerpo. Basándose en este sistema logró desarrollar un sistema de dolor para el cuerpo, sin embargo, por mucho que lo intentó no logró desarrollarle un sistema digestivo así que tuvo que crear dos sistemas para recuperar energía. Las alas del cuerpo todavía no tenían membranas así que lo que hizo fue implantarle unas membranas con un sistema de absorción de luz similar al de los paneles solares, la diferencia era que el calor de la luz solar se convertía inmediatamente en energía eléctrica que sustentaría al cuerpo mecánico. Los cables estaban situados de forma que parecían venas a lo largo de las membranas, Ryuko se estaba tomando muchas molestias en el realismo del cuerpo de dragón que estaba creando. Después de eso se dio cuenta de que necesitaba una cosa más, un sistema que almacenase la energía y que la distribuyese por el cuerpo sin generar pérdida. A partir de ese momento, Ryuko se enfrascó en el diseño y el desarrollo de una turbina que serviría de corazón para el cuerpo, almacenando, generando y distribuyendo la energía. También creó un sistema circulatorio para el aceite que correría por su cuerpo y también para el líquido refrigerante que cumpliría la función de impedir que los circuitos del cuerpo se recalentasen y de hacer girar la turbina para generar un poco de energía en momentos y lugares en los que la luz del sol no le lleguen a las membranas solares de las alas.
Después de muchas modificaciones en el cuerpo mecánico por fin estuvo perfeccionado, era lo más realista posible que Ryukogrim había podido, salvo por el hecho de que no podría comer nada sin arriesgar la integridad de todo el sistema, pero bueno si todo el mundo sabía que era una máquina no pasaría nada. Cuando por fin todo estuvo listo Ryukogrim decidió tomarse una semana de descanso junto a su familia. Todo le iba bien, estaba disfrutando de un día en la playa cuando, de buenas a primeras, algo pasó. Los soldados llegaron a la playa y evacuaron a todo el mundo de la arena, enviándolos a casa. La situación era extraña pero cuando llegaron a casa en la tele salía una declaración del presidente de los Estados Unidos, diciendo que se había proclamado una nueva guerra. La idea de una Tercera Guerra Mundial cayó sobre el humano y lo que es peor, el bajón de tensión suprimió aún más su sistema inmunológico natural. Al momento sintió un fuerte dolor en el pecho y luego todo se volvió negro mientras caía inconsciente.
Cuando Ryukogrim despertó estaba en el hospital, le dijeron que había sufrido un ataque al corazón y que tenía mucha suerte de haber sobrevivido. Su familia estaba allí con él. En ese momento, Ryuko tomó una decisión. Cuando le dieron el alta hizo que la familia hiciera las maletas y cogiesen provisiones, los metió en el coche y se los llevó a las montañas, al laboratorio. Allí no había nadie trabajando debido a la alerta que se había dado. Ryuko hizo que su familia se metiese en el laboratorio, la estructura del edificio estaba escondida en la montaña así que el máximo daño que recibiría sería que las puertas volarían por los aires. Ryuko se había decidido, después de aquel infarto se había decidido a llevar a cabo la última parte de lo que él había llamado: Proyecto Draconis. Sin embargo, antes de que pudiese si quiera llegar a la sala sellada del proyecto se topó con una banda de terroristas que habían tomado el laboratorio en su ausencia y ahora les amenazaban a él y a su familia. Los vio a través de las cámaras de seguridad, y vio como obligaban a su amada y a sus hijos a reunirse en una sala y les apuntaban con armas. Momentos después… los terroristas los mataron de un disparo en la cabeza a cada uno. Furioso. Ryuko selló el laboratorio haciendo sonar la alarma, no les dejaría librarse por las buenas. Sin perder más tiempo se inyectó un sedante corporal que dormiría su cuerpo, pero no su cerebro, se ató a la silla de control y se colocó el control remoto del cuerpo mecánico, activándolo, su corazón estaba roto, no por otro ataque, sino por haber perdido a su familia y saber que había sido culpa suya por haberles llevado allí. Ryuko activó el cuerpo y lo controló hasta llegar a la sala donde estaban los terroristas, destruyendo la pared para acceder a esta y viendo allí los cuerpos apilados de su familia. La furia le corrió por las venas y, de inmediato se acercó a los malnacidos, que disparaban con toda clase de armas al cuerpo mecánico, las balas rebotaban en la armadura y se perdían, incluso intentaron destruirla con un lanzamisiles Stinger. No les sirvió para nada. Al final todos acabaron muertos bajo las afiladas garras del cuerpo robótico, que luego fue guiado de vuelta a la sala de desarrollo. Una vez allí, Ryuko desactivó el cuerpo y durmió, llorando, destrozado.
Cuando despertó comenzó los preparativos para la última parte, introdujo un pequeño sistema de inteligencia artificial en el cuerpo mecánico que había creado. Con la ayuda del pequeño prototipo que todavía estaba con él, al cual le había dado un sistema de voz para que pudiese hablar. Ryuko tardó meses en programar cada sistema del cuerpo, parando solo para comer y rezando por poder vivir un día más sin un ataque al corazón. Le quedaban pocas medicinas pero esperaba que fuesen suficientes. Cuando por fin terminó ya no le quedaban medicinas y sentía como empezaba a sufrir un infarto. Sin embargo se apresuró y se colocó en la silla de control y se colocó el casco, el cual había modificado para dejar al descubierto la parte superior de su cabeza. Cuando tomó el control del cuerpo mecánico esperó que su cuerpo se durmiese y luego se acercó. Utilizando las garras con la precisión de un cirujano, Ryuko cortó su propia cabeza y luego abrió su cráneo, dejando al descubierto su cerebro. En ese momento pasó el control a la IA del cuerpo mecánico y se quedó mirando.
En cuanto la IA tomó el control, el pequeño prototipo sacó con cuidado el cerebro del cráneo de su creador, teniendo que tirar con cuidado para no dañarlo hasta dejar al descubierto las conexiones cerebrales hacia el resto del cuerpo. El cuerpo cortó las conexiones y el prototipo no perdió el tiempo en llevar el cerebro a la cavidad vacía de la cabeza del cuerpo, depositándolo con cuidado en unos soportes y luego realizó las conexiones del cerebro al resto del cuerpo mecánico. Una vez hecho eso la IA del Proyecto Draconis selló la cavidad y el prototipo introdujo la contraseña de sellado, de modo que esa cavidad nunca volvería a ser abierta, pasara lo que pasara. En ese momento todos los sistemas se pusieron en marcha uno a uno, empezando por el sistema de refrigeración, que a su vez puso en marcha la turbina y empezó a generarse energía. La IA de Draconis estaba programada para realizar un seguimiento continuo del estado del cuerpo mecánico y avisar de anomalías o fallos. No había ninguna alerta, todo iba perfecto.
Al despertar, Ryuko no tardó en acostumbrarse a su nuevo cuerpo. Lo había controlado muchas veces y sabía cómo moverse con tranquilidad, sin embargo, nunca había intentado volar con el cuerpo pero ahora lo iba a necesitar para poder salvarse.
-Hasta esto me ha llevado mi deseo de vivir. –se dijo a sí mismo en voz alta, en parte por pensar y en parte por probar el sistema de habla del cuerpo mecánico- He tardado media vida en construir y perfeccionar este cuerpo. No está pensado para la guerra así que no le he instalado armas ni nada por el estilo. O sea ahora mismo solo tengo para defenderme mi propio cuerpo y ni siquiera sé luchar con este cuerpo. –se dijo.
Terminada su reflexión y su comprobación sobre el sistema de habla, Ryukogrim empezó a caminar por el laboratorio. Observando su cuerpo ahora sin cerebro. Se veía tan relajado. Pasó de largo, dejando el cuerpo ahí en mitad de la sala, sentado en la silla, atado y con el control remoto en la cabeza. Ahora su cuerpo estaba muerto, un cuerpo propenso a enfermedades que algún día echaría de menos, pero que ahora no le importaba demasiado, aquel laboratorio sería su tumba, igual que la tumba de su familia.
Ryukogrim caminó por el laboratorio hasta que llegó de nuevo a donde los cuerpos de sus hijos y su esposa, con cuidado cogió los cuerpos y los llevó de vuelta a la habitación sellada. Al llegar los puso sobre unas mesas de trabajo tras vaciarlas con la cola y luego hizo lo mismo con su propio cuerpo, cubriendo todos con una gran lona blanca. Ryukogrim pudo sentir como si algo dentro de él se partiese en la zona que siempre sentía como su pecho. En parte era buena señal, ya que le demostraba que seguía teniendo sentimientos, ahora solo tenía que perfeccionar el cuerpo para poder expresarlos, al menos así podría mantener la cabeza ocupada en algo. Durante más meses siguió trabajando en el cuerpo, valiéndose del control remoto sobre el prototipo para verse desde su punto de vista. Después de mucho trabajo logró que el cuerpo mecánico pudiese imitar expresiones e incluso fabrico una piel escamosa con la que cubrió la carcasa armadura de su nuevo cuerpo.
Durante todo ese tiempo solo había salido para recuperar energías poniéndose a la luz del sol. Había aprendido a volar a base de probar y fallar, menos mal que había logrado desarrollar un sistema de autoreparación que reparaba las averías con velocidad, pero si el sistema fallaba sería el pequeño Prototipo Draconis el que se encargaría de reparar el sistema de autoreparación para que volviese a funcionar. No había muchos problemas con ese cuerpo y menos ahora que estaba totalmente perfeccionado e incluso el ahora dragón mecánico había implantado sensores de tacto y de dolor en la piel para poder sentir. Un día, mientras Ryukogrim perfeccionaba su habilidad volando, pudo ver en la distancia una enorme nube negra, fruto de una explosión, sin embargo no fue eso lo que le dejó paralizado, solo moviendo las alas, ya por instinto, para no caer del cielo. Lo que le aterró fue la forma de la nube, esa forma asemejaba muchísimo la forma de un champiñón lo cual solo significaba una única cosa... Guerra Nuclear. Definitivamente el mundo había llegado a su fin, era imposible sobrevivir a una guerra nuclear. Ryukogrim a partir de ese día se confinó en su laboratorio. Había sellado la sala del Proyecto Draconis completamente para que sirviese de mausoleo para su familia y para su cuerpo. Había recogido todos y cada uno de los planos del Proyecto Draconis y todas sus notas y los había guardado en compartimentos escondidos dentro de su propio cuerpo mecánico y ahora solo estaba esperando… esperando a que el mundo acabase siendo él el único superviviente gracias a su armadura antinuclear.
Pudo sentir como si su corazón se encogiese. Su peor pesadilla se iba a hacer realidad. Iba a estar solo el resto de su vida, sin posibilidad de volver a encontrar a nadie. La idea le aterrorizó y le impidió dormir durante días, causando que su cerebro acumulase cansancio hasta que, un día, no pudo aguantar más y se desmalló, cansado por tanto tiempo sin dormir. Mientras tanto, el mundo se había sumido en el peor caos de todos. Ante el primer ataque nuclear los dos bandos habían empezado una guerra de venganza. Explosiones nucleares aquí y allí. La atmósfera quedó contaminada por la radiación. Si quedaron civilizaciones a salvo de las bombas nucleares, la radiación no tardó en destruir todo ser viviente. Lo único que quedaba en el mundo con vida eran las cucarachas. Ryukogrim estaba realmente solo. Sus últimos vuelos le habían mostrado un mundo destrozado por la ambición, la codicia y el ansia de poder. Incluso a través de su sistema respiratorio podía sentir el aire contaminado. El único lugar que quedaba limpio en el mundo eran los lugares subterráneos que hubiesen sobrevivido al apocalipsis nuclear, entre esos lugares estaba su propio laboratorio, donde se recluyó por completo, generando la energía que sustenta su cuerpo únicamente con la turbina del interior de su pecho. Tenía suerte de haber implementado un sistema de riego cerebral que poseía los nutrientes necesarios para alimentar su cerebro y mantenerlo vivo antes de haber realizado la operación de trasplante. Los nutrientes los absorbía con la respiración y en los tanques de su pecho se realizaba una función similar a la del oxígeno en los pulmones, salvo que el aire era condensado hasta quedar líquido y luego era mezclado con algunos otros componentes naturales para formar los nutrientes necesarios.
Tras casi un año, Ryukogrim logró diseñar y desarrollar un sistema de alimentación para su propio cuerpo. A las cuatro y media de la madrugada y con la ayuda del Prototipo Draconis, que apartó el cableado a lo largo de su cuello, instaló un tubo flexible que le llegaba hasta la barriga, donde tuvo que quitar la carcasa metálica causándose un gran dolor de paso al hacerlo, lo cual dejó bien claro que el sistema de dolor funcionaba a la perfección. El prototipo se dedicó a remover los cables para abrir hueco para poder instalar el tanque que haría de estómago y también las tuberías que llegarían al cerebro para llevar los nutrientes. Cuando terminó la instalación del sistema Ryuko se encontró sin forma de probarlo pero al menos ya sabía que estaba funcional, más que nada porque la IA le protestaba por no tener nada que convertir en nutrientes. Cuando terminó con la instalación se cerró la carcasa, aliviando por fin el dolor de su cuerpo y luego buscó por el laboratorio hasta que encontró lo que buscaba. Una foto de familia. Allí estaba él con su antiguo cuerpo, junto a su esposa y sus hijos una mañana de navidad, todos felices. La tristeza le inundó. En silencio, Ryukogrim se tumbó en el suelo y rodeo el cuadro con su cuerpo dragontino, cerrando los ojos y lloró en silencio hasta que se quedó profundamente dormido. Todo su mundo se había perdido, no le quedaba nada y no podría hacer nada. De poco le había servido alargar su propia esperanza de vida hasta su propia muerte cerebral ahora que era el último ser vivo inteligente del mundo.
Bueno aquí os dejo el prólogo espero que os haya gustado, dependiendo de como reaccionen veré si sigo o si lo dejo.
Hablando del asunto: necesito un nombre para el protagonista, me gustaría que empiece por "Fe-" ya que pienso que es el símbolo del Hierro en la tabla periódica y bueno un nombre basado en ese elemento creo que le vendría perfecto :)
Desde España un saludo.
