Frustración

Disclamer: Hetalia no me pertenece; pertenece a sus respectivos creadores (as).

Toris reprimió una lágrima, cuando escucho un quejido en la habitación de al lado, sabía perfectamente que estaba ocurriendo en ese lugar: Rusia estaba castigando a Raivis otra vez.

El problema era la sinceridad del chico, Raivis siempre decía lo que pensaba, a veces inconscientemente hacia comentarios que molestaban a Iván, lo que hacia que el soviético se molestara y lo castigara.

Miro a Edward, el estonio dormía tranquilamente en su lado de habitación, que se les había asignado, con la cabeza cubierta por la sabana, seguramente para que ruido causado por los golpes de Rusia y los lamentos de Letonia no lo despertara, Toris, internamente agradeció que Estonia estuviera dormido pues se preocuparía igual o mas que el por el estado en el que quedaría el cuerpo y la mente de Raivis, aunque le echaría la culpa a la falta de capacidad para guardar silencio del chico y el lituano sabia que tendría sobrada razón en decir eso, no importaba en lo mas mínimo, solo se tenían a ellos mismos para hacer mas soportable el hecho de vivir con Rusia

Lituania reprimió otra lágrima al escuchar un lamento pidiendo piedad de parte del letón, pensó en ir a hablar con Rusia e intervenir por Letonia para que el ruso lo dejara tranquilo al menos por esa noche pero seguramente el ruso castigaría el doble a Raivis y el también por haber intervenido, decidió esperar a que el martirio de Letonia acabara y rezar por que el ruso hubiera tenido un poco de compasión por el chico.

"Raivis no se merece esto" pensó el lituano "el es solo un chiquillo, no es su culpa ser tan honesto frente a el señor Rusia pensó Toris al escuchar un gemido de dolor por parte de Letonia mientras el ruso se marchaba a su habitación.

-Espero que el señor Rusia tuviera un poco de piedad con el-dijo Toris para si mientras salía de la habitación para ver como se encontraba Raivis.

Lituania encontró a Raivis llorando sobre la cama, una de sus manos se aferraba a la sabana mientras el letón trataba de calmarse, Toris se acerco a la cama y miro horrorizado el cuerpo del más joven de los bálticos, Raivis tenía un montón de moretones y pequeños cortes en los brazos y marcas de golpes en la cara pero la peor y mas amarga sorpresa que recibió Lituania en toda su vida fue cuando reviso la espalda de Letonia y encontró marcas parecidas a las que el tenia en esa zona, Toris reprimió un gemido de ira mezclada con frustración ¡Raivis era solo un chico inocente! Toris no pudo aguantar más y dejo escapar las lágrimas que hasta ese momento había logrado contener.

Letonia, al ver al lituano llorar de ese modo tan lastimero, se sentó en la cama, lo acerco a el e ignorando el dolor que sentía en los brazos, lo abrazo, intentando consolarlo.

-Liet-susurro Raivis mientras el lituano lloraba en sus brazos-¿Qué te pasa?- le pregunto mientras secaba las lágrimas del mayor con sus manos

-Tu espalda…-musito Toris llorando suavemente sobre el hombro del chico

-Ah eso-dijo quedamente Letonia mientras su mirada se entristecía-No te preocupes, las heridas sanaran antes de que nos demos cuenta-murmuro el letón intentando sonar positivo.

-No es eso-susurro el lituano, llorando todavía- Letonia-llamo el lituano

-Mande Toris-contesto el chico

-Perdóname-susurro el lituano

-¿Eh?-musito el muchacho sin entender

-Solo perdóname ¿Esta bien?-dijo Toris

-Si eso te hace sentir mejor entonces disculpas aceptadas-susurro el letón

-Gracias-dijo Lituania-ven vamos a curarte-dijo Lituania levantándose de la cama y saliendo de la habitación seguido por Letonia.

Esa noche después de curar y hacer dormir a Raivis, Lituania se acostó en su lado de la habitación y se prometió que haría todo lo posible para proteger a Raivis y algún día, cuando se independizara, lo sacaría de la casa de Rusia y se lo llevaría consigo a un lugar donde nadie pudiera hacerle daño mientras tanto solo podía curar sus heridas, cuidarlo para que mejorara, preocuparse por su bienestar y hacerlo reír para que olvidara la tristeza causada por las heridas causadas por Iván y aunque lo frustraba no poder hacer mas por el, sabia que llegaría el día en el que ambos serian felices juntos y siempre vería una sonrisa en la cara de Letonia, con las esperanzas renovadas, Toris se durmió y soñó con la felicidad que tendría junto a Raivis cuando consiguiera su libertad.

Fin