Horror en Halloween
No podía ni siquiera parpadear, su cuerpo estaba paralizado, podía sentir como el sudor corría lentamente por su frente, era frio, helado como su cuerpo que temblaba. Nunca había sentido tal terror o experimentado tales sensaciones, se adjudicaba así mismo un hombre valiente y sin miedo pero esa noche todo era diferente, deseaba huir tan lejos como pudiese , pero no podía por más que lo intentara, solo podía moverse intranquilo en su asiento, ese que lo ataba a seguir sintiendo, el miedo.
¡Ahh! – Soltó un grito sin poder contenerlo, era la forma en que su aterrada alma se "liberaba" aun cuando solo fuera un instante, porque de nuevo el sonido de su corazón, retumbaba en sus oídos, como el replique de tambores de guerra. Dentro de él era una lucha constante; mantenerse firme o flagelar y huir.
Se llevo las manos al rostro, como si estas pudiesen protegerle, pero lo que veía le atravesaba como una lanza y lo hacía temblar. Se sentía tan indefenso, como un niño que le teme a la oscuridad y lo que hay en ella. Deseaba tanto llorar, la desesperación de no poder escapar y solo padecer tal tormento, "¡Que pare!" grito en su interior, estaba tan desesperado, tan aterrado, que cerró los parpados con fuerza, no deseaba abrirlos pero esa curiosidad de su naturaleza, le obligo a ver de nuevo y auto torturarse.
Mierda… – Susurro con voz apagada, se sentía sin fuerzas, hasta para hablar, todo en él estaba concentrado en lo que observaba, su alrededor se desvanecía. Hasta que algo lo trago de vuelta a la realidad, un toque siniestro en su pierna que lo puso pálido y le corto el aliento hasta que su cuerpo reacciono y grito – ¡Ahh! – Se escucharon voces callarlo y entonces todo el miedo que sentía se convirtió en vergüenza.
Erwin, me asustaste – Musito muy bajo, solo para que su acompañante lo escuchara, mientras se encogía en el asiento por lo avergonzado que se sentía – Lo lamento pero no me hacías caso Levi – Le respondió el más alto, mientras le abrazaba sobre los hombros con uno de sus brazos, continuando hablando en voz baja – Te note muy asustado y me preocupe, abrázame para que nos sientas miedo –
Siempre sus palabras y gestos le tranquilizaban, asi que obediente se acurruco con el cuerpo ajeno y continuando así con la película de terror que ese 31 decidieron ver.
