Eddard Stark no quiso ser la Mano del Rey y se quedó en Invernalia, gobernando el Norte y cuidando de su esposa e hijos. Su bastardo, Jon Nieve, marchó al Muro. Un día, el Viejo Oso pidió al joven que le llevara un mensaje a su padre de parte de la Guardia de la Noche. Jon partió rumbo a Invernalia junto a su inseparable amigo, Samwell Tarly. Pero una nevada colosal los sorprendió por el camino y no les quedó más remedio que convertirse en huéspedes de los Stark… causando un gran revuelo en el castillo.