1. Todo ha acabado

El cuerpo de Voldemort cayo inerte al suelo, y durante unos segundos la lucha siguió con toda normalidad hasta que pudieron procesar la imagen que ante ellos se presentaba. Había caído. El mago mas poderoso de todos los tiempos, o eso decían, había caído bajo su propia maldición o bajo el poder del amor. Aunque las razones importaban poco, lo importante era el resultado.

Muchos años pasados, incontables batallas, miles de lagrimas, numerosas victimas, no solo muertos sino heridos, familias rotas, en resumen sufrimiento y mas sufrimiento y toda causado por una persona, un mago que dedico su vida al horror y la muerte, a la destrucción y el dolor. Con él había arrastrando muchas victimas, y destruido tanto que su alma se había podido dividir de forma inhumana. Y es que ese ser ya no era humano era un monstruo. No quedaba nada de ese niño que muchos años atrás Dumbeldore fuese a buscar a el orfanato muggle con la intención de ayudarlo a comprender que era un mago, y que aun que era especial, había mas como él. Pero la maldad ya estaba en el, nada se pudo hacer, incluso el propio Dumbeldore estaba muerto ahora.

Después de siete años todo había acabado y ahora todos comenzarían una nueva vida.
Hermione estaba estática en el mismo lugar donde hacia unos instantes luchaba con el mortifago antes de que Voldemort cayera. Durante unos segundos su mente paso un resumen de la noche,la llegada a Hogwarts, el paseo hasta la cámara de los secretos, el beso, Fred muerto, Harry muerto en el suelo, el miedo y el orgullo de ver a Ron enfrentándose a Voldemort, y lo rápido que había sucedido todo después. La batalla, el estruendo, los vítores, aplausos, y el aturdimiento. Busco durante unos momentos esos ojos que eran la paz de su alma, la luz que la guiaba, hasta que unos brazos fuertes la abrazaron y él le susurro al odio.

- Todo ha acabado. -Entonces había llorado mucho no sabía si de alegría o tristeza, ambos sentimientos estaban presentes esa noche en todos.

Ron la arrastro hasta Harry fueron los primeros en llegar al él y lo felicitaron. La gente comenzó a llegar entre risas y lagrimas a felicitar al gran héroe y al resto, pues se felicitaban todos entre ellos, todos eran héroes, porque todos habian luchado como valientes guerreros esa noche. Una vez mas decidieron hacerse a un lado y pasar a ocupar un segundo lugar. Se habían abrazado en silencio durante gran rato, minutos, horas, no lo sabían pero les daba igual, estaban vivos y juntos y lo necesitaban. Ron la había llevado hasta el Gran Comedor, cogidos de la mano y en silencio, y se habían reunido con los Weasley.
Sentía el calor del sol anunciando el nuevo día, el frió banco donde estaba sentada bajo ella, y la mano fuerte de Ron sobre la suya, no la había soltado en todo ese tiempo, pero nada mas, no sentía nada más esperaba la llegada del dolor, el alivio, el frió, la tristeza, el cansancio, esperaba algo, pero estaba allí sentada con la mente en blanco, bloqueada a todo. A su alrededor la gente celebraba la victoria mientras otros lloraban a los muertos o curaban a los enfermos, Voldemort estaba en una sala contigua al Gran comedor y los mortifagos apresados eran llevados a Azkaban. A lo lejos oyó una voz conocida diciendo algo que no entendió.

- ¡Oooh! - ¡Mirad un blibber maravilloso!

- Luna nunca cambiara, quizás sea verdad y tengamos el jardín lleno de blibber maravillosos - dijo Ron encogiéndose de hombros.

- umn... seguro -contesto automáticamente sin entender ni la frase ni la respuesta.

Aun no podía asimilar la cantidad de imágenes que su mente intentaba unir en una secuencia lógica. No era capaz de sentir nada que no fuese el banco de madera sobre el que estaba sentada. Estaba como en trance, a su alrededor muchas familias se debatían entre la tristeza y la alegría. Y por su puesto los Weasley. Estaba con ellos llorando la muerte de Fred y muchos otros. A su lado estaba Ron. Algo la toco, haciéndola despertar, y le izo unir todo el puzle.

- Soy yo -dijo una voz entre los dos - ¿podéis venir conmigo?

Ron y ella se levantaron y lo siguieron, a travesaron el Gran Comedor tras un Harry invisible y pasearon hasta el despacho de Dumbeldore por los pasillos destrozados. La gárgola los dejo pasar.
La entrada al despacho fue recibida por aplausos y vítores de los antiguos directores de Hogwarts y por supuesto Dumbeldore que lloraba de alegría. Mantuvieron una breve conversación en la que Harry anuncio que devolvería la varita de saúco a la tumba del antiguo director, después de reparar la suya que tantas alegrías le había dado.
Salieron del despacho y como si nunca hubieran abandonado el castillo, haciendo de esa noche una mas de su séptimo año en el mágico colegio, se dirigieron a su sala común como tantas noches habian hecho los tres juntos, siempre juntos. Aun en silencio y con la incertidumbre del dolor no se separaron. El retrato de la Dama Gorda estaba ahora vació, pues la guardiana de Grifindor había huido con Sir Calogan al empezar la batalla. El niño que vivió, y murió, pero volvió a vivir, Rita iba a estar encantada con esto, se desplomo en los cómodos sillones granates de la Sala Común de los leones, después de unos segundos suspiro para después volver su cabeza hacia Hermi que aun permanencia de pie junto a Ron y dijo con voz temerosa:

- Hermione ¿crees que sería adecuado pedirle a Kreacher un bocadillo?, tengo mucha hambre.

- Mejor que sean dos Harry, yo también estoy muerta de hambre.

- Luego me dicen a mi glotón - Dijo un Ron que los miraba entre sorprendido y divertido- pero tres mejor que dos. ¿no?

- A veces no amigo, a veces no- dijo Harry mirando a Ron y Hermione que se sonrojaron

Se oyó un sonoro crack y apareció un Kreacher sonriente con cuatro bocadillos.

- Muchas gracias Kreacher pero somos tres ¿para quien en el cuarto? - Pregunto Ron.

- Para el señor Weasley, mi señor, el siempre tiene más hambre que los demás.- Harry y Hermione estallaron en a reír.

- Muchas gracias Kreacher- dijo Ron mientras cogía los bocadillos y se dirigía a los sillones.

- Amo Potter, si no desea nada más y ¿me da su permiso? Kreacher bajara a ayudar a los que lo necesiten mi amo, señor.

- Por supuesto Kreacher, pero descansa algo también.
Y se oyó un crack.

Terminaron de comer en silencio. Hermione dormía casi antes de terminar el bocadillo y al final el sueño la venció cayendo rendida en el sofá. Estaban los tres realmente muy cansados tanto mental como físicamente, habían sido 10 meses huyendo de bosque en bosque. En tensión constante para evitar ser capturados, sufriendo peleas, hambre y muchas dudas.

- Te ves con cara de sueño, vete a la cama amigo, a Hermione puedo llevarla a la cama pero no creo que pueda contigo. - dijo Ron mientras se dirigía hacia los dormitorios con Hermione en brazos.

- ¿Y tu Ron no vienes a dormir? - dijo Harry que restregaba sus ojos para no caer dormido en medio de las escaleras.

- No, yo voy a bajar al comedor con los demás, mi madre debe necesitarme- su cara se entristeció- ya sabes...

- Yo... te acompaño Ron... no te vayas sol...- Pero Ron lo paro.

- No seas terco Harry ve a dormir, yo subiré después. Necesitas descansar.

- Ron yo seimto mucho lo de...- casi no podía articular bien las palabras del sueño.

- Harry lo sé, se que también para ti era muy querido no hace falta decirlo y no quiero que te sientas culpable, anda ya adormir.

- Ron...

- Harry a dormir, que quiero subir ya a la bella durmiente, que me duelen los brazos. -dijo entornando los ojos mientras levantaba a Hermione y esbozaba una triste sonrisa. - No es que pese mucho, y ni que me moleste tenerla asi, pero... estoy realmente cansado.

- Ups perdón, hasta mañana - y diciendo esto desapareció por las escalera.

Ron subió despacio para no despertar a Hermione, entro en el dormitorio de las chicas de séptimo año y la deposito en una cama vacía, tapándola suavemente. Debía ser cierto eso de que con amor se ve todo distinto, porque allí tirada en la cama la vio terriblemente hermosa aun siendo consciente de que la castaña no estaba en su mejor momento. Los meses de huida le habían pasado factura. Aunque bueno no era la primera vez, la había visto hermosa ya el primer día en aquel vagón de tren, aunque nunca lo reconocería ante nadie, la noche del trol en el baño, cuando Victor la saco del agua, o cuando lo ayudo con las babosas, incluso estando petrificada, o con carita de gata. Tantos momentos. Y casi la pierde para siempre en la Mansion Malfoy, y ahí descubrió que no podía vivir sin ella, tenia que estar con ella. Eran el uno para el otro.

- Duerme preciosa, tenemos toda una vida por delante - se agacho y le robo un beso.
Cuando se dio la vuelta oyó a Hermione decir entre susurro.

- Te quiero mucho Ron - se dio la vuelta y pudo ver como dormía con una sonrisa en los labios.

- Yo también te quiero cielo - se le humedecieron los ojos.

Y entonces se marcho con una sonrisa en los labios a enfrentarse a la realidad del Gran Comedor lleno de familias trozadas. Entre ellas la suya, habían perdido muchos amigos y compañeros, e incluso un hermano, casi todos en el mundo mágico conocían a alguno de los muertos. Todos los Weasly estaban presentes, Bill y Fluer sentados junto a Percy, en el banco de enfrente el señor y la señora Weasly y George abrazado a su madre, Ginny permanencia sola sentada en un banco contiguo a sus padres. Se sentó al lado de Ginny, que lo abrazo y le dijo:

- ¿Y Harry?- sin separarse de su hermano.

- Yo también te quiero enana. -dijo revolviendole el pelo.

- Te he echado mucho de menos cabezota.- dijo divertida- Te quiero - y le estampo un sonoro beso en la mejilla, al borde del llanto.

- Esta descansando, durmiendo junto con Herms.

- ¿COMO?¡

- Enana tranquila, en habitaciones distintas, además ella es mía y Harry no mira a nadie que no sea pelirroja y enana, jeje.

Habían perdido mucho pero habían ganado más, les quedaban momentos muy duros pero los superarían y harían una nueva vida mejor. Su madre y su padre se abrazaban en su banco junto a ellos, Molly ni siquiera lo había visto llegar, tenia la mirada perdida en el cuerpo sin vida de Fred y George estaba ahora cogido de su mano totalmente estático. El resto de la familia Weasley los rodeaba en silencio. Ron apretó a Ginny más contra él, para darle ánimos.

- Ahora, todo ira bien. Pero va a ser dificil...

- ¿Tu Herms? -pregunto entrecerrando los ojos Ginny.

- Mañana Ginny, mañana, ahora estoy cansado.

Le revolvió el pelo una vez mas y le beso la cabeza, no iba a contestar a eso. Era evidente que si, el sabia que todos lo sabían, hasta Hermione debía saber ya lo que el sentía por ella. Bueno evidentemente la castaña lo sabia, lo beso. Pero no era exactamente el momento, todo el peso de los meses, y el dolor de la batalla empezaba a caer sobre el. Allí junto a su familia, delante del cuerpo sin vida de su hermano.

Aunque ya había pasado todo, ya solo quedaba empezar una nueva vida todos juntos.