Nada me pertenece. Personajes y demases, obra del autor. Yo solo dispongo la idea.
MariSeverus.
Dedicado a: Morthesen.
Sus manos blancas y pálidas, acariciaban sus dedos mientras dormía. El suave movimiento, un patrón irregular, jamás se daría cuenta a no ser que abriera sus ojos y la contemplara. ¿Qué eran esas extrañas marcas en sus manos? Tenía un encanto particular que sin duda ella, tenía que descubrir. Era un forastero, no sabía de dónde provenía. Sin embargo, se sentía tan segura bajo esas pálidas manos. Bajo los brazos de ese escuálido hombre, que estaba durmiendo en esa habitación vieja y mohosa.
"Ichabod"
Le tenía miedo por esa misma razón. Él le temía por esa razón. Porque ella era idéntica a aquella mujer. Porque su sonrisa y sus bailes en el campo, mientras mencionaba su nombre... eran idénticos. ¿Sería ella? Reencarnación en otro cuerpo. ¡Imposible!
Pero había algo en sus ojos, que al verla le hacía pensar en ese pasado. En aquella ave que se quedó encerrada tras barrotes de púas y jamás pudo salir. ¿Lo perseguía? Iba detrás de él, como siempre había prometido.
"Ichabod"
Despertó violentamente y alzó la cabeza, el sudor frío en su frente y los ojos desorbitados. Era ella, esa mujer... no... solo era Katrina Van Tassel. Lo miraba con un gesto preocupado. ¿Cuántas veces más, tendría esa pesadilla?
— Ichabod. ¿Estás bien? Te golpeaste muy duro la cabeza.
¿Sí? Entonces haciendo un poco de memoria, lo recordó. Estaba estudiando los suceso en Sleepy Hollow y de pronto, vio mucha sangre. Torrentes de sangre, provenientes de un cuerpo y entonces...
Cayó en el suelo, inconsciente.
— Señorita Tassel.
— Llámame Katrina. ¿Se encuentra bien? ¿Le tiene miedo a la sangre?
Desvió la vista y asintió con suspiro lastimero. Miró a su alrededor y apartó las sábanas con mucho cuidado. Se levantó de un salto y se acomodó el traje. Sus ojos trataron de infundir más valor, del que había perdido hacía rato. Los moradores del pueblo, aún reían al recordar su expresión y cómo se había desmayado.
— No les haga caso, solo son unos tontos. Quisieron gastarle una broma y le arrojaron la cabeza del cadáver a las manos.
Asintió, mirando sus instrumentos de trabajo. Estaban organizados, muy distinto de lo que él había dispuesto. Katrina se había detenido a su lado y lo miró con curiosidad.
— Me tomé la libertad de acomodarlo. ¿Te molesta?
No podía mirarla a los ojos sin sentir que la mirada de su... de ella estaba allí sobre él. Negó enseguida y fingió concentrarse en lo que estaba por hacer. Katrina sonrió con dulzura.
— Ichabod...¿qué tienes en las manos? ¿Por qué no me hablas un poco de ti?
— No soy muy interesante, señorita Katrina. Además, seguro la aburriría con estúpidas... cha...chácharas.
— Al contrario. Sería muy interesante.
Otra vez esa mirada inocente, esa sonrisa juguetona que lograba llenarlo de miedo. Llenarlo de diversas sensaciones. Pero no, ella era distinta de lo que veía. Ella era distinta a los Tassel que había visto. A los moradores del pueblo.
Ella tenía que serlo.
— ¿Ichabod?
"Ichabod" "Ven Ichabod"
— Ven Ichabod. Ven a cenar con nosotros.
