Reto: #11 "Treinta en números romanos. O sea XXX".
Título: Media hora.
Personajes: Draco/Harry. Slash.
Raiting: M.
Resumen: Yo puedo ser tu puta, tu amante, tu juguete, puedo ser lo que quieras que sea, Draco, porque sé, al final, que con ello estoy a un paso más de conquistarte.
Media hora
Las manecillas de su reloj marcan las 6:35. Se dirige, como todas las tardes al terminar su horario de trabajo, al baño que se encuentra al finalizar el pasillo. Se para frente a la puerta en la que pende mágicamente un letrero con la silueta de un chico. Está a punto de tocar cuando un joven abre la puerta y cordialmente le invita a pasar.
―¿Cómo te ha ido hoy, Draco?―dice Harry mientras observa su reflejo en el espejo.
―Déjate de formalidades, Potter―Draco lo gira hacia él, lo estrella contra la puerta rudamente y lo mantiene allí, adhiriéndose prácticamente a su cuerpo, posando sus manos en el abdomen de Harry para que evite moverse, colando una de sus piernas entre las del moreno para inmovilizarlo.
Draco comienza a besarle el cuello, Harry gime quedamente ante el roce de los suaves labios del rubio. La lengua de Malfoy se detiene sobre su lóbulo, lamiéndolo, succionándolo, haciéndole enloquecer. Harry dirige sus grandes manos a las nalgas de Draco, las recorre con lentitud y después las atrae hacia él, provocando, con ese simple movimiento, que sus erecciones se toquen descaradamente.
Draco toma a Harry por la cadera, besa sus labios con desesperación, cuela su lengua en su interior húmedo, saborea su cavidad con exagerada parsimonia.
El ambiente se enciende lentamente. Harry desabrocha el pantalón de Draco y, antes de bajarlo, mete su mano en los calzoncillos para sentir la caliente polla de su amorío, la agita, la masturba, la aprieta entre su puño cerrado y Draco no puede más que restregarse contra él, buscando, anhelando más placer.
Una vez que se siente satisfecho con los jadeos de Draco, suelta su miembro y baja sus pantalones, agachándose hasta quedar frente a la reluciente y punzante erección del rubio. De un solo bocado se la mete en la boca, engulléndola con ferocidad, lamiéndola con gusto, chupándola con inmensa voracidad.
―Ya… está bien, Potter… ¡basta!―jala el cabello de Harry, hasta que este entiende que no debe seguir en la tarea de mamarle la polla.
Draco jala el pantalón de Harry apresurado, lo que hace que el pene del moreno de un respingo al sentir el frío ambiente. De un momento a otro Harry se encuentra de cara con la puerta y, sin previo aviso, siente una intromisión en su culo.
Algo grande y caliente y duro se encaja entre sus nalgas. Sale, entra, sale, entra y todo se vuelve estrellas y calor y gemidos. Es tan bueno que vale la pena estar allí aunque le duela separarse de Draco, aunque le duela que él sólo lo traté como un amorío pasajero.
Sin embargo, su espíritu positivista, siempre le hace pensar: "Yo puedo ser tu puta, tu amante, tu juguete, puedo ser lo que quieras que sea, Draco, porque sé, al final, que con ello estoy a un paso más de conquistarte".
Media hora de puro placer. Un paso más para la felicidad.
Fin.
