Fairy tail y sus respectivos personajes son propiedad de Mashima. Ya que es nuestra segunda historia, Tom Reidem y yo escribimos esto sin ningún fin lucrativo. Ahora señalaremos algunos puntos importantes: Esta historia sucede en un universo alterno. Así que no queremos quejas de que no seguimos la trama original, pues el aviso ya se ha escrito. Disfruten la lectura.

Capitulo uno.

El tronco de aquel árbol era golpeado con una furia inimaginable, dejando pequeñas marcas de las manos en la madera. Algunas ardillas que habitaban en ese lugar, tuvieron que salir huyendo en cuanto sintieron las primeras vibraciones del aquel puño. Las hojas secas cayeron lentamente siendo movidas por el viento juguetón de verano, solo la mitad de ellas se alejaba con el aire, mientras que las otras se iban acumulando en el suelo, justo por arriba de las fuertes raíces. Aquel roble realmente tenia cimientos fuertes pues otro árbol común hubiera caído con el primero de los impactos. Comenzando desde una pequeña semilla sembrada por algún campesino, aquel roble había soportado los más crudos inviernos, los infernales inviernos e incluso las más despiadadas lluvias. Todo para que la final aquella semilla se convirtiera en una árbol fosilizado por el paso del tiempo.

Claro que Natsu Dragneel no sabia esa parte de la historia. No sabía que un roble fosilizado seria casi imposible de derribar con su poder actual. Así que cada vez que el mata dragones de once años golpeaba con todas sus fuerzas aquel tronco, solo lograba dejar pequeñas huellas de su poder. Con cada "puño de hierro del dragón de fuego" que daba, aumentaba su frustración, pues su contrincante en ese momento, no daba ninguna seña de ceder. Llego un punto en que el pequeño soltó un grito a todo pulmón maldiciendo al árbol, frotó sus cabellos rosados con desesperación, y pateó al árbol con odio. Bastaron solo unos segundos para que Natsu se encontrara en el suelo, soltando un poco de lágrimas mientras se sobaba el pie.

Cuando el inmenso dolor seso, Dragneel se sintió aliviado por dos razones: el miedo de una fractura se había ido junto con el dolor, y el despejado cielo que se postraba arriba de él. Fue en ese entonces cuando Natsu al contemplar maravillado el azul del cielo, se sumió involuntariamente en sus recuerdos de hace apenas treinta minutos.

El gremio más fuerte y destructivo de Magnolia defendía ambos títulos esa misma tarde, no en una batalla mágica o tampoco en una competencia; sino más bien en una de sus habituales peleas vespertinas. Ninguno de los miembros presentes recordaba con exactitud como había estallado esa batalla tan escandalosa. Tan solo recordaban como un tarro de cerveza había sido derribado por accidente, y un segundo después, todo el gremio se había convertido en una arena de batalla. Magos lanzando su magia contra otros, algunos utilizando la magia de "re-equipar" para convocar armas que les servirían de utilidad en esos momentos, Makarov aplastando a la mayoría con sus enormes manos; todo era un caos. Pero la pelea de dos magos sobresalía entre todas las demás.

En medio de esta masiva trifulca se encontraban el Dragonslayer del fuego, Natsu Dragneel y la maga cuyo apodo era "Titania", Erza Scarlet. Solo algunos pocos que se habían librado de ser golpeados y noqueados, observaban como ellos dos se miraban mutuamente; analizándose y encontrar la mejor manera de romper su retaguardia.

Solo tardo un instante, la mayoría dejo de pelear para atestiguar el resultado de aquella batalla. El gremio fue cubierto por un sofocante silencio. Natsu había sido golpeado por una simple patada de Erza, mandándolo a volar varios metros. Una de las paredes había sido destruida por el cuerpo del mata dragones dejando claramente la silueta de su cuerpo. Scarlet solo sacudió su cabello hacia atrás y les lanzo una mirada fulminante a todos los miembros del gremio casi diciéndoles "hasta cuando van a parar esto". Todos, exceptuando a Makarov, sintieron un horrible escalofrió recorrer su espalda; de inmediato comenzaron a limpiar el lugar y recoger todas las mesas tiradas.

El joven de cabellos rosados despertó de su sueño inducido veinte minutos después, su cabeza le dolía y tenía la vista nublosa. Se reincorporó después de recordar como la suela de las botas de Erza impactaban con su cabeza. Descargó toda su frustración en la patada que abrió las puertas del gremio; encontrándolo ordenado y con la mayoría de los miembros sentados, bebiendo cerveza. Buscó con la mirada a la persona que no tardo en encontrar; Erza se encontraba tranquilamente comiendo una rebanada de su postre favorito.

— ¡Te encontré, Erza!—exclamó entusiasmado el chico— ¡Peleemos de nuevo!

Todos los demás miembros presentes movieron la cabeza, cuestionándose en que momento el asesino de dragones aprendería la lección. Algunos les vino a la mente tratar de detenerlo, pero era demasiado tarde pues Natsu ya se había lanzado al ataque.

Pasaron otros veinte minutos para que Dragneel volviera a despertarse, nuevamente sentía que el mundo giraba rápidamente. Se levantó, ubicándose en las afueras del gremio. Observo en una de las paredes, la segunda silueta de su cuerpo que se había creado por ser goleado nuevamente por Scarlet y salir proyectado del lugar. El hecho de ser derrotado dos veces en el mismo día por la misma persona no lo desanimo; así que volvió a entrar con toda su valentía.

— ¡Erza, peleemos de nuevo!—la señaló.

La chica de cabellera roja suspiró con cansancio. Coloco el tenedor, que tenia clavado una enorme fresa, a un lado del plato. Aunque le gustaba la determinación del mata dragones, le desesperaba a que a cada segundo la retara a una pelea; más si era en el momento que pensaba devorar la fresa del pastel. Tenía claro que las palabras no funcionarían con él. Se levantó de su asiento asumiendo posición de ataque.

—Sabes, no se considera pelea cuando acabas noqueado de un solo golpe—comentó la rival de Scarlet, Mirajane.

— ¡No te metas, Mirajane!—gritó Natsu, enojado por el comentario.

—Sabes que es verdad—dijo en tono arrogante.

—Mirajane—comentó Dragneel bajando la mirada y apretando los dientes— ¡Te matare!

El chico de cabellera rosada tardó cinco segundos en lanzarse al ataque ante la demonio, y otros cinco segundos en volver a ser noqueado por el golpe de ella. Pero esta vez no cayó en la inconsciencia, el impacto del puño de Mira lo había mandado hacia la entrada. Erza quiso mandarle una mirada de reproche a su rival, pero ella ya lo había noqueado dos veces en un día, así que no estaba en posición de llamarle la atención.

—Oye Natsu—Mira sonrió con malicia— ¿Estas seguro que tu dragón no te abandonó por ser tan débil?

Esas palabras fueron con una daga punzante en el pecho del Dragonslayer, no solo él, todos los presentes se quedaron asombrados al escuchar esas palabras. Si bien era sabido que Mira podía ser cruel, no esperaban que lo fuera hasta ese punto. El tema de Igneel era un tema bastante delicado para Natsu, por eso casi nadie hablaba de las dudas que tenían sobre su existencia. Incluso Erza Scarlet se sorprendió, mirándola con reproche; Mirajane ya estaba acostumbrada a las miradas de su rival, pero esta vez, parecía que Titania le trataba de decir que había abierto la boca de más. Antes de que la mayor de los Strauss pudiera pronunciar una palabra de disculpa, Natsu salió corriendo del lugar con la mirada baja.

Y fue en ese momento que Natsu regreso de sus recuerdos. Se reincorporó rápidamente con unos ojos llenos de determinación. Ahora que había recordado los motivos por los cuales se encontraba en el bosque, nada lo detendría. No importaba cuanto tiempo le tardase, le demostraría a Mirajane y también a Erza lo fuerte que el era. Ese asunto ahora se habría vuelto personal; primero trataría de derribar ese frondoso árbol, al día siguiente derribaría dos. Ese era su plan de entrenamiento que había aprendido de Igneel: entrenar el doble que el día anterior. Incluso si tendría te derribar todos los arboles del bosque, que sus puños quedaran destrozados, aunque su fuego se extinguiera; no abandonaría ese bosque hasta probarse a el mismo que era lo suficientemente fuerte.

Después de decir su característica frase de "¡estoy encendido!", Natsu rodeo sus dos puños en llamas para volver a empezar con su interrumpido entrenamiento. Estaba tan entusiasmado en ese entonces, que sus desarrollados sentidos ignoraron por completo el peligro que se acercaba rápidamente hacia él. Antes de que pudiera impactar su puño de hierro del dragón de fuego en contra del árbol, un enorme brazo peludo lo golpeó en el cuello, haciéndolo retroceder con una dolorosa caída.

Dragneel estaba furioso por ser golpeado todo el día, acaso se había vuelto una costumbre para todos. Por un momento se imagino al rey de Fiore proclamando "el día de golpear a Natsu Dragneel"; estos pensamientos solo provocaron que su ira aumentara. Así que tras escupir un poco de tierra que se había metido a su boca por haber aterrizado de cara, levantó la mirada para buscar al ser viviente que estaba a punto de ser golpeado hasta morir. Lo primero que le vino a la mente fue que probablemente el golpe que había recibido lo noqueó, de esa manera se encontraba soñando, eso explicaría a la extraña criatura parecida a un simio que golpeaba su pecho con soberbia, delante de él.

Pero tras recordar que Gildarts le había advertido de tener un poco de cuidado al estar en el bosque, pues en ella se encontraban una especie poco peculiar. Natsu supo dos cosas: no estaba soñando, y que un Vulcan era el que lo había golpeado. Su cuerpo empezó a temblar, no por miedo, sino por emoción. Esa criatura de pelaje colorido era lo que el necesitaba para demostrar el poder de su magia. Tiempo atrás había escuchado que tanto Erza como Mira podía derrotar a un Vulcan sin la necesidad de ayuda. Sus ojos brillaron con entusiasmo, si derrotaba a la enorme criatura demostraría que era tan fuerte como ellas dos; para evitar las dudas de los demás del gremio, noquearía al Vulcan y lo llevaría al gremio.

Bien, su sencillo plan no dio buenos resultados en los primeros minutos, pues la pelea era unilateral. Natsu continuaba recibiendo los golpes de la salvaje criatura; a menudo escuchaba frases del Vulcan como: "Tu ser débil" o "pequeño debilucho". Esto lo hacia enfurecer mas, provocando que atacara imprudentemente. Le lanzó una patada, pero la enorme bestia lo sujeto de la pierna en el mismo movimiento; Natsu se encontraba de cabeza, sostenido del enorme brazo derecho del Vulcan. La criatura salvaje suspiró de aburrimiento mientras se hurgaba la nariz con su otra mano.

—Esto es aburrido—comentó con cansancio la bestia.

Acumulando la mitad de su fuerza, la criatura salvaje lanzo por los aires a Natsu. El chico solo sentía como ascendía rápidamente.

"¿Estas seguro que tu dragón no te abandono por ser tan débil?"

Dragneel recordó las palabras de Mirajane. Sacudió su cabeza para despejar sus miedos y dudas que se había generado durante la corta pelea. Se los demostraría. Ya no seria tratado por ser débil. Reafirmándose su motivación, dirigió sus pies hacia arriba. Desde sus extremidades expulso fuego, provocando que detuviera su ascenso y a la vez descendiendo propulsando por las llamas de sus pies.

Antes de que Natsu perdiera la conciencia, vio en sus últimos instantes de lucidez como su cabeza impactaba con la del Vulcan. Sonrió ligeramente, había derrotado a la bestia. Pero sin darse cuenta, debido al impacto de la caída, la tierra de ese lugar se debilito, provocando que el joven mata dragones cayera en un hondo agujero.


Volvió en si cuando el sol se estaba ocultando. Por un momento creyó que no había abierto los ojos, pero tras parpadear, notó que ya estaban abiertos. Era la inmensa y profunda oscuridad lo que engañaba su mente; caminó unos pasos hasta que su pie chocó con lo que parecía una piedra, Dragneel soltó un pequeño gritó de dolor que retumbo en todo el lugar. El enorme golpe en la cabeza aun no le permitía pensar lo suficiente para darle una idea lógica de cómo salir de ahí, así que decidió caminar unos momentos en lo que su cabeza le dejaba de doler. Esta vez aprendiendo de su error, encendió una pequeña flama en su mano izquierda, permitiéndole ver un poco a su alrededor.

Como si fuera una pequeña chispa en una bodega de lacrima explosivas, el fuego del mata dragones provoco una reacción en cadena a sus alrededores. Los miles de jeroglíficos que adornaban las paredes y eran cubiertos por la oscuridad emitieron un brillo que en cuestión de segundos alumbro todo el lugar. Natsu ahora podía ver perfectamente a sus alrededores, era rodeado por cuatro paredes con extrañas escrituras sin ninguna salida aparente. El Dragonslayer se quedó por un momento hipnotizado por esos jeroglíficos. Esa extraña escritura se parecía al lenguaje antiguo de los dragones. Extinguió la llama de su mano pues su olfato desarrollado había captado un olor extrañamente conocido.

—Este aroma— Natsu abrió los ojos impresionado—, es de un dragón.

Dragneel no tardo demasiado en encontrar de donde emanaba ese hedor. Se acercó a una de las esquinas donde se encontraba una enorme roca con una extraña figura. Al estar frente a ella sintió una extraña presión mágica. Natsu se guió a través de su instinto he interpreto eso como una advertencia. Retrocedió unos pasos, pero algo súbitamente extraño sucedió.

La enorme piedra comenzó a desquebrajarse. Dragneel se detuvo en seco; de un segundo a otro la roca voló en mil pedazos provocando que miles de fragmentos se esparcieran en todo el lugar. Un enorme trozo de ellos tomó la singular forma humanoide con rasgos de dragón y tomó la parte inferior del brazo izquierdo de Natsu.

— ¡Suéltame!—gritó Natsu.

Y por segunda vez en el día, volvió a perder el conocimiento.


Aunque lo que sentía no era exactamente un sentimiento o una sensación, Natsu podía sentir una sola cosa en el momento: oscuridad. Una oscuridad que lo cubría en todo su cuerpo.

¿Por qué? ¿Qué era esta oscuridad que sentía envuelta sobre su persona?

¿Qué había pasado? Era la cuestión. ¿Qué había pasado?

Su conocimiento vino de vuelta de a poco junto a sus memorias de momentos atrás (Si han pasado tal momento ya que no sabe cuanto tiempo estuvo ahí). Recordo a un gorila gigante verde, un hoyo y cosas muy raras.

"raras" era la palabra que resonó en su cabeza.

Una garra que sujeto con fuerza su mano izquierda, para perder el conocimiento sin razón alguna.

- ¿E….i…ma…o?

Natsu pudo escuchar una voz cortada. Una voz oscura, animal. La misma que el escuchaba de los monstruos que a veces vencía a golpes en sus misiones pero diferente. A lo mejor por que apenas podía estar conciente.

- ¿E…s…mi….ma…t..o?

De nuevo pudo escuchar esa voz desconocida. Aunque no entendía mucho de lo que decía, Natsu podía asegurar de que le estaba hablando-no, más bien, preguntándole algo.

El joven DragonSlayer comenzó a abrir sus ojos, no había muchos cambios de lo que podía recordar a primera vista excepto una cosa.

Lo que se encontraba parado frente a sus ojos hizo que su cuerpo se quedara petrificado.

La "cosa" que estaba frente ha Natsu normalmente y en términos generales se le podría llamar bajo el nombre de "monstruo" por primera vista. Este ser poseía las mismas escamas que el padre de Natsu y su raza, estas poseían los colores del negro y el rojo. Garras tan grandes que con el más mínimo esfuerzo podrían reventar el cráneo de cualquier persona, incluso un mago de nivel A.

Su cola, sus escamas, garras, dientes, todo era similar o igual a un dragón. Pero había una cosa que lo diferenciaba de un dragón o de cualquier otro monstruo que Natsu tuviera la desgracia de conocer.

No había ojos en su cara.

De vez de ojos tenía una estrella de David bordada en el centro de su cara. Una estrella roja que brillaba en las pupilas de Natsu como si fuese una estrella del mismo cielo de noche.

Esa estrella lo dejo en la orbita, nada se comparaba a lo que esa estrella le hacía sentir. Una sensación calida, casi cercana a ella. Era como estar en los brazos de su padre nuevamente.

Y sin saberlo, Natsu dejo caer una pequeña lágrima después de tantos años reteniéndolas. Pero no era de tristeza sino, de cierta manera, de felicidad – nostalgia.

- Déjeme preguntar una vez más. – El otro presente hablo finalmente con su voz grave y oscura.- ¿Eres mi maestro?- La bestia le preguntó a Natsu de una manera neutral.

- ¿Huh?

- Veo que no ha entendido nuevamente mi pregunta. La repetiré. ¿Eres mi maestro?

Natsu pese a su poca capacidad mental intentaba comprender la situación en la que se encontraba. Sentía que la próxima palabra que dijese decidiría si viviera o no.

- ¿S-Si…?- Respondió casi en forma de pregunta.

- Ya veo, entonces nuestro contrato ya este hecho.- El monstruo se arrodillo frente a Natsu con la cabeza abajo, en forma de respeto y lealtad. – Mi vida será suya, su voluntad mis acciones, sus ideales mi fe, y su decisión mi futuro. De ahora en adelante seré su arma de batalla y esclavo de su existencia, mi Maestro.


Fairy tail no se encontraba en su pelea habitual o celebración al azar, sino que la preocupación comenzaba a invadir su día.

Ya habían pasado un día desde que Natsu había salido del gremio después de escuchar lo que Mira le dijo. Cosa que ya empezaba a preocuparlos dado que Natsu jamás faltaba un día al gremio.

El maestro esperaba sentado en la barra del bar, mirando directo hacia la entrada por sí Natsu llegara. No había que ser un conocido para saber que el estaba preocupado por el joven mago. ¡Dios! ¡Hasta Gray estaba de mal humor por que no tenía a nadie con quien pelear!

Por otro lado del gremio, Erza le regañaba a su rival por su actitud, culpándola de la ausencia de Natsu. Y aunque la niña se defendía de sus regaños y actuaba como si no hubiese hecho nada, pero ella estaba terriblemente angustiada por la situación creyendo que todo era culpa suya como le gritaba Erza.

Si la situación seguía alargándose, no solo Mira tendría que disculparse, tendría que salir a buscarlo junto con los demás.

Ella tan solo quería molestarlo un poco para ver su cara de molestia pero jamás pensó que una bromita llegaría tan lejos. A veces podía ser más estúpida que cualquier otro adulto baboso del gremio.

Pero toda esa angustia y preocupación se fue enseguida cuando la puerta del gremio se abrió por unas manos de un niño de 12 años gritando: "¡Un dragón! ¡Encontré un dragón!" Todo el mundo cambio a tres ánimos en un segundo: angustia, felicidad y término con confusión.

Todos se acercaron a Natsu con preguntas de todo tipo pero la primera pregunta sobre lo que dijo fue la menor de los Strauss, Lissana Strauss.

- ¡¿Encontraste un dragón?! ¡¿Dónde?!- Ella pregunto emocionada pero al mismo tiempo confundida y sorprendida.

- ¡Si! ¡En el bosque del vulcan! Estuve hablando con él toda la noche, y fue genial…

- ¡Espera un segundo!- Erza detuvo a Natsu.- ¡¿A que te refieres con un dragón, Natsu?!

- ¡Pues a un dragón!

Todo el gremio quedo sorprendido por lo que decía pero parecía que era mentira dado que era un niño.

- ¿Un dragón? ¿Qué dices, idiota? ¡Los dragones no existen!- Nuevamente, Mira volvió a su horrible actitud de rebelde. Ella no podía ser débil frente a nadie así que decidió volver a ser mala con él para conservar su imagen.

- ¡NO! ¡Existen y tengo uno como ayudante!- Natsu le grito totalmente enojado.

Pero lamentablemente nadie tomo en serio su comentario y se rieron en su cara nuevamente.

- ¡¿En serio?! ¿Y donde se encuentra ese dragón ayudante tuyo? Oohhh, aquí esta. Lamento no verlo, señor dragón.- Mira no paraba de burlarse de Natsu pero alguien la detuvo.

- ¡Ya basta, Mirajane!- El maestro le grito por detrás a su miembro. - ¡Por hacer esas estupideces nos hiciste pasar un mal momento!

Ella quiso responderle pero sabía que tenía razón, así que no dijo nada al respecto.

- ¿Dices la verdad, Natsu?- El viejo le pregunto Natsu curioso.

- ¡Si!- Respondió alegremente, luego volteo hacía atrás.- ¡Star! ¡Ven aquí!- El llamo a su dragón con todas sus fuerzas.

En una fracción de segundo apareció algo que dejo helados del miedo a todos los miembros del gremio de magos de Fairy Tail. Un dragón rojo y negro de unos 200 centímetros detrás de Natsu, y arrodillado como un sirviente.

- ¿Qué desea de mi, Gran señor de las llamas?- El dragón le pregunto

- ¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh!

La gente grito del miedo mientras corrían hacia atrás, todos menos los amigos de Natsu y el maestro.

- ¡Natsu! ¡¿Qué mierda es eso?!- Mira le pregunto mientras se puso enfrente de sus hermanos para protegerlos de la bestia.

- ¡Mi dragón! ¡Shinning Star!- Natsu declaro con orgullo.

- ¿T-Tu dragón? ¿Entonces no mentías con lo que dijiste antes?- Pregunto Erza sorprendida. - ¿C-como es que es tu sirviente?

- Bueno…no lo entendí bien pero Star lo sabe…

- Espera, chico. Mejor entra antes que la gente empiece a verlo.- Makorov sugirió.

Los dos entraron finalmente al gremio. Su reacción era de esperarse, estaban aterrados por el monstruo que acompañaba a Natsu. Temían que se enojase y decidiera comérselos.

El maestro hizo que sentaran en una de las mesas del gremio para que le contase todo.

- ¿Te llamas Shinning Star? Soy Makarov Dreyar, el maestro de Fairy Tail. ¿Cómo es que conociste a Natsu?- Preguntó pero solo recibió silencio de parte de él.

- Gran Señor de las llamas, este humano esta intentando sacarme información. ¿Qué desea que haga?

- Bueno, creo que deberías responderle. No es un enemigo así que no hay de que preocuparse.

- Entendido. Bien, me presentare a usted, Makarov Dreyar. Mi nombre es Shinning Star y soy el sirviente de mi amo, el gran Señor de las llamas, Natsu Dragneel.

- Espera, ¿Por qué lo llamas así?

- El gran señor de las llamas decidió que lo llamara de esa manera, Makarov Dreyar.

- Ya veo, era de esperarse de él.- Una pequeña gota cayo de su cabeza- Pero, ¿Realmente eres un dragón?

- No.

- ¡¿Qué?! ¡¿No eres un dragón?!- Natsu preguntó decepcionado.- ¿Entonces que eres?

- Soy un Dark Vessel, gran señor de las llamas.

Todos miraron con confusión al falso dragón.

- ¿Qué es un "Dark Vessel"? – Makarov pregunto de nuevo.

- Un Dark Vessel es una maquina creada através de la magia y la alquimia. Mi creador me doto de grandes habilidades para la destrucción de mis adversarios, y la muerte de estos mismos.

La respuesta no ayudo para nada a la situación actual de los miembros. Solo hizo que le temieran aún mas cuando menciono la muerte en sus funciones primordiales.

Pero el maestro no se encontraba asustado. Estaba demasiado serio con esta maquina.

- ¿Y que quieres hacer con Natsu?- Makarov pregunto mas serio que nunca.

Todos dirigieron sus ojos hacía el monstruo asesino esperando con temor lo siguiente que iba a decir.

- Lo que el gran señor de las llamas desee para mí.- Respondió normalmente.- No poseo una voluntad propia o deseos personales. No se me incorporo tal cosa. Mi único propósito es servir a la persona que se volviera mi Maestro, y esa persona ya esta aquí. Así que no debería preocuparse por el bienestar del gran señor de las llamas. Lo protegeré hasta el final.

Pese a que no tuviera deseos, Makarov no pudo evitar sonreír de alivio tras escucharlo decir tal cosa.

- Si eso es lo que harás, por mi esta bien.- Makarov se paro en la mesa. - ¡Festejemos por el descubrimiento de Natsu!

Finalmente todos pudieron calmarse en Fairy Tail y volver a su humor de siempre.

En cuestión de segundos, todos se encontraban comiendo y bebiendo alegremente. Todos los niños se lanzaron hacía Star con emoción y felicidad.

Ver a Star de cerca no los asustaba, les encantaba ver algo tan genial frente a sus ojos. Como si los cuentos que sus padres les leían se volvieran realidad.

Pero no todos pensaban de la misma manera del nuevo miembro del gremio.

Erza no podía dejar de preocuparse del joven Dragon Slayer. Algo en ese monstruo no calzaba, no importa lo que dijese el maestro era muy peligroso. ¡Y estaría todo el tiempo con un niño pequeño! Pero no puede dejar que nadie supiera de estos pensamientos, en especial ese monstruo. Tenerlo en contra no sería para nada bueno, no sin saber que tan poderoso es antes de enfrentarlo (si se da tal caso).

En el caso de Mira, ella se encontraba humillada. Todo lo que le dijo a Natsu se le vino devuelta como un tren a toda prisa. Pese que se asusto un poco de que el niño desapareciera, ahora desearía que lo hubiese hecho. Además, ese Star estaba muy cerca de sus hermanos. Sin saberlo, estaba de acuerdo en que era muy peligroso y que no tenía que ponerlo en su contra de momento, no hasta saber que tan fuerte es.

Y la fiesta siguió durante todo el día. Nadie trabajo ese día. No pararon, ni siquiera cuando los vecinos cercanos se acercaron a quejarse del todo el ruido que hacían. Festejaron hasta que sus cuerpos se rindieran.

Eventualmente la noche llego, pero los últimos en irse fueron Natsu y su Vessel. Por órdenes del Maestro, debían salir últimos para que nadie viese al sirviente y llamasen a los Rune Knights.

Así que tuvieron que salir cuando el abuelo cerró el gremio por todas las entradas posibles.

Y con una cautela de espía, los dos lograron caminar hacia el hogar del pelirrosa.


Natsu y Star entraron a la pequeña cabaña. Apenas entro el joven se tiro agotado a su cama rupestre.

- ¡Dios, estoy cansado!

Star se lo quedo mirando fijamente (Aunque no tuviese ojos), cosa que incomodo a su Maestro.

- ¿Por qué te quedas ahí parado? ¿No estas cansado?

- No debería preocuparse, puedo estar en pie durante varias semanas. Me es demasiado complicado cansarme por gastar energía.

- Ah, entonces eres muy dura. ¡Bien! ¡Eso significa que eres muy fuerte!- Una sonrisa de emoción apareció en su rostro. Esperando un día pelear contra él. – Por cierto, ¿Qué tengo que hacer contigo? Si la gente del pueblo te viese, se asustarían y llamarían al consejo.

- Mi apariencia puede resultar amenazadora, gran señor de las llamas. Debo admitir que no es buena idea mantener mi forma de batalla todo el tiempo.

Entonces algo surgió a la mente de Natsu. - ¡¿Esta es tu forma de batalla?! ¡¿Te puedes transformar?!- Natsu pregunto emocionado.

- Si. Se me ha dado la habilidad de poseer dos tipos de formas verdaderas. La que usted mira en estos momentos es la que se denomina "forma de batalla", en esta forma obtengo mayor fuerza y resistencia a la hora de combatir. Pero también poseo mi forma de camuflaje que me permite camuflarme como un humano común y corriente.

- ¿De verdad? Eso si que es conveniente. ¿Puedes mostrármela?

- ¿Es una orden o pregunta?

- ¡Hazlo, por favor!- Le pido totalmente ansioso por verla.

Tras decirle eso, su cuerpo empezó a brillar tan fuerte como una estrella fugaz o el mismo sol que brilla durante los días de verano. La luz cegó a Natsu enseguida pero eso no le quito entusiasmo al joven.

Es mas, lo aumento unas mil veces más.

El niño se imaginaba a un hombre grande y musculoso como un luchador de lucha libre. Que tuviese tatuajes por todo su cuerpo, y una mirada que acabara con todos sus enemigos con tal solo verlos.

Por lo tanto el salto de su cama hacía él, más que nada por la emoción. Entonces choco contra el pecho de su sirviente por mal calculo.

Ambos cayeron hacia el suelo pero el joven Dragon Slayer no sintió la caída o dolor al chocar su cabeza contra su nuevo amigo. Sino que este se la amortiguo para que no le doliese.

Eso es lo que pensó, ya que sintió que cayó con algo bastante suave y caliente. Era bastante grande, del mismo tamaño que su cabeza. Sea que sea, no solo amortiguo su caída sino que tampoco le dejaba ver ya que todo estaba oscuro para él. Y la luz que él emitía ya había desaparecido.

Por lo tanto, Natsu levanto finalmente su cabeza para ver a su dragón en su forma de camuflaje humano.

Su ansiedad por ver a ese gran hombre que Natsu deseaba ser desapareció enseguida junto a su cara de felicidad. ¿Qué las reemplazo? Un shock psicólogico terrible para un niño de 12 años

No era un hombre musculoso lleno de tatuajes de unos 2 metros debajo de él. Era una mujer.

Una mujer de pelo largo, color púrpura y ojos azules. De unos 174 centimetros de altura. Una preciosura que no podría tener más de 18 años. Pero lo más terrible de ella no era su cabello largo y sedoso, o su dulce aroma a miel. Era algo que cambió totalmente el humor de Natsu y su perspectiva de Shinning Star: Estaba completamente desnuda.

Bueno, no completamente. Gracias a la palmas de Natsu ella era capaz de cubrir sus pezones, eso y que la pierna de Natsu cubría esa parte que diferenciaba a los hombres de las mujeres.

- ¿Qué sucede, gran señor de las llamas? ¿Mi apariencia no es buena para camuflarme?- Star se levanto enseguida, intercambiando roles con su amo. – Les pido mil disculpas, gran señor de las llamas. Jamás pensé que mi apariencia humana fuera tan inconveniente.

- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHH!- Natsu grito con todas sus fuerzas como si lo estuviesen asesinando, pero su cara estaba demasiado caliente para él. - ¡Eres…eres…eres…UNA CHICA!

- Jamás he dicho que sea un hombre. Lamento haberlo confundido, aceptare cualquier castigo…

- ¡¿Por qué esta desnuda?!

- No he tenido la oportunidad de vestirme…- Entonces, Star vi que la cara de su maestro estaba totalmente roja. - ¡¿Se encuentra bien?! ¡Su cara esta roja! – Por primera vez demostró algo muy cercano a un sentimiento de preocupación.- Déjeme revisarlo.

Ella se acerco enseguida a su amo, se agacho para estar a la misma altura. Luego puso su frente contra la suya, Natsu miro fijamente a los ojos azules de su sirviente. Eran muy hermosos pero estaban vacíos, no había sentimientos en ellos solo era unos ojos muertos que no lo miraban como él.

Pero lamentablemente sus ojos miraron para abajo pese a todos sus esfuerzos. Si la gente del gremio lo viese no sabría que dirían de él. A lo mejor Erza le iba a dar la paliza de su vida.

- ¡Esta hirviendo, gran señor de las llamas! ¡Tiene una fiebre de 60 grados!- Ella agarro ambos brazos del jovenzuelo con fuerza, como una madre asustada por su hijo.- ¡Tengo que bajar la fiebre enseguida!

Ella miro por toda la casa buscando una habitación en especial. La única que podría ayudarle ahora: el baño.

Star llevo a natsu hasta su bañera, en cuestión de segundo abrió la ducha y cerro la puerta. El joven la miro con miedo esta vez, pensando en una sola cosa, lo que pensó que estaba a punto de hacer.

- Disculpe por esto, gran señor de las llamas.- Le dijo como disculpandose de algo.

Y tras decir eso, ella hizo lo peor para la situación. Empezó a desnudar a Natsu Dragneel.

- ¡¿Q-Q-Q-Que demonios estas haciendo?!

- ¡No se preocupe, enseguida se curara de su fiebre!- Antes de que Natsu pudiera responderle, ella ya le había sacado sus calzoncillos.

O sea, Natsu estaba en un baño desnudo junto a una hermosa mujer que lucía de 18 años y que tenía pechos más grandes que la gente de este mismo anime.

El niño se cubrió su hombría como acto instintivo. Jamás había sentido tanta vergüenza en su vida, ni siquiera cuando él y Gray se bañaron junto con Erza. Pero esto lo hacía sentir avergonzado.

Sin darse cuenta, Star y él estaban sentados dentro de la bañera. Pareciera que una hermana mayor estaba bañando a su hermanito.

- No se preocupe, déjemelo todo a mí, gran señor de las llamas.- Star comenzó a lavar el cuerpo de Natsu con el jabón que tenía en su mano. Pensando que estaba ayudándole a bajar su fiebre. – (¿Qué extraño? No veo que su temperatura baje. ¡¿Estaré haciendo algo mal?!)

Pero la cruda verdad es que Natsu estaba a cien cuando sentía que ella tocaba su cuerpo con sus manos enjabonadas. Eran muy tiernas, como si lo estuvieran cuidando. Lo trataban con suma delicadeza, como las mismas manos que lo lavaban.

Y no era solo eso, mas seguía la sirviente ella apretaba sus pechos contra su espalda. Se podía sentir que eran muy grandes pero sobre todo muy suaves como algodón.

Aunque había algo que le llamo la atención, no podía escuchar los latidos de su corazón. Y ella no se sentía calida como uno esperaría, estaba muy fría, no físicamente pero una manera que uno se daría cuenta enseguida. Es como si ella no estuviese allí, como si fuera un muerto.

- Gran señor de las llamas, ¿Se encuentra bien?- Ella le preguntó.

- S-S-Si, no te preocupes.

- Ya veo. Entonces pude…- Cuando Natsu se dio vuelta para verla, ella lo miro con ojos aún mas vacíos.-…gran…

- ¿Star?

Ella cayó encima de su maestro, creando una situación aún peor. Natsu intento sacársela de encima pero era demasiado pesado para él. Observo a su sirviente y vio que ella tenía una cara de cansancio monumental.

- L-Lo lamento pero no he estado activa en mucho tiempo y haber estado en mi forma de combate me agoto demasiado. ¿Gran señor de las llamas?

Natsu no pudo escuchar nada de las palabras de Shinning Star, sino que la primera hemorragia nasal de Natsu había sucedido gracias a ella, generándole desmayo por sobre-excitamiento.

Tan solo quería que ese día acabase de una buena vez pero no sabía que tan solo todo había empezado para él, y que lo peor ni siquiera se comparaba con esto.


Tom Reidem y Lcsalamandra presentan:

"Dark Vessels"