El comienzo del Juego

Toda esta historia comienza en una ciudad japonesa, en el que un juego de supervivencia acababa de comenzar.

Doce personas habían sido elegidas para este juego. Todos ellos tenían en su poder un arma poderosísima, un diario capaz de predecir el futuro en un margen de 90 días. Dependiendo de la persona, cada diario tenía una capacidad u otra y podían predecir dicho futuro de maneras distintas.

Lo que hacía similar a todos los diarios era el conocido punto final. DEAD END. Dicho punto marcaba la fecha y hora en la que el usuario moriría, y el cual era difícil de evitar.

Las reglas del juego eran muy sencillas. El último de los doce en quedar en pie, sería proclamado nuevo dios del Tiempo y el Espacio. Dado que Deus Ex Machina, actual dios estaba pereciendo poco a poco, necesitaba encontrar un sucesor lo antes posible. Y de todas estas personas que, desde su punto de vista, eran merecedoras de su puesto, solo uno podría alcanzarlo.

Pero, ¿quién sería?

Había pasado ya una semana desde que el juego comenzó. Los 12 portadores del diario fueron reunidos por Deus Ex Machina, en una gran sala circular. Entre los portadores no se podían ver las caras, a excepción de dos estudiantes de secundaria que ya se habían conocido. Yukiteru Amano, conocido como Primero, miraba con determinación a Segunda, que era una compañera de su clase: Yuno Gasai.

Deus se levantó de su asiento, y se dirigió a sus invitados. Tras explicar las reglas del juego, exclamó:

- El puesto de Dios pronto tendrá una vacante y vosotros sois los elegidos a alcanzarlo. ¡Id, buscad al resto de portadores y alzaos con la victoria!

Uno de los portadores levantó la mano.

- Deus, yo tengo una pregunta. Entonces, mi Diario es una parte de mí, ¿correcto? ¿En qué sentido?

- Ah, buena pregunta Cuarto. Cada Diario está enlazado a vosotros. Con esto me refiero a que, si algo le pasa al diario, también os pasará a vosotros, al estar conectados. No dejéis que rompan vuestros diarios si no queréis morir.

Otro de los portadores, alzó la mano. Era Yukiteru.

- Deus, hay algo que yo quiero saber. Dijiste que nuestros diarios predicen el futuro en un máximo de 90 días, y que, lo que esté escrito es lo que nos sucederá, ¿correcto?

- Así es Primero. - confirmó el Dios, acomodándose en su trono.

- También es cierto que, si nosotros cambiamos algo de lo que dicta nuestro diario, el futuro cambia. ¿No es así?

- De nuevo, estás en lo cierto. ¿A dónde quieres llegar con tanta pregunta, Primero? - preguntó Deus, sorprendido de oír tantas preguntas por parte de su jugador favorito.

- Pero hay algo que no encaja. Hace pocos días, seguí las instrucciones del diario al pie de la letra, y sin embargo, hubo un cambio en mi diario.

- Eso es porque no sólo tú tienes la capacidad de cambiar el futuro, sino que todos los portadores tienen ese poder. - explicó el todopoderoso Ex Machina. - ¿Hubo aquel día un portador del diario cerca?


-Hace una semana, Instituto Sakurami.-

Yukiteru no podía creer el poder que su teléfono móvil había obtenido. ¡Predecir el futuro! Con ello, no sólo sacaría las mejores notas en los exámenes, sino que tendría el control absoluto de todo lo que sucedía en su vida. Su Diario del Observador le decía en todo lo que pasaba a su alrededor, todo lo que el pudiera ver.

Sin embargo, al seguir al pie de la letra las indicaciones del diario, la actitud de Yuki había cambiado y pronto las malas lenguas comenzaron a hablar sobre él. Muchos decían que se había vuelto una persona engreída y prepotente, y que aquella mejora académica no podía deberse a que el estudiante se pasara más tiempo estudiando en casa.

Eso es, corrían los rumores de que Yukiteru había hecho trampas. Resultaba imposible que, un alumno tan mediocre como era él alcanzara las notas más altas de la escuela en cuestión de días.

Así sin quererlo ni planearlo, el joven Amano se había ganado la enemistad de muchos de sus compañeros de clase.

Aunque no todos pensaban así. Había alguien, una chica, que por cada día que pasaba, sentía cada vez más admiración por el joven estudiante. La verdad era que, desde hacía cosa de un año, aquella chica amaba a Yuki más que a nada en el mundo.

- Yuki... Hoy también estás muy guapo... - dijo ella en voz baja, mientras veía a su amor salir de la clase para salir al recreo.

Entonces, ella entró en el aula, cerrando la puerta tras de sí. No tenía intención de bajar al patio durante el descanso, así podría estar sola leyendo su diario. La joven sacó del bolsillo su teléfono móvil, tras haber confirmado que estaba sola en el aula y que nadie la molestaría. En el móvil, aparecía la siguiente entrada:

"Martes 15 de Abril [11:37] -Pasillo principal de la segunda planta, Instituto Sakurami.-

Amano sale de la clase para ir al recreo. ¡Me encanta su forma de caminar, tan despreocupada!

Martes 15 de Abril [11:39] -Patio interior, Instituto Sakurami-

Amano se sienta en uno de los bancos del patio para tomarse el bocadillo. ¡Está tan mono cuando come!"

La muchacha sonrió al ver las entradas de su propio Diario del Futuro, conocido como 'El Diario de Yukiteru'. "Si tan sólo pudiese ir a hacerle compañía y comer con él...", pensó ella, mientras se sonrojaba ante el mero pensamiento de estar comiendo cerca de él "¡pero es que me daría mucha vergüenza!".

Fue entonces cuando escuchó un sonido que provenía del pasillo. Al girarse, se dio cuenta de que la puerta de la clase estaba abierta... ¡Cuando ella la había cerrado! Se asomó rápidamente al pasillo, pero no vio a nadie. El teléfono móvil de la chica emitió un sonido muy extraño de repente. ¡Eso sólo podía significar una cosa, y era que el diario había sido reescrito! El futuro había cambiado.

"Miércoles 16 de abril [17:13] -Calle-

Hay una figura extraña persiguiendo a Yuki. ¡Esto me da mala espina!

Miércoles 16 de abril [17:17] -Calle-

¡Oh no, la figura es otro de los dueños del diario! ¡Tengo que proteger a Yuki!"

Ella leía las entradas cada vez más y más asustada. ¡Esto no tenía buena pinta! ¡Para nada! Aunque por mucho que ella leyera, no encontraba ningún DEAD END, pero no por ello le gustaban esas entradas.

Tenía que hacer algo. ¡Lo que fuese!

"Si tan solo pudiera acercarme a Yuki..." pensó. "Necesito que se ponga de mi lado. ¿Pero cómo?"

Tras mucho meditarlo, cogió su mochila, sacó de ella papel y lápiz y comenzó a escribir. Si no conseguía que Yuki se convirtiese en su aliado, jamás podría protegerlo.


-Instituto Sakurami, patio.-

Estando en el patio, Yukiteru estaba embobado, pensando en cómo aprovechar al máximo la nueva función de su móvil. Tan ensimismado estaba en sus pensamientos, que no escuchó a su teléfono emitir el sonido del cambio del futuro.

Unos minutos más tarde, sonó la campana que indicaba que el tiempo libre había terminado y que las clases comenzaban de nuevo. Yukiteru se dirigió a su aula, tomó su asiento y sacó los materiales para su próxima clase: el libro de texto, su cuaderno y el estuche.

Sin embargo, al sacar su cuaderno notó que había algo raro en él. En la primera página, había un folio muy bien doblado, en el cual se podía leer "para Amano Yukiteru". El joven ladeó la cabeza, estando algo confuso. No recordaba haber leído nada acerca de una nota en su diario esta mañana. Bueno, supongo que se le habría pasado por alto. Tomó la nota con sus manos y la abrió.

"Amano;

Conozco tu secreto..."

El joven dejó de leer tras haber visto aquellas tres primeras palabras. 'Conozco tu secreto', ¿se estaría refiriendo al diario? Sintiéndose un poco mareado, decidió continuar la lectura de aquella misteriosa carta:

"... pero no te preocupes, estará a salvo conmigo.

Te diré el porqué lo conozco y eso es porque tengo el mismo poder que tú. Y puedo demostrártelo cuando quieras.

Necesito verte después del colegio, en el gimnasio. Es muy urgente."

Al final del folio, había un pequeño dibujo de una niña de coletas largas y una colita de diablesa. Yukiteru reconoció a la persona dibujada enseguida. ¡Era Muru Muru, la mano derecha de Deus Ex Machina!

¿Sería aquella nota una broma de ella? No, imposible. Muru Muru tenía órdenes muy estrictas de no salir al mundo real, de la dimensión del espacio y el tiempo. Pero también era imposible que alguien más, aparte de él, conociese la existencia de este personaje, ya que era parte de su imaginación... ¿O no?

Era todo muy extraño, y sin embargo, decidió ir al lugar de encuentro a la hora requerida.


-Instituto Sakurami, Gimnasio Principal-

A las cinco de la tarde, la campana del Instituto marcaba con su sonido el final de la jornada de estudio. Todos los alumnos recogieron sus cosas y se marcharon a sus casas, ansiosos de llegar para por fin descansar un poco. Todos a excepción de Yukiteru, que se dirigió al gimnasio para encontrarse con la persona que lo había citado allí.

Tras llegar al lugar, vio que estaba completamente solo. ¿Acaso había llegado antes que el remitente de la nota? Decidió sacar rápidamente su teléfono, para mirar su diario.

"Instituto Sakurami

Martes 15 de abril [17:06]

Aparece Yuno, una compañera de clase."

En ese mismo instante, el joven escuchó tras su espalda a la puerta del gimnasio siendo abierta. Guardó al segundo el móvil en su bolsillo y se giró.

La persona que acababa de entrar era Yuno Gasai. Era una chica de su clase, conocida por ser una de las mejores estudiantes de su clase.

- Ah, Amano. ¡Me alegro de que hayas decidido venir! - dijo ella con una sonrisa en la cara.

Yukiteru no estaba entendiendo nada. Sacó de su mochila la nota que ella le había dejado.

- ¿Entonces has sido tú quien ha escrito esto? - preguntó, sacudiendo la carta en su mano. - ¿Se puede saber qué significa todo esto?

La sonrisa que había en el rostro de la joven pelirrosa desapareció en ese instante. Alzó la mirada para dirigirla a los ojos de Yukiteru.

- Amano... Vengo a proponerte una alianza. ¡Quiero protegerte!

- ¿A qué te refieres? ¡No entiendo nada de lo que dices!

Gasai sacó de su bolsillo su teléfono móvil, el cual era muy parecido al modelo del móvil de Yuki. Se acercó a su compañero y se lo dio.

- Ábrele la tapa y lee lo que tiene escrito.

Sin entender muy bien a qué venía aquello, siguió las instrucciones de Yuno. Abrió la tapa del móvil de la joven y leyó las entradas que en él podían leerse:

"Martes 15 de abril [17:08] -Gimnasio, Instituto Sakurami-

Yuki me pide explicaciones sobre la carta. ¡Al parecer, no entiende nada!

Martes 15 de abril [17:09] -Gimnasio, Instituto Sakurami-

Yuki está leyendo mi diario con sorpresa. ¡Qué mono!

Martes 15 de abril [17:11] -Gimnasio, Instituto Sakurami-

Le explico a Yuki todo lo que está pasando. ¡Me ha creído! Soy tan feliz."

El joven parpadeaba una y otra vez, no terminando de creer lo que estaba viendo. Sacó entonces su teléfono, para leer su diario del futuro. ¡En él, había unas entradas exactamente iguales a las del móvil de Yuno! ¿Qué estaba pasando?

- ¿No lo sabías, Amano? No eres el único con un diario del futuro. - le confesó Yuno.

- Pero... Pero... ¡Es imposible! Se supone que yo soy el único. ¡Deus es sólo parte de mi imaginación!

- ¿De verdad lo crees Amano? Entonces explícame cómo es que mi móvil es capaz de predecir tu futuro.

El joven intentó buscar una explicación a lo que su compañera le había planteado. Pero ella tenía razón, no podía explicar dicho fenómeno.

- ¿Qué está sucediendo Gasai? ¿Cómo es que tú...? -fue lo único que el estudiante fue capaz de decir. La voz le temblaba.

- Veo que Deus no te lo ha explicado. Amano... No somos más que participantes de un juego de supervivencia. Somos 12 las personas que tenemos un diario del futuro. Y sólo uno de nosotros puede quedar en pie.

- ¿Q-qué quieres decir...?

Yuno se acercó una vez más a Yukiteru, cogió su móvil y fue a la entrada del día siguiente.

- Significa, Amano, que estás en peligro. Aparte de mí, hay alguien más en este instituto que tiene un diario y que te tiene en el punto de mira.

En ese momento, ambos teléfonos emitieron un sonido espeluznante. Un cambio en el futuro. Yukiteru leyó en voz alta la nueva entrada.

"Instituto Sakurami -Gimnasio-

Martes 15 de abril [17:23]

Yukiteru Amano, el Primero, es consumido por las llamas.

DEAD END"

En el teléfono de Yuno, aparecía una entrada muy parecida.

"Martes 15 de abril [17:23] -Gimnasio, Instituto Sakurami-

Yuki... Ha muerto quemado.

Martes 15 de abril [17:25] -Gimnasio, Instituto Sakurami-

Yuno Gasai, la Segunda, muere consumida por las llamas.

DEAD END"

Los estudiantes se miraron asustados. Y entonces, se produjo un sonido muy fuerte, como si alguien le hubiese prendido fuego a una madera.

Segundos más tarde, ambos se encontraron rodeados por las llamas. ¡Un incendio!

- ¡Amano! -gritó Yuno, rasgando una chaqueta que llevaba la joven en la mochila. - ¡Átate esto alrededor de la boca y la nariz, no respires el humo! - le dijo, dándole un trozo de la tela de la chaqueta.

Yukiteru hizo lo que su compañera le dijo. Después, se fue a la puerta del gimnasio. Estaba cerrada con llave. ¡Alguien los había encerrado adentro!

- ¡Oh no! ¿Y ahora qué hacemos? - dijo él, presa del pánico. - Si no hacemos algo, ¡vamos a morir aquí!

Yuno estaba intentando tirar abajo la puerta del almacén del gimnasio.

- Ayúdame con esto. Lo que encontremos aquí nos ayudará a salir de aquí.

El estudiante asintió con la cabeza y, junto a ella, echaron abajo la puerta. Había varias colchonetas, pelotas, cuerdas de escalada...

- Coge todas las colchonetas que puedas Amano. - le indicó Yuno. - Escucha, estas colchonetas son pesadas, pero muy gruesas. Si cogemos todas las que hay, quizás consigamos escapar por las altas ventanas del gimnasio.

Yuki le echó un vistazo a las colchonetas... ¡Sí, podría funcionar! Y por probar, no perdían nada. Cogieron todas las colchonetas, una a una del almacén, apilándolas entre ellas para llegar a la ventana. Estaban cerradas, pero Yuno entonces rompió las ventanas con un bate de béisbol que encontró entre el material deportivo. Salió afuera y ayudó a Yukiteru a salir de allí. Después, salieron corriendo del lugar lo más rápido que pudieron.

Cuando ya se hubieron alejado lo suficiente, ambos se pararon a descansar. Tenían en el cuerpo algunos arañazos y quemaduras, pero no eran para nada graves. Yuki sacó su móvil. El DEAD END había desaparecido. Entonces miró a su compañera, quien aún estaba intentando recuperar el aliento. Había arriesgado su vida para ayudarlo y desde el primer momento, le estaba diciendo la verdad.

- ... Oye Gasai, ¿por qué no vienes a mi casa? No vivo muy lejos de aquí, y así podrás limpiar tus heridas y hablar sobre esto que acaba de pasar. Hay un par de cosas que quería preguntarte.

La joven alzó la mirada para centrarla en Yuki, roja como un tomate. ¡Le acababa de invitar a su casa! Y era tan feliz por ello...

- Puedes dejarte de formalidades Amano. ¡Llámame Yuno! - contestó ella, con una amplia sonrisa.

- Sólo si tú me llamas por mi nombre, Yukiteru.

- Hummm... ¿Te importa si mejor te llamo Yuki? - preguntó ella, nerviosa.

- Sin problema, Yuno.


-Presente, Dimensión del Espacio y Tiempo, Sala de Reuniones-

Aquel día estaba Yuno a su lado y gracias a ella había sobrevivido a aquel terrible incendio.

- Sí, aquel día descubrí que uno de los portadores del diario estaba cerca. - respondió.

- Bueno, pues ahí tienes tu respuesta. Todos los usuarios tenéis la habilidad de controlar el futuro a vuestro antojo. Así que aprovechad al máximo el poder de vuestros diarios...

- ... Hasta que os topéis con el DEAD END. - dijo Muru Muru con una endemoniada sonrisilla, cortando así a Deus.

- ¿Qué es el DEAD END? - preguntó uno de los usuarios.

- Como bien he dicho, sólo uno de vosotros quedará en pie. Cuando vuestra muerte sea predicha, el DEAD END aparecerá en vuestros diarios. Es el punto final, la muerte inevitable. Sin embargo... - haciendo una pausa, dirigió su mirada al Primero y a la Segunda - aquí hay dos personas que han sido capaces de burlar al DEAD END.

Toda la sala concentró su mirada en los dos primeros poseedores.

- Así que ya lo sabéis. Si el DEAD END aparece, podéis manipular y cambiar el futuro para no encontraros con la muerte. Demostrad valía y astucia y mucha suerte. - de nuevo, el dios hizo una breve pausa. - Si no hay más preguntas, podéis retiraros.

Los poseedores del diario comenzaron a hablar para ellos mismos o con otros usuarios a la distancia.

- Que quede claro. Seré yo quien consiga alzarse con la victoria - dijo el Tercero, una silueta de estatura algo alta. Señaló con lo que parecía un cuchillo a la Segunda y al Primero - Y vosotros dos, tuvisteis suerte de escapar sanos y salvos del incendio. Pero la próxima vez, no cometeré el mismo error. - y así, sin más, abandonó la sala.

- Parece que el Primero y la Segunda son los más duros de pelar, ¿hm? - preguntó el Undécimo, antes de marcharse él también.

- ¡Ja! Más os vale correr y esconderos vosotros dos. -vociferó la Novena, apuntando a los primeros usuarios. - Porque como os encuentre, os mataré. Y de mi DEAD END no escaparéis.

Yukiteru no se inmutó ante aquellas amenazas. Ya se imaginaba que el resto de usuarios lo acogerían con odio al círculo de participantes del juego.

- No parece que tengas miedo, Primero. - dijo la Sexta, con una vocecilla dulce. - Interesante... - añadió antes de marcharse.

- ¡Qué pena me dais vosotros dos! - rió entre dientes el Séptimo, mientras se desvanecía. Se había ido.

- Esto se pone muy interesante. - dijo el Quinto, marchándose.

Yuno miró de reojo a Yukiteru. Se veía contenta al ver que Yukiteru estaba siendo muy fuerte ante aquellas palabras tan duras. Entonces, escuchó un par de voces.

- Yo os deseo suerte, Primero, Segunda. - dijo la Octava con una voz alegre, sus palabras eran realmente sinceras. Abandonó la sala con una sonrisa que nadie pudo ver.

- No os preocupéis vosotros dos. - comentó el Cuarto. - Si necesitáis ayuda, yo os protegeré.

El Cuarto también se marchó, dejando a tres portadores en la sala. Uno de los usuarios había estado en completo silencio. Deus se dio cuenta de ello.

- ¿Ocurre algo Duodécimo? Desde que has llegado, has estado en el más absoluto de los silencios.

El Duodécimo entonces, alzó la... ¿Cabeza? Yukiteru sólo podía ver su silueta, así que no podía saber si, aquello que había visto era su cabeza. Era una silueta delgada y algo encorvada. Lo que se supone que era su cabeza tenía forma de pelota. De una pelota muy grande.

- Deus, esperaba quedarme a solas contigo. Porque tengo una pequeña preocupación desde el momento en el que he puesto el pie aquí.

Yuno se cruzó de brazos y lanzó unas palabras al aire.

- ¿Una preocupación que no quieres compartir con nadie? No me gusta como suena eso.

- ¿Y por qué iba a querer compartirlo? Quizás no sea nada importante... Un segundo... - pareció que en aquel momento, el Duodécimo se llevaba una mano a... ¿al oído?

- ¿Y qué es lo que ocurre, Duodécimo? ¿Podrías decirlo en alto, por favor? - le pidió Deus, intentando sonar lo más amable posible.

El portador no respondió rápidamente a la pregunta. Parecía ocupado con algo, o al menos, daba esa sensación.

- ...Verás. Desde que estoy aquí, mi diario no ha hecho más que reaccionar. Al principio, cuando se ha dicho que el futuro cambiaba por las acciones del resto de poseedores provocaban un cambio en el futuro, pensaba que sería por ello que mi diario cambiara sus entradas tan a menudo. Sin embargo... -haciendo una muy breve pausa - comienzo a dudar de que eso sea así.

- ¿Qué quieres decir? - preguntó Yukiteru.

- Que mi diario no me habla de lo que debería hablar, sino que tiene entradas que no alcanzo a comprender, Primero. - respondió él.

- ¿Cómo? No entiendo a qué te refieres Duodécimo. - comentó Yuki.

- ... ¿Hm? - fue lo único que el portador número doce dijo con respecto a las palabras de Amano.

El silencio se hizo de nuevo en la sala. Yuno comenzaba a impacientarse.

- ¡El Primero te ha hecho una pregunta! ¡Respóndele!

- ¡Silencio! -demandó el Duodécimo. Segundos más tarde, exclamó con voz de... ¿Preocupación? ¿De miedo?

- ¿Qué pasa? - preguntó Amano.

- Mi diario... Ha vuelto a cambiar...

En ese momento, la sala comenzó a sufrir un terremoto, un temblor que hacía retumbar las paredes.

- ¿Qué está sucediendo? ¡Muru Muru! - exclamó Deus, en su voz se notaba que estaba enfadado.

- ¡Waaaaaah, Deus! - dijo ella, flotando a una velocidad vertiginosa hacia Deus - ¿Recuerda la brecha dimensional que reparamos hace un par de semanas?

- La recuerdo. - contestó él.

- ¡Pues no se reparó del todo! Es más, ¡se ha hecho más grande! - gritó ella, muerta de miedo.

Yukiteru cogió su móvil, el cual había estado apagado desde el comienzo de la reunión. Lo encendió y fue directo a leer las nuevas entradas que en su diario habían aparecido.

"Dimensión del Tiempo y el Espacio -Sala de Reuniones-

Martes 22 de abril [11:57]

Aparece una brecha dimensional en la Sala de Reuniones.

Martes 22 de abril [11:59]

Deus nos revela que nuestro mundo va a colisionar con otro mundo situado en una dimensión alterna.

Martes 22 de abril [12:00]

Una luz cegadora inunda la sala. Yuno grita mi nombre. Caigo inconsciente."