No es mi primer fanfic... a pesar de que es el primero que aparecerá a mi nombre, con este seudónimo.

Debo aclarar que si, es mi primer Slash...

Si no te gusta las relaciones homosexuales, entonces puedes largarte, escribo para mí y para aquellas personas que si tienen la inteligencia emocional suficiente para entender que los gay's son iguales a los heterosexuales.

Los personajes no me pertenecen, pertenecen a la mujer a la cual le debo algo más que mi vida, J.k. Rowling.

Esta historia contendrá sexo entre Albus y Scorpius y quizás entre otros personajes, es algo que aún no decido.

No daré mi identidad, así que pueden llamarme Lady Samiriam

Adiós


Capitulo 1: Día Cero

Sentía todas las miradas sobre mí. Cientos y cientos de personas observando con ojos curiosos e incluso críticos mis avances. ¿Es tan difícil de creer que un niño de 8 años pueda realizar una poción?

Las pociones siempre fueron mi mayor pasión. Había algo en ellas que me ayudaba a entenderme a mi mismo. Son tan complejas, tan únicas y peligrosas…

El arte de hacer pociones no se estudia ni se memoriza, se siente… se vive.

Mi padre piensa que es una especie de maldición. A el jamás se le dieron las pociones, pero creo que tampoco lo intento. Un especie de trauma psicológico provocado por su profesor de pociones de la escuela. Es curioso que a pesar de su trauma haya decidido ponerme el nombre de aquel maestro. Dice que esa es una de las pocas cosas en las que nos diferenciamos. Creo que la frase "Eres igual a tu padre" se ha vuelto una constante en mi vida. No me molesta en lo absoluto, yo lo amo y lo admiro más de lo que puedo demostrarle con palabras vacías y carentes de emoción.

¿Emociones?

No soy bueno en ello, no porque no las sienta, sino porque demostrarlas es un don con el cual no he nacido, como la fe.

Cuando miran mis ojos lo ven a él. Solo ven mis ojos, no mi mirada, porque en eso somos muy distintos. Cualquier persona que pueda mirar a los ojos del gran Harry Potter sabe que su actuar es completamente noble y sincero, pero yo no soy así, yo no soy mi padre y por mucho que lo admire me alegra no serlo. Mi misión en este mundo es distinta, única… como las pociones.

Mi madre odia las pociones, aunque con el tiempo he llegado a pensar que en realidad no las odia por existir, sino que odia todo lo que me haga ser un niño "no-normal". Mi padre dice que ella tiene miedo. Miedo de que sea lo que sea que me hace distinto se vuelva en mi contra al crecer. "¿Por qué no puedes jugar con tus hermanos y tus primos?", simplemente me parece poco interesante. Definitivamente prefiero mis pociones.

Papá dice que mi talento me llevará lejos, es por eso que insistió en que me inscribiera en este "concurso de financiamiento para maestros de pociones". Mi padre confía en mí, cree que si logro demostrarle al jurado del ministerio que tengo una gran habilidad, tanto como para fabricar pociones ya existentes, como para crear nuevos solventes, lograré que financien mis investigaciones, a pesar de ser un niño aún.

Yo, por otra parte, no lo consideraría una habilidad. Hay algo dentro de mí que me guía mientras las fabrico. Es una presencia que ha estado desde que tengo memoria. Me acompaña, me ayuda…

- Tiempo – aviso el presidente del jurado, para indicarnos a los participantes el término del horario.

Me aleje de mi poción. Sentía que todas las miradas estaban puestas sobre mí. ¡Que diablos!, no soy el único niño de la competencia, estoy seguro que vi a unos chicos de aproximadamente 13 años participando también. – Si, pero ellos no son los hijos del Niño que vivió, tu si lo eres – dijo mi voz interna.

Los jurados examinaron uno a uno los calderos de los demás participantes. Yo era el último así que espere con paciencia. Rara vez en mi vida me he sentido ansioso o nervioso por algo y esta ocasión no tiene porque ser una excepción. Después de todo, yo no busco la aprobación de la gente, si piensan que mi poción es una porquería realmente no puede importarme menos, yo seguiré con mi pasión.

Vi a mi padre sonreírme desde el público. Respondí su sonrisa y vi nerviosismo en su mirada. ¿Por qué se pone nervioso si ni siquiera yo lo estoy? Supongo que forma parte de ser padre, y si alguien cumple muy bien esa función, ese es el hombre que me esta sonriendo.

El jurado se acerco en pleno y miro mi caldero. Una mujer rubia arrugo su entrecejo y miro a los demás miembros.

- ¿Que se supone que es esto, Sr. Potter? – pregunto con voz curiosa y con una mueca de asco.

- Mi poción – respondí simplemente.

- Pues, creo que en mis 40 años como maestra de pociones nunca he visto esta poción, ¿se puede saber cual poción intento realizar, fracasando estrepitosamente?

- No es ninguna poción que usted conozca, Señora…

- ¿Qué quieres decir? – pregunto el presidente del jurado, un hombre con cabello oscuro y muchas arrugas en la cara.

- Esa poción es mía, yo la cree…

El público soltó una exclamación y cientos de murmullos llenaron el auditorio. El jurado comenzó a discutir y luego el tipo con arrugas pregunto:

- ¿Y que se supone que hace su poción, Sr. Potter?

Mire a mí alrededor. Los demás participantes me miraban curiosos y otros parecían ofendidos de que yo, un niño de 8 años, me haya atrevido a crear una poción, en un concurso para personas adultas, donde ellos se habían limitado a realizar pociones ya existentes para demostrar su habilidad.

- Es un sustituto – respondí simplemente

- ¿Un sustituto para que? – pregunto la mujer antipática y rubia que ya me había hablado con anterioridad.

- Para los vampiros… es sangre artificial, que simula el sabor y los nutrientes de la sangre humana, para que las personas con esa condición puedan vivir entre nosotros sin la necesidad de alimentarse de humanos.

Silencio.

Normalmente me gusta el silencio, pero este fue desesperantemente incomodo. Sentí la mirada fija de mi padre sobre mí, pero no quise corresponderle. Murmullos llenaron nuevamente el lugar y pude oír cosas sueltas como "el hijo del jefe auror", "los vampiros son peligrosos, como pudo hacerlo" y "¿realmente funcionara?

- Eso es una locura, Sr. Potter – susurro el presidente del jurado.

- ¿Por qué señor?

- Porque es imposible hacer algo así. La idea de que realmente funcione es absurda. ¿Se puede saber que ingredientes utilizo para realizar esta poción?

- No puedo decírselo – respondí rápidamente

- ¿Por qué no?

- Porque mi padre dice que no debo revelar los ingredientes de las pociones que realizo, hasta haberlas inscrito antes a mi nombre o podrían robarme la idea.

Escuche la sonrisita de mi padre. La poción roja como la sangre pareció brillar mientras decía mis palabras. ¿Idea absurda? Ese tipo no sabe nada de pociones… las pociones no tienen un limite…

Todos parecían desconfiar de la efectividad de mi poción, lo que me molesto de sobremanera. ¿Qué sabían ellos? Yo estaba absolutamente seguro de que si funcionaria.

Escuche la discusión de los miembros del jurado. Esos murmullos estaban volviéndome loco, pero no lo demostré, he ensayado toda mi vida la expresión tranquila de mi rostro. Al parecer querían descalificarme, cosa que no me importo en lo más mínimo, hasta que…

- Bueno, habrá que probar la poción…

La voz había salido de entre las personas del público. ¿Probar la poción? Vamos ¿realmente piensan que puedo sacarme un vampiro del bolsillo y demostrar que mi brebaje funciona a la perfección?

Pero esa voz…

Jamás había oído una voz tan profunda, seductora y masculina. Sentí un escalofrió recorrerme de pies a cabeza y fue ahí cuando lo vi…

Un joven pálido, muy pálido y de cabello oscuro caminaba hacia la tarima del escenario. Me miraba directamente a los ojos mientras sonreía con elegancia. Sentí que el tiempo se paralizaba a mí alrededor. Yo jamás había visto a un hombre tan hermoso.

¿Un hombre hermoso?

Cuando recupere la conciencia, esa frase creada por mi mente me hizo sentir pánico. ¿Desde cuando los hombres son descritos por mi como "hermosos?

El chico no podía tener más de 16 o 17 años. Su belleza inundo el lugar y su voz… es algo que jamás iba a olvidar.

- Mi nombre es Francis Rousseau – dijo mientras alzaba su mano para estrechar la mía – mucho gusto en conocerlo, Sr. Potter…

Mi cuerpo pareció olvidar su necesidad de respirar. Sus ojos color miel estaban inundando todo a mi alrededor… ahogándome.

Sin haber reconocido la orden mental que le permite a mis extremidades moverse, sentí como mi brazo izquierdo se alzaba y estrechaba su mano, sin poder dejar de admirar su belleza.

- Espero que me permita probar su curioso brebaje.

Supongo que el pensamiento "yo le permitiría probar cualquier cosa que usted deseara" no es común en un niño de 8 años, pero quiero recordarles que yo no soy un chico común. Mi madre me lo recuerda cada vez que tiene la oportunidad…

Asentí sin dejar de mirarlo y vi con terror como el joven soltaba mi mano. ¡Pero si nunca le dije que se fuera! Pensé enojado.

El jurado estaba algo impresionado, pero aceptaron sin mayores reparos, después de todo ¿Quién le negaría algo a un vampiro?

El chico saco de su capa una varita e hizo aparecer un vaso de cristal transparente, el cual lleno con mi poción roja sangre, botando algunas gotas en el piso del escenario.

Acerco sus labios delicados y delgados al vaso y bebió.

Todos parecían contener la respiración, no se si porque esperaban que el vampiro muriera envenenado en cualquier momento, o si era porque temían que no le gustara, se volviera agresivo y nos convirtiera a todos en su cena.

Francis dejo el vaso en la mesa y sentí su mirada sobre mí. Con pasos lentos se acerco y tomo mi barbilla con sus dedos alargados y pálidos. Note como alguien se movía alrededor, creo que fue mi padre, que se asusto ante la proximidad de su pequeño niño con un vampiro terroríficamente guapo.

- Tu poción es… deliciosa

Lo dijo en un susurro y tan lentamente que pensé que moriría solo de escucharlo. A pesar de que su tono de voz fue bajo, estoy seguro que cada ser vivo del recinto pudo escuchar sus palabras, ya que soltaron una exclamación de asombro y los murmullos inundaron mis oídos nuevamente.

El jurado empezó a discutir, mientras que los demás participantes parecían casi enojados. Mire a los ojos de aquel apuesto vampiro y el, sin dejar de mirarme, volvió a sonreírme.

No me di cuenta cuando ocurrió el momento en que la mirada de aquel hombre se alejo de mi campo de visión y fue remplazada por los brillantes ojos verdes de mi padre, que me miraban entre preocupados y orgullosos. Busque a Francis con la mirada pero el ya no estaba en ningún lugar. Con el paso de los años, me pregunte si había sido un sueño, pero el trofeo y el financiamiento que recibí por parte del ministerio para continuar con mis pociones, me decían que aquel episodio era real.