Decisiones
Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto
Capitulo 1
Con sus orbes negros escaneó el escenario frente a él. A unos pocos metros reparó en el cuerpo de su antigua compañera de equipo. La pelirrosa se encontraba tirada en la tierra, en medio del desastroso campo de batalla, en posición fetal, con los ojos cerrados y una katana descansando a su lado, la misma que la había lastimado ya que se encontraba manchada con sangre y en su estomago se dejaba ver una profunda herida. Aun separado por varios metros, el pelinegro podía asegurar que el filo de la hoja la atravesó completamente. Al parecer ella misma la había retirado de su estomago ya que no veía a nadie a su lado.
Luego observó su estado más detenidamente, su piel pálida estaba cubierta de moretones y todo tipo de contusiones. El color violáceo y verdoso de las manchas le revolvió el estomago, su cabello desparramado en la tierra, la sangre seca en los mechones antes rosados además de un brazo fracturado que se veía dislocado e hinchado. Sin lugar a dudas una pierna completamente inútil con un profundo corte sobre la rodilla. La intención del enemigo habría sido cortarle los tendones y así poseer una clara ventaja en la lucha.
Sus ojos no mostraron emoción alguna cuando notó el bulto anaranjado a su derecha. Naruto tenía las piernas y brazos abiertos boca arriba, en su rostro aun podían apreciarse manchas rojas producto del chacra del kyubi. Y su cuerpo, al igual que el de su compañera de batalla cubierto de moretones y cortaduras.
Miró intercaladamente a los dos con cierto fastidio. ¿Por qué empeñarse en volver a sus días cuando niños? ¿No les había dejado claro ya a los dos que no los quería en su camino? Sus ojos se estrecharon con furia. Era lo único que se permitía sentir cuando una y otra vez intentaban cambiarlo. No necesitaba amigos.
Un jadeo lo hizo volverse hacia la pelirrosa. Aun esta viva pensó un poco sorprendido.
Sus ojos se encontraron con los jades de Sakura. Carecían de brillo, poco a poco iban perdiendo la vitalidad. Ella lo escrutó por un momento y su rostro antes sorprendido se volvió duro y firme.
Acomodo su cuerpo levantándose un poco mientras giraba en su dirección. Su brazo izquierdo permanecía inerte. Su brazo derecho lo fue levantando poco a poco hacia él. Abrió su mano mirándolo inexpresiva y el Uchiha enarcó una ceja ¿Qué demonios hacia? No era capaz de realizar ningún jutsu en ese estado. Entonces… era solo como si quisiera alcanzarlo.
No se movió ni un milímetro, su cara se mantuvo igual de fría que en un principio. Sakura mantuvo su mano lastimada y sucia elevada unos segundos y luego simplemente la dejo caer.
Sasuke no encontró razonamiento para las acciones de la mujer y menos aun cuando formo una media sonrisa casi arrogante. Como si con su último gesto de desprecio hubiese confirmado algo.
Vio como los ojos verdes reparaban en Naruto a unos cuantos metros de ella. Inmediatamente su rostro se llenó de preocupación y apretó sus puños. Apoyó el codo sano en el pasto y comenzó a arrastrarse en dirección al rubio, a cada tramo que conseguía moverse dejaba un claro rastro de sangre. Parecía ignorar el dolor, pero Sasuke la veía hacer gestos y ahogar gritos en su garganta cada vez que la carne expuesta de la herida se frotaba contra la suciedad del suelo haciendo que el corte se desgarre más y más.
-Sakura…-intentó llamarla. Era inútil su esfuerzo en esas condiciones, solo acabaría muerta más rápido.
Ella lo ignoró y continúo con su tarea. Él fue testigo de cómo sus ojos se oscurecieron dando paso a un verde intenso, carente de brillo. Luego empezó a toser sangre y callo de cara al suelo. Sasuke dio unos pasos en su dirección, pero inmediatamente se detuvo.
La pelirrosa se paso el dorso de la mano por la boca, eliminando el hilo de sangre que caía y nuevamente se apoyó en su brazo sano. Su débil cuerpo continuo arrastrándose de a poco. Estaba a unos cuantos metros del rubio cuando se volvió para mirar sus profundos ojos negros e intentó llegar más rápido haciéndose más daño y jadeando considerablemente.
Sasuke no podía creer que siguiera consciente.
Recordó a la Sakura de 12 años, esa que nunca lo hubiese ignorado, nunca habría luchado de esa forma. Al parecer sus ex compañeros consiguieron poder cada uno a su manera.
Sakura y Naruto estaban separados por unos escasos centímetros. Con sus ultimas fuerzas se arrastro cayendo estruendosamente al lado del rubio. La vio acurrucarse más cerca de su pecho como si su presencia le transmitiera seguridad. Notó la devastadora mirada que le dio y paso su brazo con delicadeza sobre el cuerpo inconciente en un intento de mantenerlo a salvo.
Estúpido Sasuke no pudo evitar el pensamiento. ¿Acaso quería protegerlo de él? Si bien intento matarlos en el pasado no tenía caso en esos momentos. De todos modos no les quedaba mucho a ninguno de ellos.
-Na…ruto-susurro apenas audible la pelirrosa y movió su mano demasiado lento para su gusto logrando atrapar la del rubio.
Sasuke miró incrédulo ¿acaso ellos…? Frunció el ceño enojado consigo mismo. A él no le interesaba el tipo de relación que podían tener, pero los vio tan unidos que no lo pudo evitar, sin duda su amistad se unifico considerablemente. Sakura cubrió a Naruto sin importarle su estado, su frágil y delgado cuerpo apenas se dejaba ver bajo la capa de sangre que la cubría. La unión de sus manos carecía de fuerza, ella simplemente le daba un poco de calor con su contacto.
Y sintió un poco de nostalgia, aun los lazos que habían formado gracias a su equipo perduraron a pesar de todos los inconvenientes y enemigos. Supuso que solo consiguió fortalecerlos. Seguro fue el culpable de gran parte del cambio de sus compañeros.
Si su clan no hubiera sido asesinado…
Un chakra conocido lo sobresalto e inmediatamente arrojó un shuriken en su dirección. Frunció el ceño al notar que su arma no dio en el blanco. En respuesta, la silueta de un Ninja se mostró en el amplio campo montando un ave blanca de tinta.
Pelo corto azabache, ojos negros, piel extremadamente pálida y una mirada casi tan inescrutable como la suya propia. Si mal no recordaba se trataba de su reemplazo. El idiota que trato de convencerlo para mantener sus lazos con su equipo, sin siquiera ser conciente su puño se cerro.
La gran ave se detuvo al lado del rubio y la pelirrosa. El joven descendió de un salto y mando una escéptica mirada antes de que su atención se centrara en los dos jóvenes tendidos en la tierra. Un destello de preocupación lo inundo.
-Fea…-susurro agachándose en cuclillas a su lado. Oyó a Sakura dar un suspiro de alivio al advertir la presencia de su copia.
-Aun en momentos como este Sai?-resopló la pelirrosa dando una débil sonrisa. Él no contestó, se limitó a tomarla cuidadosamente por la cintura y levantarla hasta apoyarla sobre su pecho. Sasuke frunció el ceño.
-Toma-dijo acercándole una pastilla roja-Tsunade-sama dijo que tenia la capacidad de restaurar el chakra y curar heridas a una velocidad asombrosa-sin embargo cuando estuvo a centímetros de su boca, ella negó con la cabeza.
-Dásela a Naruto-pidió. Sasuke resoplo totalmente hastiado. Sakura seguía siendo igual de idiota y débil. Estaba a punto de desmayarse por la perdida de sangre y aun así negaba la ayuda que tanto necesitaba.
-No te preocupes-la tranquilizo-Hay una para él también-le sonrío y ella finalmente asintió recibiendo la pastilla en su boca.
Sasuke decidió que era momento de intervenir. De un ágil salto se posiciono frente al ANBU quedando en medio de ellos, sus dos antiguos compañeros. Sai frunció el entrecejo y en un rápido movimiento desenvaino su espada listo para hacerle frente. Cuando Sakura lo notó, se incorporo sentándose al momento que tomaba un kunai y lo sostenía fuertemente sin apartarse del rubio.
El portador del sharinghan chasqueó la lengua, aunque debía admitir que fue repentino el poder que le otorgo el medicamento a la kunoichi. Hace unos instantes apenas podía respirar y en ese lapso fue capaz de reaccionar y adoptar una pose defensiva.
Sai le toco el hombro a la pelirrosa llamando su atención.
-Yo me encargo. Ocúpate de Naruto.-ordenó autoritario. Sakura hizo una mueca pero aceptó, tomando la pastilla que su compañero le entrego. Se dio la vuelta y tomo a Naruto por los hombros, acomodándolo pasando un brazo sobre los suyos propios, los ojos verdes y los orbes negros se encontraron unos segundos antes de que ella desapareciera llevándose al portador del kyubi.
El Uchiha volvió su atención a Sai. No estaba en sus planes que su patético reemplazo apareciera, aunque eso le daba igual. Era alguien débil. Sin duda, una lucha innecesaria, pero por desgracia tenia algunos asuntos que zanjar con Naruto y la molestia.
Su prioridad numero uno era matar a Madara y para ello debía reunir toda la información que ellos obtuvieron de la pelea de hace unas horas. Ese hombre, parte de su "familia" era un adversario peligroso. Así que por mucho que le disgustara pedirle ayuda a su amigo, era su deber. Todo sea por limpiar su apellido.
-¿Planeas enfrentarme?-su tono salio con sorna.
-No era mi plan principal-admitió con calma Sai-Pero si intentas cualquier cosa tendré que intervenir.-aseguró con una sonrisa, demasiado falsa para el gusto del pelinegro.
-Te equivocas-le corto rápidamente, con un tono amenazante-Yo seré el que intervenga.
Sai abrió los ojos sorprendido. No estaba acostumbrado a las emociones, es mas, a causa de ellos siempre se metía en problemas con la gente que no lo conocía. Naruto y Sakura eran los únicos que lo comprendían. Sin embargo, las pocas palabras que cruzo en el pasado con Sasuke no se las había olvidado. El pelinegro con una simple mirada logro infundirle un miedo que nunca antes había experimentado y aun recordaba el escalofrío que lo sacudió en ese momento.
-Y ¿Que estas buscando exactamente?-se ahorro las sonrisas, iba en serio.
-Eso no te incumbe. Solo necesito hablar con Naruto.-el dueño del sharingan tomo su silencio como por finalizada la charla y se concentro en sentir la presencia del rubio, era débil, pero sin duda mas significativa que hasta hace un momento. Debía ser esa pastilla. Concentro chakra en sus pies y pegó un salto hacia los espesos árboles tras el ANBU.
-Recuerda que ellos son mi equipo ahora.-la voz de Sai le corto el paso. No pudo explicar la rabia que se expandió por sus venas como un disparador. Sus ojos inyectados en sangre se intensificaron aun más si era posible. Pero decidió perdonarle la vida una última vez a la insignificante escoria que habían elegido para suplantarlo e ignoró el comentario y las poderosas ganas de atravesarlo con su kusanagi. Volviendo a centrarse en el rubio.
Sakura deposito suavemente a Naruto en el césped contra el tronco de un gran roble, bajo la sombra que les brindaba en esa tarde particularmente calurosa. Unas traviesas lagrimas amenazaban con escaparse de sus ojos, pero tomo una gran bocanada de aire para reprimirlas.
Le tocaba a ella ser fuerte para proteger a su mejor amigo. Con rapidez saco la pastilla rojiza de su porta kunai y la deslizo por los labios de rubio, que estaban entreabiertos. Se conformo con dejarla dentro de su boca, al estar inconciente no era capaz de ingerirla, pero con el hecho de que se derritiera de a poco era más que suficiente para que haga efecto.
Se arrodillo frente a él teniendo cuidado de no tocar ninguna parte lastimada de su cuerpo y concentro chakra en sus manos.
-Despierta idiota…te necesito-la pelirrosa se mordió el labio mientras apoyaba sus manos en la frente de Naruto intentando hacer mas efectiva la curación. Con alegría reflejada en sus ojos, pudo ver como el chico apretaba fuertemente los parpados mientras fruncía un poco el ceño. Al parecer el medicamento y su tratamiento empezaba a centrarse en reparar las cortaduras y contusiones mas graves, por lo tanto era lógico que sintiera una gran molestia.-¡Naruto!
Sin poder contenerse envolvió sus delgados brazos en el cuello de su amigo, en ese momento el joven abrió sus grandes ojos azules, sorprendido por el desconocido agarre que lo sofocaba.
-Sa-Sakura-chan…-lo único que veía era un manto rosa que le cubría la vista. Enseguida sintió ese aroma puntual que le era imposible olvidar. Con un pequeño rubor en las mejillas y una tímida sonrisa le echo los brazos a la cintura, siendo muy cuidadoso. No quería ganarse una paliza cuando recién se recuperaba. Sintió a la kunoichi pegar un leve saltito cuando sus manos la apretaron con fuerza contra él.
-¡O-Oye! suéltame-pidió en un susurro, aflojando el agarre en su cuello, como si recién se hubiera dado cuenta de la posición en la que estaban. Naruto muy por el contrario de hacerle caso, se quedo quieto y respiro profundamente su aroma. Sakura era demasiado especial para él y había tenido tanto miedo de perderla en la batalla que necesitaba saber que en verdad era ella y que estaba a su lado.
Y Sakura muy por el contrario de golpearlo como hacia normalmente, sonrío calidamente y hundió su cabeza en el hueco de su cuello. Sintiéndose protegida como siempre que estaba a su lado. Con la seguridad que siempre le brindaba y esa sensación tan calida en el alma. De alguna manera, con el tiempo, sus lazos se fortalecieron hasta un punto que uno era el hogar del otro, y junto con Kakashi se protegían como una familia.
En ese instante, Sasuke apareció. Y el equipo siete estaba nuevamente reunido.
Hola a todos! Hace años que no escribo una historia… así que espero que sea de su agrado. Lamento todas las otras historias que deje en pie, voy a intentar hacer un espacio para continuarlas ni bien pueda.
Desde ya, muchas gracias por leer!
