AVISO: ESTE FANFIC TIENE MUCHÍSIMO GORE, A PARTE DE LEMON.

No... No otra vez... El amor te hace hacer locuras, pero, había veces en que la locura ya residía en la gente. Él amo a Sally por tanto tiempo... y ella solo le rompió el corazón. Empezaron como cualquier pareja. Eran adorables. Destruían los planes de Robotnik juntos, paseaban juntos, y tenían noches de pasión desenfrenadas, juntos. Todo iba a pedir de boca. Hasta... que Sally conoció a otro chico por el cual, dejó a Sonic. Este entró en una profunda depresión. Hasta que cayó en la cuenta: si el chico no estuviese, Sally volvería con él. Negó frenéticamente con la cabeza. Eso era de locos. Todavía le quedaba cordura, no haría eso ni en sueños. O... ¿Quizás sí? Un día paseando por una colina de montaña se encontró al chico. Estaba solo mirando su móvil. Pasó de él. Pero, una voz dentro de él lo hizo detenerse. "Si él no estuviera..." Como si el hablara, sonrió de forma perversa. Miró a su derecha y vio un hacha que utilizaban para cortar los árboles. La agarró sin pensar. Se acercó a aquel erizo rojo y le golpeó con el mango del hacha. El carmesí cayó al suelo. El cobalto solo rió como un loco comentándole algo. "Si desapareces, Sally me querrá solo a mí..." Siguió golpeándolo. No se detuvo hasta ver como el de color rojo intenso se quedaba inconsciente. Una vez esto ocurrió, alzó el hacha dispuesto a matar al otro erizo. Cortó la cabeza del otro en dos. Cuánta sangre... No paró de enclavar aquella arma hasta que el teléfono del asesinado comenzó a sonar. Soltó el hacha y salió corriendo de allí. ¿...Qué había hecho...? Mató a alguien... Los años pasaron, y Sally volvió con Sonic. Ambos eran adultos, y su relación era bastante estable. Entonces, ocurrió el segundo asesinato. Sally le puso los cuernos. Pero... no con cualquiera... con Manic... si, con el hermano de Sonic. El cobalto volvió a caer en una depresión. No lo soportó más, y fue a visitar a Sally. Era de noche. Ella estaba sentada en el porche de su casa observando la luna. Sonic corrió todo lo que pudo para no ser detectado por la ardilla. Esta, entró en la casa, ya era tarde. Sonic cerró la puerta con el pestillo. Se fue acercando a Sally lentamente. Sacó su cuchillo carnicero y se lo puso a la chica en las costillas. Estaba harto. Ella lo volvió así... Si no lo quería desde un principio, ¿por qué lo torturó de esa forma? Deslizó la hoja rápidamente cortando la piel de la chica. "No me dejaste otra alternativa..." Ella solo pegó un grito desgarrador. Sally corrió al jardín. El erizo la siguió. Ella solo hizo todo lo posible para esquivar al cobalto. Se volvió a meter en la casa y cerró "Vamos a jugar a las escondidas... Corre y ve a esconderte." El de ojos color esmeralda comenzó a reír de forma descabellada. Había perdido completamente la cabeza. Entró de nuevo en la casa y la escuchó correr por las habitaciones. "¿Te acuerdas del chico por el que me dejaste hace años? Lo maté yo. Me arrepiento de algo, y es de haberlo matado a él y no a ti. Podríamos haber sido felices... pero no... La heredera al trono prefirió dejarme sin corazón."Se paró en frente del cuarto de la chica, de seguro estaba dentro. "*knock knock* Estás aquí, ¿cierto?"Entró viendo como la ardilla saltaba por la ventana. El hizo lo mismo cayendo bien, cosa que no le pasó a la de ojos cielo... Cayó mal, y no se podía levantar. El chico la acostó boca arriba se sentó encima de ella. "Tú me torturaste... Ahora te torturaré yo..." La otra intentaba zafarse del agarre sin conseguirlo suplicando que lo sentía y que lo quería. El erizo hizo caso omiso a las suplicas. Enclavó varias veces el cuchillo carnicero en el brazo de aquella chica que le había dejado sin cordura. Los gritos de la fémina alertaron a alguien que paseaba por la zona. Una vez vio como el brazo derecho de la ardilla se desprendió, fue a por el otro. Aquello parecía un mar de sangre. Ella se retorcía de puro dolor. Sonic le puso el cuchillo en el cuello y se despidió... "Aishiteruyo, daketo... Sayonara... (Te amor, pero... este es el adiós...)"Deslizó el cuchillo haciendo que bastante sangre le cayera en la cara. No dejó de cortar su cuello aunque ella ya no vivía. Entonces, escuchó una voz detrás de ella.

"Detente, ya está muerta, gastas innecesariamente tus fuerzas."Esa voz era conocida. El cobalto se puso en pie y se dio la vuelta. Era Shadow, quien lo miraba con un rostro neutral. El vetado dejo escapar una sonrisa camuflada. El otro erizo se acercó un poco al azabache, el cual no retrocedió, sino que se acercó. El de ojos color esmeralda cayó de rodillas en frente del mayor, temblando. No... Otra vez no... Mató a alguien, y para colmo, era la chica a la que amaba. Comenzó a llorar. El de ojos rubí lo miro triste. "Sonic, merecía un castigo por todo el dolor que causo, me lo contaron todo."Sonic intentó decir algo, pero su llanto no lo dejó. Posiciono el cuchillo en su propio cuello pero el de franjas rojas lo detuvo abofeteándolo. "Ni se te ocurra. Sonic, no vale la pena acabar con tu vida por esto." El menor le preguntó el ¿por qué? no le tenía miedo o lo mataba. "Porque pienso que hiciste lo correcto... Yo también lo hubiera hecho, pero de una forma más sangrienta..." Vale, ahora era Sonic el que le tenía miedo a Shadow.

"De todos modos, ¿qué hacías aquí a esta hora?"Preguntó el azulado. Shadow se giro dándole la espalda.

"Acababa de visitar a alguien, y me pareció apetecible ir por el bosque, para no encontrarme a eso que se denomina "población"."Respondió serio. Estaba mintiendo y Sonic lo sabía. El azabache no tenía intenciones de contarle la verdad. El contarle que se pasaba el día siguiéndolo. Observándolo desde lejos. Imaginando lo que hacía el oji-esmeralda cuando no era vigilado por su mirada. Desde que lo conoció, se puso a observarlo desde lejos, todos sus movimientos aunque eran patosos, también eran adorables ante los ojos del de ojos carmesí. Se había vuelto levemente un Stalker. Siempre se encargaba de ayudar al erizo en todo lo que hiciese falta con tal de que el menor le brindara con una tierna sonrisa. Cada vez que estaban a menos de un metro de separación, su corazón comenzaba a latir con fuerza, su pulso temblaba y casi ni podía articular una palabra. Y en ese momento no había excepción.

"Shadow... mientes, odias los paseos rurales por la noche. Dime la verdad."

"... Está Bien... Llevo demasiado tiempo ocultándolo..."Se puso firme y lo miró un tanto nervioso. No sabía si decirlo o no. "...Buscaba a alguien..."

"¿pareja?"Preguntó el cobalto. El vetado negó.

"No, de momento... Oye, será mejor que nos vayamos. No me gusta estar cerca de cadáveres."

"¿A dónde?"

"A mi casa, para que te quites toda esa sangre de encima."Dijo el azabache dejando a Sonic un tanto confundido. Normalmente, Shadow se reía de él, pero después de aparecer por arte de magia, lo consuela y es amable con el menor. Caminaron hasta la casa del de franjas rojas con cuidado de que nadie lo observara. Una vez dentro de la casa, el de ojos color rubí habló. "Bien, primeros, date una ducha y quítate toda esa sangre de encima. Segundo, si quieres algo, cógelo tú, no me andes molestando. Estaré en mi cuarto, no me llames si quieres algo. Búscalo tú, que para algo tienes ojos y manos." Típico del de ojos color rubí. El cobalto se metió en el baño. Era enorme, incluso más grande y lujoso que la casa del oji esmeralda. Tenía bañera, ducha, bañera de hidromasaje, jacuzzi... La casa al completo parecía la de un rey. Entró en la ducha. Él odiaba el agua, pero ahora mismo, la necesitaba para relajar sus nervios. Sintió el agua recorrer cada centímetro de su cuerpo. Se sentía extraño bañarse en la casa de Shadow, dado a que no podía ni tocarlo sin que este se largara. El único que sabía sobre el primer asesinato era Tails, quien nunca lo culpó. Sabía que Sonic era inestable por culpa de Sally. El de dos colas siempre apoyó al cobalto en cada depresión que sufría. ¿Cómo le diría que había vuelto a matar a alguien? Y encima ese alguien era Sally. Estaba perdido en sus pensamientos, sin notar que alguien lo observaba... Shadow no podía estar tranquilo sabiendo que Sonic se estaba bañando en su ducha, por lo que fue a mirar... Abrió un poco la puerta sin ser detectado por el otro. Lo observó bañarse. Sintió electricidad al verlo así, le entraron ganas de meterse en la ducha con él, pero, no lo haría. Siempre pensaba bien sus movimientos antes de ejecutarlos, y aún más, si estaba en juego la confianza del otro erizo. Se limitó a observarlo desde la puerta, ya tenía práctica en eso de mirarlo desde lejos, así que, no sería descubierto. Se relamió los labios un par de veces... Esto era mejor que observarlo escondido tras un árbol. Comenzó a pensar en qué pasaría si lo dejaba dormir ese día en su casa. Sintió otro cosquilleo de tan solo pensarlo. Pensó bien como se lo pediría. No pudo evitar entretenerse al ver como el azulado frotaba gel por todo su cuerpo. Abrió la llave del agua otra vez retirando la espuma de su cuerpo. Shadow sacó su móvil y le sacó una foto con la cámara silenciosa, la cual, siempre utilizaba si quería sacarle una foto sin que lo notara a menos de cinco metros de distancia. Comenzó a temblar viendo como el erizo azul se masajeaba algunas partes de su cuerpo, el día anterior, ambos habían competido en una carrera, y de seguro tenía agujetas, Shadow las tenía. Cerró la puerta y se metió en su cuarto. Parecía la habitación de un noble, al vetado le gustaba la decoración clásica e imperial, y después estaba su casa de la playa, que la decoración era moderna y abstracta. Miró a su derecha y vio su tabón. Ahí colgaba todas las fotos que le hacía a Sonic. Era un tabón enorme, y aunque había muchas fotos del erizo azul, todavía quedaba espacio para más fotos. Una vez su taquicardia cesó, salió de su cuarto encontrándose al Sonic. "Em... puedes quedarte esta noche si quieres, pero, hasta ahí, solo hoy."Le dejó claro, y aunque lo dijo serio, por dentro deseaba una respuesta positiva por parte del otro. El cobalto asintió. "Ahora te llevo una manta y una almohada..."Dijo entrando en su cuarto. Iba a dormir bajo el mismo techo que el héroe de Mobius. Las taquicardias volvieron. Cogió la manta y la almohada. Salió de su cuatro intentando relajarse, de momento, iba bien. "Toma..."Dijo cuando entró en el salón, pero, lo que vio le partió el alma. El cobalto estaba llorando silenciosamente. De seguro, tenía ganas de morirse. Shadow dejó lo que llevaba en brazos, y se sentó al lado de Sonic. Lo abrazó dejando al menor extrañado aun con lágrimas en los ojos. Shadow no planeó eso... Pero, Sonic lo correspondió. Otra vez, taquicardias... Se sentía tan bien abrazar al menor. Su pulso comenzó a temblar. Tenía miedo de cagarla y que Sonic terminara con el abrazo. El azul se acercó más al vetado llorando en su pecho. Este lo abrazó con más fuerza. Quería tranquilizarlo, que dejara de llorar. "Sonic, no sirve de nada llorar..."El menor lo miró con aquellos ojos esmeralda brillantes cristalizados. Por instinto, Shadow acercó su rostro al del menor. Pensó un momento. Besarlo sin pedirle permiso estaba mal... Sonic terminó de acercarse juntando sus labios en un lento beso. Shadow creía estar en un sueño. En cualquier momento le daría un ataque cardíaco. Sonic terminó el beso abrazando al azabache. Susurro un gracias al oído del mayor y se acostó tapándose con la manta. Dio las buenas noches regalándole una sonrisa inocente al vetado. "Buenas noches..." Se fue a su cuarto apagando la luz. Y aunque tenía sueño, no pudo evitar levantarse un par de veces en la noche para sacarle fotos a Sonic, y acariciarle las púas mientras dormía. "Eres hermoso… Mi querido Sonic… Nadie te tendrá, solo mío serás… Te amo…" Dijo abrazándolo y dándole varios besos en el cuello. "Eres dulce… Mi pastel… Solo mío…" Mordió levemente la oreja del cobalto seductoramente. "Te amo… te amo… te amo…"

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¡Bye! *Kisu*