A Través del Espejo
Resumen: Severus Snape podría decir que le ha tocado vivir casi de todo, pero algo que no vivió fue el amor de una familia, algo que siempre quiso con mucho anhelo. Pero dicha posibilidad desapareció al momento en el que su querida Lily, le dijera que se casaría con James. Eso le destrozó, y aún así, Severus mostró fortaleza. Años después, minutos antes de ver al Lord durante la noche de la Batalla Final, Severus se mira en el Espejo de Oesed... y en su reflejo, se encuentra con la familia que siempre deseó. Mas sólo recuerda haber caído de rodillas por no tener fuerza en sus piernas como para soportar dicha visión. Con dedos vacilantes, toca aquél espejo, y luego todo se volvió oscuridad.
Autoras: PriscilaMorales3 y Sthefynice.
DISCLAIMER: Harry Potter y el Potterverso no nos pertenece. Tan sólo lo usamos para divertirnos y desestresarnos por un rato en la vida. Todo lo reconocido por acá, es de J.K Rowling, los derechos cinematográficos van para Warner. Así que quede en el registro que Priscila y yo no ganamos ningún aporte monetario por compartirles esta historia.
Advertencias:Universo alterno (manteniendo la esencia principal del Potterverso), Eventual Drarry, Creature!Fic y M-Preg más adelante. Historia co-escrita con PriscilaMorales3. Es nuestra primera vez escribiendo una historia juntas y bueno, espero que les guste :) Si tienen cuenta en Wattpad, también podemos leer la historia por allá: Priscila se encarga de subirla en su cuenta de Wattpad, mientras que yo haré lo mismo en este website. Nos distribuimos la publicación en ambas plataformas para mayor comodidad.
Como advertencia final, habrá OC´s (personajes originales), pero no serán molestos y no robarán protagonismo en la historia, sino que aportarán algo en la misma.
Notas Finales: Originalmente yo simplemente iba a betear los caps, pero a medida que Priscila me comentaba de la trama y de las parejas... no sólo quise betear los caps, sino que quería participar más al respecto y luego de una buena conversación, al final decidimos escribir esto juntas :) Por lo que un capítulo lo escribirá ella, y el siguiente yo... así sucesivamente hasta que terminemos este pequeño proyecto.
El Severus/Lily es una de las pocas OTP´s hetero por las que siento una agradable debilidad, el Drarry ni se diga.
Espero puedan acompañarnos en esta gran aventura. Sus comentarios serán más que apreciados (y si conocen buenos fics de Severus/Lily, sus recomendaciones serán más que apreciadas también x,D)
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Capítulo Uno escrito por PriscilaMorales3 y Sthefynice, beteado por ésta última.
A Través del Espejo
Capítulo Uno: Inicio
Los planes le estaban saliendo increíblemente mal, por enésima vez suspiró, a medida que se deslizaba silenciosamente entre las sombras. El Señor Oscuro solicitó de manera malvada su presencia, para hablar con él en privado. La Varita de Saúco, supuso Snape que sería el principal tema de conversación. Aunque tenía una sensación inquietante en el estómago, porque muy en el fondo de su ser, sabía que se estaba perdiendo de algo... y no podía permitirse que Draco Malfoy estuviese involucrado. No en vano había hecho un Juramento Inquebrantable, y aunque en teoría se había librado de ello, moralmente aún cargaba a cuestas con esa responsabilidad.
Sonrió de manera mordaz, le había tomado cariño al crío desde hace bastante tiempo. Detuvo sus pasos al observar la silueta del Lord por la ventana, su mente enseguida le trasladó al momento de la última charla crucial que mantuvo con Albus Dumbledore antes de su muerte, esa noche cuando se enteró de los verdaderos planes que tenía para con Harry Potter. Visualizar los verdes y llamativos ojos de Harry, era igual que evocar a su amada Lily con ellos. El pecho de Snape se contrajo, el dolor le estaba oprimiendo a niveles inimaginables. Lily... si tan sólo estuviese viva, ella sabría qué hacer. Si en estos momentos ella se encontrara viéndolo ahora, probablemente desde el cielo, sabría cuán duro estaba luchando por proteger a su pequeño, cuán duró luchó en contra de la animadversión hacia el hijo de James Potter.
Era lo menos que podía hacer, después de todo. Así sigan pasando los años, Lily siempre estará vigente en su alma y corazón.
Antes de tocar la puerta en donde el Lord se encontraba, sus ojos visualizaron algo que se movía en la habitación de al lado. Creyendo que era alguien del lado de la Luz, o de Harry Potter mismo, Severus desvió su camino para investigar. Con varita en mano, caminó sigilosamente, sus ojos escudriñando toda sombra en la habitación. Cuando su vista se posó en una manta dorada que cubría algo grande y rectangular, no supo cuando su mano se levantó por sí sola para terminar de saber qué era lo que se ocultaba allí. Aunque por la forma del objeto, ya más o menos se daba una idea.
Voilá. Ahí estaba, el famosisímo Espejo de Oesed.
Muchas leyendas se narraban en torno a uno de los objetos mágicos más misteriosos del mundo, algunos decían que no sólo se limitaba a mostrar tus deseos más profundos, sino que hasta se podían hacer realidad si sólo lo crees con toda tu alma que se cumplirán. Otros, afirmaban que la Leyenda del Espejo se encargaba de mostrar tu realidad alterna, para meros curiosos, de las decisiones cruciales que tomaste en la vida, y del desenlace de las mismas.
Severus, por supuesto, no creía en tales patrañas. Un espejo, era un espejo y ya. Aunque sí bien era cierto que los muggles también compartían muchos de esos mitos en su mundo, sobre todo el de vivir dentro de una realidad alternativa dentro de un espejo.
Estuvo a punto de irse, de dejar aquél objeto quieto en su lugar... cuando recordó que en realidad, nunca se había visto en el Espejo. Y tal vez sólo por curiosidad profesional, puede que le eche un vistazo, sólo para descartar unos cuántos mitos y seguirse burlando de los magos ingenuos que se aterraban con todo y creían cualquier cosa.
Con un decidido paso al frente, finalmente se reflejó en aquél objeto.
Sólo vio a un cuarentón ojeroso, cruzado de brazos, vestido totalmente de negro y con cara de zombie.
Repugnado y fastidiado de su propio aspecto, desvió la vista del espejo. Estuvo a punto de irse, pero un destello en su reflejo le hizo cambiar de parecer: al principio, pasó nada, pero sus ojos gradualmente se ampliaron al ver la figura joven de Lily, sonriéndole con mucho amor mientras se guindaba de su brazo. El Severus del Espejo se veía más joven, más relajado, más vivo... más... feliz. Jadeó sin poder evitar cuando se vio a sí mismo robándole un beso apasionado a su primera y única mejor amiga de la infancia, su corazón se aceleró más en el momento en que vio como ella no le apartaba, sino que le correspondía con fervor.
Por Salazar... el maldito Espejo le estaba mostrando algo que siempre deseó que pasara. Algo que muy a menudo soñó en su tiempo como estudiante, algo que era totalmente imposible, pero que no dejaba en ningún momento de anhelar.
Abrió la boca, mas no sabía qué decir. Y cuando vio a un pequeño integrante subirse en los brazos de su amada Lily, su cerebro no estaba procesando la inaudita información que se le presentaba. Harry Potter, sin aquellos espantosos lentes, manteniendo los correspondientes ojos de Lily y su piel siendo un poco más cetrina que morena.
Harry Potter, de once años, por primera vez regalándole una sonrisa de admiración mientras que se veía rodeado de los brazos de ambos adultos.
Harry Potter, con el color de cabello muy parecido al de él, con el cabello lacio.
En ese momento, a Severus Snape casi le da un ataque. El Espejo le estaba mostrando que... Harry Potter era su... ¿hijo?!
¿¡El hijo de Lily y él?!
Respiró de manera agitada y negó frenéticamente con la cabeza.
«No, no, no. Esto no puede ser.»
«Pero es tu deseo, Severus.» —Le respondió una mujer, con tono sabihondo y hasta comprensivo. El hombre sólo pudo voltear frenéticamente su cabeza, tratando de localizar a la persona que hablaba. Aunque algo le decía que sólo le habló dentro su cabeza.
Genial, lo que faltaba. Claro que... con tremenda visión, cualquiera se volvería loco.
«¿Quién eres?», inquirió sin despegar sus labios. «¿Qué clase de brujería es ésta?»
«Jajaja, no es ninguna brujería, hombre de poca fe. Sino que éste es tu deseo, quizá el más profundo que tienes... deseas reparar todo el caos que has causado en todos estos años, ¿no es así? Bueno, pues tal vez no todo esté perdido para ti después de todo...»
Severus iba a replicar, pero repentinamente se sintió mareado y quiso sostenerse de algo. Sin embargo, las palabras de aquella extraña seguían retumbando su ser. ¿Reparar el daño? ¿Ver a Lily viva de nuevo? Claro que lo quería, pero... evidentemente que eso no podía ser, no. Ya era muy tarde.
Su mirada volvió en posarse en aquél Espejo, para ver si algo cambiaba y ahora los tres integrantes posaban de manera imponente, como si estuviesen posando para un retrato familiar. Su labio comenzó a temblar, y varias emociones se instalaron en su pecho: un profundo anhelo y envidia le carcomía las entrañas.
Sí, quería ser ése hombre. El mejor amigo de Lily, su esposo, su amante. Siempre la había visto como la madre de sus hijos, y si sólo tuviera hijos, sería nada más con ella. Eso era algo que se había dicho años atrás.
Ya no era consciente de su cuerpo, ni mucho menos podía despegar la vista de aquella visión tan tentadora. Simplemente recuerda haber caído de rodillas, postrado ante el panorama de lo que sería una realidad diferente, la realidad que siempre estuvo más que dispuesto a vivir.
Con dedos vacilantes, toca aquél espejo, y luego... todo se volvió oscuridad.
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Cuando Severus pudo volver abrir sus ojos, estaba recostado en una cama.
A lo mejor alguien se apiadó de su alma y lo llevó a la enfermería, pensó.
Pero ese pensamiento cambió cuando recordó que estaba a punto de verse con el Lord, y se alarmó aún más al sentir un peso en su pecho. Abrió bruscamente sus ojos, mirando en cierta dirección, y descubrió una mata de cabellos pelirrojos que descansaba sobre su pecho.
Su garganta se secó de manera alarmante. El perfume de mujer era inconfundible.
—"Qué carajo", —susurró con voz ronca.
— ¿Severus? —Murmura una adormilada Lily Evans, despertándose. — ¿Está todo bien? —Sus ojos verdes le miran preocupados, aunque aún se encontraba somnolienta.
Severus jamás en su vida creyó ver algo tan perfecto como esto.
Quiso... patearse a sí mismo, por querer llorar. Así que como pudo, reprimió sus lágrimas y se aclaró la garganta.
—Hola, amor. —Responde él por instinto, como si algo le dijera qué hacer. Se congeló en su lugar, jamás le había dicho esa palabra a alguien. Pero... con Lily, con ella todo siempre se había tan... correcto. —Sí, todo está bien. Sólo fue un mal sueño.
Ella asintió y le miró con pesar, como si no fuese la primera vez que algo como eso ocurría.
—Eso pensé. Iré a preparar el desayuno. —Dijo Lily, a medida que se levantaba y tomaba una bata, se la colocó con cuidado a medida que le regalaba una tierna sonrisa, y salió de la habitación.
A Severus le costó parpadear y calmar cierta parte de su anatomía que creyó estar dormida por años, por el hecho de ver a Lily semi-desnuda, antes de haberse colocado aquella bata rosa.
Después de que su amada saliera de la habitación, bastante bonita y elegante como siempre se imaginó, Severus se sienta y trata de recordar, ¿qué estaba pasando, exactamente?, se pellizcó suavemente el brazo para comprobar si estaba despierto y… auch, pues sí, estaba despierto.
De pronto, una pequeña luz se hace presente frente a él, de manera breve, pero potente en todo su esplendor. Y cuando la misma se va, en su lugar, aparece una misteriosa chica de aproximadamente 20 años, y con un cuerpo promedio, su cabello era blanco como la nieve, y sus orbes de color oro añejo. Un color extraño, pues su piel morena contrastaba con eso
Severus, repentinamente asustado por la brusca aparición, tomó su varita, y sin miramientos, apuntó a la chica.
—Tranquilo, Severus, y antes de que preguntes cual es mi nombre, es Oesed. —Anuncia ella.
El Slytherin la miraba en shock a medida que en segundos procesaba la información.
—Y sí, respondiendo a tu muda pregunta, estás en un universo alterno. —Contestó Oesed, adelantándose a una pregunta no formulada.
Se hizo un breve silencio.
— ¿Por cuánto tiempo me quedaré? —Pregunta el hombre, sin miramientos y aceptando la situación todo lo mejor que puede. En su interior, se daba una idea de lo que tiene que hacer, lo que podría recuperar…
—Sólo por un tiempo, no te puedo asegurar. —Respondió aquella chica de manera escueta, dando a entender que el concepto "tiempo" es relativo y que lo más sabio sería mejor aprovecharse sin rodeos de la situación.
— Pero ¿por qué yo? —Inquiere Severus consternado
Luego de un breve silencio, la chica se encogió de hombros.
—Yo no los elijo, tan sólo lo hace la Madre Magia. Es ella quién da oportunidades. —Dice Oesed, llanamente.
Severus iba nuevamente a replicar, pero se vio interrumpido.
—Papi, ya está listo el desayuno. —Se escucha una infantil voz.
El Slytherin abre gradualmente los ojos al recordar su situación, y le lanza una mirada a la chica. Ella se veía apresurada, e incluso divertida por esto.
—Ya me tengo que ir, pero ten presente que los recuerdos de tu 'nueva vida' llegarán mientras duermes, es mejor, así no te perderás de nada. —Ella sonríe por última vez antes de desaparecer.
Snape suspiró resignado, y poco a poco empezó a darle la bienvenida al nuevo rol que representaría de ahora en adelante.
Se aclaró la garganta.
—Pasa, Harry. —Cuando la puerta se abrió, un pequeño niño de aparentes 8 años, entró y le abrazó. Casi enseguida se dio cuenta que la magia de ese pequeño emanaba la misma esencia mágica de su madre. Y... la de él mismo.
Nuevamente, tuvo que refrenar unas molestas lágrimas. ¿Desde cuándo se había vuelto tan blandengue? Ciertamente lo odiaba.
—Papi, apresúrate, ya tenemos que desayunar. ¡Mami dijo que tal vez hoy lleguen las cartas de Hogwarts! —La voz del chicuelo era melodiosa, con su respectivo deje infantil; Harry era un doncel.
¿Hogwarts? Pero si éste Harry... su hijo, no aparentaba tener once años. ¿O tal vez eso de la edad haya cambiado en este universo también? Por Salazar, ¿qué tanto este universo, comparado con el suyo original, difería?
Su línea de pensamiento se vio interrumpida al sentir la inescrutable mirada del pequeño sobre él.
Cierto, aquí ahora tenía un nuevo rol que mantener. Ahora Harry... era... su hijo.
Sí, tendría que repetirlo mucho en su mente hasta podérselo creer.
— ¡Pues no esperemos más! —Responde Severus en tono alegre, asombrándose que éste le saliera tan natural, siendo capaz de sonreír por primera vez de manera durante quién sabe por cuánto tiempo, e incapaz de no contagiarse por el entusiasmo de su… ehh, hijo. Sí, definitivamente había muchas cosas que asimilar todavía, con este nuevo cambio de vida. No quería imaginarse todo lo demás.
Jamás en su vida Severus pensó que se encontraría viviendo de esta manera, sonriendo a menudo y cumpliendo con su sueño de tener a una familia. Cuando internamente se cuestionó sobre quién sería la fulana Madre Magia, en su mente visualizó a una chica, ya mujer, de cabello oscuro y ojos celestes, piel blanca y con una sonrisa maternal en su rostro.
No obstante, no se preparó con su respuesta:
«Tú puedes con esto, Severus. Sé paciente. »
Y escuchar su voz fue… algo extraño, en realidad. Era una voz agradable de escuchar, impregnada de sabiduría. Era la voz de una madre diciéndole palabras cariñosas a un hijo... Severus por primera vez, comenzaba a entender dicha sensación. Era simplemente sublime.
—Al fin bajan, ya era hora. Sé que eres un padre sobre-protector, pero debes dejar que Harry conozca a más niños de su edad. —Dice Lucios burlón.
Severus entrecerró sus ojos en respuesta. ¿Todavía mantenía amistad con los Malfoys en esta vida? ¿Cómo es que Lily pudo permitírselo? ¿Y la Orden? ¿Y… entonces qué pasó con la Guerra?
Muchas preguntas sin resolver, pero esperaba que dichas respuestas aparecieran en sus noches de sueño.
Sólo pudo abrazar a Harry en respuesta, de manera protectora, si es que con esa manera irritaba a Lucius. —No me quitarán a mi bebé. —Harry solo se sonrojó y abrazó a Severus, dándole un beso en la mejilla. Éste seguía estando un poco espantado y congelado por el hecho, ¿desde cuándo él actuaba así?
— ¿Y para mí no hay beso? —Dice otra voz, sonando menos infantil, ligeramente más profunda.
Vio a Draco, en si estaba más diferente de lo que recordaba. Un poco más alto, sus ojos tenían un tinte dorado, y su cabello platino tenía un color un poco más amarillo como la piel, que no era tan pálida. Muy inocente... pero aún intuía al Slytherin que viviría en él.
Harry se bajó y le dio un beso en la mejilla a Draco, éste a su vez parecía como si le hubieran dado el premio más maravilloso del mundo, a juzgar por su sonrisa. Severus sólo pudo mirar la escena espantado.
— ¡Ven! Vamos a desayunar. —Dice Harry, y se lleva a rastras a Draco hacia el comedor.
El reciente padre de familia (según sus palabras, todavía procesaba que estaba ya casado y con un hijo), sólo suspiró mientras los veía alejarse de la habitación. Una parte de él se había relajado sabiendo que al menos en este universo actuaria como 'normalmente' lo haría, pero en otra parte de su mente... le dolía ver a su ¡bebé? crecer tan rápido, ¿cómo era eso posible? ¿Por qué no pudo la Madre Magia llevarle hasta al momento de su nacimiento, al menos? ¿O hasta el día de su boda con Lily? Se sentía incompleto sin tener esos recuerdos, esas vivencias en su mente.
—Sé que te sientes triste porque Harry está creciendo muy rápido, pero es que esto tenía que pasar algún día, Severus. —Le dice Remus.
—Pero es demasiado pronto. —Se lamentó algo triste, se sentía extrañado de que Remus también estuviese en su nueva casa, pero las ganas de no desprenderse de Harry pudieron más, y con dicha emoción se fue al comedor, encontrándose con una enternecedora escena.
Draco le daba de comer en la boca a Harry a pesar del puchero de éste y en palabras textuales de él, decía: «Puedo comer sólo, Dray», provocando la risa del último mencionado.
— ¿Emocionados por Hogwarts? —Pregunta Remus con una sonrisa amable.
— ¡Sí! —Responden ambos alegres, bueno, mas Harry que Draco.
— ¿Por qué no se nota el entusiasmo en tu voz, Draco? —Le pregunta Remus a su unigénito.
—Pues porque habrá más chicos y me quitarán la atención de mi Harry. —Dice molesto Draco.
Al momento de escuchar eso, todos ríen y Draco se sonroja. Sería un buen año.
