Título: Tsubaki
Rating: T. (Sigo sin entender muy bien el sistema de rating.)
Sinopsis: Aunque Fukuzawa está ahí, acostado, su espíritu indomable no está presente.
Personajes/Parejas: Fukuzawa Yukichi/Edogawa Ranpo.
Disclaimer: Bungo Stray Dogs pertenece a Asagiri Kafka y a Harukawa 35.
Advertencias: Out of Character, faltas de ortografía, errores gramaticales; lo de siempre. Spoilers del capítulo 47 del manga. Ranpo!centric.
Tsubaki
No hay sonido en la habitación que les interrumpa. El tiempo avanza, lento para sí, rápido para los presentes; cada segundo transcurrido marcando cómo el plazo que tienen, cómo esas 48 horas se agotan.
Siente la mirada de Yosano sobre su espalda. Un suspiro abandona la boca de la doctora y su delgada y enguantada mano se coloca en el hombro del detective. Él sigue con su cabeza gacha, recargada en sus manos, esperando un tipo de reacción. Siente un apretón en su hombro y la mano en él desaparece.
Yosano se retira, tiene que informar de la situación al resto de los miembros de la agencia.
Ranpo, en cambio, no quiere abandonar su lugar, quiere seguir junto a él. ¿Qué pasa si se mueve? ¿Qué pasa si habla? ¿Qué pasa si se despierta?...
El segundero de un reloj se mueve.
Se levanta de su asiento y se dirige hacia una pequeña mesa alejada de donde está. Camina presuroso y, antes de continuar, voltea para asegurarse de que Fukuzawa siga como le ha dejado, que el hombre no se ha atrevido a despertar en su ausencia.
En una mesa yace un pequeño adorno floral. Un frasco de cristal azul que se encarga de resaltar los tres distintos colores del trío de camelias que están dentro de él. Ranpo nunca ha sido una persona que obsequie algo —si no desea regalar sus dulces, algo de lo que él gusta, ¿por qué habría de dar otra cosa?—, sin embargo, es necesario que lo haga en esta ocasión. Vuelve a la habitación, con el arreglo en mano, cuidadoso de no maltratar ni un pétalo de las flores que lleva con él.
Llega junto a su cama, junto a él, y coloca el obsequio en la mesita a la izquierda de la cama. Lo observa y recuerda que lo ha ordenado así, que ha recibido una mirada algo extraña por parte de la mujer que le ha atendido, como si ella supiera por lo que Ranpo está pasando. Pero eso es sólo por las flores, se dice él; aquella mujer no sabe nada más.
La camelia amarilla está enfrente pues así será la primera que note; después, la blanca; por último, la roja. Ojos verdes observan con atención el arreglo antes de dar un ligero asentimiento y volver a tomar su lugar a la vez que sus ojos se cierran. Aunque Fukuzawa está ahí, acostado, su espíritu indomable no está presente. Su ausencia duele, duele como cuando perdió a sus padres y tuvo que aventurarse e ir a la ciudad. Ranpo espera paciente a que despierte porque Fukuzawa le ha prometido tantas cosas que sólo hacen que él se sienta en paz con el mundo otra vez.
Ranpo sufre por su ausencia y espera su despertar, espera ver sus ojos otra vez, espera escuchar su voz.
Ranpo puede sufrir y esperar lo necesario porque está enamorado.
