Hola a todas las que sigáis por aquí ^^
Sé que el fic CAH sigue sin terminar, por cierto quería aprovechar para agradecer el premio en los Dramione Awards! Como ya dije en su día estoy muy ocupada escribiendo proyectos propios que espero que algún día puedan ver la luz. Uno ya lo hizo pero ahora intento ir un poco más allá y por eso he tenido que alejarme de los fics, no puedo abarcar todo.
Pero mientras leía a mi hijo el libro de Harry Potter y la Orden del Fénix (Cada día leemos varios capítulos y ya vamos por el quinto libro... prefiere a Rowling antes que los cuentos normales) Me encontré con una escena que me inspiró a hacer algo que llevaba mucho tiempo rondando mi cabeza.
Personalmente me gusta el dramione... chico malo... chica buena... Vamos, es un topicazo sí, pero ideal en un romance ¿Verdad? Dan mucho juego.
De todos modos siendo realista, siempre creí que el personaje de Hermione estaba hecho para Harry, por la forma en que se desarrollaban los acontecimientos, pese al afán de Rowling por dejar claro que iba a terminar con Ron. Era una percepción personal que creo que hace poco corroboró la autora.
Bueno, ya empiezo a enrollarme. Todo esto era para decir que me quise sacar la espinita que tenía sobre estos dos y pensé en compartirlo con vosotras por si alguna tenía ganas de leer algo así.
Son una serie de escenas sueltas que conformas una historia ¿Drabbles? Creo que me paso de palabras para catalogarlo así, pero viene siendo la idea ;)
Me he tomado la libertad de utilizar escenas del libro y la película, quizás porque el momento que reconoceréis del film, es algo imposible obviar para un fic Harmony.
Besos y hasta pronto.
Sin darnos apenas cuenta
1 -Confusión
Hogwarts, Quinto curso
-¿Es Cho? –Preguntó Hermione con seriedad -¿Te ha abordado después de la reunión?
Harry, sorprendido, asintió mientras escuchaba a su amigo Ron riendo por lo bajo ante la mirada severa de Hermione.
-¿Y… qué quería? –Preguntó el pelirrojo.
-Pues… -Harry sintió las palmas de sus manos sudorosas y carraspeó incómodo –Pues ella…
-¿Os habéis besado? –Inquirió Hermione con brusquedad
Ron se incorporó tirando un tintero en el proceso al que no prestó atención y miró a Harry con los ojos tan abiertos que al moreno le recordó a Luna durante una fracción de segundo.
-Bueno ¿Qué? –Preguntó inquisitivo.
Harry le miró con incomodidad y se limpió las manos en la túnica antes de dirigir la vista hacia Hermione que fruncía el ceño levemente.
Asintió.
-¡Toma!
Ron soltó una carcajada y alzó el puño. Hermione le miró con disgusto y volvió su atención al pergamino que estaba escribiendo cuando Harry llegó.
Ciertamente ¿Qué le importaba a ella si Cho y Harry por fin se habían besado? Lo cierto era que sabía que su amigo llevaba tiempo detrás de la buscadora de Ravenclaw, no era algo nuevo para ella y además, francamente, Harry se merecía tener un poco de normalidad en su vida para variar ¿Verdad? A su edad era lo normal, las hormonas, los noviazgos, los besos a escondidas…
Parpadeó al ver una mancha de tinta enorme sobre la última frase de la carta que estaba escribiendo a Viktor y con un chasquido de la lengua buscó la varita para arreglarlo, molesta.
-Ah ¿Tan malo eres besando? –Oyó que decía Ron con tono jocoso.
-No lo sé –Respondió Harry –Quizás sí
Hermione habló sin darse cuenta mientras continuaba escribiendo.
-Claro que no
-¿Cómo lo sabes? –Preguntó Ron
Durante una milésima de segundo la chica quiso que la tierra se la tragara al darse cuenta de que había hablado en alto, pero cuando les miró, su rostro estaba impasible y su voz era tranquila.
-Porque últimamente Cho se pasa el día llorando.
-Y tú, Harry –Dijo el pelirrojo –creiste que unos besos la animarían ¿No?
Hermione entrecerró los ojos y deseó poder retorcer el cuello de su amigo con sus propias manos.
-Ron, eres el ser más insensible que jamás he tenido la desgracia de conocer.
-¿Qué se supone que significa eso? –Ron tenía las orejas rojas y parecía molesto -¿Qué clase de persona llora mientras están besándola?
-Sí –Harry parecía desesperado por una respuesta razonable -¿Quién?
La chica se lanzó a una disertación acerca de los motivos que podía tener Cho para sentirse desgraciada, hablando de lo mal que debería estar pasándolo al sentirse atraída por Harry cuando antes le había gustado Cedric, de lo difícil que debía ser no entender cuál de los dos le gustaba más, cuál sería la forma correcta de actuar…
En realidad la entendía perfectamente porque ella se sentía a punto de explotar. No solo la situación en el colegio era un desastre, Umbridge era un terrible problema del que no veía forma de librarse, le asustaba la posibilidad de que echaran a Hagrid, se sentía preocupada por Harry que no podría regresar al equipo de quiddich, preocupada por la Orden, por Vol-Voldemort, por todos aquellos gorros de elfos que no le iba a dar tiempo a hacer antes de Navidad… Y por lo que había empezado a sentir por Harry en las últimas semanas.
¡Cien centellas! Tragó saliva repentinamente incómoda.
Ella siempre había sabido que Ron le gustaba… No sabía qué había en él que la atraía de un modo incomprensible. Tal vez aquella vena salvajemente protectora que no podía contener, la forma tan incondicional y absoluta en la que amaba a su familia, la valentía que escondía bajo todas aquellas capas de inseguridad… Ronald tenía muchos defectos, entre ellos la habilidad más increíble de sacarla de quicio, pero tenía un fondo tan noble que, aun cuando a veces sintiera ganas de asesinarlo con sus propias manos, la atraía de forma irremediable.
Llevaba mucho tiempo acostumbrada a sentirse así, mucho tiempo lidiando con aquellos sentimientos extraños que no comprendía. Pero aquellos últimos días se había descubierto a sí misma contemplando más a Harry. En realidad desde el año anterior algo había cambiado con él, hasta Viktor había sido capaz de darse cuenta.
Siempre le había admirado, era su mejor amigo, como un hermano para ella, un hermano al que adoraba y al que hubiera tirado de las orejas en más de una ocasión por no dar el cien por cien de sí mismo en cada una de las asignaturas que tenían.
Hermione estaba convencida sin lugar a dudas, de que Harry sería el mejor mago de su tiempo, era poderoso, valiente y noble… Aunque también increíblemente estúpido a veces.
-Nadie puede sentir tantas cosas a la vez –Exclamó Ron -¡Explotaría!
-Que tú tengas la variedad de emociones de una cucharilla de té no significa que los demás seamos iguales –Espetó ella.
Siguió escribiendo y decidió olvidar el tema, Harry y ella eran solamente amigos y así debía ser, así sería siempre.
Casi soltó una carcajada ¿En qué estaba pensando? Le miró disimuladamente y le vio contemplar el fuego con la mirada perdida.
Él nunca la vería como nada más y en el fondo Hermione lo sabía y lo aceptaba. Contuvo un suspiro y selló la carta antes de darles las buenas noches y subir al dormitorio de las chicas sintiéndose demasiado culpable al pensar en su amiga Ginny que llevaba años enamorada de su amigo. Ella misma la había aconsejado que tratara de olvidarle, que se alejara y saliera con otros chicos para ver si de ese modo él reaccionaba y la "veía" ahora, mientras subía la escalera que llevaba al dormitorio de las chicas, se preguntó el verdadero motivo que le había impulsado a darle aquel consejo...
No ayudó mucho que unos días más tarde, justo después de San Valentín, Harry le contara el absoluto fracaso que había resultado ser la cita con Cho, sobre todo al decirle a la Ravenclaw que había quedado con Hermione en las Tres Escobas .
La chica trataba de aparentar indiferencia, tal vez aderezada con un poquito de comprensión, pero lo cierto era que tenía ganas, por algún motivo desconocido, de saltar de alegría.
-Tendrías que habérselo dicho de otro modo y no hubiera estado de más mencionar lo fea que me encuentras.
-Pero si yo no te encuentro fea –Dijo él con cara de desconcierto.
Hermione rió.
-Eres peor que Ron, Harry. Bueno, peor no.
Suspiró pensando en que al menos Harry sí tenía sensibilidad, aunque careciera de tacto y la conversación derivó en otros asuntos cuando Ron y Ginny llegaron.
Ginny era, pensó Hermione sintiéndose completamente culpable al ver como la pelirroja miraba a Harry de reojo, una grandísima amiga y una buena chica. Y estaba completamente enamorada de él.
Pasó la vista de Ron a Harry y ahogó otro suspiro. Que difícil era ser adolescente, sobre todo en ese mundo.
