¿Te imaginas que Harry y Ginny fueran de los pocos que tuvieron suerte de tener amor a primera vista? ¿Y que, para colmo, ninguno de los dos cree que el otro esté interesado? Bueno, pues empiecen a imaginárselo, porque aquí empieza una historia de esas.

De "Bárbara's-Mind-Inventions.Inc", viene esta historia llena de amor, emoción y… muchas cosas más. ¿Listos?

Amor del Bueno

1. La Mirada Correcta

La Madriguera era una de las casas grandes para las familias chicas, pero para ellos (Los Weasley) era totalmente normal. Un cuarto para cada miembro de la familia y para un huésped, dando en total 9 cuartos. 5 baños, 1 cocina, jardín grande, sala de estar, etc.

Ginny estaba en su habitación leyendo una revista. Ese día, llegaría el mejor amigo de su hermano, Harry Potter, a pasar lo que restaba de las vacaciones. Estaba segura de que se iba a arreglar, pues en las revistas (aunque las fotos salían al más estilo paparazzi, pues el chico ni se daba cuenta de que le habían tomado una foto) salía muy bien.

Sus hermanos le hacían burla a cada momento pues siempre preguntaba cuando, donde y como llegaría tan esperado chico.

A las 6:45pm, Arthur y Ron salieron para ir a recoger a Harry. La chica no podía esperar… ¡En tan solo 15 minutos lo vería!

¡Por fin! 10 segundos, nueve, ocho… o estaba tan nerviosa, cinco… ¡No podía esperar!... tres "¿Porqué se me hace eterno?"… uno… La puerta se abrió y entraron. Arthur, Ron y… un perrito… ¡No! Obviamente, era Harry Potter. Harry pasó a saludar a todos (aunque a los gemelos ya los conocía y había escuchado de Percy… Charlie y Bill debían estar trabajando). La chica no podía esperar a que llegara su turno, y menos Harry… se ponía nervioso, "¿Qué me pasa?" se preguntaba.

Harry se acercaba hacia la pelirroja y se paró en seco. "Esta bellísima", pensó sonrojándose, cosa de lo que Ginny no se le pasó desapercibido. Se quedaron mirando como si nunca hubieran visto a un humano enfrente de ellos, asombrado, hermoso y… perfecto. Duraron así como un año (o eso les pareció a ellos) y Harry le ofreció a Ginny su mano diciendo:

-Mi Harry nombre es hola.

-Mucho conocerte en gusto.

Y los dos suspiraron. Ginny agarró su mano pero pasó algo (asombroso para ellos, típico para nosotros los que leemos). Cuando las manos se tocaron sintieron como un líquido caliente por todo el cuerpo. Era electrizante. Se soltaron asustados.

- OK. Mucho tartamudeo- interrumpió Ron sin darse cuenta de que había dos enamorados ¡en sus narices!- ¡A comer!

Los gemelos se miraron sorprendidos, al parecer eran los únicos que se habían dado cuenta de ese escalofrió al mismo tiempo en aquellos dos.

Ginny se sentó a lado de George y enfrente de Harry (éste a lado de Fred). Los dos estaban muy sonrojados. Los gemelos se burlaban de Ginny en silencio; Ron y Arthur comían como si nunca hubieran probado bocado haciendo que Molly los mirara con desaprobación.

Harry y Ginny, bueno, eso era un caso aparte. "No, no me gusta", pensaba Harry, "La amas", decía una segunda voz en su mente. "Tiene los ojos verdes, está muy guapo", pensaba Ginny, "Está para comérselo", decía una segunda voz. Ambos se miraron y aparte de sonrojarse sintieron aquella sensación de nuevo.

-¿Me pueden pasar el puré de papa?- preguntaba Ginny.

-¡Oh! Claro, ¿Harry se lo pasas?- contestaba divertido Fred.

-Eeemm… si, claro.

Al pasárselo, se rozaban las manos y sintieron de nuevo la sensación y soltaban el recipiente haciendo un gran desastre. Trataban de limpiarlo y pasaba lo mismo, solo que ahora derramaban las bebidas de Fred y George.

-Y, Harry ¿cómo vas con tu vida amorosa?- decía George. Si, ellos se estaban divirtiendo al ver aquella situación.

-Oh, de momento no hay- decía Harry tratando de no decir "¿No me puedes dejar de ver a Ginny en paz?". Harry y Ginny tomaban su bebida sonriendo cuando…

-¿Qué?, ¿no ves que la puedes tener enfrente?- decía Fred. Harry y Ginny escupían sus bebidas. Todos se les quedaron viendo y Fred y George chocaron las manos por debajo de la mesa.

-Basta, chicos- decía Molly, pero en verdad sonreía.

-Nosotros solo decíamos…- empezaba George.

-Que te la podías topar en cualquier momento, lado u hora- terminó Fred.

-No que fuera… Ginny… o nose…

Harry sorprendido tiró el tenedor y Ginny que se estaba limpiando se manchó aún más y subió a su habitación. No volvió a bajar en toda la cena.

"¿Cómo puedo ser tan tonta? Seguro ahora mismo se está burlando de las tonterías que hice. Aunque Harry se comportaba igual que yo cuando… ¿y si él…? No, no es posible. Él no puede estar… pero el era tan obvio… No, el no quiere nada contigo Ginny, ya supéralo… solo tienes 10 años. Aunque hay una posibilidad…"

Y Ginny se durmió pensando que quizás, solo quizás… algún día terminarían casándose.

Soy un tonto! ¿Porqué no pude ser menos evidente… obvio? Por que estas enamorado. No, era muy pronto, la acabas de conocer. Ni siquiera sabes como se comporta… aunque tienes una idea por lo que le cuentan sus hermanos, y en el fondo, lo puedes ver… ¿Y si ella… quizás… lo quería? No, imposible… aunque quizás… ella se comportaba igual que el… así que… ¡Ay! Ya duérmete Harry."

Y con una sonrisa pensando que había una posibilidad, se durmió.

Mientras, en el cuarto de Molly y Arthur, Arthur murmuraba en sueños y Molly pensaba lo más hermoso que una mamá pueda pensar sobre el chico que te gusta. Lo mejor para subirte el ánimo. "Es él, el correcto"

Pero los gemelos no estaban dormidos. Sino que al llegar a su cuarto los dos escribieron una carta cada quien diciendo lo mismo. Fred le escribía a Bill y George a Charlie.

"Lo encontramos, tienen que venir lo más rápido posible, si se puede esta noche. No hagan ruido y nos vemos en la sala. Fred y George"