Capitulo I
It's morning, you wake, a sunray hits your face
Smeared makeup as we lay in the wake of destruction
Hush baby, speak softly, tell me you're awfully sorry
That you pushed me into the coffee table last night
So I can push you off me
Me levante esta mañana y lo primero que hice fue mirarme en el espejo. Tenía el maquillaje corrido y un cardenal en mi pómulo, esta vez me había ido bien al menos lo podría ocultar con maquillaje. Fui a la recamara y el estaba ahí recostado en nuestra cama, tenia rasguños en el cuello y cardenales en los brazos, creo que a alguien le había ido peor que a mí, fui a la cocina y llene una jarra de agua helada y regrese a la recamara para echársela directo en la cara.
-¿A caso estás loca? ¿Qué te pasa estúpida?
-Eres un maldito imbécil Edward estoy harta de esto ya no lo soporto. ¡Ve mi rostro! ¡Ve lo que me hiciste! - De pronto las lagrimas salieron de la nada mientras apuntaba a mi cara, Edward estaba empapado y con un rostro lleno de rabia. Sus ojos lo veían, pero parecía no importarle ya que le molestaba mucho que lo empapara en agua. Poco a poco su semblante fue cambiando de la ira paso al horror y sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Yo… lo, lo siento tanto Danny no sé como paso esto yo no medí las consecuencias de verdad lo siento mucho perdóname…
-Edward ¡vete en un espejo veme a mí! No ves el daño que nos estamos causando ¿Acaso no lo ves? Ya no puedo seguir así…
-Shh! Calla, calla se lo que vas a decir, se como te sientes te juro que la próxima vez tod…
-¡¿Próxima vez? ¡Estás loco si piensas que habrá una próxima vez!
-No Danny espérate podemos arreglar esto podemos mejorar las cosas…- me volví a por mis cosas y mientras agarraba una maleta Edward trato de detenerme por un brazo, a lo que respondí con un tirón que realmente me dolió ya que al parecer también ahí tenía un cardenal.
Echaba ropa al azar a la maleta y Edward la sacaba tenía los ojos anidados de lagrimas a punto de salir y realmente me dolía verlo así tanto física como moralmente y sabia que yo era la causante de eso.
-Edward por favor no lo hagas mas difícil te aseguro que a la larga será mejor tanto para ti como para mí.
-No, no Danny, no yo no puedo estar mejor sin ti
-Pero no puedes estar mejor conmigo Edward, ¡esto es de locos!
-Por favor Danny no me hagas esto ¿A dónde iras? Es más, vamos a empezar de cero de acuerdo- mientras decía esto agarro mi rostro entre sus manos y trato de besarme, se notaba desesperado, lloraba como un pequeño al que le has quitado su dulce favorito, tenía miedo no podía seguir viéndolo así, si no era lo suficientemente fuerte ahorita no lo seria nunca.
-Edward por favor seamos sensatos jamás vamos a poder llevarnos bien hemos cambiado mucho y…
-Quieres que diga que fue mi culpa ¿Cierto? De acuerdo lo admito fue mi culpa, he sido un imbécil que nunca te ha sabido aprovechar, pero este imbécil, te ama más que a su vida y no quiere perderte ok?
-Edward no es eso, no ha sido solo tu culpa también ha sido mía jamás debí de haber permitido que las cosas llegaran tan lejos y…
-No me amas, ¡Maldita sea Daniela nunca me has amado! Jamás te has entregado a mi por completo, eres una zorra, una maldita zorra que no sabe valorar lo que tiene y solo espera el momento de irse a revolcar con el primero que se le pasa por enfrente como Adrian.
En ese momento una explosión de furia salió de mi interior, era como si hubiera encendido el interruptor de agresividad en mi y de pronto le solté la mejor de mis bofetadas de tal forma que termine arañándole el rostro, algo que sinceramente no había planeado, lo avente hacia la pared y empecé a soltarle golpes en el pecho, tantos como pude. El trataba de esquivar tantos como podía hasta que me tomo de los brazos y se giró para dejarme con la espalda contra la pared no podía gritar hasta que me di cuenta que era porque me ahogaba con mi propio llanto. Trate de salir de allí pero Edward hacia una jaula con sus brazos en la pared, decidí voltear a verlo a la cara y encontrarme con una expresión llena de coraje, a cambio de eso obtuve a un Edward que también lloraba y me veía con ojos suplicante para que parara.
Me deje caer al piso y lloré tanto como pude, aun llevaba el vestido de la noche anterior. Trataba de recordar donde diablos habíamos dejado de ser nosotros y nos habíamos convertido en aquellos extraños que jugaban a pelear y a ver quién era capaz de atizar el golpe más fuerte.
Edward estaba parado delante de mí, el si se había podido cambiar a sus pijamas, traía el pantalón de algodón azul marino y una camiseta blanca. Era mi pijama favorita en el, la que más hacia resaltar su cuerpo, aunque a decir verdad ahora la camiseta traía algunas gotas de sangre debido a las heridas que yo le había causado en el cuello y el rostro, eran pequeños rasguños que le había provocado anoche debido a que el tenia su brazo en mi cuello dificultándome el respirar. Era increíble como podía recordarlo con tanta tranquilidad.
-Danny, amor perdóname. Perdí el control de nuevo pero es que el solo hecho de imaginarte al lado de alguien mas me vuelve loco.
-¿Es que acaso no lo ves? ¿No te das cuenta de lo que esta pasando entre nosotros?-ahora podía gritarle todo, creo que ya no me quedaban lagrimas; al parecer me había acabado la reserva que teníamos las personas.
-Si, es obvio que esto sucede porque tenemos mal carácter pero lo podemos controlar si ponemos de nuestra parte podremos salir adelante juntos.
Me di cuenta que si lo seguía escuchando acabaría creyéndole como las otras veces y no podía darme ese lujo. Me levante del piso y con toda mi fuerza lo avente para poder salir, baje las escaleras corriendo y justo cuando llegue a la sala el tiro de mi brazo y me estrelló a la pared justo donde estaba un espejo, el cual se rompió debido al impacto de mi cuerpo contra el. Puso su mano en mi boca para que no pudiera hablar, pensé que iba a golpearme pero en vez de eso empezó a besar mi cuello de una forma desesperada mientras que con el otro brazo libre subia mi vestido y deslizaba su mano hacia arriba por mis caderas. Me monte en él sin poderme resistir a sus caricias y al ver mi respuesta me soltó para que yo también pudiera besarlo. Le besé el cuello, los labios, todo a lo que era capaz de acceder a él en esa posición tan incomoda mientras que mis brazos levantaban su camiseta y la arrojaban hacia el piso.
Subimos a la habitación y fuimos directo a la cama sin separarnos ni un instante, sin dejar de rozar nuestros cuerpos y llenarnos de caricias, algo en mi sabia que hacia mal al permitir que esto continuara su rumbo mientras que la otra parte de mi le decía que cerrara el pico y me dejara disfrutar esto…
