Kodoku? Iee! ¿Soledad¡No!

1. Distancia

Hinata observó desde la distancia la llegada de los aspirantes a chuunin de otras villas. Era muchos pudo observar y temía no estar a la altura. No, seguro que no estaba a la altura ni de la undécima parte de todos aquellos ninjas.

Vio más allá a Naruto con Konojamaru. Parecía tan tranquilo. Ojala ella tuviera aquel atrevimiento, aquel aire siempre sonriente y optimista, sin dejarse apesadumbrar por nada. Ojala ella fuera capaz de estar divirtiéndose con los demás en vez de quedarse en un rincón, sin verse capaz de acercarse, saludar y hablar con los demás distendidamente. Aquella era la única realidad: admiraba a Naruto. Nunca se rendía, muchas dificultades le habían puesto en la vida y él no se dejaba asustar por ninguna. Al contrario, embestía contra ellas.

La chica observó a ambos ninjas divertirse. Un poco más allá pudo distinguir a Sakura, que estaba hablando con otras ninjas. Al parecer el equipo siete ya había terminado su última misión y habían vuelto. Era la segunda vez que los veía en un par de semanas. Al único del grupo que no veía era a Sasuke.

Kakashi estaba tumbado, bajo un árbol, sin prestar atención al mundo exterior. Solo tenía ojos y mente para su libro. Sobre él, la brisa suave balanceaba las hojas del árbol que empezaba a florecer en plena Primavera.

Sin embargo, a pesar de todos los conocidos, en el aire se olía el cambio.

Hacía unas horas habían comenzado a llegar equipos de otras villas. Los primeros en llegar habían sido unos de la Villa del Rayo.

Ahora mismo estaban haciendo acto de presencia por la puerta un equipo de la Villa Oculta de la Arena. Era el único equipo que había visto de aquella villa hasta el momento. Aunque seguramente habría alguno más al caer. Aún era pronto. En el equipo había una sola chica, de cabellos rubios recogidos en cuatro coletas y un gran abanico en la espalda. Al otro lado había un chico vestido con un mono y con marcas de color índigo en la cara, a la espalda llevaba algo envuelto en vendas blancas. Y entre ambos estaba el último integrante, algo más bajito, de cabellos rojos cortos, piel blanquecina y un tatuaje en la cara que no alcanzaba a ver por la distancia. A la espalda llevaba una tinaja en forma de calabaza. Sus ojos se cruzaron un momento con los de Hinata y esta tembló, mordisqueándose un poco la uña del dedo gordo de la mano derecha y presintiendo algo, aunque no sabría especificar el qué. Tampoco sabía si era para bien o para mal.

La mirada del otro se desvió de nuevo e Hinata soltó un suspiro. Temblaba como una hoja apunto de desprenderse de su árbol.

- ¡Eh, Hinata! – oyó una voz juvenil y alegre a un lado.

La muchacha giró la cabeza y su cabello oscuro hondeó levemente en el aire.

- ¿Qué te ocurre? Estás temblando – continuó Naruto que había detenido su juego con Konojamaru, que también la miraba.

- N-na-nada – tartamudeó ella, sin dejar de temblar. Aunque aquella vez era por un motivo bien distinto. Sus mejillas se sonrosaron.

- ¿Seguro?

- S-s-seguro – trató de decir con un hilillo de voz la chica.

Él sonrió de uno y ella volvió a ruborizarse aún más.

1245333.docPágina 1 de 1lunes 18 de junio de yyyy

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