¡Hola a todos! Antes de empezar quiero informarles que este fic es una "adaptación" de uno que escribí hace algunos años llamado "El diario de Hinata", lo eh dejado abandonado por un tiempo y me dispuse a continuarlo pero me di cuenta que había dejando algunos cabos sueltos, estaba mal narrado y la idea del diario era ya un cliché. Así que decidí volverlo a escribir usando la misma trama y las mismas ideas que tenia pero arreglando las cosas que no me gustaban. Bueno espero que lo disfruten tanto como yo disfrute escribiéndolo (:

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Era un día un poco caluroso, el verano ya estaba por acabarse pero seguía haciendo de las suyas en aldea de Konoha. El cielo estaba despejado, y la falta de nubosidad hacia que el solo brillara libre sin nada que lo obstruyera. Parecía un buen día para salir a pasear, pero no era exactamente lo que Hinata hacia. Ella miraba por la ventana y de vez en cuando se separaba de ella y caminaba en círculos por su habitación. Parecía algo nerviosa como de costumbre, pero esta vez tenía el ceño algo fruncido, no como si estuviera enojada, o más bien como si algo la preocupara.

Tras algunos minutos se dirigió hacia la puerta, de repente freno en seco y corrió hacia el espejo, cosa que habitualmente no solía hacer muy seguido – Tengo que verme bien, hoy es el gran día –Pensó.Se arreglo un poco el cabello alisándolo con los dedos, busco entre uno de los cajones y saco un brillo labial de un color durazno y se lo puse suavemente sobre los labios. Por último se limito a abrir unos tres centímetros su chaqueta.

Después de eso caminó decididamente a la puerta y salió de la habitación para atravesar los territorios hyuga y cuando estaba a escasos metros del portón de la entrada, una voz masculina le grito desde atrás de ella:

– ¿A donde vas? –

Se tensó por un momento, y dio una media vuelta con cara de asombro. Vio una larga cabellera castaña y unos ojos igual de blancos como los de ella, pero un poco más decididos. Los de ella reflejaban temor, sentimientos reprimidos y esa inseguridad que la caracterizaba, los de él eran seguros y desafiantes. Era su primo neji, queriendo saber a dónde iba como siempre.

– e-etto yo voy... – Trataba de buscar una respuesta en su mente y dio la primera que se lo ocurrió, rogándole a lo que sea que fuera que su primo no la siguiera–Yo... vo-voy con Temari.

–Te acompaño–respondió

– ¡No! – Prácticamente le grito, le aterraba la idea de que su primo la acompañara y sus planes se vieran frustrados – no necesito compañía ahora neji-san – concluyó.

– Esta bien… Solo cuídate ¿de acuerdo? –

Hinata solo se limitó a asentir con la cabeza y siguió su camino con prisa. Odiaba todo aquello, odiaba siempre tener que dar explicaciones ante todo lo que hacía, odiaba que el clan estuviera sobre ella siempre, odiaba tener que dirigirse a todos con respeto, odiaba ser rechazada por todos por no haber sido lo suficientemente "digna de una ser una hyuga", odiaba a todos los hyuga y sus estúpidas reglas absurdas. Al salir se aseguro que neji no la había seguido y continuo caminando hacia al pueblo.

A pesar de eso, una inmensa felicidad la invadía, por un momento sintió que volaba, era como si sus pies caminaran por si mismos mientras estaba inmersa en sus pensamientos, repasando las palabas que tendría que decir y analizando todas las posibles respuestas que le daría su futuro novio. Hoy tenía el valor para decirle a su querido amigo rubio todo lo que sentía por él, estaba casi segura de que el la correspondería, y que si tenía suerte hasta conseguiría que él le robara un beso, era simplemente perfecto.

Todo parecía ir demasiado bien e incluso el clima estaba a su favor, el día se sentía apacible. Llevaba una inmensa sonrisa en el rostro, misma que despareció cuando se detuvo a ver algo que le llamo la atención: era Itachi Uchiha, aparentemente estaba solo. Las únicas veces que lo había visto eran cuando venía con su hermano menor, ya que según ella recordaba el había perdido su memoria y no podía salir sin compañía –debe haberse perdido–pensó. Después de meditarlo un poco se acercó temerosamente al Uchiha y le hablo en un tono muy bajo:

– ¿Es-está perdido?

– ¿¡Qué!?– Exclamo el pelinegro dirigiendo bruscamente su mirada hacia la hyuga.

Dudaba en preguntar de nuevo, lo único que sabía del hombre que tenia frente a ella era su nombre, su turbio pasado y lo que había oído salir de la boca de Ino y Sakura sobre la perdida de su memoria y que ahora estaba siendo tratado por Tsunade y cuidado por Sasuke. De cualquier forma ella solo quería ayudar, así que se decidió y inhalo aire muy fuerte para que sus palabras salieran fluidas y decididas.

– ¿Esta perdido?

–No yo no... Es que perdí a mi hermanito y lo estoy buscando, el es muy despistado y se pierde mucho ¿sabes?

Hinata pensó por un momento – será mejor que no lo contradiga – Ella quería ayudarlo, porque sabía que no podía andar solo por ahí en sus condiciones, pero le aterraba la idea de estar hablando con él. No sabía si ese hombre era de fiar, así que debía tener cuidado.

– Si qui-quiere puedo ayudarle abuscar a su her-hermanole dijo Hinata tratando de sonar amable.

– ¿Tú lo conoces niña?– dijo eso inclinándose hacia la ojiblanca que era de más baja estatura que el, por un momento la hiso sentir muy pequeña, más de lo que ya era ante él.

– Si, el se graduó co-conmigo en la academia y…–Hinata fue interrumpida por Sasuke quien llego de repente un poco agitado y gritando, se veía bastante molesto.

– ¡Itachi! Llevo horas buscándote ¿Dónde diablos has estado?

– ¡Te encontré Sasuke! No te asustes ya estoy aquí – dijo Itachi con un tono meloso, y abrazo a Sasuke por el cuello haciendo que este se enfureciera más de lo que ya estaba. El Uchiha menor rodo sus hojos con molestia, esperando a que su hermano dejara de decir tonterías. Su cara no era demasiado expresiva, pero se notaba lo furioso que estaba.

–Itachi, suéltame y vamos a casa ahora – dijo tajante.

–Sasuke espera un poco ¿A que no sabes que? Te conseguí una amiguita, tal vez podamos invitarla a casa un día para que jueguen y podríamos…

– ¡Itachi, por si no te has dado cuenta no tengo 7 años! Ya vámonos a casa – Sasuke jalo del brazo a Itachi pero el permanecía sin moverse por más que él intentaba llevárselo.

– Oye niña ¿Cuál es tu nombre? – dijo Itachi ignorando completamente a su hermano

– Hyuga Hi-hinata – dijo tímidamente la Hyuga, quien se encontrada pasmada ante toda esa situación que estaba viviendo, realmente no sabía cómo reaccionar ante eso.

– Un día deberías ir a nuestro departamento

– ¿Nuestro? – exclamo Sasuke irritado por los comentarios de su hermano.

– Tal vez quieras escuchar la canción que canta mi hermano mientras hace el desayuno– Dijo Itachi ignorando de nuevo Sasuke.

– Itachi mejor ya vámonos… – dijo el pelinegro menor mientras jalaba más a su hermano.

– escucha va asi: a Sasuke le gustan los panckakes ¡a Sasuke le encantan los panckakes! –Cantaba alegremente Itachi mientras a Sasuke se le tornaban las mejillas un poco rojas.

– ¡Callate ya itachi! – dijo interrumpiendo a su hermano, que por fin parecía prestarle un poco de atención – Yo… Lamento que te haigas encontrado con mi hermano hyuga. – dijo así sin ni siquiera ver a la ojiluna a la cara.

Los dos uchihas se dirigieron a su departamento y dejaron atrás a una Hinata muy confundida y algo impactada por la "amena conversación" que había entablado con ellos. Ella nunca había hablado con ningún Uchiha en su vida además de Mikoto la madre de Itachi y Sasuke, pero eso fue hace ya mucho tiempo. Se reprocho internamente por haberse acercado a hablar con Itachi, se dijo a si misma que debería tener más cuidado sobre a quién le hablaba, y tras unos momentos recordó a donde iba y siguió con su camino con un poco más de prisa.

A lo lejos pudo ver el puesto de ramen, y apresuro un poco más el paso sin dejar de repasar en su cabeza las frases que diría. Al llegar se sintió decepcionada al no ver a su amor platónico sentado en una de las bancas como ella esperaba. Le pregunto al cocinero por el rubio y el dijo que hacía unos momentos que acababa de salir, también menciono que iba "acompañado" pero en ese momento no tenía tiempo de pensar a que se refería.

Se dirigió casi corriendo al departamento de Naruto, y en el transcurso se seguía imaginando como seria su vida a partir de ese día, ahora que consiguiera el amor de su tan esperado príncipe de ojos azules. Al llegar se decidió a tocar, pero vio que la puerta estaba semiabierta y temió lo peor. Abrió la puerta rápidamente y en ese momento sus ojos no podían creer lo que estaban viendo, su amado príncipe estaba fusionado en un beso con Sakura. Quería salir corriendo pero sus piernas no se movían y apretó los ojos para no llorar. El uzumaki al ver que Hinata estaba ahí se separo sus labios de los de la pelirrosa para dirigirse hacia la hyuga.

– ¡Hinata-Chan! – dijo tan hiperactivo como siempre – Me alegra que haigas llegado y que seas la primer en enterarse de que yo y Sakura somos novios – dijo mientras sonreía ampliamente.

En ese momento la Hyuga abrió los ojos de golpe y lo único que salió de su boca fue – Deseo q-que sean mu-muy felices – dijó casi sollozando – Yo… ya me te-tengo que ir… – finalizo tratando de actuar normal y no llorar en el intento. Y antes de que ella pudiera salir de ahí, la recién pareja ya estaban besándose de nuevo. Acción que fue repulsiva para la hyuuga que salió corriendo de ahí tan rápido como pudo.

En ese momento no sabía si quiera hacia donde iba, sus pies otra vez caminaban solos y esta vez no precisamente de alegría, si no de tristeza. Era como si su corazón estuviera agonizando, como si le hubieran clavado un montón de alfileres. Tenía ganas de desaparecer de ahí, de hacer lo que sea que fuera necesario para borrar ese sentimiento.

Inconscientemente se dirigió hacia el bosque para que nadie la viera llorar, quería estar sola para desahogarse sin que todas esas personas a las que no les importaba ni un miserable comino le preguntaran la razón de su llanto. Saltó a un árbol, se sentó en una de las ramas, se cubrió los ojos y empezó a llorar y a gritar tanto como pudo, sabía que ahi nadie la escucharía. Gritó lo más fuerte que pudo…

– ¡Naruto te odio! Como me pude creer esas tonterías de "me gustan las personas como tú" Y me hacia ilusiones contigo... ¿Por qué Sakura? ¿Porqué no yo? ¿Qué tiene ella de especial? ¡Te odio! –grite entre sollozos. –Te odio Uzumaki... ¡Te Odio! ¡Porqué tengo que quererte tanto! – Las lagrimas seguían resbalando por su rostro, y ni si quiera se detenía a limpiarlas, solo dejaba que corrieran libres por sus mejillas. En esos momentos le daba igual lo que pasara, deseaba morir para ya no sentir nada para ya no tener que sufrir más.

– ¿Hmp? – gruñó una persona que se encontraba tan solo a unos metros. Empezó a buscar desesperadamente con la vista quien había emitido ese ruido y se topo con unos ojos negros justo a unos cuantos arboles cerca de ella.

– U-uchiha...

Hinata se ruborizo violentamente cerro levemente los ojos, haciendo que unas últimas lagrimas escaparan de ellos mientras caía de la rama en que se encontraba. Acción que el Uchiha gracias a sus reflejos no dejo que sucediera completamente y atrapó a la ojiblanca en sus brazos.

La observo unos cuantos segundos con una expresión indiferente en el rostro. Dio pocos pasos y la volvió a observar con la misma expresión en el rostro. Aparentemente no sabía qué hacer con ella ¿Qué rayos debería hacer si se encontraba una chica desmayada en medio del bosque? Nadie lo había preparado para aquello.

Era la chica con la que había encontrado a su hermano hace un rato, y su cara le resultaba bastante familiar. Lo primero que se le vino a la mente fue llevarla a su casa, sería fácil solo tendría que dejarla en los territorios Hyuga y podría continuar con lo que él estaba haciendo. Pero algo lo detuvo –Estaba llorando, no creo que quiera estar ahí. – Pensó, además la gente aun seguía pensando que él era una mala persona, y de seguro harían un millón de preguntas e inventarían un millón de historias acerca de la situación. Descartó de inmediato esa opción y meditó un poco.

Lo más adecuado sería dejarla aquí, pero ¿Qué pasa si le sucede algo? No es que le importe demasiado, es solo que por ser él la última persona que vio, le echaran toda la culpa si algo malo le ocurre – Tendré que llevarla a casa– Bufó molesto y antes de ir a su casa la acomodo en sus brazos y la observo un poco.

Su rostro le resultaba familiar ¡Claro! Era la chica que hacia equipo con Shino y Kiba. Y que por cierto estaba enamorada de Naruto . Frunció el ceño y continuo pensando ¿Qué clase de chica podría enamorarse de un idiota como Naruto? Realmente le resultaba absurdo. Se abrió camino para salir de ese profundo bosque, ya estando afuera partió con la chica en brazos hacia su departamento.

Tenia una suerte increíble, esa tipa ya le había arruinado dos veces el día. Había jodido su tarde de compras con Itachi, y ahora había jodido su intento de estar solo en el bosque libre de su hermano y de cualquier otro ser humano molesto. Le asqueaba la idea de tal vez estar llevando una fangirl a su casa, pero también le sorprendía el hecho de que cuando la encontró con Itachi no le hubiera dicho "Sasuke-kun, dame un beso de recompensa por haber encontrado a tu hermano" y saltado encima de él. Esa chica realmente es rara, pero no descartaba la idea de que lo hubiera hecho totalmente a propósito.

Al llegar a su casa toco la puerta con el pie derecho, y en unos escasos segundos después Itachi abrió la puerta y se le quedo viendo fijamente con una cara entre asombro y desconcierto.

– Sasuke... ¿Qué haces con esa niña? – Dijo Itachi sin aun quitar la misma cara de su rostro

– La encontré en el bosque – respondió enfadado.

– Es en serio Sasuke...

– ¿Me piensas dejar pasar o no?

Itachi se movió de la puerta, permitiéndole el paso –¿Ahora qué hago? ¿Dónde la pongo? – en todo caso si la pusiera en la sala y alguien llegara y la viera ahí le harían todo un cuestionario sobre la estadía de ella en su departamento, además ya tenía suficiente con que Itachi preguntara todo el tiempo ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?

Y entonces si la ponía en la habitación de itachi, resultaría aun peor. Descarto esa idea sin ni siquiera pensar en las posibilidades, y optó por que sería mejor dejarla en su cuarto para que despertara, y luego echarla de ahí lo más pronto posible.

Entró a su cuarto y la recostó sobre la cama. La observo, realmente era extraña. Sentia una especie de curiosidad hacia ella, algo le intrigaba en ella y no sabía que era. Sentía la necesidad de ayudarla, de consolarla, de preguntarle la razón de su llanto e ir a golpear a Naruto por provocarlo, pero prefirió no ponerse a pensar en eso.

Ya había obscurecido casi por completo, así que dedujó que la chica no despertaría hasta el dia siguiente. Genial, no le basto con joder todo su día y ahora también hacia lo mismo con su noche. Definitivamente hoy no podría relajarse. Se resigno a eso y saco una manta de la habitación de itachi, y uso los cojines del sillón a modo de almohada. Definitivamente ese no había sido su día.