Disclaimer: PGSM no me pertenece… ni sailor moon.. ni nada Vv… nada mas mis locas ideas… ni siquiera la compu es mia T.T.

Este fic es un SHOJO AI (ReixMinako), osea amor entre mujeres, si te desagrada el tema, ahorrate la molestia y ahorramela a mi y regresa a leer otro tema de tu interes, gracias!

Spoilers: Advertencia! Este fic contiene muchos spoilers de los capítulos de PGSM o Sailor Moon Live Action, como quieran llamarlo, asi que para los que no lo han visto les recomiendo que lo hagan… es divertido! Realmente te la pasas bien! Y si creen que veran lo mismo que en el anime o el manga… se equivocan! Naoko sensei no repite historia! (con eso ya les digo todo! Se van a sorprender!) PERO si no piensan ver el live action, la historia sola es bastante entendible pero explicaré algunas cosas que no pueden quedar claras.

Aino Minako es en el live action una cantante pop muy famosa en japón, el padre de Rei es un político y su madre murió cuando ella tenía 8 años pero vive en el templo ya que no quiere vivir con su padre (en los capitulos mas delante se explica porque). Los demas personajes son iguales al manga.

Bueno creo que eso es todo lo que deben saber por ahora asi que… disfrútenla!


Cap 1: Nuestro encuentro

"Asa no hodou itsu made mo
Te wo tsunaida yo ne
Wasurenai kara ne
Itsuka wa dakishimete ne
Zutto zutto suki da kara
Namida wa misenai
Atarashii koi dekiru ka na
Kinsei mitete"

"A lo largo del sendero de la mañana,

Nosotros siempre tomamos nuestras manos

No olvidare eso, así que

Algún día, sostenme cerca de ti

Porque te amaré por siempre y para siempre

No te enseñaré mis lágrimas

Tal vez pueda encontrar un nuevo amor

Mirando a Venus"

—Acabamos de escuchar la canción de Aino Minako, nuestra invitada del día de hoy, lamentablemente estamos llegando al final del programa, Aino-san fue un placer tenerte aquí con nosotros

—Gracias Heriku-san, fue muy divertido estar aquí

—¿Te importaría una pregunta final?

— Por supuesto que no!

—Todas tus canciones hablan de amistad, de confianza, pero también de amor… dinos Aino-san, tienes a ese alguien especial en tu vida de lo que habla tus canciones? Alguien que te inspire a escribirlas? …

—…alguien… especial…—dijo en un imperceptible murmullo.

Aino Minako, una ídolo de la música pop; este tipo de preguntas era muy común y por lo tanto, sabía bien que respuesta dar, sabía que era lo que debía decir, lo practicó tantas veces, lo decía tantas veces, entrevista tras entrevista… pero en ese momento un recuerdo del pasado, una sonrisa, una mirada, le hicieron quedarse en blanco. ¿Alguien especial? Tuve alguien especial, alguien que me amó y amé mas que a nada… alguien que ahora no sabe que le espero, alguien que no me recuerda…

—…Aino-san? —Minako miró confundida al entrevistador, para luego darse cuenta de donde estaba y despertar del sueño…

— Ah… lo siento! Pues te diré, que si tengo a alguien especial que me inspira a seguir adelante, a superar los obstáculos y seguir cantando…

—Asi! Pues dinos! Quien es?

—Pues… mis fans por supuesto! Gracias por el apoyo!

Otro día mas… manager-san me dijo que tenga cuidado para la próxima… lo único que quiero es descansar… ¿porque vino a mi cabeza después de tanto tiempo? Juré que lo había superado pero…y ahora con los medios hablando sobre mi ingreso al hospital… Se acercó a verse al espejo, realmente estaba cansada, tal vez un vaso de agua y un pequeño descanso le ayuden a recuperarse. Al dirigirse a la cama una revista llamó su atención… ¿que hace esto aquí? probablemente había salido un articulo sobre ella.

—El enemigo parece no ser capaz de encontrarnos. Creo que tenemos algo de tiempo —Artemis volteó a verla mientras apagaba el televisor. Ella solo asintió mientras miraba distraída la revista — Minako, te sientes bien?

—Si, estoy bien…—Un repentino mareo le hizo soltar la revista, estar bajo toda esa presión no ayudaba en nada con su enfermedad; llevó su mano a su frente y cayó en un sillón de la sala de su cuarto hotel y apoyó la cabeza en el en su brazo, cerrando los ojos. No, no estoy bien… aun te extraño…Mars…


Piii, Piii. Una mano distraída se movió para apagar el ruidoso aparato, ya era hora de levantarse para atender las actividades del templo y así poder tener tiempo en la tarde para ir a la iglesia.

31 de Enero. Un año más de la muerte de su madre.

—Ami-chan? Hola, soy Rei, hoy no podré ir al Crown… voy a ir a la iglesia… si, por el aniversario de la muerte de mi madre… diles a las chicas… gracias, adiós —será mejor que termine lo mas antes posible… hay algo que me inquieta… sé que hoy es un día importante pero… porque presiento que sucederá algo hoy… algo grande… algo bueno.


—Artemis, quiero ir a la iglesia hoy…

—Hace un buen tiempo que no vas.

—Lo se, quiero… relajarme un poco…

—¿Puedo acompañarte? —una pequeña sonrisa se formó en su rostro, tomó su bolso y lo abrió.

—¿Cómo podría dejar a mi peluche favorito?

—Minako! .

—Jajajaja, vamos, entra!

El viaje a la iglesia fue silencioso; Minako solo pensaba en que tal vez, solo tal vez, con un poco de fe podría encontrar allí lo que necesitaba, lo que su corazón pedía y su cabeza le negaba. Tal vez allí, encontraría la paz que no tenía y la fuerza para olvidar y seguir.

Se sorprendió al no ver a nadie allí, lo cual resultó muy beneficioso pues no habría nadie quien pudiese interrumpirla, por primera vez después de mucho tiempo, dejaría de ser Aino Minako la estrella de pop y seria Aino Minako, una adolescente normal.

A paso lento se dirigió frente al altar, se arrodilló y entrelazó sus dedos.

Debo ir a comprar flores antes de ir al cementerio, siempre le gustaron las blancas, aún me sorprendo como es que recuerdo muchas cosas de mi madre siendo tan pequeña cuando falleció, tal ves sea precisamente por eso que tengo muy nítidas esas imágenes en mi mente, sobre todo ese fatídico día.

Para su suerte no había gente en ese momento, así que podría estar a solas sin que nadie pudiese perturbarla.

Hino Risa.

Se encontraba frente a la tumba de su madre; después de estos años, seguía leyendo el nombre en la lápida, aún sin poder creer que se tratara de su madre. Lentamente se agachó para poner las flores encima, se arrodilló y el dolor se hizo más fuerte, los recuerdos flotaban por su cabeza, aspiró hondo mirando la gran cruz que se erguía frente a ella, junto las manos y las entrelazó, cerró los ojos y bajó la cabeza.

—Tu madre debe estar contenta —Rei abrió los ojos y bajó las manos por la interrupción del padre —si vienes con tu padre, ella probablemente esté mas complacida —los recuerdos de ese día vinieron a ella de nuevo, esa persona sería la última con la que vendría.

—Padre —habló fríamente —el es un adicto al trabajo desde que mi madre murió —esta vez había rencor en su voz —no creo que mi madre desee eso — no lloraré, no me derrumbaré por su culpa, pensé que estaría aquí, pero me equivoque. Una comprensiva mano apretó un poco su hombro, dándole apoyo, segundos después su dueño se fue. El sonar de una campana le hizo levantar la vista hacia la iglesia.

¿Cuanto tiempo mas podré estar así? Solo seis meses mas; quisiera un poco mas de tiempo… pero ¿para que? Si no tengo con quien compartirlo… a veces me gustaría ser más egoísta, involucrarme con la gente sin importarme lo que sentirán cuando no esté… me gustaría por lo menos estar a su lado, que esté conmigo y que me ayude a no atravesar por esto sola… la necesito… pero no, debo ser firme, todo esto es por el bien de todos… es por su bien… aunque… me gustaría que recuerde… si lo hace, tal vez todo sea mejor… esperaré por eso…

Antes de salir se puso su gorra hasta llegar casi a los ojos y miró hacia abajo; era una de sus tácticas para que no la reconocieran por la calle, no la verían, pero tampoco puede ver a nadie directamente.

—¡Disculpe! —la voz del sacerdote se escuchaba asustado.

—¿Que ocurre?

—¿Podría ayudarme por favor? —con un gesto de la mano la condujo al lugar—si, por aquí —la reacción de Minako fue de preocupación y se dirigió rápidamente al perrito echado en el suelo —parece desamparado, está fatigado—No se percataron de la presencia de otra persona en el lugar que se acercó rápidamente a ellos.

—Que lamentable… —la tercera persona se sentó a su lado y acarició al animal de la misma manera en que ella lo hacia, al levantar la mirada su sorpresa fue inmensa… ¡Sailor Mars! Su mirada fue directa, penetrante, pero no le importó, su sorpresa fue muy grande como para notarlo; Rei giró su cabeza para verla ¿porqué me mirara así? Tal vez se asustó porque aparecí de la nada. Minako aun no salía de su asombro ¿porque esta aquí?... justo ahora… ¿porque?

—Rei-san! Que bueno que estas aquí, por favor ayúdenme a llevarlo dentro, allí podremos colocarlo mas cómodamente

—Claro padre, pero¿Cómo es que llego aquí?

—No lo sé, lo encontré echado aquí, entraré para poder arreglar un lugar donde ponerlo, podrían llevarlo ustedes dentro? —para ese momento Minako se había recuperado del asombro y volvió a prestarle atención al padre, sin embargo, tener tan cerca a Mars… quería abrazarla en ese momento y contarle todo… pero su plan era alejar a todos de ella…

—Claro, no se preocupe —sus sentimientos la traicionaron por contestar así, debió haberle dicho que debía irse, pero que mandaría ayuda de inmediato; de alguna manera, quería mantenerse cerca de ella, aunque fuese un instante. Después de todo, no le diría quien era y después de ese día no se volverían a ver… por lo menos no como "personas normales"¿Qué daño podría haber?

—Gracias, llévenlo al salón de espera, Rei-san, tu sabes donde queda, me iré adelantando para arreglar el lugar y traer unas mantas —sin esperar respuesta, se fue.

—El salón no está muy lejos de aquí, así que no creo que sea mucho problema llevarlo hasta allí —en ese momento la miró a los ojos directamente pero esta vez sin la sorpresa y pudo divisar la fuerza en aquellos ojos, la misma fuerza que la amaban en interminables sueños.

—Es una suerte que estés aquí… —murmuró dándose cuenta que Rei lo escuchó perfectamente —Ah… no hubiese podido cargar al perro yo sola así que… —Rei solo sonrió… la misma sonrisa...

—Dicen que hay cosas que pasan por algo, no pensaba entrar aquí, yo solo estaba… —antes de continuar pensó en que diría… y la verdad no quería compartir su vida con una extraña… aunque por alguna extraña razón sintiese que no lo era —…cerca de aquí y decidí venir… y ya vez… parece que mi presencia era necesitada —el tono bromista en el que dijo la última frase hizo a ambas sonreír abiertamente, realmente se sentían bien estando así, a pesar de ser pocos los minutos de su encuentro. Cualquiera que las viera, diría que han sido amigas toda la vida…

—Gracias por venir en mi rescate entonces… —la respuesta de Minako ahora les hizo reír, realmente se sentía bien…

—Será mejor que lo llevemos dentro, el padre ya debe estar esperando.

Ambas tomaron al perro por los lados, sincronizándose con solo una mirada lo alzaron y fueron en dirección al salón de espera. Al entrar el padre estaba colocando un calentador para así mantenerlo caliente.

—Colóquenlo encima de estas mantas por favor…—así lo hicieron. El padre se dio cuenta que había olvidado una manta mas así que fue por ella —ya regreso, traeré otra manta mas. Desapareció por la puerta que momentos antes ellas habían traspasado.

Minako siguió acariciando al animal, podría ser grande, pero aun así estaba indefenso, necesitaba a alguien que lo cuidara, que estuviese con el, estar enfermo y solo no era nada agradable. Ella tenía a Artemis pero… Ver al animal así le recordó su propia enfermedad y prometió no abandonarlo hasta que estuviese sano.

Rei la observaba acariciar el can, de alguna manera veía angustia en sus ojos, en su rostro, en sus actos y no precisamente por el perrito enfermo, definitivamente algo pasaba ¿y porque me preocupo por eso? Si no la conozco... aunque… me resulta familiar… demasiado familiar... tal vez… ¿en el templo? Rei acariciaba de manera ausente al cachorro cuando una textura diferente a la que estaba acariciando que pasó por debajo de sus dedos la sacó de golpe de sus sentimientos.

—Gomen! —retiró su mano rápidamente. Minako intentó esconder el inevitable sonrojo que sentía en sus mejillas por lo que siguió acariciando al animal y solo asintió levemente, una sonrisa imperceptible surgió de sus labios. Una escena familiar vino a su mente, una escena del Milenio de Plata en donde un acto similar había pasado, donde por primera vez se vieron. Estoy segura que si sigo así ella lo notará, si mal no recuerdo, Mars era muy perceptiva… si mantengo mi mirada y me concentro en el perrito tal vez logre calmarme un poco… Sin embargo su cuerpo no la obedeció y levantó la mirada a Rei, justo en el momento en el que miró hacia el animal. ¿Me estaba observando? Bueno Minako creo que es obvio porqué, uno no se encuentra muy seguido con algún famoso sin preguntarse nada.

—Aquí la tengo —el padre se arrodilló para ponerle la manta encima y sin poder evitarlo, acarició la cabeza del perrito —parece que tiene un resfriado. Deberá estar mejor una vez se sienta bien.

—¡Menos mal!

—Padre —miró hacia la persona que le estaba hablando al igual que Rei —debemos irnos.

—Es cierto —se levantó a ver al perro, realmente seria una lastima dejarlo solo.

—Ah! Yo lo cuidaré!

—Yo también!

—Gracias, son de mucha ayuda.

—Todo está bien —Minako jamás lo admitiría, pero muy dentro de ella deseaba que esas palabras fueran dichas a su oído, en un abrazo cálido.

Yo he escuchado esa voz antes, pero ¿donde? Estoy segura que la he visto… mnnn… no el templo suena imposible… además de alguna manera su cercanía me resulta familiar… cómoda… será posible… ¿una vida pasada?...

—El clima está un poco raro últimamente así que no es extraño que pescara un resfriado…

—Es cierto, una amiga mía dice que cuando tienes fiebre es necesario tomar agua para así regular la temperatura del cuerpo… ¿crees que con él también funcione? No se si tendrá fiebre pero…

—Más vale prevenir que lamentar, así que sería bueno darle un poco…

—Traeré un poco —Mars… me alegra ver que aquí también eres gentil y fuerte, no solo como persona, sino también como senshi. Se que en esta vida tampoco me decepcionaras.


—Aquí está —colocó el plato de metal que encontró frente al perro, e inmediatamente comenzó a tomar —parece que tenía mucha sed.

—Si, buena idea la de tu amiga… ¿cómo sabía eso?

—Es muy inteligente, va a ser doctora al igual que su mamá… estoy segura que será una de las mejores… —se sentía notablemente el aprecio en su voz… el cariño a esa persona ¿Celos Minako? Pues olvídalos.

Una vez que dejó de tomar, agarró una toalla que había conseguido al llevar el agua y así poder cercarlo. Distraídamente levantó la vista y vio una revista con una foto en la portada. ¿¡Que¡Será posible! Volvió la cabeza a su acompañante y la miró fijamente aún sin salir de su asombro. Regresó la vista a la revista, no había dudas, era ella.

—Oh… ¡finalmente lo sé! —¿saber? Saber que? Oh! Será posible? Habrá recordado… finalmente… habrá recordado? Mars! Rei se puso de pie y se alejó de ella, Minako la siguió con la mirada, esperando expectante... Dilo Reiko… —Pensé que nos conocimos antes… —una revista fue alzada en brazos para enseñarle a su acompañante a qué se refería. Después de todo… no recordó… un momento¿ no sabia quien era? Este último pensamiento sacó una sonrisa de su rostro. Sigues sorprendiéndome.

—Eh? —ahora era Rei quien esperaba una explicación.

—Eres la primera chica con la que me encuentro que no me conoce. —Gracias Mars… me has hecho sentir por un momento que aún son una chica de tu misma edad… Una sonrisa orgullosa apareció en ambos rostros pero por distintas razones.

—No veo televisión muy seguido —dicho esto se acercó a su lugar y se puso de cunclillas —pero mi amiga es una gran fan. Antes fue al hospital para tener tu autógrafo.

—Si… ya recuerdo —¿Por qué habrá estado en el hospital? Le pasara algo? Tal vez sea por eso que se ve tan preocupara por el perrito, tal vez de alguna manera se ve reflejada en él…

—Jajajaja no se si debería odiarte o agradecerte… —Diciendo esto se puso de pie, caminado a través de la habitación.

—¿Que?

—La amiga de la que te hablo… suele cantar mucho tus canciones… ha intentado hacerme cantar una de ellas en el karaoke… y realmente odio los karaokes… aunque es divertido verla cantar… no se avergüenza de hacer el ridículo... —Minako se imaginó por un momento a Usagi deformando su canción de "C'est la vie" pero luego su mente se imaginó a Rei cantándola. ¿Así que no te gustan los karaokes? He aprendido algo más de ti hoy…

—Jajajaja entonces que te parece si en vez de odiarme, nos unimos y la odiamos a ella? Tú, por querer hacerte cantar y yo, por deformar mi canción…

—Eso suena mejor…—ambas se miraron y volvieron a reír. A pesar de ser una persona famosa es muy agradable y sencilla, jamás pensé que sería así. Ahora no me burlaré de Usagi por gustarle tanto y que sea su cantante favorita, realmente es un ejemplo a seguir…pero… que le tendrá así?... hay algo que le perturba… —Así que… ¿aún los artistas van a las iglesias solos?

—Me gusta porque… puedo pensar sobre muchas cosas… —su mirada fija puesta en el animal.

—¿…Muchas cosas?...— si, ahora estoy segura que algo le perturba…

—Si… muchas cosas… —¿que será? Me gustaría ayudarla… aunque es poco probable de que pueda hacerlo… no soy nadie para hacerlo. El fuerte gruñir de un estomago las sacó a ambas de su pensamiento, se miraron y rieron frente a eso.

—Si tienes apetito —dijo Rei acariciando al perrito —entonces estás bien —otro gruñido le contestó. Minako buscó en sus bolsillos por algo de comer, a veces cargaba un poco de comida para ella o incluso para Artemis… pero solo encontró un par de caramelos.

—Todo lo que tengo son caramelos —se los enseñó, uno en cada mano.

—Probablemente no muy bueno para el —después de pensarlo un segundo le extendió uno a Rei. Ésta lo miró un momento antes de cogerlo —Gracias —no necesitas agradecer Reiko… con esa sonrisa es suficiente…

—No hay de qué, de todas maneras, como dijiste antes, no es bueno para el perro… por cierto, llamarlo "perro" lo encuentro muy impersonal ¿no crees?

—¿Crees que deberíamos ponerle un nombre?

—Si

—Mnnn… ¿has pensado en alguno?

—Mnnn… que tal… ¿Riki?

—Jajajaja suena bien…

—¿tu tienes algún otro que le caiga mejor?

—que tal… Taro?

—Genial! Le asienta bien… —la sonrisa en su rostro acompañaba la satisfacción en su voz.

—Taro entonces…

—Sip —Algo extraño en el ambiente la hizo alterarse… una energía… dio un salto poniendose de pie… Youma! Sin pensarlo dos veces corrió a la puerta de salida... Ah! Minako!

—Ah, disculpa… —Acto seguido, salió de la habitación en busca del monstruo. Tenía que ser justo ahora cuando… ¡pero que rayos estoy pensando! Debo concentrarme… ¿de donde viene la energía?

—No puede ser… —abrió el bolso y sacó a Artemis —Youma, voy a seguir a Mars…

—¿Que! Espera!... Minako!

—Debo ir… —fue lo último que dijo antes de salir de la habitación

—Minako!


Bueno! Aquí el primer capítulo del fic, espero que haya sido de su agrado. Espero poder actualizar pronto! Así que díganme sus opiniones esta bien? Nos vemos!

Majo Arisugawa.