este es mi primer fic y los personajes (menos uno o dos imaginados) no me pertenecen sino a J.K. Rowling... dejen reviws diciendome si debo o no continuar la historia o mejorarla


Capítulo uno: Nuevo vecino

Querida Herms:

Aunque tenga que admitir que mis hermanos mayores son insufribles cuando se les da la mas mínima oportunidad, no se esta tan mal en casa de mis tíos como lo esperaba. Al menos no del todo.

Mis tías son muy buenas conmigo, incluso de vez en cuando me miman por ser la única mujer en mi familia con tortas o galletas... y aunque mi estómago lo agradece en su mayoría, tu (por experiencia) sabes que con la comida una no se puede desahogar, ni que digamos hablar con ella... y mis tías mucho menos.

Contigo es con quien mejor me expreso ya que Luna pocas veces me comprende... pero me hace reír con sus ocurrencias cuando me escribe y eso es algo que mi estado mental agradece.

Sé que te lo he pedido en mis últimas cartas pero, como dice el dicho: nada gana quien nada arriesga ¿no? Por favor, te lo pido de rodillas (puedes confiar en que lo estoy haciendo ahora mismo), por favor ven y ayúdame a soportar a mis hermanos, en especial a Fred y George que lo único que han hecho en esta semana ha sido solamente molestarme.

En fin... ¿y tu como has estado¿qué ha pasado de interesante en mi ausencia?

Respóndeme pronto o mi mentalidad colapsará.

Tu impaciente amiga,

Ginny.

P.D. todavía tengo 3 días o 2 mas de enclaustramiento, vente ya y te daré todo el chocolate que puedas comer, sabes bien que no te puedes resistir.

"Si supieras, Ginny, si supieras" pensaba una joven de no mas de 16 años, pelo castaño y alborotado debido al repentino despertar causado por su madre que, carta en mano, decidió que la mañana no debía desperdiciarse durmiendo. Entornando sus ojos castaños y dando un gran bostezo, se estiró sobre su cama deshecha, ocultando su silueta una holgada camiseta roja.

Ginny siempre escribía así sus cartas, de una manera casi formal que la hacía reír. Siempre preguntaba lo mismo en cada una de sus cartas, y ella siempre le respondía lo mismo: "Cuando logres que Fred y George no te hagan una sola broma en todo el día, puede que vaya a salvarte". Y luego, casi al final de la carta, explicaba que todavía su padre no volvía de su viaje al interior del país. Este había ido a un congreso de pediatría y había aprovechado para visitar a su hermano de paso. Su madre, en cambio, se había quedado debido a que su única hija quería quedarse en casa por vacaciones para pasarlas con su novio... cosa que en el correr de esa semana no pudo hacer todavía.

Aunque su madre le insistía para que fuera con su amiga, ella prefería quedarse en casa para ayudarla. Esta era médico también pero psiquiatra, y debía cumplir con sus guardias hasta que comenzara su licencia.

Reprimió un nuevo suspiro, dejó al carta en su mesita de noche y se restregó lo ojos. Observó su pequeña habitación de paredes verde manzana, su vieja cómoda donde reposaban fotos suyas, de sus amigos y familia, su pulcro escritorio lleno de libros y cuadernos... Dio un giro de cabeza observando fuera de su ventana, al lado de su cama, la casa de enfrente.

Aquella casa, de momento deshabitada, de dos pisos con portones altos de un verde oscuro que se confundía con los arbustos, casi una pequeña mansión, había pertenecido a varias familias y parejas. Pero nadie se quedaba lo suficiente en ella, y Hermione no se preocupaba en conocer a los nuevos vecinos, sabía de antemano que se irían, tarde o temprano.

Se levantó con pereza de su cama y se dirigió a su escritorio a escribir su respuesta a Ginny. Segundo antes de que su pluma tocara el papel, oyó un chirrido de ruedas cerca de su ventana. Un poco preocupada se dirigió a ella y vio con sorpresa un Mercedes benz último modelo aparcando frente a su casa con un camión de mudanza detrás.

"Nuevos vecinos" pensó.

No pudo distinguir silueta alguna dentro del auto pero, quien iba detrás, salió repentinamente dando un portazo. Su pelo, de un color rubio envidiable, le pareció familiar, todavía de espaldas, Hermione no pudo distinguir quien era aquel rubio alto...

Este se dio un cuarto de vuelta para dirigirse Dios sabía donde, cuando Hermione distinguió su rostro.

Contuvo un grito de sorpresa y horror. "¡Draco Malfoy será mi nuevo vecino!"